Caminaba sin rumbo fijo, el viento gélido no se sentía sólo se veía el vaho salir formando una neblina temporal entre la ausencia de las personas que llegaban a caminar.
No le podía contar a nadie lo que tenía, pero sobre todo no debía contar mi decisión. Cada día perdía parte de mí y el apetito desaparecía conforme pasaban los días. A veces vomitaba sangre, pero llegué a creer que era por exigirme tanto. Pensé que mi gastritis se había agudizado o era la deuda que tenía que tenía que pagar por haberme dejado de lado o tener dietas extremas en mi juventud. Cuando caminaba por el callejón observé que otra vez alguien me veía en la oscuridad, no sé si me miraba, ni quién era, en mi mente estaba un pensamiento: “¿qué tal si le cuento a esa persona?” y una carcajada salió de mí. Al pasar los minutos me atreví a acercarme, me dí cuenta de que era una mujer. Me temblaban las manos incluso sientía que mi corazón se aceleraba. Ella me observaba. Tal vez si se le contaba me liberaba de la pena, porque me cansaba de sólo tener las conversaciones con mi libreta y llorar cada noche. Tenía dolor hace varios años, pero no quería enfrentar mi realidad por eso evitaba ir al doctor, cada que alguna persona me decía que tenía un mal aspecto, que parecía una muerta o algo así me iba de lugar para no escuchar más. Me acerqué poco a poco a la mujer, su mirada era dura, pero se acercó y de sus labios salió una voz ronca y tajante
-Entra a mi casa se ve que ya no puedes, tus labios se tornan morados y un poco secos, tal vez es por el frio o del miedo que tienes, pero sabrás que no es nada que no conozcas
Acepté la invitación con miedo. No sé si pueda contarle, tomé la poca fuerza que me quedaba, ella me observaba meticulosamente parece que analizaba todos mis movimientos.
-Toma este té, ayudara a calmarte- Dejó de observarme, es así como las lágrimas empezaron a rodar sobre mis mejillas, pero su mano se esboza huesuda ¿o ya estaba alucinando? Con la voz entrecortada le dijo:
-Ya no tengo tiempo y el tiempo no es para mí, ya no quiero vivir. Viajare a Ámsterdam la eutanasia será la realidad a mi sueño, probare más marihuana y tal vez algo más para perder la conciencia pues ya no queda nada, en 3 días acabare conmigo, después de todo la eutanasia dará fin a mi vorágine. No hay mucho que hacer, sólo por eso no quise llegar a mi casa, no quiero que nadie me vea, tal vez interrumpa tu soledad. ¡Perdóname por favor! y el llanto ya no pude parar.
- No te preocupes, al menos mi casa ya no esta tan lúgubre, también llevo años muerta y observaba que poco a poco tu morías. No quise acercarme ¡creí que ya lo sabias! tu caminar cada día era más lento, y tu esencia se va acabando poco a poco.
Me quedé atónita ¿Cómo es que ella sabía lo que me pasaba? quizás trabaje en un hospital o sea doctora, por eso sabía que poco a poco se me acababa la vida. No quise preguntar. Sólo terminé el té y salí de su casa, la sombra y el silencio me invadieron una vez más.
Okuduğunuz için teşekkürler!
Ziyaretçilerimize Reklamlar göstererek Inkspired’ı ücretsiz tutabiliriz. Lütfen AdBlocker’ı beyaz listeye ekleyerek veya devre dışı bırakarak bizi destekleyin.
Bunu yaptıktan sonra, Inkspired’i normal şekilde kullanmaya devam etmek için lütfen web sitesini yeniden yükleyin..