carol-fierro1578199858 Carol Fierro

El pequeño grito que soltó antes de caer, de ver como en pocos segundos toda su vida era reproducida en frente suyo, de chocar con el suelo y dar su último suspiro. Su pequeño grito silencioso que solo una persona oyó.


Hayran Kurgu Anime/Manga Tüm halka açık. © Me

#Ansatsu-Kyoshitsu #nagisa-shiota #muerte-de-personaje #suicidio
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okuma zamanı
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OneShot


Lágrimas caían de sus orbes celestes, abrazaba sus piernas como si la vida se fuera en ello. Sentía rabia de sí mismo, odio profundo hacía quien era y una impotencia enorme al no poder acabar con el martirio de su vida. Y digo, ¿qué tan difícil era finalizar con todo? Ya el plan estaba preparado, de un solo paso; saltar del edificio.


No era complicado, en realidad, solo bastaba con dar un paso más y adiós a todo, podría sonreír con tan solo ver pasar cada uno de sus recuerdos, desde la dulce infancia hasta la agria adolescencia. A sus quince años pensaba únicamente en el suicidio como salida a sus problemas, su intención era una sola. Tonto para cualquiera que le oyese, pero si te ponías en sus zapatos, la historia cambiaba.


Un chico que desde pequeño fue tratado como mujer, obligado a aparentar algo que en realidad no era. Sus prendas pasteles eran mayormente costosos vestidos, faldas y zapatos con decoraciones adorables de princesas. Su cabello de un celeste claro quedaba actualmente un poco más debajo de los muslos, su progenitora siempre comentó que prefería sobre todo a las féminas de larga cabellera, pues así se podía experimentar más con ello; distintas trenzas, coletas y moños portaba diariamente, todo hecho por su madre.


Su familia fue engañada, llevándole lindos accesorios tanto para su apariencia como para su habitación, todo para una niña. No para un niño.


No le gustaba, le causaba repugnancia, pero, ¿qué podía hacer en contra del monstruo que se hacía llamar "Hiromi Shiota"? Nada, estaba claro. Los sueños frustrados de la adulta eran su condena. Algunas veces se imaginaba ¿Qué hubiera sido si ella fuera la que siempre soñó? Una mujer que logró tener una vida más relajada, con más salidas entre amigas y menos estudio. Tal vez la típica aventura de cualquier adolescente, conseguir un guapo novio duradero y finalmente la ansiada boda, ¡oh! Como desearía que sí fuera cumplidora de su fracasada meta.


Tal vez así tendría la amada felicidad que se le fue extraída. Los sueños que tenía con eso eran maravillosos en todo sentido de palabra, no como la pesadilla de vida con la que vivía día tras día. Vestir y actuar como chica, pan comido, era constante y repetitivo lo que hacía: levantarse, asearse, peinar treinta veces de derecha a izquierda su melena, probarse entre los tres atuendos que su madre dejaba sobre su colgador y ver a cuál le daba el visto bueno. Una vez todo esto, seguía el desayuno, avena con yogurt de soja, papaya y frambuesa. Finalmente, despedirse, colocar en su pálido una pequeña falsa sonrisa, con eso engañaba a todos a su alrededor.


En la escuela nada cambiaba, intentar prestar la mayor cantidad de atención posible al profesor Otto, siendo imposible. Escuchar las palabras sobre como escribir un perfecto poema -tema que estudiarían durante dos semanas-, practicar hasta la tercera hora y comenzar con matemáticas hasta la quinta hora de diez. Seguido tenía otras materias, pero no eran relevantes.


Durante los recesos, ir a la vacía azotea, comer un poco del pan integral con mermelada y desahogarse un poco con la persona al otro lado de su teléfono. Ella siempre estaban ahí para escuchar todas las deprimentes palabras sobre su pesada vida. No le gustaba ser un estorbo, pero era muy malo para guardarse las cosas en su roto corazón. Se ahogaba en un sinfín de mar lleno de odio, con cada día que pasaba dejaba de respirar más y más, le costaba mantenerse tranquilo, hubo veces en donde tuvo desmayos que perduraban hasta la salida o un poco más.


Desea con toda su alma poder ser él, Nagisa Shiota, por un momento y dejar de lado la falsa de bella señorita con novio millonario como lo era Karma Akabane, quien tenía una novia a escondidas por miedo a la reacción de sus padres, Manani Okuda, una pobre jovencita de catorce años y poderosas pociones. Él quería libertad y Karma salir con la científica.


Desea con toda su alma... Vivir su vida y no la de su madre. Por un día, desea vivir su vida.


-Algún día, dejare de soltar gritos silenciosos y podré gritan de felicidad -dijo para sí mismo -. Ya me cansé de todo, no puedo seguir con esta falsa, lo siento, Kayano-san, pero ya tomé mi decisión. -Lo último que escuchó la de hebras verdes al otro lado era la finalización de la llamada.


Estando en shock, sin saber que hacer, cogió sus cosas saliendo del aula donde estudiaba arte, corriendo con todo lo que tenía hasta el patio de su escuela, viendo en cámara lenta como el cuerpo sonriente de su mejor amigo caía desde la azotea. Quiso hacer algo para impedirlo, gritar, atraparlo, agarrarlo, mas no lo consiguió.


La sangre esparcida entre los pies de la de verdosos cabellos, el cuerpo estrellado contra la acera y las lágrimas cayendo de sus orbes eran el peor escenario. Un profesor que salió curioso apreció inmóvil aquello, tanteando su bolsillo entre su pantalón con ganas de coger el móvil y llamar a emergencias.


Sin importar nada, se acercó al cadáver y lo abrazó, cubriéndose del líquido vital para cualquier ser vivo. Sollozaba, no queriendo creer eso.


Aunque la verdad, en cierta parte estaba feliz, finalmente Nagisa iba a descansar en paz.


-Finalmente tienes la oportunidad de ser tú, luego del oscuro grito silencioso que soltaste por mucho tiempo a causa de ella. -Besó su frente antes de dejar a los paramédicos hacer su respectivo trabajo, observando como cubrían con una sábana a su compañero y amor platónico.


Miró al cielo, sonriendo y subiendo a la ambulancia, susurró:


-Tu grito silencioso, Nagisa.


05 Ocak 2020 05:03 0 Rapor Yerleştirmek Hikayeyi takip edin
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Son

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