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La historia de una vida

En aquella banca en medio del parque estaba sentado un señor como de unos ochenta o setenta años, aun que estoy seguro que deben ser ochenta ya que su pelo era canoso, las arrugas de su rostro y sus manos parecían tela apilada uno tras otra, tenia las manchas de sol que los ancianos tienen, estaba ahí solo arrojándole comida a las aves, un soleado día de marzo, a si que me acerque a el -buen día- le dije con una sonrisa, el solo respondió con una sonrisa -le molesta si me siento aquí con usted un rato- dije mientras señalaba a un lado de el -claro, pero te advierto que soy un tanto parlanchín- dijo entre pequeñas risas, me senté a su lado yo venia de comprar mi desayuno, tengo dos o tres horas antes de que tenga que regresar a casa, me dije a mi mismo ¿debería preguntar algo?, creo que debo hacerlo, estar en silencio no es algo que me guste, me gire hacia el y le pregunte -siempre a vivido por aquí- soltó un suspiro -no viví siempre aquí vengo de un pequeño pueblo minero, a las afueras de san Luis potosí, pero estoy seguro que el tiempo que ha pasado a dejado en el olvido aquel pueblo - miro perdidamente a los arboles y soltó otro suspiro -fue en una época como esta, mi madre, mi padre y yo nos mudamos a una pequeña casa yo tenia unos quince años, nunca me enoje con ellos de traerme aquí, porque siempre había querido salir del pueblo, nunca quise terminar como mi padre con un trabajo de sol a sol y mi madre lo sabia, a si que estudiaba el la primaria del pueblo, éramos yo y otros treinta niños mas, la mayoría estaba ahí solo porque sus padres trabajan todo el día y nadie mas quería cuidarlos- me miro, levanto un dedo y me dijo - durante ese tiempo, el maestro podía castigarnos de forma física, nos gritaba, a mi compañero Martínez, el maestro lo traía de aquí para allá jalándole las orejas, siempre gritaba en nuestro recreo "Martínez! debe usted bajar de ese árbol" "Martínez no golpee a sus compañeros" a que Martínez, siempre sacando de quicio al profesor, hace unos días leí en el periódico de un tal señor Elías Juan Martínez había muerto de un paro cardiaco, no recuerdo su nombre pero me puso un poco nostálgico pensar que quizás el Martínez que yo conocí de niño, saltando por todos lados, golpeando a el compañero rodríguez en la pansa para quitarle su desayuno ya murió- bajo la mano y tomo un puñado de pan que tenia en una bolsa que sostenía en la otra mano y lo lanzo.

Lamio un poco sus labios me miro y dijo -pero me estoy desviando, mi madre me hacia estudiar muy duro "no quiero esto para ti" me decía, yo sabia que mis padres trabajaban duro para que no me faltara nada, a si que me portaba bien en la escuela, incluso cuando debía haber hecho travesuras de niño no las hacia, no quería decepcionarlos- saco de su bolsillo un reloj viejo, miro la hora, sacudió un poco el reloj, para después volver a guardarlos -a si que cuando me dijeron mis padres que veníamos a la ciudad para "tener una mejor vida" me emocione, un chico de pueblo, ignorante podía salir y aprender mas, de joven quería ser doctor, a si que cuando podía aparte de mis tareas y todo lo demás, salía corriendo con el doctor del pueblo quien de ves en cuando me ponía atención y me prestaba uno que otro de sus viejos libros - rasco su cabezo -como se llamaba el doctor, Emilio si, era Emilio, gordo como el solo podía estar y barbón, yo lo miraba con los ojos de admiración uno solo puede tener hacia la gente que respeta, quería ser como ese señor, con la barba y todo, mis padres se desvivieron por mi y creo que gracias a ellos soy una buena persona, tuve mis momentos, de rebeldía como cualquiera, fue en el tercer año de preparatoria que cursaba aquí en México, conocí aun joven, alto, delgado, tenia un carisma incomparable, siempre leyendo y con esa sonrisa que a las chicas les gustaba, pero sobre todas las cosas, el sabia escuchar, podías sentarte a su lado hablar por horas y jamás te hubiera interrumpido, Martin era su nombre o que tiempos en los que yo y Martin salíamos de fiesta por las calles - se quedo callado unos momentos -me recuerdas a el- me dijo sin voltear a verme.

En ese momento mi curiosidad me gano, quería escuchar un poco más a si que le pregunte -¿tenia mas amigos aparte de Martin?- cerro los ojos intentando recordar nombres y caras que pensé seguro ya no estarían aquí -estaba francisco, un joven que perdía los estribos muy rápido, gracias a el tuve mas peleas y moretones de los que me gustarían, pero hoy que lo pienso me traen felicidad y calidez- desabotono una manga y la subió a la altura casi del codo -esto que ves aquí, esta cicatriz, fue una noche que francisco y yo bebíamos en la calle y comenzamos a discutir sobre futbol o una chica no recuerdo sobre que a si que enojado me golpeo con aquella botella de cristal que tenia en la mano, cuando vi que me estaba sangrando el brazo, lo golpee con la mía en la cabeza- soltó una carcajada- yo gane aquella noche, tuve que suturarlo, ya estudiaba medicina en aquel momento, a si que me sirvió de practica, aun puedo escucharlo decirme "si me muero, vendré y te matare a ti por dejarme a si la cabeza!"- comenzó a reírse mas fuerte mientras con la otra mano acariciaba su cicatriz para después volver a cubrirla -estaba el amor de mi vida, a quien conocí en una fiesta el ultimo año de secundaria la conocí, Marta- suspiro- mi martita murió hace un par de años, la conocí mientras escuchaba a hablar a Martin de como es que llegaría a ser un gran dictador si tuviera la oportunidad, ella llego lo llamo "tonto" y se fue quede perdidamente enamorado de ella, pero ella no me hizo caso , me tomo incontables noches de cantarle debajo de su ventana, darle flores, dedicarle poemas que Martin me dictaba de sus libros que para ese entonces ya eran viejos, iba por ella hasta su casa de ahí a la secundaria y cuando terminamos la secundaria, salía de mi casa a la suya para a acompañarla hasta su trabajo de costurera y de ahí yo salía a la preparatoria, su madre enfermo y no tenia dinero suficiente como para que ella estudiara- me miro por un instante -si te gusta alguien haces todo por esa persona, si la amas de verdad no solo haces todo también le entregas todo, no te rindes ni un segundo, porque sabes que si ella sonríe, esta tranquila a tu lado tu no necesitas más- giro de nuevo su mirada y continuo dándole de comer a las aves que llegaban -Estaba Fernando quien era una persona muy recta, demasiado recto, incluso cuando estábamos de fiesta el parecía un mayordomo, pero el y Martin eran inseparables, ambos leían tanto como el otro pero la aspiración de Fernando era ser contador mientras que Martin quería ser escritor- miro hacia abajo -a veces veo a Fernando con su elegante traje y su reloj, leyendo un libro viejo, nuevo en un café esperando a que llegue para hablar de esos tiempos y no sentirnos tan solos, después de que pasan los años y tus amigos mueren tu hijos se fueron de casa y están casados con sus propios hijos te sientes solo y puedes quedarte en casa a esperar a morir o puedes salir y esperara a morir, pero lo hace mas fácil el ver gente de vez en cuando- me sonrió y tomo un poco de aliento, se acomodo en la banca, se rasco la mejilla -fue durante el segundo año de preparatoria, salía a beber todos los viernes con Martin, Fernando , Francisco, hablábamos de lo que fuera, bebíamos hasta que salía el sol, regresábamos a casa de cualquiera, dormíamos hasta la tarde y después íbamos a curar la cruda con doña pancha, la mamá de Francisco una gran cocinera, que siempre nos decía "ahora que son jóvenes esta bien" y su padre todo un macho, diciéndonos siempre "es lo que un hombre tiene que hacer, salir a beber y divertirse que las viejas hagan el trabajo pesado" todos sabíamos que su padre golpeaba a su madre, era un secreto mal guardado, por eso que el era a si de agresivo, recuerdo aquella vez que llego a mi apartamento años después de terminar de estudiar llego llorando, su papá había matado a golpes a su madre en un ataque de ira y el no estaba en casa, jamás se perdono por eso, recuerdo el funeral tenia dinero guardado para salir de vacaciones, pero se lo di todo, los demás también dieron dinero, éramos como hermanos, el nos necesitaba pero no pudimos ayudarlo, ni siquiera pudimos hacer que dejara de beber a si fu que el murió a los treinta, de cirrosis jamás dejo de beber, no hacia mas que tomar y fumar, podías escucharlo todas las noches pidiéndole perdón a su madre y maldiciendo a su padre que fue asesinado en la cárcel, esa noche que llego a mi apartamento, después de un par de días, desapareció no lo vi hasta...- se quedo en silencio, debo contarte otra cosa antes de decirte cuando fue la ultima vez.

Se paso una mano por la cara, la dejo en su boca por un momento miro al piso, se quedo callado por unos segundos para luego decir -durante los últimos días de preparatoria, salimos cada vez menos, pero yo veía a Martin casi todos los días, iba a comer a su casa su mamá me quería mucho, lo cual siempre me causaba curiosidad porque a mi me querían así, a sus hermanos pero a Martin no, era como el criado de la casa, cuando no estaba estudiando, estaba haciendo la comida, ayudando a sus hermanos, comprando cosas, aun no se como dormir, era una persona muy buena, te ayudaba no importaba que, pero perdimos contacto un día, casi por terminar el mes de mayo, llego con la cara más feliz que le e visto "e terminado mi obra maestra" grito solo al verme, me conto sobre su libro, era una historia sobre un hombre que se enamoraba de la luna y como hacia mil intentos para conquistarla, era tan dulce que podría haberme dado una caries de solo leer pero era bueno, me conto sobre, su inspiración, en ese momento estábamos en mi cuarto, el se subió a mi cama y citaba poemas y frases dulces al aire, me miro de nuevo y dijo "no puedo esperar a que alguien mas lo lea, empezare a buscar quien me ayude a distribuir e imprimir mas copias" su sonrisa de oreja a oreja, merecía un festejo, el día viernes nos veremos todos y beberemos a tu salud y gritaremos como nunca le dije- saco su reloj de nuevo, viendo la hora, paro un momento para respirar y preguntarme -¿no te aburro cierto? toda esta diarrea verbal es normal en mi- sonreí -no realmente, si fuera el caso ya me hubiera ido, por favor continúe la historia- me quede escuchando atentamente.

-Donde me quede- entrecerró los ojos para poder seguir con la historia -pasaron los días, cuando me dijo lo de su libro fue un lunes, el jueves pase a su casa después de la escuela veníamos caminado y hablando "le deje el libro a mi mamá para que lo leyera, siempre la e visto con sus telenovelas a si que pienso que le gustara" tan lleno de vida como siempre, llegamos a comer a su casa, su madre me conto su semana y de golpe paro miro a Martin- interrumpió su historia para verme - esa mirada que le hecho, aun la recuerdo se quedo grabada en mi memoria, su expresión de repulsión y odio diciendo "e leído lo que me dejaste, no solo no lo puede terminar, si no que es malo, deberías pensar en hacer algo de provecho con tu vida, para escribir hay que ser bueno y tu no eres para nada bueno" me contuve con todas mis fuerzas las ganas de gritarle que callara, pero ahí estaba Martin con esa expresión, sonreía pero por dentro estaba destrozado, siempre busco la aprobación de su familia y en ese momento estaban matando todo lo que el amaba, todo lo que el significaba, todo por lo que había vivido, estaba siendo destruido por su madre, palabra tras palabra, hasta que se quedo en silencio, sabia que tenia que sacarlo de ahí a si que lo tome del brazo después de comer y le dije vámonos- puede ver en ese momento como sus ojos se volvieron cristalinos pero continuo -lo levante de la mesa, luego de que su mamá terminara, salimos de su casa "¿estas bien?" solo eso fue lo que salió de mi boca "si, si todo esta bien" lo vi sonreír, podía ocultar su dolor tras una sonrisa, pero sus ojos, cambiaron algo dentro de el murió y podías verlo en los ojos, se quedo callado un buen rato, "no te preocupes, tu mamá estaba exagerando, el libro es bueno, tienes un don mi amigo no lo desperdicies" le dije para que no se sintiera tan mal, pero aun a si solo recibía sonrisas de su parte, caminamos por horas, se fue a su casa, estoy seguro que el no quería regresar aquella noche, porque su mamá seguiría diciendo algo y si su padre también lo leyó, no podía ni imaginarlo, eran crueles con el, pero solo sonreía, asentía con la cabeza lo tomaba de buena forma- volvió a sacar el reloj de su bolsillo, y lo limpio -el medio este reloj- lo miro con cariño y lo volvió a guardar.

Cerro la bolsa de pan, se volvió a acomodar y continuo -al otro día viernes llego a mi casa desde las ocho de la mañana, podía notar que no había dormido y que había estado llorando pero no dijo nada, lo cubrió como pudo, se quedo en mi casa todo el día, no hicimos nada, decidí no ir a la escuela hacerle compañía, yo moría por preguntarle que paso pero sabia que me diría algo para distraerme o directamente me contestaria que no me importaba a si que era mas fácil para mi y para el fingir que no había pasado nada, veíamos la televisión enorme que tenia una pantalla pequeña, zumbaba cada que la prendíamos vimos el avispón verde hasta que dieron las cuatro, salimos de mi casa, caminamos hasta donde Fernando, después a con marta, a si comenzó la tarde, bebimos en la casa de marta, salimos caminábamos con una botella de tequila cada quien le daba un trago, hasta llegar con doña Juana la señora de la tienda que ya nos esperaba con una mesa de plástico y unas cervezas como todos los viernes, bebimos y cantamos canciones de pedro infante, hablábamos sobre como todo cambiaria una vez que entrara a la universidad, sobre como Martin y yo lo logramos pero no Fernando y marta "no puedes cambiar tus decisiones que tomaste solo tu futuro y si el mío no es estudiar pues seré feliz con eso" decía Fernando, a si nos dieron las tres de la mañana, entre cervezas y el tequila, caminamos hasta mi casa, Fernando y francisco se durmieron en el piso de la sala, marta en mi cuarto Martin y yo estábamos en los sillones, estaba por quedarme dormido cuando escuche un murmullo, Martin dijo "no es justo" y se soltó a llorar, no dije nada en ese momento, es raro como darte cuenta que la persona mas feliz y positiva que conoces, esta aun lado de ti, desboronando se muriendo lentamente, en aquella lagrimas de dolor y tu no puedes decir nada, no sabes que decir, nada te prepara para poder hacer eso, pude haber hecho algo, no se, pero recuerdo que me dormí escuchándolo llorar, a la mañana siguiente, el no estaba en el sillón, solo había una nota que decía "tuve que irme, tenia algo que hacer, pero nos vemos pronto" no lo volví a ver, tarde dos días en irlo a buscar, su mama me dijo que había encontrado un trabajo allá en una fabrica que estaba todo el día y que regresaba en la noche pero solo llegaba a dormir, a si pasaron los meses, iba cada dos días a intentar verlo pero nunca estaba, hasta que los días fueron semanas y después solo deje de ir- se tomo un momento para respirar profundo -A si que fue un año después, mi primeros días en la universidad, marta y yo nos mudamos cerca de donde estudiaba, busco un trabajo cerca para también yo trabajaba, Fernando iba cada mes un día a beber y hablarnos de sus de como le iba en la facultad, Francisco iba y venia entre fiestas y su trabajo como vendedor en el mercado casi no lo veíamos pero cuando era ese día del mes, estaba en mi casa , fue un día de esos estaban todos conmigo, teníamos un estéreo en el cual poníamos música para beber y bailar, cuando sonó el teléfono, lo teme y la voz del otro lado sollozando me dijo "lamento molestarte, tu madre me dio este numero, son la madre de Martin" señora como esta le dije y soltó en llanto " lamento que te lo diga de esta forma, pero Martin se suicido, se colgó en su cuarto" el ruido del estéreo deje de escucharlo, ya no escuchaba a la madre de Martin llorar en el teléfono todo fue opacado por mi propio corazón "bum bum bum" era todo lo que escuchaba, rompí en llanto, mi mejor amigo, "no no" grite, dígame que es una broma, el no haría eso, marta y Fernando pararon la música, llore como nunca había llorado, me sentí culpable no lo escuche en su momento y ahora era tarde, apenas me pude armar de valor para decirles a los demás que había pasado, lograron sacarme como pudieron para correr a su casa, para ver por ultima vez a mi amigo, mi hermano, quien me había ayudado desde que lo conozco, estaba ahí tan calando, tan quieto, en silencio, en paz- rompió en llanto el señor

-¿esta bien?- le pregunte no sabia que mas hacer -si, si solo es el recuerdo aun duele, saber que la persona mas fuerte que conociste, se fuera, se escapara, eso nos cambio a todos, el funeral, fue en su casa, entre a su cuarto y encontré su libro escondido en debajo de su cama con una nota "un sueño roto, se puede volver en un ancla para la vida, no dejes que nadie mate tu sueño, cuando seas un gran doctor, no olvides a tu amigo" al parecer lo había escrito hace mucho, pero nunca me lo dio y me dolió aun más su perdida, a si que me lleve el libro y busque quien lo publicara, quien lo vendiera, quería que su memoria estuviera viva en las gente, que nunca nadie lo olvidara- se levanto de la banca y me dio una sonrisa -debo irme, iré a ver a ver a Fernando, odia cuando llego tarde, pero si algún día te vuelvo a encontrar y te sientas a mi lado, te puedo contar mas historias- me despedí y le agradecí por la historia, me quede ahí a disfrutar mi comida, pensando en lo rápido que va todo ahora y como debo parar un momento a respirar.







15 Haziran 2021 02:17 0 Rapor Yerleştirmek Hikayeyi takip edin
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Son

Yazarla tanışın

Miguel Angel Valencia Camacho Tengo 26 años, siempre me ha gustado leer y desde niño e querido escribir cuentos e historias, a si que a qui estoy publicando las cosas que sueño o pienso cuando no puedo dormir.

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