houndix 𝖄𝖚𝖞𝖚

Jungkook nunca imaginó que una llamada al 911 le daría un propósito a su lejano e incierto futuro. © houndix Queda prohibida la copia, adaptación, traducción, almacenamiento ilegal o derivados de este libro. ¡Gracias por leer!


#99 içinde Hayran Kurgu #4 içinde ünlüler Sadece 18 yaş üstü için.

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01

—¡No soy idiota!

El pequeño Jungkook despertó con el ritmo cardíaco acelerado. La apertura iluminada de la puerta entreabierta de su habitación le advirtieron lo que más temía: su padre había llegado nuevamente borracho a casa, y probablemente estaba agrediendo físicamente a su madre como las tantas noches pasadas. Eso explicaría los gritos y el que las luces estuviesen encendidas en plena madrugada.

—¡Te juro que no, Yaseung! —Gritó ella y casi inmediatamente después un golpe resonó. Jungkook se levantó con su osito de felpa entre sus brazos, manteniéndolo considerablemente cerca mientras se aproximaba a la puerta con la intención de ver lo que ocurría. —¡Te estás haciendo ideas equivocadas! ¡Lo juro!

—¡¿Juras qué?! —El pequeño saltó del susto en cuanto vio a su progenitor darle una palmada en la mejilla a su madre, lo suficientemente fuerte como para que ella hubiese caído al piso. —¡Eres una maldita perra! —Alegó con voz distorsionada, claro efecto del licor en su sangre. —¡Planeas abandonarme y dejarme con ese pequeño bastardo que no soporto! ¡Hazte responsable de tus actos, porquería de mierda!

Jungkook se vio en la obligación de correr hasta su mamá al momento en el que su padre le pateó el estómago. Ella estaba llorando, sangrando por la nariz y la boca. Su cabello estaba despeinado convenientemente por todos los tirones que el hombre le había dado.

—¡Mami! —Llamó, corriendo a su encuentro.

—¡No te metas en esto, mocoso! —Un agarre a los hombros del niño y un ligero empujón fueron suficiente para apartarlo. La mujer volvió a gritar entre un amargo llanto, difícilmente pidiéndole al otro que no le hiciera daño al infante. —Vete a la mierda... O no —sonrió con malicia, relamiendo sus labios. —, mejor quédate. Quiero que veas cómo mato a la zorra de tu mamá. —Jungkook jadeó. Sus brillantes esferas estaban saturadas de lágrimas. Sus labios se hallaban entreabiertos, soltando pesadas respiraciones. —Y quizá después te mate a ti. No pienso quedarme con la cría imbécil de esta perra.

—¡Jungkook, corre y... —Ella quiso gritarle que pidiera ayuda, mas la nueva patada a su boca fue la encargada de interrumpirla. Sintió sus dientes vibrar y doler, e incluso pudo jurar que uno había caído. Su cavidad bucal se fue llenando lentamente de sangre. —¡Pide ayuda! —Logró decir tras un par de segundos eternos. Fue una pésima idea, pues fue levantada por el hombre con una facilidad increíble, siendo sujetada fuertemente por el cabello, el cual fue jalado y maltratado. —¡911, Kookie, llama al 911!

El pobre niño estaba paralizado. Con el osito aún en brazos y las piernas cual gelatina, logró levantarse y correr hasta una de las esquinas del living, justamente donde reposaba en la base un teléfono inalámbrico. Aturdido por los gritos tanto de su padre como de su madre, lo agarró y prontamente corrió hasta el armario de su habitación, en donde se encerró entre fuertes sollozos.

Tomó asiento en el suelo de madera del compartimiento, en tanto prendía el aparato y hacía el gesto de marcar al 911. Se equivocó un par de veces debido a sus extremidades temblorosas, pero, afortunadamente, el cuarto intento fue el vencido.

Línea de emergencia, buenas noches. —Contestó del otro lado una voz gruesa pero amable, cálida. —¿En qué puedo ayudarle?

—Mi ma-mami... —Tartamudeó. Los hipidos no lo dejaban expresarse bien. —Mi papi qui-quiere matar a mi mami... —Y entonces sollozó, tapando su otro oído con una parte del cuerpo del oso de felpa. —¡Mi mami está muy lastimada, por favor ayúdeme, señor!

Tranquilo, pequeño. —Imploró en primer lugar. —¿Estás en tu casa? ¿La ubicación que muestra el teléfono es la de tu casa?

Gritos desgarradores se escuchaban de fondo. El niño sollozó incluso más.

Necesito que mantengas la calma. —Volvió a hablar en cuanto el infante fue incapaz de responder a su pregunta. —Las cosas van a estar bien. Necesito que te centres en mi voz y...

—¡Mi mami está gritando mucho! —Chilló, evidentemente desesperado. —Por-por favor... Mi mami... Mi mami... No me quiero quedar sin mi mami...

Tranquilo, tranquilo. Escucha mi voz. ¿La ubicación del número telefónico es de tu casa?

—S-sí...

Vale. La policía estará en camino y llegará pronto. Por ahora necesito que te escondas, ¿puedes hacerlo?

—Estoy en el armario con-con el señor oso, pe-pero mi mami... —Insistió. —Mi mami, señor...

La policía llegará pronto. —Repitió. —¿Puedes decirme tu nombre y tu edad?

—Me lla-llamo Jeon Jungkook y tengo cinco a-años... —Sorbió su nariz, todavía bastante nervioso. Por mera curiosidad, y mientras mantenía el teléfono pegado a su oreja, gateó fuera del clóset hasta la puerta, la cual seguía entreabierta. —Mi mami... Mi-mi mami ya no grita... —Informó, volviendo a eso de hipar. Asomó mitad de su rostro por el hueco, y la imagen que divisó simplemente le hizo gritar. —¡Hay sangre, señor, mucha sangre!

Ver la cabeza de su mamá completamente reventada y machacada era un panorama que nunca iba a olvidar. Su padre estaba dándole salvajes martillazos, estropeando cada vez más su cráneo, haciendo que sus entrañas junto a un montón de sangre salieran disparadas.

El pequeño Jungkook volvió a gritar, gateando torpemente de vuelta al armario. Sus mejillas estaban empapadas, su nariz roja y moquienta. Sin embargo, la voz del otro lado nunca lo abandonó.

—¡Mamá está muerta! —Dijo en obvio desconsuelo. —¡Mi papi mató a mi mami!

No habían palabras que pudieran consolar a un niño de cinco años, mucho menos en una circunstancia como aquella. Había presenciado cómo el hombre que se hacía llamar su "padre" había acabado con la vida de su mamá. Peor todavía, en una forma en la que ella nunca habría merecido.

Simple y llanamente no habían palabras. Nunca las habría.

Céntrate en mi voz, Jungkook. Sólo haz caso a mi voz. No mires y por favor escóndete. —El chiquillo no respondió, mas los constantes sollozos daban a entender que seguía ahí. —¿Te gustan las canciones? Puedo cantarte una muy bonita, aunque mi voz no es la mejor. —Intentó distraerlo de su lamentable realidad. El niño persistió en no responder; lo único capaz de hacer era llorar. —Atrapado en mí, siempre he estado solo, una soledad que no estaba esperando. —Comenzó a cantar. Su voz, pese a ser grave, transmitía dulzura. —Me atrapaste con tus ojos que se parecen a los míos, envuélveme cálidamente en ti.

Posteriormente, él empezó a tararear. Jungkook seguía demasiado afligido, mas se dio el tiempo de escucharlo y de entender lo que cantaba.

En los días difíciles tú me abrazas. Mi corazón está latiendo por ti, entras en él y lo llenas. —Continuó. —Siempre caminé solo, ahora camino contigo. La persona que me gusta es buena para mí. Tu cálida sonrisa es como un rayo de sol. Me gusta tu forma de ser, me recuerda al viento. —Él reanudó eso de los tarareos y de unas lindas notas bajas que, por increíble que pareciera, hicieron el corazón del pequeño Jungkook latir con fuerza. —Atrapado en mí, siempre he estado solo, una soledad que no estaba esperando. Me atrapaste con tus ojos que se parecen a los míos, envuélveme cálidamente en ti...

Jungkook ya no lloraba, ahora solamente hipaba. Su corazón estaba descontrolado y no sabía con exactitud a qué se debía, si al miedo que le producía encontrarse en aquel lugar o a la hermosa voz que poseía el chico del otro lado. No cantó más de dos minutos y había sido suficiente para captar toda la atención de Jungkook.

Iba a decírselo. Iba a decirle que cantaba precioso, pero el sonido de la puerta de su habitación chocando contra la pared lo devolvieron a la realidad; aquella en la que su padre había asesinado a su madre y en la que, posiblemente, la siguiente víctima sería él.

—¿¡Dónde estás, pequeño bastardo!? —Era su padre cubierto de sangre. Aún tenía el martillo en su mano, igualmente repleto de fluidos y coágulos. —¡Te encontraré tarde o temprano!

Alzando su mano libre, Jungkook tapó su boca. La otra la empleaba en mantener el teléfono muy pegado a su oreja.

¿Jungkook? —Llamó el sujeto del otro lado de la línea. El aludido obviamente no pudo responder. —Jungkook, ¿todo está bien?

Su papá se agachó a buscar debajo de la cama. Al no hallar nada, se reincorporó y le echó una rápida ojeada a toda la habitación, como queriendo hacerse una idea de dónde estaría el mocoso.

Una siniestra sonrisa surgió en sus labios al visualizar el armario desacomodado, como si alguien hubiese hurgado en él.

—¿Acaso es eso lo que pienso?

¿Jungkook?

El niño empuñó sus ojos, esperándose lo peor, pero lo peor nunca llegó.

La policía había accedido a la vivienda, habían abatido a su padre y una de las mujeres policías lo había tomado en brazos, llevándolo lejos de aquella casa y de aquel teléfono, arrebatándole a Jungkook la posibilidad de poder escuchar por unos minutos más la voz del chico de la línea de emergencia.

Esa madrugada había perdido muchas cosas; no obstante, también había ganado otras.

17 Kasım 2022 22:39 8 Rapor Yerleştirmek Hikayeyi takip edin
250
Sonraki bölümü okuyun 02

Yorum yap

İleti!
Gugi Th Gugi Th
😭
March 24, 2024, 08:03
Ashley null Ashley null
Que triste 🤧
March 16, 2024, 23:42
Necesito Afecto Necesito Afecto
Pobre Kookie wn. 😿
December 18, 2023, 03:07
Gótico  Koo Gótico Koo
Comenzamos fuerte. ¡Y me encanta! 🤧💖
July 16, 2023, 10:21
YP Yurim Park
Lloro
January 20, 2023, 20:11
KH Montero KH Montero
ufff comenzamos intensos, como me gusta jjjj
December 11, 2022, 01:50

~

Okumaktan zevk alıyor musun?

Hey! Hala var 5 bu hikayede kalan bölümler.
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