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El calor me hacía caminar más de lo debido, apresuraba mi andar con un cigarro en la mano que pensándolo bien ahora no era muy buena idea, son los rayos del sol los que hacen entrecerrar mis ojos, son los rayos del sol los que me dejan ver por mi lápiz los trazos. Allá a lo lejos, por donde mi camino se aleja veo la figura de mis sueños, la figura hermosa, como siempre, pero nunca como hoy, su ropa, su chaleca roja, sus jeans, su calzado, todo supera más con creces cada sueño, cada milagro. JODEER como mierda se me ocurrió arruinar los días, las tardes, noches. Pero aquí vienes y soy un cobarde, lo noto las aceleraciones del corazón por millones, no puedo dejar quieta la vista, salta del piso al cielo a sus ojos sus labios, su pelo, sus ojos OH DIOS su mirada es indescriptible, cabeza gacha como tímida con una sonrisa que podría matar apostando a que era coqueta, labios preciosos mejor que cualquier fruta de comisuras perfectas, esconden las palabras que levantarían en gallardía al muerto más cobarde, son labios mágicos que sonríen y armonizan con unos ojos alicaídos y tiernos, ojos que tienen una mirada profanadora inquietante de afilada proeza de juguetonas esferas y admirables gestos al amar. Ella y ese juego venían, lamento no poder relatarles mejor lo que fenomenológicamente debería ser, pero estoy sesgado por las fuerzas más sublimes de Freyja.
A tres pasos de distancia no puedo evitar mirar sus ojos, imposible esquivar la mirada, sus labios...

Ella- Hola.