Sentía las duras embestidas lograr que su cabeza impactará con el cabezal acolchado, no importaba mientras su entrada siguiera siendo atacada, sus rodillas pegadas a su pecho plano, sus manos apretando las sábanas oscuras con cada embestida, su miembro erecto rozando con el abdomen marcado contrario, la punta húmeda rozando con el eight pack que el contrario mostraba, su humedad marcando la dermis pálida, altos gemidos se escapaban de su boca, una combinación de ardor, dolor y placer en su zona apretada. Fijó su mirada en los largos mechones de cabello oscuro que se meneaban por los fuertes movimientos, la piel pálida, los fuertes brazos apretando su cintura, ver al gran hombre arremeter con rudeza, sin sutileza de por medio, eso le encantaba, le excitaba, le incitaba a empujar sus nalgas hacía la gran verga hinchada, tan necesitado para poder capturar más sensaciones que le llevaran al éxtasis total.
―¡Mierda! Taehyung, deja de apretar tanto. ―Se quejó el hombre de cabello largo al sentir que el culo opuesto le engullía en exceso, dobló una rodilla sobre el colchón mientras con sus manos se sujetaba, una pierna extendida, la punta de los dedos de sus pies acercándose contra la superficie suave, las piernas del moreno ahora sobre sus hombros, a nada de que los tobillos yacieran como aretes en sus orejas, sentía los talones del contrario pegar con su espalda ancha.
El mencionado omitió las palabras dichas por el azabache, disfrutaba engullir la verga venuda del contrario, ver como el rostro del pálido se transformaba y liberaba esos colmillos que más tarde —si al fin tenia suerte— se clavabarían en su tierno cuello delgado. Empujó su trasero contra el glande hinchado, logrando que el vampiro soltará un gemido antes de sujetar sus caderas morenas con rudeza, las yemas quemando sobre su piel dorada, seguramente más tardes hermosos moretones violáceos se fijarían a la dermis perfecta. Le fascinaba.
―Taehyung ¡joder! ―Apretó los muslos rellenitos y movió su pelvis contras las nalgas, un choque lascivo, las pieles sudadas crearon un eco "Plop, plop, plop". El vampiro bajó sus manos hasta los dos grandes globos de carne para separarlos y adentrarse de lleno, tan dentro, tan profundo. Sintió la punta de su verga palpitar, su cabeza inferior se hinchó y de la hendidura diminuta brotó el elixir blanquecino que chorreo el interior del humano, perlas muertas apaciguando llamas vivaces.
Vida y muerte uniéndose por medio de un orgasmo.
El azabache sabía que era el momento perfecto para continuar, que justo cuando su leche viscosa salpicaba el culo del menor, era cuando sus colmillos descienden a causa de la sobre estimulación, su visión cambia, puede notar en efímeros instantes que para él son pausa, cada vena del cuerpo vivo palpitar, ve las líneas de vida brillar, su temperatura baja a menos cero y entonces su olfato se intensifica, puede oler con perfección el olor ferroso de la sangre correr por las arterias por la anatomía de Taehyung.
Aunque sabe que es el mejor momento para marcar a su humano, se detiene.
Las voces en su interior le exigen seguir, drenar la sangre, pero el vampiro se niega. Así que en vez de clavar sus colmillos en el cuello acaramelado, cae de lleno contra la almohada a un lado. Su cuerpo pierde las fuerzas por segundos, cae de lleno sobre el cuerpo ajeno, su sudor y el opuesto son uno mismo, siente su verga cálida y se queda dentro de la cavidad anal hasta que su miembro pierde dureza.
Taehyung siente el cuerpo frío —a pesar de la actividad reciente— caer a un lado suyo. Suelta un suspiro largo y pesado, al parecer una vez más será una noche sin marcas.
Aquello comienza a fastidiar en exceso a Taehyung, el miedo, las dudas y preguntas se dejan fluir sin control.
"¿Cuánto tiempo necesita Jungkook para al fin marcarme?" "¿Acaso no quiere unirse a mi?"
Temeroso y frustrado, Taehyung gira si cuerpo para hacer al vampiro salir con totalidad de él, y así aprovecha para dar la espalda al mayor. Aprieta sus puños sobre su pecho como mejor opción a gritar, piensa en que tal vez Jungkook no desea lo mismo que él, "Estar juntos". Después de todo, porque el vampiro querría pasar su inmortalidad a su lado, a lado de un simple humano con días contados. La simple idea de ello, hace que su pulso se disparé, y la humedad no tarda en colarse a sus cuencos perturbados.
"¿Acaso no me amas, Jungkook?"
―Taehyung, deja de pensar incoherencias. ―Dice el vampiro aún con la cara enterrada contra la almohada. Se gira para acercarse al menor, pasa uno de sus brazos por la cintura del opuesto, y así pega a Taehyung a su pecho, besa la nuca cubierta de perlas de sudor, escala con besos hasta llegar a la melena rubia desordenada.
―Deja de meterte en mi cabeza, odio que lo hagas. ―Se siente vulnerable. Con sus codos hace el amago de marcar distancia, pero la firmeza del vampiro le impide lograrlo.
Jungkook no puede evitar sonreír ante el acto que para él es infantil, por parte del menor. Pega su cuerpo con vigor —como si quisiera por un instante ser uno mismo— al de Taehyung, siente el pulso errático del rubio, coloca sus manos sobre las costillas ajenas con toda la intención de cambiar el silencio que se ha creado y a cambio obtener aquellos preciosos sonidos de felicidad emanar de la boca del humano.
Quiere las risas de Taehyung, pero este no quiere reír.
Lo único que Jungkook logra es que Taehyung pueda salir de su agarre para así levantarse de la cama sin siquiera importarle el dolor en sus caderas y trasero. En silencio, el rubio toma sus prendas y se viste sin decir nada.
Los sentimientos están a flor de piel, Taehyung traga el nudo de emociones y sube sus pantalones mientras intenta coger aire, pero antes de poder respirar, siente la dureza del mayor apuntar de nuevo debajo de su espalda, la punta firme se abre paso por encima de las prendas para apuntar en su entrada, los brazos pálidos le rodean la cintura y filosos colmillos rasgan suave sobre su hombro aun desnudo.
―¿Por qué tienes tanta prisa en irte? Anda, Tae, volvamos a la cama. —Pide, pero el menor no se mueve. Entonces sabe que algo va mal. —¿Qué pasa? ―Cuestiona mientras sus yemas trazan líneas imaginarias, un silencioso "te amo" sobre el abdomen del rubio.
Taehyung no quiere discutir, no una vez más, menos por un tema que se ha vuelto repetitivo y siempre sin la solución por la que él aguarda. Está cansado. Lleva más de tres años en aquella relación con Jungkook, un vampiro de primera generación, alguien que ya ha vivido suficiente, un cazador salvaje, pero que también se transforma en un romántico empedernido que lo abraza noche tras noche para hacer promesas de amor.
Promesas de amor que no han sido concretadas.
―¿Ya no me amas? ―Suelta sin más. Tiene miedo de la respuesta, por eso Taehyung no se da la vuelta, se queda con la vista segura en sus manos, evita sentir la tentación de ver los ojos rojizos de Jungkook. Lo hace porque sabe que a pesar de todo, la mirada del vampiro no puede ocultar nada.
Jungkook suspira pesado, sabe que era cuestión de tiempo para que otra vez Taehyung saque ese tema que le causa pesar. Entiende que su chico lleva tiempo pidiendo por unir sus vidas, y lo cierto es que el vampiro desea aquello con todo su ser, no tiene dudas de que el rubio es el amor de su vida, la razón por la que tuvo andar por miles de años, cobran sentido al instante en que le ve, sabe que ha valido la pena la espera.
Fue hace cuatro años que le vio, la preciosa melena rubia ondeando por el viento otoñal, hojas secas cayendo y los ojos verdes de Taehyung mirándole por instantes, logrando que su corazón muerto latiera por un efímero instante.
No lo sabe, Taehyung no sabe que Jungkook le siguió y cuidó un año hasta que se animó a acercarse para conquistarlo.
Tiene miedo, Jungkook teme que la marca salga mal, que en el proceso la vida de Taehyung, su amor, se vea arrebatada por su sed insaciable de sangre. Aparte, lo ha investigado, la marca, la primera, siempre trae consecuencias al humano, cosas que podían ser letales, sin mencionar que el veneno que emana de los colmillos debe ser menguado en perfección, de lo contrario se puede terminar en un envenenamiento.
Taehyung realmente puede morir en medio de la marca.
Por eso, Jungkook considera decir al rubio que lo mejor es esperar, no hay por qué exponerse. El vampiro prefiere seguir así, es muy cobarde como para elegir que si la vida le separa de su chico sea por la muerte de los años y no por su culpa. No podría soportarlo.
Prefiere un suspiro corto con su amor, a perderlo por el afán de una eternidad.
―Tae... ―dice en un susurro, quiere ser suave—, sabes mi respuesta aun sin que lo diga. —Aprieta el cuerpo tibio contra si, inhala el olor natural y vivo del menor. —Te amo, por eso mismo creo que deberíamos...
―¡No! ―Interrumpe Taehyung. —¿Enserio crees que soy tan idiota como para no saber lo que intentas? ―Si tenía la intención de no llorar, falla. En segundos ríos de dolor y tristeza surcan caminos sobre sus pómulos y caen sin control hasta gotear el suelo. —Llevamos tres años juntos, Jungkook ¡Tres jodidos años! Y en cada día de ellos planeamos esto, estar juntos de por vida, pero siempre que va a pasar, surge un maldito pretexto tuyo ¡Estoy harto!
A Taehyung le duele al fin poner voz a sus pensamientos, no quiere explotar de esa forma, pero no lo soporta. No más.
—¿Por qué no eres honesto conmigo? Si no quieres esto, solo dilo. —Grita, porque moderar su voz y emoción ya no es fácil. Piensa lo peor ante la ausencia de respuestas. —Sólo me has usado, todo este tiempo no he sido más que un agujero seguro para coger, para beber de mi, eres un maldito hijo de puta que me ilusionó...
―¡Eso no es cierto! —Responde con tono alto, sus colmillos florecen en el acto, está molesto de que su chico dude de su amor. Lo ama. —Tae, debes entender que es peligroso, si pierdo el control puedes morir, mi veneno puede intoxicarte o la sed me puede ganar para drenar toda tu sangre. El simple pensamiento lo descoloca. —No quiero perderte.
―Lo sé... —Dice con cansancio, Taehyung se siente abatido, entiende el punto de Jungkook, pero para él vale la pena intentar, todo sea por estar juntos de por vida.— Se que es peligroso, pero no me importa —pega su cuerpo al opuesto, se pone de puntitas y alcanza la nuca del vampiro, acaricia la melena larga para apaciguar los miedos—. No me importa porque vale la pena el riesgo, si solo así puedo estar unido a ti. Te amo, Jungkook, quiero hacer esto, te pido que lo hagas, amor.
El vampiro toma por la cintura al menor, lo levanta del suelo para sujetarlo entre sus brazos, los pies de Taehyung cuelgan en el aire, Jungkook une sus frentes en un acto cariñoso, besa con ternura los labios rosaceos, no quiere perderlo, no va a perderlo. Rompe el contacto y mira los orbes verdes antes de volver a hablar.
―Mi amor, creo que lo mejor que podemos hacer ahora es... ―Antes de poder decir algo más, sus palabras se ven cortadas por el duro golpe de una palma sobre su cara, específicamente sobre su mejilla. A Jungkook no le causa dolor, hace mucho no siente ese tipo de ardor, pero ver el precioso rostro de Taehyung cubierto de lágrimas, es lo que le produce un malestar.
―¡Eres un mentiroso de mierda! —Grita con auténtico dolor. No hay rabia, solo tristeza. —Nunca me vas a marcar ¿cierto? —Sus esperanzas se carbonizan al instante en que ve a Jungkook negar con la cabeza. Duele. Le duele, y en un intento de liberar aquello, se acerca al vampiro para propinar golpes a puño cerrado sobre el pecho del contrario. —Me mentiste, todos estos años fueron pura mentira... —sus piernas temblaron y freno, el cúmulo de lágrimas le impidió continuar, sollozo—. Te amo, te amo, por favor... —suplicó, lo hizo porque estaba tan ilusionado con una vida a lado de quien ama—, por favor, márcame...
Entonces Jungkook entiende y ve el daño que ha creado. Nunca debió enamorarse de un humano.
Se separa del cuerpo vivo, lo hace con cuidado, tenía que ser fuerte por los dos, tenía que dejar a Taehyung en paz. Iba a hacer las cosas bien.
Jungkook se aleja por completo de Taehyung, toma sus prendas y se viste con prisa mientras escucha a sus espaldas los sollozos incesantes del menor, le rompe el alma, pero no piensa declinar a su decisión. Dejará a su chico en libertad para buscar la felicidad con alguien que pueda dársela.
Esta decidido, pero al sentir el rostro de Taehyung contra sus piernas, y ver al chico, su chico abrazado con fuerzas a él, sabe que no puede terminar bien. Le duele, por primera vez Jungkook siente que algo en su interior quema, desea morir ahí mismo antes que ver a su amor romperse por su culpa.
Debe ser hostil o nunca saldrá de ahí. Debe ser cruel para mantener vivo a quien ama.
―¡Sueltame, Tae! —Pide con falsa firmeza, se inclina un poco para separar al rubio y lo toma con sumo cuidado, contrastando en sus palabras, para así ponerlo en pie. Quiere besarlo, quemarse la boca y tomarlo, pero necesita ser fuerte y dejarle la felicidad.—Esta es la última vez que te busco, Taehyung. —Quiere morir al ver los hermosos ojos verdes apagar su brillo—. Yo siento mucho el haber mentido, pero no quiero esto. No voy a marcarte jamás.
Taehyung siente el dolor aumentar, un punzón hace a su corazón frenar su andar por un instante, una vibra eléctrica diferente a la que siente cuando le hacen el amor, le quema por las venas, esta vez puro ardor chamusca sus sentidos, pierde la estabilidad, se le va el aire y puede jurar que ha muerto.
No puede moverse o decir algo, las lágrimas fluyen sin ruido, sin escándalo, solo se queda inmóvil para ver a Jungkook irse sin mirar. El azote en la puerta activa sus sentidos y por fin cae al suelo.
Todo se ha terminado.
Mientras que afuera de la casa, Jungkook quiere regresar, le duele mucho el pecho, los pensamientos de Taehyung golpean su mente, odia ser el culpable del daño, no puede más, Grita, se jala los mechones con afán de frenar las voces, y cuando nada cesa, huye. Corre tan veloz que no le importa exponerse ante los demás.
Se refugia en la idea de que por lo menos gracias a su decisión, Taehyung no morirá, podrá verle una vez más solo a distancia.
[●●●]
1 año después
El alcohol no causa nada en su cuerpo muerto, bebe por simple costumbre e ilusión de hacer creer a su mente que aquel líquido amarillo puede menguar sus emociones, domar sus sentimientos vivos. Pero eso nunca da resultado.
Pues aunque ha pasado el tiempo, su amor por Taehyung nunca se marcha.
Jungkook aprieta el vaso de cristal, y lo deja a un lado cuando el contenido ha sido vaciado, la tentación le quema y aunque solo segundos atrás se prometió no caer, cede otra vez. Toma el celular y vuelve a mirar el fondo de pantalla.
Es una fotografía de Taehyung, el precioso rubio sonrie de forma amplia y a distancia, solo está ahí en medio de un parque jugando con un perro pequeño, sin preocuparse, sin dolor, tal como Jungkook deseó.
Ve todas las noches esa imagen que tomó solo hace un mes, Jungkook se reconforta al pensar que su chico al fin tiene felicidad, no puede saber que aquella sonrisa capturada fue falsa.
Esta tan inmerso en su admiración a su amor, que no siente a un ajeno acercarse.
―Debería buscarlo. —Opina el bartender. El hombre era el mismo que siempre servía al vampiro, ya estaba acostumbrado a ver al mayor hundirse en la misma banca a beber y admirar fotos del mismo rubio. Y aunque lo dicho es un consejo sin afán de ofender, Jungkook mira con desdén al pelirrosa. —Digo, seria mejor admirar esa belleza de cerca, y no aquí en una cantina oscura y llena de gente cuestionable.
En otra ocasión, Jungkook mandaría al diablo al pelirrosa, pero esa noche tiene ganas de hablar.
―No puedo. Le he lastimado, él jamás aceptaría volver a verme, nunca va a perdonarme —ladea el vaso vacío y mantiene su vista en el cristal—, ni en esta vida, ni en otra. —Sentencia, y para fortuna suya, el bartender sirve más licor al vaso, mismo que Jungkook vacía en un instante. —Fui un puto cobarde que tenía miedo a perderlo, y al final lo perdí, pero al menos ahora es feliz...
El pelirrosa mira al vampiro hundirse en el asiento, y aunque Jungkook no se ha dado cuenta, es una de las muchas veces que le ha dicho lo mismo. Así que suelta una risa nasal mientras limpia un vaso con un trapo.
Park Jimin lleva años, años, trabajando en aquel bar, y otros más años escondiéndose en su fachada de bartender. Así que puede decir que ha visto y escuchado demasiado de historias similares a las de Jungkook, y aunque el opuesto no lo ha mencionado, el lo sabe todo.
Se ha dado cuenta que es un vampiro, un iluso vampiro de más de mil años que se enamoro de un humano. Por lo mismo no cree posible que con tanta experiencia merodeando por la Tierra, el contrario no pueda controlarse, hasta vampiros más jóvenes han logrado la marca sin imperfectos de por medio.
―Sabe, empiezo a creer que los humanos son más inteligentes que nosotros. —Dice y consigue la atención del contrario. Entonces Jimin permite a sus ojos brillar en ese tono rojo natural que solo los vampiros pueden tener, guiña un ojo al mayor y sigue hablando. —Nosotros tenemos tiempo aquí, y parece que ellos entienden todo mejor.
La sorpresa cruza por el rostro de Jungkook, quien se pega a la barra que le separa del pelirrosa y muy eufórico cuestiona: —¿Eres un vampiro?
Ya no era tan secreto que muchos vampiros deambulaban entre los humanos, aunque muchos murieron con la segunda guerra mundial —cuando Alemania los traicionó para exponerlo y ganar ventaja—, aun quedaban reservas que habían logrado camuflajearse, que aprendieron a ocultar su naturaleza de los demás, a mezclarse con normalidad, tal y como Jimin había hecho.
El pelirrosa asintió hacia el mayor, dejó el vaso sobre la barra y se pegó para quedar cerca del azabache.
―Si, soy un vampiro, uno de segunda generación. —Admitió y sirvió una copa para sí mismo, luego lleno el vaso del mayor. —Pero, no creo que eso sea el tema de hoy, mejor dime ¿Cuándo admitiras tu error e irás detrás del rubio?
"¿Ir detrás de Taehyung y arruinar su paz y felicidad?"
―Nunca. Hice lo mejor, Tae ahora es feliz. El merece más que nadie serlo, tener a alguien que le ame, alguien con quien envejecer y que sostenga su mano hasta el final de sus días. Mi chico merece siempre estar radiante con ese rosa natural en sus mejillas, con su piel viva y cálida, con sus sueños e ilusiones... Yo no puedo quitarle eso. No puedo arrástralo hasta mis penumbras.
―Entiendo. —Asintió Jimin. —Pero, ¿Tae quiere eso? ¿El estuvo de acuerdo en ir detrás de la vejez y alguien que le mantenga con la piel cálida? —Espero por una respuesta que ya presentía. El opuesto no contestó. —Ni siquiera le preguntaste o lo escuchaste, solo supones que el quiere eso y no la marca...
—¡Tae puede morir! —Irrumpió, molesto porque Jimin, un vampiro como el no entendiera. Ejerció tanta fuerza en el vaso en sus manos que el cristal explotó entre ellas. —No lo entiendes, la sangre de Taehyung es exquisita, dulce, adictiva, mejor que cualquier aperitivo que hayas probado, yo simplemente no tengo la certeza de que tendré el control necesario, aparte, el puede morir por mi veneno ¿No lo comprendes? Puedo matar al amor de mi vida por el deseo de tenerlo siempre a mi lado.
―Es una posibilidad, pero no un hecho. Cada vez son menos los casos de muerte por la marca, aparte, si lo amas como dices encontrarás la forma de controlarte, eso y que el veneno que expulsamos no es tan letal como cuentan, los humanos se han adaptado a ello, incluso muchos se recuperan al mismo instante.
―No estas en posición de opinar, apuesto a que jamás has encontrado el amor, y menos poner una marca...
Pero las palabras de Jungkook se ven irrumpido cuando un joven delgado, de baja estatura y piel en extrema pálida se acerca al pelirrosa y así dejar un corto beso en los labios regordetes de Jimin. El recién llegado omite la presencia del otro vampiro para solo centrarse en su pareja.
Y aunque Jungkook se siente incómodo al ser espectador de la escena de romance, su mirada viaja hasta el cuello del más bajo para así ver una marca. Una marca real. De las pocas que ha visto.
―¡Lo marcaste! ¿Desde cuando? —Jungkook no puede evitar preguntar, se acerca a la barra con intención de romperla y estar de frente con totalidad a la pareja. —¿Cómo hiciste para detenerte?
Jimin abraza por la cintura a su pareja, lo posiciona a su lado con protección y se acomoda para hablar al vampiro desesperado, pero la voz del tercero es más rápido.
—Hace cincuenta años que Jimin me marcó. —Confiesa el pálido, se pega más al agarre del pelirrosa. —Y hace unos diez años que me transforme por completo, ahora soy un vampiro —mira a su pareja—, su vampiro.
Jimin besa la marca de su pareja y luego mira a Jungkook, para resolver las dudas que atormentan al azabache.
―Me controle porque Yoongi es la persona que amo, mi destino. No podría hacerle daño. Mi propio cuerpo me ayudó a frenar. Y la transformación la hicimos de forma paulatina, para que su cuerpo se fuera adaptado a los cambios. Hace diez año la marca culminó. Los dos queríamos esto. Lo amo y él me ama. Eso es todo.
Jungkook sintió un atisbo de esperanza. Podía tener a Taehyung, podían ser felices.
No pudo seguir en su lugar, el vampiro salió del bar a toda velocidad, tenía que recuperar al amor de su vida. Tenía que marcar a Taehyung.
[●●●]
Taehyung mantenía su cabeza entre sus piernas, apretó sus extremidades con fuerza en un acto desesperado de refugiarse, de esconderse de la realidad, de su realidad sin Jungkook.
Los hombros del rubio se movían por cada espasmo de llanto, el cabello yacía descuidado y maltratado, sin vida, su cuerpo había resentido la ausencia del vampiro, tanto que sus piernas bailaban dentro del short que meses atrás le quedaba ajustado.
A meses sin el vampiro, la salud, la felicidad de Taehyung se había ido en picada.
El rubio se levantó con pesar del sueño cuando escuchó el ruido del timbre no frenar. Taehyung no quería visitas, solo quería seguir hundido en su soledad y desamor. Caminó arrastrando los pies y llego a la puerta listo para correr a quien fuera, pero apenas abrió, todo su aliento se escapó.
El vampiro que se había ido para dejarle con el corazón destrozado estaba justo frente a él.
―¡¿Jungkook?! ―Dijo y dio un paso hacía atrás, sin saber si aquello era real.
Jungkook no soportó la distancia, si Taehyung dio un paso hacía atrás, el dio dos para alcanzarlo.
El semblante del rubio para ojos ajenos no sería el más agradable. Taehyung tenía el cabello largo, descuidado, grasoso y enmarañado, los ojos como esmeralda yacían de un tono rojizo, hinchados, irritados, con prominentes ojeras por debajo, la nariz y mejillas demasiado rojas, el cuerpo que un día fue merecedor de curvas pronunciadas, ahora era una línea recta. Y aun así, el vampiro seguía viendo al menor como lo más perfecto de todo el universo.
Por ello mismo Jungkook no pudo esperar más para volver a coger al rubio por la cintura y así fundirse en un beso necesitado. Tenía miedo al rechazo pero al sentir las manos del menor aferrarse a su pecho, le dio calma para profundizar.
El vampiro bajó sus manos hasta los muslos esbeltos de Taehyung y así poder impulsar a este para tomarlo en el aire, y que enrede sus piernas sobre su cadera. Jungkook caminaba con el rubio en brazos hasta llegar a la sala, aun reconoce el lugar, nada ahí ha cambiado.
Ha sido un idiota. Lo sabe, pero piensa arreglarlo.
No rompe el beso, aun cuando recuesta a Taehyung sobre el sillón, sigue moviendo su lengua al interior de la boca cálida, separa las piernas y se amolda al hueco entre ellas, su propio cuerpo reacciona al toque del menor, su corazón muerto late por la presencia del rubio y aunque Jungkook no quiere separarse, lo hace cuando el opuesto necesita aire.
―¿Esto es real? —Cuestiona Taehyung, su voz se quiebra y tiene que poner sus manos sobre el vampiro para palpar la piel gélida. No le basta, necesita saber que es verdad. —Por favor, dime que esto no es un sueño...
Taehyung ejerce presión sobre la camisa del vampiro, llora en el pecho del mayor, y aunque la dermis ajena es fría, al fin se siente cálido. Jungkook ha vuelto.
El mayor se acomoda para que Taehyung pueda colocarse sobre su regazo, aprieta el cuerpo y deja el rostro del menor sobre su pecho, masajea el cuero cabelludo y besa los cabellos desordenados. Lo ha extrañado tanto.
―Estoy aquí, amor. ―Confirma, mientras que una de sus manos busca dar calma sobre la espalda del rubio. —Taehyung, te amo.
Escuchar eso de Jungkook una vez más, rompe a Taehyung, el llanto aumenta.
—¡Shhh! Estoy aquí, amor. No pienso irme nunca más, pero por favor, déjame explicarte.
Debía odiarlo, debía querer golpearlo e insultarlo, pero Taehyung no podía y no quería. En su lugar, se acomodó mejor sobre el regazo del vampiro, con sus manos sobre el pecho del azabache, sin querer soltarlo. Iba a escuchar a Jungkook.
―Hace un año actúe como un idiota, como un jodido cobarde... Estaba asustado, no quería perderte. —Se abrazó a Taehyung, dejó un beso más en los cabellos y siguió. —Había investigado todo acerca de la marca, la mayoría de los resultados eran malos, casi nadie sobrevivía a ella. Leí tantos casos de vampiros que perdían a sus parejas, que se dejaban llevar por la sed de sangre... tuve miedo de ser como ellos.
Taehyung entiende, sabe que los casos esporádicos donde dio a beber de su sangre a Jungkook, este presentó un frenesí a mitad del acto, pero el vampiro jamás le había lastimado. Siempre se controló.
—No quería hacerte daño, amor —toma el rostro de Taehyung con sumo cuidado, casi como si el menor fuera una pieza delicada. Lo es para él—. No quería perderte, así que me aleje, creí que sería lo mejor, prefería la distancia a ser el culpable de tu muerte.
Las palabras se han esfumado de su boca. Taehyung no sabe que decir, solo puede ver a Jungkook y procesar lo dicho. Sabía los riesgos, aun lo sabe, pero siendo consciente de ello, anhelaba la marca, ser del vampiro para siempre, estar juntos de por vida.
El silencio se extendió como el único ruido en la habitación, mientras Taehyung no percibía sonido alguno, Jungkook se llenaba los oídos del latir incesante del menor.
—Por favor, di algo, lo que sea.
—Suéltame. —Pudo pedir el rubio, y en ello romper la firmeza del mayor.
La esperanza de recuperar a Taehyung se quebranto. Jungkook asintió con dolor latente y liberó al menor. Si su chico quería que él se alejará, lo haría.
—Te amo. —Dijo aunque Taehyung estaba de espaldas, quería por lo menos dejar claro que sus sentimientos nunca se irían.
Una vez más no hubo respuesta. Con ansiedad y puro terror, Jungkook decidió entrar a la mente del rubio para leer las respuestas de este y así poder dejar de luchar. Tenía que tener la certeza que ya no había nada de amor en el corazón del menor, de lo contrario, iba a continuar.
"Tengo miedo, no quiero perderlo" "¿Es otro sueño?" "¿Dijo que me ama?" "No te vayas una vez más, quédate a mi lado...Te amo"
Taehyung lo amaba.
Aun podía luchar por su amor.
Jungkook caminó hasta llegar a Taehyung y así poder abrazarlo, pero el rubio se alejó.
Sí. Taehyung amaba a Jungkook, pero no estaba dispuesto a volver, no sin la marca.
—¿Me amas? —La pregunta sonó retórica en los labios del menor, y a pesar de que Jungkook iba a responder firme, el rubio no le dio oportunidad. —Si me amas como dices...Márcame.
Estaba decidido a ello.
Con prisa, sin dejar espacio a dudas, Jungkook avanzó una vez más hasta Taehyung para estrechar sus labios en un beso salvaje, dejó que sus colmillos chocarán contra los dientes ajenos.
Le iba a dar a Taehyung todo lo que pidiera. Le iba a dar su marca.
La dulce saliva de Taehyung es el combustible para encender en llamas a Jungkook. El vampiro siente su cuerpo muerto reaccionar al estimulo del menor. La verga del vampiro vuelve a la vida y se eleva para construir una ereccion marcada, la vena firme parece estallar sobre la carne tierna, la punta rosácea expulsa en súplica su lágrima preseminal y bate la cabeza de esa baba que le ayude más tarde a deslizar con facilidad hacia la cueva del menor.
No importa nada en ese instante.
La ropa rehuye de las pieles, y en segundos ya no hay nada que se interponga entre la desnudez de Jungkook y Taehyung.
El rubio deja su espalda tocar el mueble acolchado, abre las piernas y expone su hendidura, tienta con su dedo el borde rugoso y hunde el falange, jadea, engulle los pies y se abre más, perfecto para que el gran cuerpo del vampiro cree vapor ante su choque. Frío y calor se mezclan en medio de un roce. Vida y muerte se unen a la par que la verga de Jungkook se abre paso en la entrada del más bajo.
Están juntos una vez más.
Las embestidas son duras, coordinadas y certeras en dar contra los puntos erógenos del rubio. Taehyung siente sus pezones ser mordisqueados sin llegar a lastimar, su culo aprieta la verga que quema hasta sus entrañas, blanquea los ojos justo cuando el vampiro lame desde su cuello hasta su cara, la saliva del ajeno lo sella como propiedad de Jungkook.
Siente la exquisites de su verga ser ordeñada por el culo apretado del menor, sus testiculos rebotan contra las nalgas ajenas, ve el pene de Taehyung segregar perlas blancas de placer, y eso le impulsa a arremeter contra la entrada, las uñas largas del opuesto se entierran en su carne de la espalda, los talones del contrario pegan sobre su cintura, palpa el ritmo errático de su chico contra su pecho sin nada. Es perfecto. Es amor.
—Te amo tanto, Taehyung, eres el motivo de que quiera seguir viviendo. —Dice y lleva una mano hacía el rostro del menor, pega sus narices y empuja más dentro, sus labios están cerca pero no se tocan.
—No me dejes...
Pide Taehyung y ahí Jungkook se cuela dentro de la boca, se abraza con fuerza al menor, se mueve con precisión.
Jungkook siente todo de Taehyung al instante en que el menor explota en un orgasmo, su abdomen es bañado por la lluvia blanca y el culo se aprieta tanto que su cabeza inferior se siente sofocada, aquella acción abre la llave de su verga para soltar chorros de amor en forma de eyaculacion. El vampiro siente sus colmillos picar, su vista se vuelve superior, puede ver con claridad cada vena de su amor. Es el momento ideal para seguir hasta el final.
Taehyung arquea la espalda mientras su orgasmo lo sacude, su miembro expulsa semen sin parar, mira a Jungkook con espera, con ilusión, extiende el cuello, esta listo. Pero una vez más no pasa nada. No puede callar la decepción, así que solloza alto.
—¡Shhh, amor! Calma. —Pide el vampiro, recogiendo las lágrimas del menor con sus pulgares, sigue dentro de Taehyung, su verga aún dura y lista para lo que va a pasar. —Debo esperar a que tu ritmo cardiaco se regule antes de seguir, si estás alterado puedo lastimarte.
—¿Cómo sé que no mientes?
—Te amo, estoy aquí, y no pienso salir de ti hasta dejar mi marca. Eres mío.
Se besan, Jungkook toca las mejillas ahuecadas con ese calor por última vez, después de ese día, todo va a cambiar.
—¿Esto es lo que quieres, amor?
—Es lo que más deseo, te amo.
Dicho eso, Jungkook siente el pulso de Taehyung mantenerse en calma, suspira, tiene miedo, pero ver los orbes verdes expectantes, le hacen sentir que puede lograrlo.
La verga de Jungkook crece una vez más, tanto que Taehyung jura sentir la vena que atraviesa el falo justo entre su carne. Las embestidas comienza de nuevo, el rubio recibe gustoso todo del vampiro, extiende el cuello para que su piel sea preparada.
Lame el cuello del rubio, inhala la fragancia natural, y con la boca trémula, se acerca más, sus colmillos rozan con la dermis morena, se clava, lo hace suave y lento pero aún así la sangre brota al sentir la piel romperse, entonces para, se queda quieto, tiene mucho miedo, hasta que Taehyung le besa la mejilla para así continuar.
Jungkook succiona de la sangre de su chico, la euforia del sabor le lleva a buscar más, embiste mientras bebe, los gemidos de Taehyung le envuelven y su veneno se expulsa en cantidades que modera con su lengua.
Ha comenzando la marca.
El veneno del vampiro entra a su cuerpo, Taehyung siente una ola de calor golpearle, su cuerpo tiembla, la mezcla de excitación y dolor lo doblan, abre sus piernas para que Jungkook continúe, su anatomía arde, y ante un espasmo su temperatura se eleva, su olfato se intensificó y abre los ojos de sobremanera al ver todo más amplio. Su corazón deja de latir, esta muerto, pero se siente más vivo que nunca antes.
Taehyung se deja ir, su último orgasmo como humano le lleva a un nuevo inicio.
—¿Amor? ¿Amor, estas bien? ¿Fui brusco? Por favor dime como te sientes. —Pregunta desesperado.
De forma gradual la dermis acaramelada pierde su brillo, pero no se ve opaca, los pómulos pronunciados de Taehyung se muestran con elegancia en su nuevo tono un poco más pálido.
—Mi amor, me estoy asustando. Di algo.
El mayor se aleja para pegar su oído al pecho del contrario, escucha como la vida de Taehyung se va lentamente.
—Yo...me siento... —Relame sus labios e incluso su sabor ha cambiado. —Es extraño —toca el rostro de Jungkook solo para sentir un recorrido eléctrico por sus venas, puede sentir todo en solo ese acto. Le ardía y dolía el cuerpo, pero todo era soportable. —Estoy vivo.
Así era para Taehyung, con el veneno de Jungkook marcando su interior sentía que todo en el renacía. La marca se había efectuado. Estaban unidos.
—Soy tuyo.
—Eres mío, y yo soy tuyo. Estaremos juntos por una eternidad.
Ya no era una promesa vacía o con miedo. Era la verdad. Jungkook marcó a Taehyung para recorrer sus vidas sin pausas. Ya nada podía separarlos, el tiempo dejó de existir entre ellos, y sus cuerpos se habían pausado para siempre quedarse en el núcleo de su amor.
Ambos se besaron, un beso distinto a todos los pasados, sin calidez de por medio, solo su amor surgiendo en una nueva etapa sin final.
Okuduğunuz için teşekkürler!
Ziyaretçilerimize Reklamlar göstererek Inkspired’ı ücretsiz tutabiliriz. Lütfen AdBlocker’ı beyaz listeye ekleyerek veya devre dışı bırakarak bizi destekleyin.
Bunu yaptıktan sonra, Inkspired’i normal şekilde kullanmaya devam etmek için lütfen web sitesini yeniden yükleyin..