El oscuro laberinto de Seúl en los 80: Una mente en peligro Hikayeyi takip edin

En el año 1984, en la ciudad de Seúl, Corea del Sur, una joven llamada Ahn Ji-young estaba decidida a tener éxito en su carrera de periodista. Como estudiante becada de una universidad de renombre, Ahn estaba muy motivada y apasionada por el periodismo. Pero había una historia que ella siempre había querido contar y esa era la de un misterioso asesino en serie que se encontraba en libertad en Seúl.

Desde que Ahn era una niña, siempre había estado fascinada por las historias de misterio y crimen. Ya de adolescente, había comenzado a recolectar recortes de periódicos y artículos sobre asesinatos y otros crímenes violentos. Ahn había estudiado y analizado estos casos durante años, y finalmente había llegado el momento de poner a prueba sus habilidades periodísticas investigando el caso de este asesino en serie.

Ahn comenzó a investigar el caso por su cuenta, trabajando largas horas en la biblioteca y entrevistando a testigos y víctimas potenciales. Con el tiempo, descubrió que el asesino tenía un patrón específico; estaba apuntando a mujeres jóvenes y solitarias de la ciudad que frecuentaban bares y lugares de venta de alcohol.

Ahn finalmente encontró una pista importante sobre el caso. Se había enterado por casualidad de que una mujer llamada Kim Eun-ji había sido vista conversando con el asesino el día anterior de su desaparición. De alguna manera, Ahn logró localizar a Kim Eun-ji y comenzó a entrevistarla.

Pero cuanto más profundizaba en la historia, más se daba cuenta de que había algo extraño en la actitud de Kim. Había momentos en los que la mujer parecía distraída y en otros momentos hablaba con una voz extrañamente controlada. Sabía que este caso tenía algo especial y que la verdad estaba a punto de salir a la luz.

A pesar de sus dudas, Ahn continuó investigando. Durante semanas, trabajó incansablemente, tratando de encontrar cualquier pista que pudiera revelar la verdadera identidad del asesino. Pero cuanto más se acercaba a la verdad, más peligrosa se volvía su búsqueda.

Uno de los días, Ahn recibió una carta anónima en la que se le advertía que detuviera su investigación o de lo contrario las consecuencias serían terribles. Pero Ahn se negó a detenerse y siguió adelante.

A medida que se acercaba a la verdad, Ahn comenzó a sentir que su cordura estaba en duda. Se sentía cada vez más paranoica y asustada. Empezó a tener sueños extraños y misteriosas visiones que parecían ser una advertencia.

Finalmente, pudo descubrir la verdadera identidad del asesino en serie. Descubrió que Kim Eun-ji, la mujer que Ahn había entrevistado, era en realidad la mente maestra detrás de los asesinatos. Y, para gran sorpresa de Ahn, Kim la había usado a ella, a la periodista, para localizar a las víctimas.

Ahn logró escapar del peligro a tiempo, pero tuvo que dejar su carrera de periodista detrás debido a los traumas que le había causado. Se mantuvo calma y, décadas después, todavía se pregunta si lo que vivió fue real o producto de su propia mente.