Abrió los ojos con pereza, estirando su menudo cuerpo cual gato antes de levantarse de su cama. Lo había esperado toda la noche. Sin embargo, no volvió.
El paisaje que tenía ante sus ojos resultaba soberbio y reconfortante. La visión del bosque siempre lograba calmar sus inquietudes. Pero esa mañana no pudo hacerlo.
Cubierta solo con su camisón, caminó vacilante hacia la cocina para prepararse una taza de té. Cuando volvió a su recámara, miró hacia la mesita de noche y encontró una carta, al parecer, breve. El sobre era muy elegante, un gesto muy propio de él. No obstante, ella no se atrevió a abrir la carta. Aquel pedazo de papel temblaba sutilmente entre sus dedos. No sabía que hacer con él, ya que tenía miedo de la respuesta que ya sabía.
Recordando todo lo que le había revelado la noche anterior, finalmente tiró la carta a la basura y sonrió con pesadumbre, pensando en lo mucho que se habían amado y en lo poco que ella podía ofrecerle ya.
Después de todo, ¿que hombre querría a una mujer cuya vida se extinguía poco a poco por una enfermedad que la devoraba por dentro?
¿Quien se atrevería?..
Okuduğunuz için teşekkürler!
Ziyaretçilerimize Reklamlar göstererek Inkspired’ı ücretsiz tutabiliriz. Lütfen AdBlocker’ı beyaz listeye ekleyerek veya devre dışı bırakarak bizi destekleyin.
Bunu yaptıktan sonra, Inkspired’i normal şekilde kullanmaya devam etmek için lütfen web sitesini yeniden yükleyin..