Alguna vez han estado tanto tiempo en casa y sin hacer nada que ponen con los pelos de punta a tus padres o en este caso, únicamente a tu madre. Bueno, así ocurrió una mañana en la casa del Inki, considerando que nunca fue demasiado bueno en el colegio y varias veces reprobó la materia del taller durante la secundaria, su madre ya estaba harta de que anduviera de vago en casa todo el día jugando en su Atari Color. Harta de la situación y dejando los frijoles en la olla, tomo el diario de la mañana y fue a la habitación de su hijo a reventárselo en la cabeza.
-Ten flojo. ¡Consigue algo y trae algo de dinero a la casa!
El Inki era un rebelde con causa, según él, y no le gustaba nada de la prensa amarillista capitalista, pero por una vez le hizo caso a su madre y reviso el periódico buscando algo de su interés, parte se había roto con el golpe en la cabeza, pero consiguió encontrar un anuncio de interés en la sección de empleo, un trabajo como supuesto soldado contra el mal.
Únete a la OII
¡Buscamos soldados capaces de enfrentar al mal!
Llame ahora: xxx xxx xxx x
Interesado con la oferta, decidió coger su Sony Ericsson y llamar para agendar una entrevista de trabajo. Estaba nervioso, sería su primer intento, así que movió la palanquita de su celular y llamo.
-¿Buenas tardes, con la OII? -Dijo el Inki medio tartamudo.
Le contesto una chava del otro lado, con una linda y suave voz, lo que causo que el Inki se relajara. Ella le proporciono los datos y los datos de la dirección para que se presentara el día de mañana para una entrevista rápida. El asintió en todos los puntos y finalizo la llamada antes de que los cinco minutos pasaran y se cortara la llamada.
Victorioso, salió de su habitación, y fue a ver a su madre a la cocina para avisarle que tendría una entrevista al día siguiente y para saber si ya estaba la comida. Su madre se alegro por la noticia y le dijo que le daría sus cinco pesitos para tomar temprano el bus hacia su destino, afortunadamente no estaba muy retirado, a unos 30 minutos.
El resto de la tarde todo ocurrió con normalidad, el Inki se la había pasado jugando al Counter y chateando por Messenger plus hasta el amanecer. No había dormido nada, la partida online había sido muy excitante y no pudo dejarla para nada. El único problema es que su entrevista era a las 9 am y no se había preparado para nada. Rápido se levanto de su silla, se ducho lo más rápido posible , tomo sus papeles, su morralito y salió de su casa, eran las 7:35 am, por lo que corrió lo más rápido posible a la parada del bus, llegando en el momento en que este partía.
-Mierda!- Exclamo el Inki furioso
Desafortunadamente para él, los autobuses pasaban cada 40 minutos, por lo que esperar no era una opción. Miro a su alrededor para ver si algo se le ocurría, cuando vio la bicicleta de su molesto vecino. Se asomo por la reja y vio que no estaba encadenada.
-¡Chingue a su madre, ahora o nunca!
Se coló, la saco del jardín y se fue pedaleando como pudo. Le valió el escandalo sacando la bicicleta y las macetas que había roto en su intento, pero a quien no le valió fue a la patrulla que presencio todo a una calle de distancia, iniciando la persecución policiaca. El Inki tomo enseguida la vía rápida por la autopista (Vivía a los alrededores de la ciudad) sin percatarse que ya dos patrullas los perseguían.
-Ese maldito chamaco robo una bicicleta código 34. – Alerto el policía por radio.
Al Inki ya solo le faltaban 35 minutos para llegar al edifico citado, pero parece que todo el mundo deseaba que no llegara, porque se encontró con un trafico horrible a mitad del puente que conecta a la ciudad. El Inki se orilló y decidió mascar un poco de goma de mascar cuando escucho el silbato y uno gritos hacia su dirección. No supo que pensar, pero sospecho que era por la bicicleta y salió corriendo entre los autos del congestionamiento. Los policías continuaron siguiéndolo hasta que se ocultó detrás de un vocho azul, pensó que estaba a salvo hasta que un potente reflector (A plena luz del día) lo ilumino desde un helicóptero.
-Somos el departamento de policía de Orreo. ¡Manos a la cabeza!
El Inki sabía que estaba acabado, por lo que recurrió a su plan maestro de escape. Saco de su morralito su pistola casera de véngalas, cargo una igual hecha por el y la disparo al aire, a pocos metros sobre los autos generando una intensa luz roja acompañada de humo de color rojo. Todo el puente se lleno de humo, causando que todos los vehículos comenzaran a tocar sus cláxones.
El listillo del Inki pensó que se había salvado y con tiempo de sobra para llegar a su destino, por lo que se escabullo entre los autos sin fijarse muy bien hacia donde se dirigía.
-jaja idiotas, soy el mejor!
Pero su momento de celebración termino a estrellarse directamente con un enorme camión al final del puente, se trataba de un jeep de la OII, la misma empresa a la que iba para su entrevista. Termino rodeado de varios soldados en elegantes uniformes y con una banda azul en el brazo, como la nazi, pero no roja. El Inki tratando nuevamente de salirse con la suya, saco una pistola casera de plasma, pero no pudo ni tocar el gatillo cuando un soldado lo tomo del cuello de su playera y lo sostuvo en el aire.
-Bájame te digo! ¡Tengo una entrevista!
Lo subieron al jeep y se fueron del lugar, todo el sitio había quedado asegurado, pero había causado mucho pánico entre los conductores del puente y retrasado la circulación gravemente. No importa, la policía de verdad se encargaría de ello.
El Inki no supo bien hacia donde lo llevaban, le habían colocado un balde en la cabeza, pero cuando se lo retiraron se encontró en una enorme habitación color gris metálico, únicamente con una enorme ventana que daba hacia la salida y en donde se encontraban dos de los soldados antes mencionados y en la mesa con la una hermosa mujer de pelo largo y castaño.
-¿Pero se puede saber en donde estoy? ¿Quién es usted?-Pregunto el Inki
La mujer no dijo nada, solo se dedico a sacar un pequeño magnetófono y ponerlo a grabar sobre la mesa. El Inki no estaba seguro de lo que pasaba, pero le comenzaba a gustar, al fin y al cabo, sería una excelente historia para contar en el barrio.
-Joven Inkisidor, ¿no? – Le pregunto la mujer mientras revisaba un folder
Este asintió positivamente, ella dejo el folder sobre la mesa y comenzó a platicarle toda la situación. Resulta que toda la situación había sido mas o menos inventada, todo con el fin de probar sus habilidades de persecución. Le explico que ser parte de la OII era un trabajo muy respetado y de enorme responsabilidad. Que, si el aceptaba, daría toda su vida al trabajo para la organización y tendría que entrenar muy duro y estudiar en demasía con el fin de asegurar la paz mundial. Todo debido a los últimos acontecimientos mundiales que aseguraban el surgimiento de grupos o individuos con deseos de conquistar la región y el mundo.
El Inki se sintió por un momento indeciso, podría al fin tener un poco de plata y dedicarse a algo de su interés, lo reflexiono un poco mientras la chica le acercaba los documentos y el contrato a firmar. Este al final tomo la decisión que cambiaria su vida para siempre, firmando el documento frente a él.
-Excelente Inki, es una decisión de la que no te arrepentirás.- Le dijo la chica mientras recogía los papeles.
El Inki enseguida pregunto sobre lo que procedía, pero la chica solo le respondió que eso era todo, que fuera a casa y que esperara a la mañana siguiente para su primer encargo. Enseguida este trono los dedos frente al Inki teletransportándolo automáticamente a su habitación.
-WOW!
El Inki estaba feliz porque le habían dado el trabajo (No sabia ni lo que le esperaba), estaba a punto de avisarles a sus amigos por Messenger cuando encontró una mochila sobre su cama. Se acerco con cautela para revisarla y encontró en su interior una camisa de aprendiz, una insignia, su banda azul, un sobre con $3000 pesos y un rifle de plasma seria 2.
-Enserio, esta arma es carísima- Dijo el Inki mientras la revisaba. Pero era quizá algo torpe, porque la disparo por error provocando un enorme agujero en la pared de su habitación.
-Hijo! ¿Qué carajo fue eso?
-Nada mamá, me dieron el trabajo, ¡mañana comienzo!
Guardo todo el material que había recibido en la mochila y la dejo a un lado de su cama y como realmente aun tenia muchas horas antes de ir a la cama, decidió conectarse de nuevo al Counter a jugar unas partidas online y a comprar tonterías online. Mañana seria otro día, pero de verdad no sabia lo que le esperaba como primer encargo.
The Inki 119
