Prometiste estar conmigo. Lo juraste... pero terminaste fallando una vez más. Te regalé mi corazón pero terminaste haciéndolo añicos. Todos me advirtieron pero yo no veía nada porque estaba cegado por ti. Hoy tu recuerdo hace a mi lado como cada año, como cada invierno y lo único que recuerdo... No son tus ojos, tampoco tus labios, mucho menos tu cuerpo. Lo único que recuerdo es aquel día, si aquel día que acabaste conmigo, aquel día que me mataste, lo recuerdo cómo si fuera ayer.

Ella es perfecta para mí. Ella es tierna como los cachorros. Ella es tan alegre como el sol. Ella es perfecta... Sus ojos son como el chocolate. Sus labios son tan suaves como la seda. Su piel están suave como la porcelana, tan delicada como el cristal... Pero sus sentimientos. Sus sentimientos son los peores. Es tan... pero tan fría como el hielo. Seca como el desierto. Distante como la soledad. Pero ella me lo advirtió. Nunca me amaría como a el. Nunca sería como el. Nunca podría reemplazarlo.

Sara...– dijo mirándome con pena – o debería llamarte... Maia... Recuerdo demasiado cuando me lo dijo, recuerdo cuando me descubrió, su tan solo pudiera... si tan solo, el tiempo regresará y me perdonarás por lo que hice, te darías cuenta que tan mala no soy. Te extraño y demasiado, tanto que mi alma pide a gritos tu regreso, pero yo sé que lo arruiné... lo sé.