samuelliebheart Samuel Liebheart

La historia transcurre en New York en 1928, donde un hombre común, tras una noche que no recuerda, empieza a tener sueños extraños donde una extraña voz le habla y lo interroga con intenciones desconocidas ¿Será esto solo un sueño o quizá algo más?


Gizem/Gerilim Sadece 18 yaş üstü için.

#horror #cósmico #supervivencia #sobrenatural
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Capítulo I: "El maletín"

Aquel día, no me encontraba en este mundo. Aquel día me encontraba soñando, dejando que mi mente crease cosas que no quedarían en mi memoria…O eso creía, debido a que normalmente, cuando uno tiene sueños, suele olvidarlos con bastante rapidez y si no es así, recuerdas de forma muy difusa lo que pasaba en los mismos, también es verdad que, hay sueños que suelen ser tan impactantes, que los recuerdas a la perfección. En este caso en particular, yo había tenido un sueño bastante fuera de lo común, pues parecía que estuviese conectado con alguien más mientras soñaba. Sin embargo, en ese entonces no le di real importancia al sueño, debido a que la noche antes del sueño, había ido con unos amigos a beber algo en un bar que se encontraba cerca de mi casa, y al cual recurría regularmente. El lugar era realmente pequeño y se encontraba en un barrio de mala muerte metido en medio de dos residencias. Aquella noche, bebimos como nunca. Habíamos ordenado grandes y variados tipos de bebidas alcohólicas, nada más al acceder al bar. Por eso, atribuía a que mi sueño, era solo un producto de mi mente. Cuan equivocado estaba…

En aquel sueño, estaba en un lugar completamente oscuro. No se podía ver absolutamente nada a mí alrededor exceptuando una pequeña mesa de madera que se situaba en lo que parecía en centro de todo. Dicha mesa tenía encima de la misma un pequeño plato sobre el que reposaban varias velas de distintos tamaños y colores, que por alguna razón, se encontraban encendidas.

Parecía ser lo único en el lugar, como si algo me dijese que tenía que acercarme a ello, así que me acerqué y me senté en una silla de madera que se encontraba junto a la mesa. Al sentarme, me puse a observar un poco la mesa, pero exceptuando lo antes mencionado, no había nada sobre la misma que pudiese resaltar. Justo en ese instante escuché una voz masculina y grave que resonó en dirección frontal a mi posición, dicha voz me preguntaba en un tono serio…

-¿Sabes que haces aquí?-

Dicha voz no me incomodó o asustó, extrañamente, me sentí bastante normal al escucharla, aún así, quería saber que o quien era que la estaba produciendo. Respondí casi al instante y en un tono neutro…

-No.-

La voz preguntó nuevamente algo distinto.

-¿Cuál es tu nombre?-

Por pura precaución, simplemente evadí la pregunta, pues a partir de este momento empecé a sentir una vibra tensa en el ambiente, era como si algo pesara por encima de mis hombros, como si alguien me estuviese observando por la espalda.

-¿Acaso es realmente relevante?- Dije en un tono un tanto nervioso.-

Al escuchar mi respuesta, la voz dijo lo siguiente, satisfecha por lo que dije…

-Excelente, te está yendo bastante bien.-

Al oír esto simplemente me confundí y pregunté con curiosidad…

-Si en primer lugar usted pensaba que mi nombre era irrelevante, entonces… ¿Por qué realizó la pregunta?-

Pero la voz no respondió dicha pregunta y simplemente la evadió con una nueva…

-¿Sabes de dónde vienes?-

-¿Qué clase de preguntas son estas? Obviamente sé de dónde vengo, no entiendo nada ¿Qué o quién eres? ¿Y qué quieres de mí?- Pregunte algo desconcertado.-

-Si realmente sabes de dónde vienes, responde la pregunta.- Dijo la voz en un tono totalmente serio.-

Realmente no sabía que responder, debido a que no sabía exactamente a qué se refería. Quizá se refería al lugar donde vivo o el otro plano del que provengo, solo pude responder lo siguiente, con dudas de si lo que decía era correcto…

-Vengo…De la realidad.-

La voz no dijo nada al respecto y tampoco volvió a realizar otra pregunta. Quedé atrapado en un silencio que parecía eterno y que era completamente incómodo, traté de despertar, pero por más que lo intentaba, no podía hacerlo. De repente, como un reflector de teatro apuntando a un actor, apareció una luz que provenía desde arriba y señalaba a una mujer de pelo largo y ropajes gastados que se encontraba vendada, amordazada y amarrada de pies y manos.

Oí repentinamente el sonido del choque entre un pesado metal y la madera de la mesa, que provocó un breve sobre salto. Giré mi cabeza para ver nuevamente la mesa, encontrándome ahora con un revólver y una bala al lado del mismo. Es entonces que oigo nuevamente aquella extraña voz grave y resonante…

-Quiero que tomes el arma y la mates.-

-No voy a matarla.- Respondí molesto.-

-¿Por qué no?

-No tengo razones para matar a una persona.-

La voz no dijo nada al respecto, es entonces que la luz, el revólver, la bala y la chica… desaparecieron…

Después de unos segundos, la luz volvió, esta vez apuntando a una caja grande de madera en el mismo lugar donde estaba la chica, a mi derecha, a unos pocos metros de mí. Donde antes estaba el arma, ahora había un cuchillo…

-En aquella caja hay una rata, supongo que ya sabes qué hacer con ella.-

Esta vez no me importaba en lo absoluto obedecer, pues, realmente este tipo de alimañas me daban completo asco, además, son seres estúpidos, no son capaces de pensar de manera compleja, solamente son esclavos de sus instintos. En aquel momento, no lo entendía, creo que fui bastante estúpido. Entonces tomé el cuchillo, aparté la silla y empecé a caminar hacia la caja. Al asomarme para ver a la rata, vi como caminaba inquieta de un lado para otro, chillando y apoyándose de las paredes de la caja, buscando un escape a su miserable destino. La rata era de un extraño pelaje rojo y de unos ojos amarillos brillantes. A pesar de la rareza de la rata, simplemente procedí a tomarla de la cola, pues tras presenciar ya varias cosas extrañas, esto no me sorprendía.

Luego de corretear un poco, logré tomarla; al alzarla ella parecía mirarme con un rostro de miedo; peleó y peleó pero finalmente terminó muerta tras atravesarla fríamente con el cuchillo por su débil costado. Después de esto, el cuerpo del animal empezó a descomponerse a una velocidad increíble, mostrándome sus músculos y ligamentos, sus huesos y órganos. Rápidamente tiré a la rata a la caja completamente asqueado y horrorizado. Es entonces que escucho nuevamente la voz, pero esta vez pregunta confundida…

-¿Por qué mataste a la rata?-

Inmediatamente pensé que me estaba vacilando y le respondí molesto.

-Fue lo que pediste que hiciese.-

-Pero no mataste a aquella mujer.- Respondió inmediatamente.-

-Un ser humano tiene más valor que una mísera rata, ¡cómo te atreves a comparar a ambos!- Dije ya completamente irritado.-

Es entonces que en el sueño, escucho un pitido agudo que cada vez se hace más insoportable y va aturdiéndome hasta que termino despertando de un sobresalto.

Al despertar, me encontraba muy mareado, me tambaleaba de un lado a otro, no podía mantenerme estable y mi cabeza daba vueltas y vueltas. Me senté en mi cama un rato, y poco a poco el mareo fue disminuyendo, dejándome un muy fuerte dolor de cabeza y una visión borrosa.

Me mantuve sentado durante un rato más, sosteniendo mi cabeza hasta que el dolor cesó. Una vez con mis capacidades devueltas, decidí salir de mi habitación para tomar un poco de agua. Así que me levanté de mi cama y caminé hasta la puerta, la abrí y tras entrar al pasillo, empecé a caminar despacio, tratando de prevenir otro mareo o algo así. Cuando llegué a la sala principal, tras encender la luz de dicha habitación, pude ver en la mesa del comedor, un maletín de madera bastante grande. Este maletín era de una clara madera de roble refinada y tenía las esquinas recubiertas con bordes triangulares dorados. Del mismo material eran los broches para abrirlo y la manilla para cargarlo. Tenía un relieve rectilíneo que bordeaba la parte superior del maletín y tenía unas extrañas inscripciones talladas a lo largo del mismo. No podía entender ni una sola palabra, y no se parecía ningún idioma que hubiese visto antes, lo que más me inquietaba de todo, es que no tenía idea en lo absoluto de cómo había llegado eso ahí. En ese momento aparté una silla y me senté.

Traté de recordar que fue exactamente lo que había hecho el día anterior. Como había mencionado, ese día, fui con unos amigos a beber algo en un bar, básicamente para librarnos del estrés de nuestros respectivos oficios. Un trabajo mal pagado, monótono y agotador, no estaba orgulloso del mismo pero debía mantenerlo para poder vivir.

No fui, ni soy capaz de recordar gran cosa de aquella noche, más que nada por el hecho de que estaba bajo altos niveles de alcohol.

Sin embargo, recuerdo que nos metimos en problemas con bastante gente e incluso habíamos tenido una violenta pelea que había empezado por una estupidez. El día que encontré el maletín en mi casa, aun sentía dolor en algunas partes de mi cuerpo y tenía varios moretones.

La cuestión es que no pude encontrar algo que fuese provechoso para saber qué era lo que hacía esa cosa en mi casa, es más, ni si quiera sabía cómo fue que llegué a mi departamento.

Así que pensé que solo era una broma de mis amigos, quienes habrían comprado dicho maletín solo para asustarme o algo. Rápidamente decidí revisar la hora, así que me dirigí a mi estantería de madera, la cual tenía un total de tres repisas sobre las que reposaban una cantidad bastante decente de libros de economía, derechos y mecánica. Recuerdo también tener varios libros de balística de la gran guerra. Debajo de la repisa inferior se encontraban unos gabinetes donde guardaba cualquier cosa, documentos, fotos, etc. Esta estantería se encontraba justo a un lado del umbral de la cocina y al otro lado se encontraba un mueble sobre el que reposaba mi televisor.

En dicha estantería, en la tercera repisa, había un pequeño reloj de madera oscura rectangular, con una base escalonada y una forma semicircular en la parte superior. La hora marcada entonces, era el medio día. Pensé por la hora que alguno de mis amigos pudo haberlo hecho sin problema alguno, sin embargo, recordé también que ninguno de mis amigos tenía mis llaves, aunque claro, bien pudieron haberlas tomado mientras estaba inconsciente…

Volví a la mesa y decidí revisar un poco el maletín, así que procedí a abrirlo, y tras oír el sonido del oro de los broches golpeándose, pude observar el contenido del maletín.

Era algo completamente extraño, parecía una especie de juego de mesa, con un tablero unido a la parte inferior del maletín que tenía cuatro grandes cuadros en cada esquina y de los cuales salían varios caminos en forma de laberinto, que llevaban al centro de todo, donde había un orbe de cristal negro que probablemente, era el lugar donde terminaba el juego. Había también un pequeño cajón en un pequeño espacio a un lado del tablero de juego. Este contenía siete pequeñas figuras que eran las fichas de juego. Junto a ellas había también un par de dados de un color marrón muy oscuro y con puntos blancos. Al lado izquierdo del tablero de juego, había un espacio rectangular, que tenía inscripciones en aquel idioma que en mi vida habría podido descifrar. Probablemente, esto decía algo verdaderamente importante, así que debía averiguar que era, pero antes de buscar, seguí observando aquel extraño maletín, a ver qué otra cosa podía encontrar. Lo último destacable que pude ver del maletín, era un pequeño dispensador de madera que se encontraba en la parte inferior del tablero. El mismo tenía un pequeño y alargado orifico horizontal. Luego de estudiar con atención todo el contenido del maletín, procedí a ojear las fichas encontradas en aquel pequeño cajón al lado derecho del tablero de juego. Como había mencionado anteriormente, estas eran en total unas siete, cada una eran distintas criaturas montadas encima de una base circular gruesa, que abajo tenían cada una, una corta inscripción en un idioma distinto al de la caja, y que por alguna razón, me resultó familiar, sin embargo, tampoco pude saber que decían…

Tres de las fichas estaban hechas de una solida y pulida piedra pigmentada de color negro, y las otras cuatro, de un pulido y blanquecino cuarzo…

La primera ficha que tomé, era una especie de hombre. Tenía en sus pies y manos afiladas garras, su apariencia era escuálida y esquelética, su cuerpo estaba completamente falto de pelaje, a excepción de su cabeza la cual estaba cubierta de pelo, aunque la misma, tenía rasgos de ave, como los de un Cuervo aunque en lugar de tener un ojo a cada lado de la cabeza, este tenía tres. Poseía cuatro alas retraídas similares a las de un mosquito, y se encontraba sentado en cuclillas, sosteniendo con sus manos, sus rodillas. Esta figurilla era de piedra.

La segunda que tomé, era una especie de mano palmeada con una piel arrugada, parecida a la mano de un anciano. Poseía un ojo en la palma y los dedos no estaban puestos de forma correcta, ya que la posición, se asemejaba a la figura de una estrella invertida de cinco puntas. Debajo de la mano, estaba lo que sería la muñeca, a la cual le procedían 8 arácnidas patas que acababan en pesuñas y que tenían una textura similar a la de un tronco seco. Una imagen cuanto menos grotesca. Esta figurilla era de cuarzo.

La tercera que tomé, tenía un cuerpo similar al de una serpiente, pero mucho más grueso y grande, con brazos largos y robustos. Tenía un cuello alargado que terminaba en un agujero, su boca, repleta esta de centenares de dientes que descendían dentro de su garganta en forma de espiral. Esta figurilla también era de cuarzo.

La cuarta, era una figura que parecía un montón de hombres pegados uno de otro de una manera horrible y anti natural, pudiendo apreciarse fácilmente, los estirados y prensados ligamentos entre sus cuerpos y sus terribles rostros de dolor y sufrimiento. Logre contar un total de cincuenta cabezas y cien brazos. Asqueroso cuanto menos. También era de cuarzo.

La quinta, era de un material diferente, blanquecino y transparente. La misma era un platillo plano que tenía dentro de sí, espirales y esferas diminutas. A día de hoy no se qué significa esta todavía.

La sexta que tomé era de piedra. Esta era una criatura bastante interesante. Su cabeza, era igual a la de un cráneo humano, pero la diferencia era que esta era un poco más lisa y suave. Aparte, no se podían distinguir dientes, pero sí que se podía ver perfectamente el lugar donde deberían estar, es como si los dientes y el cráneo, fuesen uno mismo. Las cuencas de los ojos se encontraban a cada lado de este cráneo y no enfrente. Su cuerpo era robusto y corpulento, tenía las costillas expuestas, entre sus pectorales tenía una esfera cristalina muy extraña. Sus brazos eran grandes, con dedos similares a las ventosas de los tentáculos de un pulpo. Y la mitad de su cuerpo eran centenares de tentáculos que más bien parecían raíces, pero que se contorsionaban igual que los de los cefalópodos. Esta era de las que más me llamaban la atención.

La séptima, era una especie de lamia con más rasgos parecidos a los de una cobra en la parte superior de su cuerpo, a parte, esta criatura poseía un cuerpo más como el de un hombre que el de una mujer. Tenía cuatro brazos con manos palmeadas y la mitad inferior de su cuerpo era una cola gruesa muy extensa, que poseía aletas en los laterales de la misma. Esta figura era de piedra también.

La extrañes de estas figuras me llamó la atención, y a su vez, me dejaron maravillado, de alguna forma me veía atraído por estas grotescas abominaciones. Regresé de mi trance al admirar las figurillas y recordé que iba al bar para tratar de averiguar, que demonios fue lo que pasó anoche.

Así que volví a mi cuarto a cambiarme de ropas a unas más apropiadas para salir a la calle. Me coloqué una camisa manga larga, un chaleco marrón sin mangas y con botones marrones, con un tono más oscuro que el del chaleco. Unos pantalones holgados negros y unos zapatos de igual color. Salí de mi habitación y posteriormente me aproximé al salón, tomé el saco de mi perchero, así como mi sombrero de copa y entonces, salí de mi casa…

06 Aralık 2019 16:18 0 Rapor Yerleştirmek Hikayeyi takip edin
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Yazarla tanışın

Samuel Liebheart Mi nombre es Samuel y soy un joven de 18 años. Desde que tengo memoria me ha gustado crear historias y al no tener recursos para plasmar mis ideas en Videojuegos o Comics, he decidido dedicarme a la escritura y tengo grandes planes a futuro.

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