⚠️ Advertencia: Uso de palabras inadecuadas, infidelidad y escenas 🔞
Jungkook
Siempre me ha gustado el caos
He sido así desde que tengo memoria. O al menos eso creo.
Antes las discusiones me disgustaban. Pero después, algo cambió dentro de mí, les encontré su “encanto”. Cada vez que veía a alguien discutir o algún conflicto, por dentro me divertía, aunque por fuera me mantuviera neutral.
Causar rencillas entre los demás también era muy entretenido, ver como los demás se reclamaban cosas absurdas me parecía de lo más chistoso.
Por eso, cuando mi familia y yo nos tuvimos que mudar a aquel miserable pueblito, supe de inmediato que la diversión estaba acabada. Todos allí parecían tan tranquilos y apacibles, que a diario tenía que aguantarme y no salir huyendo. Pero no podía, todavía no, al menos hasta que mi papá nos repartiera la herencia que nos había prometido a mis hermanos y a mí.
Ya llevaba tres semanas allí y lo único que había obtenido era los amables saludos de las ancianas por las calles, recalcando lo guapo que era a pesar de mis innumerables tatuajes. Sabía que por dentro se escandalizaban, pero preferían quedar bien con los demás y no criticar hasta estar a puertas cerradas.
Brujas
Al cumplir el mes viviendo ahí las cosas cambiaron.
Fui a la (única) tienda de ropa que había en el pueblo, no habían los mejores modelos pero peor era nada, así que estuve un rato examinando que podría llevarme hasta que apareció una vendedora para ayudarme. Se veía joven, probablemente un par de años menor que yo, aunque bastante linda, no era exactamente mi tipo. Aunque claro, yo sí parecía ser su tipo, porque desde el momento en que me vio no se me despegó, insistiendo en ayudarme con la ropa y hasta la sentí tocándome demás cuando me medía alguna prenda.
Eso debería haberme molestado, pero traté de tomarlo con humor y le seguí la corriente fingiendo corresponderle el interés, tal vez saldría algo muy divertido de todo esto.
—Definitivamente eres la chica más hermosa que han podido ver mis ojos… —decía en su oído sintiéndola estremecerse. La capacidad actoral que tenía para aguantar la risa me hacía merecedor de un premio Oscar.
—Oh, Kookie, eres tan dulce… —respondía ella.
Habría sentido algo de lástima de no ser porque no era tan santurrona como aparentaba. Hablaba pestes de sus compañeras de trabajo, pero frente a ellas fingía ser la más amigable y atenta. De su familia me había contado que vivía con sus padres y un hermano mayor, hermano con el que no se llevaba nada bien…
Ella lo pintaba como una causa perdida, alguien que no pertenecía realmente y que solo les causaba problemas. Conociéndola como la conocía ahora, muy probablemente todo fuera exageración suya y aquel chico no le hiciera nada malo.
Aquella era la oportunidad perfecta…
Un día le dije que quería conocer a su familia, todo con el fin de afianzar la relación, así que le propuse organizar una cena para poderlos conocer a todos. Y recalque el “todos” ya que quería ver cómo es que se llevaban ella y su hermano, a ver si realmente era tan rarito como lo pintaba.
El día de la cena llegó y traté de arreglarme lo más decente que pude, aunque no fuera realmente mi estilo. Sus padres eran tan simplones como ella, con sonrisas amplias y miradas desaprobatorias, las cuales desaparecieron cuando les dije quien era mi padre, ahí sus expresiones cambiaron a unas de felicidad, seguramente pensando que si su hija y yo íbamos en serio, probablemente eso los sacaría de la vida de clase media que llevaban.
El último en llegar fue su hermano, le pude escuchar desde la entrada disculpándose por la tardanza ya que en su trabajo no habían querido dejarle salir más temprano. Los rostros de fastidio de la familia me hicieron cuestionarme por primera vez en donde diablos me había metido.
Lo primero que pensé al verle fue: “En mi puta vida había visto a alguien tan guapo”
¿Qué era esa cosa tan maravillosa?
—Ya era hora que llegaras —le susurró su madre creyendo que nadie la oiría —¿No recuerdas que vendría el prometido de tu hermana?
La palabra “prometido” fue lo que me hizo reaccionar y dejar de perderme en la belleza de aquel ser, ¿Cuándo demonios me había comprometido yo?
Taehyung, se llamaba. Hizo una reverencia de lo más tierna y se sentó a la mesa, nadie le preguntó por su día o si se encontraba bien, ambos padres se enfocaron en resaltar los atributos de su “niña”, algunas veces comparándola con Taehyung y lo poco aplicado que era para los estudios.
Mi habilidad para leer personas me hizo notar que con cada cosa que decían los padres más incómodo y triste se ponía Taehyung, sin embargo, parecía ser bueno ocultándolo ya que cada que desviaba la vista hacia él, su expresión cambiaba a una más seria y tranquila. Como él casi no intervino en la conversación, me aburrí más pronto de lo esperado, así que puse de excusa que mamá se preocupaba si llegaba tarde a casa para librarme de aquella ridícula cena.
—Sirve para algo y acompáñalo hasta su casa… —le regañó su padre.
Taehyung se calzó los zapatos y me hizo una seña, así que ambos salimos de su casa, yo con paso más lento ya que quería poder pasar más tiempo con él, quería conocerle, necesitaba conocerle.
—¿En qué trabajas?
Su rostro se mostró sorprendido, tal vez no pensaba que yo quisiera hablarle. Claro, con su familia tratándolo como basura…
—Ayudo en la tienda del señor Park, está a una media hora caminando… ¿Y usted?
—Ay no, no me trates de usted… —le dije —Prácticamente tenemos la misma edad… Solo dime Jungkook…
—Está bien… Jungkook…
Debería ser ilegal tener a ese chico caminando tan tranquilamente por las calles. La forma en la que dijo mi nombre fue sublime. Probablemente lo único que lo superaría sería cuando me lo dijera gimiendo…
Le interrogué lo más que pude en ese corto trayecto; aunque poca, la información que obtuve era muy valiosa. Le gustaba la fotografía y el arte, claro que a los cavernícolas de sus padres eso les parecía un desperdicio de tiempo, sobre todo porque no mostraba aptitudes para las ciencias o los números. Me mostré interesado en conocer más sobre aquellos pasatiempos, explicándole que yo solía dibujar y que si tenía tiempo libre podría ser mi modelo.
—¿No deberías proponérselo a ella? Digo, es tu novia…
Ya me comenzaba a invadir una acidez en la garganta cada vez que me recordaba la existencia de su hermana.
—Descansa, Jungkook… —dijo al despedirse.
«¿Quién necesita ir a dormir cuando te tengo a mi lado?» susurré mientras se marchaba.
…
En los siguientes días fui desarrollando mi cercanía con Taehyung, primero paseaba por la tienda donde trabajaba, luego le escribía mensajes ocasionales, otras veces le invitaba a tomarse unas cervezas afuera de mi casa, el patio era amplio y allí nadie nos molestaría. Inclusive una vez me metí en su habitación de noche, luego de leer que se sentía algo decaído por una nueva discusión con los energúmenos de sus padres y su hermana.
Tuvieron que pasar meses para que me confiara la verdad detrás de todo el asunto: Él era el producto de una infidelidad. Resulta que su padre tuvo una aventura de la cual nació él, sin embargo su madre biológica no quiso hacerse cargo y le entregó a su padre, quien se lo llevó para que lo criara su esposa, cosa que obviamente ella renegó, mostrando una marcada preferencia por su hija y un resentimiento hacia su hijastro. Su padre tampoco hacía mucho para defenderlo, el verlo le hacía recordar constantemente aquel fallo, atribuyéndole todas sus culpas y desquitándose con él siempre que podía.
Y claro, como cereza del pastel, su hermana se aprovechaba de aquel favoritismo para obtener todo lo que quería, incluso si eso significaba pasar por encima de Taehyung.
—¿Por qué siempre me invitas a salir? ¿No deberías invitarla a ella? —cuestionó mientras lo llevaba al bar que estaba en las afueras del pueblo, un sitio pequeño y lleno de gente dispuesta a beberse todos sus problemas.
—No me creerías si te lo dijera… —contesté.
Una vez apagadas las luces, solo nos quedó seguir el ritmo de la música, jalé su brazo hasta el centro de la pista, aprovechando la oscuridad para apegarnos cada vez más, la adrenalina corría por mis venas con cada roce que nos dábamos.
Tal y como lo había intuido, él también se sentía atraído por mi. Lo comprobé con aquel beso que le robé, tan húmedo, tan intenso que no pude resistirme a morderle esos labios tan pecaminosos. Aunque me correspondió, luego pareció caer en cuenta de lo que estaba haciendo y quiso huir pero no le dejé.
—Esto está mal… Tu eres el novio de mi hermana…
—Taehyung, perdóname… —dije fingiendo estar arrepentido —Pero lo que siento por ti no se compara con nada…
En su rostro se reflejaba toda la duda y confusión que sentía. Le dejé ir, sabía que le daría mil vueltas al asunto, si decidía alejarse tendría que pensar en un plan B.
…
Taehyung no me habló por una semana.
La imbécil de su hermana me dijo que habían estado discutiendo más que nunca con él, no entendía qué le pasaba, parecía estarse revelando o algo así dijo ella.
Bien, mi plan estaba saliendo como lo esperaba.
Al siguiente día él me citó en su casa, claro que iría de madrugada igual que las últimas veces, pero eso era lo menos importante ahora.
—No entiendo que es lo que has visto en mí… —susurró con sus mejillas enrojecidas. Su moralidad y buen juicio le decían que esto estaba mal, pero se que en el fondo estaba deseándolo, era una forma en la que por fin desafiaba a su familia.
No escatimé en halagos hacia él, ninguno era mentira, solo que él no estaba acostumbrado a recibirlos —Nada de esto es común, lo sabes ¿verdad? Nosotros hemos creado algo fenomenal… —le dije al oído, su respiración se volvió más pesada cuando se recostó contra mí, permitiendo que le envolviera entre mis brazos.
—Tal vez, en otra vida podamos amarnos libremente… —soltó con tristeza.
—Yo no quiero vivir otra vida… —repliqué —Esta es muy buena, vivámosla…
No le dejé decir más y lo alcé de los muslos, apoyando su espalda contra el suave colchón. No hubo más resistencia cuando le quité la ropa o cuando le preparé con los dedos para introducirme en su delicado cuerpo, él se entregó por completo a mi aquella noche, por fin había obtenido lo que tanto quería.
…
—Las cosas se están poniendo muy tensas en casa…
El sueño me estaba ganando pero con eso logré despertarme. Taehyung apoyó su rostro contra mi pecho, su pierna se entrelazó con la mía bajo las sábanas de aquel viejo motel; el lugar ya se había convertido en nuestro punto de encuentro. Mi mano viajó hasta su cintura y bajó a su nalga, acariciándola suavemente, luego de tomarlo con rudeza me gustaba ser más delicado con Taehyung, sabía que le gustaban mucho los mimos en la cama.
—¿Otra vez tu hermana?
—La escuché hablando con mamá el otro día… Mi madre le aconsejaba que debería embarazarse, así tendrías que proponerle matrimonio de una vez por todas… Pero ella le dijo que tú eras un mojigato que no quería tener nada porque la respetabas mucho…
Eso sí me hizo reír, sobre todo si recordaba los patéticos intentos de su hermana por llevarme a la cama, todos fallidos, ella pensaba que era por mis valores morales, si tan solo supiera que era su hermano quien sin proponérselo me había seducido por completo…
—¿No crees que ya es tiempo de salir de esa casa? —cuestioné.
—¿Qué? ¿De qué hablas?
—Solo piénsalo… Imagina cómo sería… Ya no más insultos, no más peleas… —argumenté, viendo como su bello rostro se llenaba de duda.
—¿Pero a donde iría? No tengo dinero para marcharme… Además ¿Qué pasará con…
Sabía que se refería a lo nuestro
—Mi padre ya me entregó la parte de la herencia que me correspondía… Además mi familia se mudará pronto, los negocios que tenían por aquí ya están cerrados…
—No lo sé…
—Tete… —usé su apodo cariñoso —Yo se que tengo tu apoyo y tu sabes que tienes el mío… ¿Qué más necesitas? Vámonos…
Fui besando su cuello hasta hacerle temblar, mi mano se movió hasta su entrepierna, no le daría oportunidad alguna de dudar. Sus gemidos inundaron la habitación mientras le penetraba con fuerza desde atrás, arañando su cintura y dejándole marcas para que recordara todo lo que le hacía. Luego de su orgasmo, recostado sobre su propio semen y con el mío escurriendo por su entrepierna, fue que me dijo que sí, aceptando que nos fuéramos a donde sea, con tal de no tener que soportar los desprecios de su familia nunca más.
No le di indicio alguno a su hermana. Todo parecía seguir yendo como siempre, aunque ya sabía que ella sospechaba sobre algo raro. Claro que estoy seguro que ella no pensaba que me fuera a escapar con su hermano…
Mi familia se fue por la tarde y yo les dije que me encargaría de esperar al camión de la mudanza. Para cuando llegó ya se había hecho de noche, Taehyung se apareció después con una pequeña maleta, yo le había dicho que no se llevara más que lo indispensable.
—¿Se dieron cuenta?
—No…
—¿Dejaste la carta en su escritorio? —pregunté.
—Si… Espero que con tus disculpas ella pueda entenderlo…
Taehyung realmente se veía apenado, lo que demostraba que no era un maldito como el resto de su familia, que a pesar de lo mal que lo trataran no quería que sufrieran. Tal vez por eso se creyó que aquella nota que le encargué dejar, era una carta de disculpas para su hermana.
Lo único que me lamentaba era no poder ver su cara cuando leyera todo lo que le hacía a su hermano por las noches…
Sin nada más que hacer, subimos a mi auto y apreté el acelerador.
Y todo desapareció detrás nuestro
FIN
Creo que este es el Fic mas grosero que he escrito hasta ahora JAJAJAJA. Espero que no les haya incomodado tantas groserías, por lo general suelo pensarlas pero trato de ya no decirlas porque es un mal habito que quiero erradicar (Ustedes no las digan, se ve feo)
No esperen mucho de esta trama tan simple, se me ocurrió mientras lavaba los platos, estaba con ganas de escribir algo pero no sabía exactamente qué, hasta que puse la canción de Dua Lipa y la historia fue tomando forma.
Espero que les haya entretenido. No les puse nombre a los demás personajes de la historia ya que quise reflejar lo poco que le importaban a Jungkook (además que estar buscando nombres me toma mas tiempo jejeje)
Nos leemos en mis demás fics
Hwa Ji Sung
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