mariarose95 MARY ROSIE

Min YoonGi es un reconocido rapero que aceptó una invitación para asistir a una pasarela de Valentino, la marca de ropa con la que firmó un contrato hacía no mucho tiempo. Él no se encontraba emocionado por presentarse en el elegante evento, pero pronto un joven modelo aparentemente francés acaparó por completo su atención.


Hayran Kurgu Erotik Yalnızca 21 yaş üstü (yetişkinler) için.

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valentino

YoonGi suspiró con fastidio, mirando las calles a través de la ventana del auto que manejaba su chofer. No se sentía cómodo en París, no quería saber nada del ridículo país del amor o una mierda como esa. Él habría estado feliz de encerrarse en casa todo el día componiendo música porque para eso había debutado, pero había aceptado ser una de las cientos de caras de la marca Valentino para la promoción de su próximo álbum y al parecer ir a pasarelas pretenciosas llenas de más gente pretenciosa era uno de los requisitos de dicho contrato.

Revisó su atuendo, jugueteando un poco con lo que él suponía era una especie de bufanda cara que combinaba con su ropa color beige. Se sentía guapo, claro, pero extraña un poco su cómoda ropa de pijama o camisetas holgadas. No se acostumbraba a la ropa fina, menos si no era de color negro.

—Llegamos, señor.

YoonGi, mejor conocido como el exitoso rapero coreano Agust D , tomó un momento para hacerse la idea que no sería tan malo, esperaba que no. Con suerte encontraría algún tipo de inspiración durante el evento. Claro, había que ser positivo.

El manager de YoonGi salió del asiento del copiloto y caminó fuera del vehículo, rodeándolo y abriendo la puerta de su lado a toda prisa. YoonGi tomó un poco de aire antes de salir, saludado y sonriendo frente a las cientos de cámaras que iluminaban la noche parisina.

Mierda, hubiera llevado lentes de sol. Todavía no se acostumbraba a los flashes cegadores y ya llevaba cinco años en el negocio.

Cuando entró, saludó a las demás estrellas invitadas esparcidas por el lugar. No conocía a la mayoría, o bien podría decir que sí los conocía, pero que no lo suficiente como para que le importara. No estaba seguro de qué tanto hacer dentro de un lugar como ese, quizás robar un par de canapés o algo por el estilo y sentarse a que todos los paparazzis posibles le tomaran cientos de fotos en la misma aburrida posición sobre su silla.

Trató de relajarse y buscó su asiento, mirando con atención la pasarela mientras el dichoso show se hacía de rogar. Su manager no estaba presente, debía hacer cosas de manager quizás, o arruinaba un poco la estética del lugar que SeJin estuviera sentado a su lado. Para colmo, su inglés no era tan bueno, mucho menos su francés, así que sólo trató de verse seguro para que nadie le preguntara nada.

Luego de un rato, cuando el show finalmente comenzó, YoonGi se sentó un poco más derecho y observó con atención cómo los modelos comenzaban a salir por las puertas de la pasarela.

Ver el show, lucir lindo, estar en el afterparty como por una hora y luego regresar al hotel a dormir. Ese era el plan. Era un buen plan.

Pasaron varios modelos de diferentes nacionalidades, pero todos igual de delgados. Muchas chicas hermosas con prendas transparentes a las que evitó mirar de más porque sabía lo que un par de fans locas podían pensar, aunque no iba a negar que era interesante ver las prendas extravagantes que todos llevaban encima. Se tragó un bostezo en mitad del evento y, cuando volvió mirar hacia la entrada, se encontró con un chico con facciones asiáticas, caminado con el mentón elevado, con una mirada fija en el horizonte mientras andaba con toda la elegancia que podría hacerlo un modelo.

YoonGi se quedó estupefacto, mirando al otro adueñarse de toda la pasarela. Observó con fino detalle cómo aquel joven atravesaba el lugar con su inmaculada presencia y ponía un pie frente al otro con una seguridad tan genuina que YoonGi se preguntó si acaso él era una especie de estrella invitada.

YoonGi tragó una vez más, pero porque sintió que se le caía la baba.

Igual que los demás modelos, este chico venía con una camisa transparente que dejaba a la vista su abdomen, su piel canela brillando bajo los reflectores de la pasarela y cabello pulcramente peinado moviéndose con suavidad contra el movimiento de sus pasos. Su rostro era fino y estoico como todo un modelo profesional de su clase, acompañado con un suave contoneo de hombros que le agregaba un toque delicado a su andar.

YoonGi parpadeó en el instante que el chico desapareció una vez más, sintiéndose como si acabara de ver un espejismo en medio del desierto.

—¿Quién es él? —preguntó más para sí mismo que para el público general, quienes ni siquiera entendieron sus palabras y continuaron mirando el resto del evento.

El chico reapareció minutos después, luciendo otro atuendo mientras camina por la pasarela con un conjunto un poco menos revelador, pero que no perdía su toque elegante y prístino del que Valentino se enorgullece.

Esta vez YoonGi se encargó de disfrutarlo un poco más, observando embobado como el joven asiático por el que rezaba que supiera coreano caminaba por la pasarela. Estaba seguro de que nadie estaría viéndolo como él lo hacía, después de todo no despegó sus ojos ni siquiera cuando otra de las modelos apareció. YoonGi mantuvo toda su atención dedicada al delgado y alto modelo con el deseo para nada oculto de que este le dedicara una mirada o algo, pero era claro que en ese contexto no la tendría porque el chico no abandonó su papel en ningún momento.

YoonGi tomó aire cuando el modelo desapareció del escenario y se dio cuenta que había una sonrisa pequeña en la comisura de sus labios. Debía verse como un idiota embelesado, esperaba que nadie haya tomado fotos de eso, pero qué más daba, no iba a ocultar que acababa de ver a afrodita presentarse sobre la tierra en el cuerpo de ese chico.

El rapero quería hablar con él, así que ahora tenía otra razón para asistir al afterparty.


***


YoonGi no tenía muchos cambios de ropa planeados para sus cortos dos días en París y se lamentaba un poco porque no se sentía del todo el hombre guapo y galante que habría querido lucir metido en ese conjunto beige, pero peor era nada. Esperaba que el lindo modelo que le llamó la atención durante el desfile estuviera ahí presente y que estuviera soltero, que supiera coreano y quien sabe, quizás tuviera interés en el rap.

El joven pelinegro arribó luego del desfile a un bar que se veía ridículamente exclusivo, uno que alquilaron durante toda la noche y cuya temática se basaba en un túnel subterráneo por lo que todo el lugar se veía como algo que él catalogaba como un sótano sacado del mediterráneo. Lucía elegante aun así, había una extensa zona para bailar que ya se encontraba abarrotada de modelos y celebridades, los tragos no sabían mal y los asientos eran cómodos.

Se oían risas, gritos y alabanzas. Los modelos franceses festejaban de una manera a la que YoonGi no estaba del todo acostumbrado: bailando y meneándose con euforia junto a las celebridades invitadas y demás personas importantes mientras el alcohol inundaba sus sistemas.

YoonGi decidió tomar un par de tragos para darse fuerzas, esperando que todas sus expectativas fueran cumplidas esa noche mientras consideraba que, cuando volviera a Corea, las cosas serían bastante más aburridas que ese momento. Debería aprovechar la libertad que le daba una noche parisina dentro de una fiesta que negaba por completo el uso de celulares para darle a las celebridades mayor desenvolvimiento dentro del local.

Observó la pista y las demás mesas, todos los modelos se encontraban presentes, pero no podía encontrar por ningún lado al chico lindo que había llamado su atención. Entre tanto, pidió un par de tragos más y se levantó de su mesa un poco más animado, buscando en la pista de baile el par de ojos oscuros que lucían como si pudieran comerse el mundo entero de un bocado.

Lo encontró no mucho después, bailando en un tubo que se encontraba en una esquina de la pista de baile. Sonrió y caminó cerca de la pequeña multitud que disfrutaba del espectáculo, observando atento cómo el chico se divertía bajo los ánimos de los demás. La música resonando por los altavoces, los movimientos del modelo siguiendo el ritmo como todo un experto.

En retrospectiva, YoonGi sentía que no había mucha diferencia entre la pasarela y esa pequeña sección con el tubo ya que el modelo seguía luciendo como el jodido dueño de todo el lugar, amo y señor de cada cosa que vieran sus preciosos ojos.

De repente, la mirada del chico se fijó en él y YoonGi sonrió ladino, siguiendo los movimientos ajenos con toda la atención posible, recibiendo una pequeña sonrisa en respuesta mientras el joven modelo se contoneaba sobre el pequeño escenario.

Cuando la canción terminó, el modelo sin nombre se alejó del tubo y sonrió con coquetería hacia el montón de silbidos y lo que YoonGi creyó que eran halagos en francés.

—Hey —YoonGi saludó cuando estuvieron lo suficientemente cerca.

El modelo ladeó un poco su cabeza, mirándolo de arriba a abajo. Su rostro se mantenía tan sereno como había estado en la pasarela y decir que lucía elegante con el conjunto delicado que usaba sería un eufemismo.

Sin embargo, no se veía sorprendido con él.

Avez-vous perdu quelque chose? —escuchó decir al otro cuando pasó a su lado.

Mierda.

Oui? —YoonGi contestó.

El chico lo miró un momento, luego se rió.

Agust D, right? Korean? —preguntó el chico, un suave deje de francés en su inglés. YoonGi reconoció su propio nombre entre los labios del modelo, por lo que asintió—. Podrías haber empezado por ahí —sonrió—. Me llamo TaeHyung. Se nota que no sabes francés, por si te lo preguntas, lo que dije al principio fue: ¿se te perdió algo?

YoonGi se quedó en blanco un segundo. TaeHyung volvió a reír. Elegante, demasiado, casi no parecía pertenecer a ese oscuro club subterráneo lleno de gente borracha y bailes exóticos, lucía más bien como el tipo que podría sentarse a disfrutar de una cena elegante con un vino caro a su lado, comiendo algún platillo ridículamente caro cuyo nombre YoonGi no podría pronunciar nunca.

—También eres coreano —YoonGi se escuchó estúpidamente aliviado.

—Podríamos decir que sí —caminó un par de pasos, acto que el otro siguió como un perro faldero, alejándose de la ruidosa pista hacia un rincón apartado—. Vivo aquí desde hace siglos, pero es refrescante entablar una conversación con alguien que entiende mi lengua materna. ¿Algo para decir, monsieur August D?

—No tienes que llamarme así, YoonGi está bien —explicó, rascándose la oreja con disimulo mientras una de sus manos se escondía dentro del bolsillo de su pantalón—. ¿Me conoces?

—Conocemos a todas las estrellas que vienen a estas fiestas —contestó, el deje del francés no abandonaba sus palabras, escuchándose lindo y encantador para los oídos del experimentado compositor—. Celebridades de todo el mundo disfrutan de nuestras pasarelas así que debemos hacer una pequeña búsqueda antes de una fiesta para saber a qué nos estamos enfrentando.

—Oh, hiciste la tarea —dijo y el modelo asintió—. ¿Puedo saber qué encontraste sobre mi?

—Rapero, compositor, salvaje en el escenario, letras pesadas, ¿algo sobre canciones demasiado explícitas como para ponerlas en la radio? Creo que también un par de pequeños escándalos con hombres, pero sólo rumores —contó con diversión, su tono elegante bailando contra su lengua, caminando alrededor de YoonGi mientras el rapero lo seguía con la mirada—. Me sorprende que alguien como tú haya venido a una pasarela como la de Valentino... A cualquier pasarela, en realidad —murmuró a sus espaldas.

YoonGi se mordisqueó el labios inferior, observando cómo el modelo aparecía de nuevo en su campo de visión.

—En realidad no soy muy fan de las pasarelas —contó, viendo un ligero movimiento de sus cejas como si no le sorprendiera.

TaeHyung ladeó un poco su cabeza, extendiendo una mano para tomar la tela de lo que YoonGi había nombrado su delgada bufanda, deslizando su mano hasta el final de la misma, jalando un poco más de cerca al rapero.

—Sí, me di cuenta —respondió, mirándolo como un animal acechando a su presa—. Se nota que no estás acostumbrado a meterte en estas prendas.

YoonGi se veía intrigado.

—¿Cómo sabes eso?

TaeHyung subió la pequeña comisura de su boca, dedicándole una sonrisa coqueta antes de inclinarse hacia adelante, acercando sus labios a la oreja de YoonGi.

—Como un hombre que nació para modelar ropa, puedo darme cuenta cuando alguien quiere desvestirse, mon amour .

YoonGi retuvo el aliento cuando el modelo se colocó frente a él, mirando profundamente sus ojos bajo un manto oscuro que YoonGi no sabía cómo definir. Había algo elegante en cada movimiento que hacía, mirando a YoonGi desde arriba como si fuera una especie de príncipe observando a un plebeyo.

Por alguna razón, esto le gustaba mucho al rapero.

—Te invito un trago —le dijo YoonGi.

TaeHyung se veía satisfecho.

—Creo que prefiero bailar —movió su hombro.

—Podemos hacer ambas cosas —se jactó—. Pide lo que quieras.

El modelo mordió suavemente su labio inferior, sonriendo. Caminando un paso más cerca de YoonGi como si no fuera suficiente.

—Tengamos ese baile primero.

Ellos tuvieron más de un baile, luego otro y luego un par de bebidas. Hubo risas, toques, movimientos que pedían segundas intenciones y sonrisas cómplices que compartieron durante toda la hora que bailaron. TaeHyung era alto, piel canela y ojos cargados de unas hermosas pestañas, lucía como un sueño, y YoonGi se encargó de recordárselo un par de veces más mientras el alcohol revoloteaba en su sistema, murmurando cumplidos cerca de su oreja, moviendo sus labios sobre su cuello mientras sujetaba su cintura con una firme delicadeza.

Más tarde, esa noche, YoonGi tenía al lindo modelo metido dentro de su auto, yendo camino al hotel mientras se besaban en los asientos traseros. Su cabeza no estaba pensando del todo bien las cosas, pero qué más daba, le podría dar una propina extra al chofer.

TaeHyung se movía por el lugar como si perteneciera ahí, YoonGi admitía disfrutar de esto también mientras llegaban a la habitación del hotel porque el joven modelo tenía algo que hacía querer verlo durante horas, como un dios en tierra que pedía gritos ser adorado. A YoonGi no le molestaba ser quien lo adorara, siguiéndolo como un simple mortal hipnotizado, tocando su cuerpo como si quisiera disfrutar cada segundo en su presencia.

El modelo se tomó un momento para observar la linda habitación de hotel en la que el rapero se estaba hospedando, detallando en los lujosos muebles con interés mientras YoonGi lo aprisionaba contra la pared y besaba su cuello con ahínco, deslizando sus manos debajo de la tela de su bonita ropa de diseñador.

—Lindo cuarto —mencionó con un jadeo, mirando a YoonGi un momento mientras este se apartaba de su cuello para recuperar el aliento.

—La cama es más linda —comentó con un deje de gracia.

TaeHyung le sonrió, tan elegante como parecía lucir siempre, tomando su rostro entre sus delgadas y delicadas manos, todo para acercarlo a boca y besarlo profundamente, YoonGi correspondió sin dudarlo, moviendo sus labios contra su boca de la manera más hambrienta posible, apretando su cuerpo contra el del modelo mientras las manos de ambos comenzaban a deslizarse sobre el otro para quitar la estorbosa ropa.

El delgado modelo se deshizo de la bufanda y el saco de YoonGi, mientras este se deshacía de la camisa del modelo, una que creía que era muy simple para alguien como él. Ambos caminaron entre besos hasta la enorme cama que reposaba en medio de la habitación del hotel, provocando que un par de almohadas recientemente acomodadas cayeran al suelo.

Ambos eran un manojo de caricias y besos, retorciéndose sobre la cama como si estuvieran desesperados por el contacto del otro, presos de sus deseos impulsados por el alcohol en sus venas. TaeHyung enroscó sus brazos alrededor de los hombros ahora desnudos de YoonGi, sujetando su cintura entre sus piernas mientras el rapero trataba de deshacerse de sus propios pantalones.

El rapero bajó sus besos hasta el cuello de TaeHyung, deslizándose por sus clavículas hasta su pecho, en donde besó y chupó la zona mientras el modelo acariciaba con rudeza su cabello e inundaba la habitación de sus roncos gemidos.

—Sin marcas, mon amour —advirtió TaeHyung.

YoonGi quiso fingir que no escuchó nada de lo que dijo, pero hizo caso, manteniéndose a raya con los chupetones. Sus manos calaron la cintura del modelo, desabrochando sus pantalones para bajarlos hasta la altura suficiente en la que ambas cinturas pudieran molerse juntas y el placer se sintiera por fin. Ambos estaban duros contra su ropa interior, sensibles al tacto y gimiendo contra la boca del otro.

Momentos después, el suelo de la habitación recibió los últimos pares de prendas que cayeron de la cama, mientras el dúo se restregaba contra el otro, disfrutando tanto del calor ajeno como de la expectativa que crecía cada vez más dentro de sus estómagos y que bajaba cada vez más al sur entre cada jadeo y gemido.

YoonGi encontró un condón entre algún lugar de las prendas tiradas, lo abrió con manos temblorosas mientras el modelo movía su hábil mano contra su pene y se lo colocó tan rápido como pudo, sus propios dedos sumergiéndose entre las piernas del chico para dar con su punto.

TaeHyung comenzó a retorcerse, luciendo tan encantador y delicado que YoonGi no quería dejar de mirarlo.

Baise moi, s'il vous plaît! —vociferó TaeHyung, sus manos aferradas a las sábanas de la cama mientras sus sensuales gemidos agitaban algo muy dentro de YoonGi—. Fais moi crier ton nom —repitió un par de veces—. Por favor, por favor…

—Mierda, qué sexy hablas —no pudo evitar decir YoonGi.

TaeHyung se mordió su labio inferior, sonriendo. No era la primera vez que excitaba a un extranjero hablando francés, pero nunca perdía la gracia de disfrutar las caras que estos hacían cuando él abría la boca.

Monsieur YoonGi —ronroneó, YoonGi pasó saliva—. Mon amour… —continuó, calando fuerte en el otro, extendiéndose sobre la cama como si fuera la mejor de las obras de arte.

El rapero ni siquiera sabía lo que estaba diciendo, pero suponía lo que era considerando que TaeHyung no dejaba de retorcerse bajo su toque mientras lo miraba con esos ojos antes serenos, ahora vueltos un par de océanos turbulentos hambrientos de más, con su cabello ligeramente pegado a su frente por el naciente sudor.

—Date la vuelta —exigió YoonGi.

TaeHyung lo hizo sin dudar, expectante, mirando sobre su hombro en espera de lo que el otro haría a continuación mientras su mano mantenía un ritmo constante bombeando su propio pene, negándose a dejar de sentir el calor de la excitación sobre su sudado cuerpo. YoonGi escupió en su mano, mojó con su saliva la extensión de su pene y lo alineó contra el modelo, metiéndose lentamente entre sus piernas, más profundo cada vez, con menos aliento a cada segundo que pasaba.

El rapero embistió contra el delicado modelo cada vez más fuerte, apretando contra la cama de hotel mientras el joven de piel canela con ojos delicados ahogaba sus gritos contra una de las pulcras almohadas que habían sido colocadas estratégicamente contra la cama. Ojos cargados de lágrimas mientras recibía a YoonGi como todo un experto.

TaeHyung se aferró a las mantas, sus rodillas flexionadas contra el colchón mientras YoonGi arremetía contra él, sujetando su cintura con una mano firme mientras la otra se apoyaba sobre la cama debajo de él, con su boca semi abierta, jadeando y gimiendo por aire mientras TaeHyung yacía medio recostado sobre la cama, su pecho contra el colchón. Había un pequeño rechinido de fondo, pero ninguno lo notó realmente, más concentrados en no perder el control de sus gemidos para que en el hotel no se quejaran por el ruido de sus voces.

Baise-moi mon amour, baise moi fort —rogó entre jadeos contenidos, sus ojos cerrados mientras buscaba por aire, su cuerpo entero temblando por la posición y el constante golpe contra su entrada.

—Mierda, que apretado estás —murmuró YoonGi sin detenerse, TaeHyung dejó caer su cabeza contra la almohada—. Me estás tomando bien, mierda, mierda… —su respiración comenzó a acelerarse, pequeños espasmos subiendo por sus piernas.

El placer húmedo de la habitación sucumbió sobre ellos mientras sus cuerpos temblaban cada vez más cerca del límite. Ambos perdieron la noción del tiempo, simplemente disfrutaron de su mutuo orgasmo mientras su acalorados cuerpos reposaban sin energía sobre la cama.

Sin embargo, no demoraron en continuar una vez se recuperaron del todo y aprovecharon lo más que pudieron esa noche.


***


YoonGi largó un bostezo cuando se levantó a la mañana siguiente, sintiendo los ojos pesados mientras veía el sol entrar por el enorme ventanal de la habitación cuyas cortinas había olvidado cerrar para evitarse tener que soportar la molesta luz. Lento, se removió en la cama y le dio la espalda a la ventana, encontrándose con el modelo de la otra noche sentado contra el respaldo.

TaeHyung tenía su celular en mano, bajando sus ojos por la pantalla mientras comía lo que el rapero reconoció como unas galletas que su manager le llevó el otro día.

Por un segundo, YoonGi tuvo la sensación de que el chico bonito le había tomado una foto, que la había subido, que su nombre ahora debía ser tendencia. El dolor de cabeza que nacía en su nuca y apretaba su cerebro por culpa de la resaca empeoraba con ideas de lo que podría estar sucediendo y, sin darse cuenta, se quedó mucho más tiempo de lo necesario mirando el celular del chico frente a él.

—No estoy haciendo un directo con tu cara en primer plano, por si te preocupa —dijo TaeHyung con calma, aun sin despegar sus ojos del celular. Su pecho se encontraba descubierto, completamente desnudo con las sábanas cubriendo por debajo de su abdomen—. A mi tampoco me gusta mucho la idea de ser viral porque me acosté con un rapero coreano.

YoonGi no pudo evitar fruncir un poco las cejas y levantó un poco más su cabeza de la cama. ¿Qué había de malo en volverse viral por coger con él?

De repente, TaeHyung se rió.

—Ah, mon amour. No te sientas tan ofendido —molestó, dedicándole una mirada coqueta—. A ninguno de los dos nos conviene esto, pero el sexo fue bueno, así que no te preocupes —se inclinó hacia adelante, besando la frente de YoonGi.

El rapero sonrió y se recostó de espaldas, bostezando antes de pasarse las manos por la cara para quitarse el sueño de encima.

—Sí, fue bueno —estuvo de acuerdo.

TaeHyung tarareó, luego dejó las galletas a un lado y se recostó de nuevo al lado de YoonGi, acomodando las sábanas sobre su cuerpo.

—Me tengo que ir, mon amour —acarició su mejilla—. Estoy seguro de que tienes un vuelo pronto y yo debo trabajar. Además, la ropa que traje ayer no es mía —sonrió con travesura, YoonGi sonrió divertido.

—¿Puedo tener tu número? —pidió, perdido en los ojos del joven castaño.

TaeHyung mordisqueó su labio, mirando la boca de YoonGi un momento.

—¿Por favor? —YoonGi tomó la mano de TaeHyung, la que reposaba contra su mejilla.

El modelo miró sus ojos un momento, quizás cayendo un poco por la pequeña manipulación de esa mirada de cachorro.

No sería la primera vez, sin embargo.

—Bien. No creo que lo uses, pero te lo dejaré de todos modos —le dijo como si no fuera importante, besando suave la boca de YoonGi con un letargo sensual.

YoonGi correspondió al beso, moviendo su boca aún hambrienta contra la otra mientras el calor comenzaba a calar en su cuerpo.

Tomó el rostro del modelo, deslizando su mano hasta su cuello y ronroneando gustoso.

Entonces, TaeHyung se separó.

—Ha sido un placer, monsieur Agust D.

El rapero insistió en que se quedara un poco más de tiempo, pero el modelo se colocó la ropa y se marchó de la habitación de hotel, no sin antes dejar su número anotado en un papel sobre la mesita de noche.

Y, mientras miraba el techo de la habitación, YoonGi no podía dejar de pensar en que ya no quería regresar a Corea.

24 Mayıs 2023 03:20 1 Rapor Yerleştirmek Hikayeyi takip edin
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Son

Yazarla tanışın

MARY ROSIE Hola, soy mariarose95. Si me conoces de wattpad te doy la bienvenida a mi cuenta secundaria. Si no me conoces, espero que puedas disfrutar de mi contenido. La mayoría de cosas que escribo son yoonmins, ¡pero me gusta variar de vez en cuando! <3

Yorum yap

İleti!
Loveclub Song Loveclub Song
Dios mío, esto es súper bueno!
June 06, 2023, 02:01
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