u16150862471615086247 María Castro Cabarcas

Hace ya bastante tiempo que no puede dormir por las noches, se siente sola e ignorada por su entorno y le preocupa que su marido podría estarla engañando


Kısa Hikaye 13 yaşın altındaki çocuklar için değil.

#misterio #insomnio #paranormal
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IMSOMNIO

Dio media vuelta en la cama, recostó su cabeza sobre la frialdad de su almohada, acomodó la sabana sobre su cuerpo, cerró sus ojos, nuevamente; intentó dormir, otra vez. Se sintió cómoda unos instantes, solo unos instantes, de nuevo el sueño se había marchado. Dio otra media vuelta, la decimosexta en siete minutos, repitió la operación.


Horas después se resignó.


Acomodó la sabana sobre sus senos, la almohada bajo su cabeza, sus ojos mirando al techo. De tanto verla no había misterio en la oscuridad, sus sombras amorfas no llegaban a asustar, podía haber mil hombres sombra en su habitación y ya no la alteraba; pero, el silencio, el silencio era sofocante. Era difícil tomar una decisión y al final ¿para qué dormir? ¿para qué si no existía descanso? Tras el sueño solo encontraba agotamiento, como cuando trabajaba de tres a doce en el noticiero, ahora era extraño, sus lugares ya no parecían sus sitios; al parecer había alcanzado la cumbre de su incompetencia y no se le exigía nada, durante las conversaciones se sentía ignorada, acaso habrían descubierto sus compañeros lo mucho que hablaba de ellos a sus espaldas, solo se quejaba.


¿Y qué descanso podía haber si en sus sueños lo perdía? Él, quien se reía de sus ocurrencias en el noviazgo y la encontraba encantadora según sus palabras, ahora la ignoraba en los pasillos de la casa y en el trabajo. Y, ella, quien sin buscarlo siempre se hacía notar, que sabía que destacaba para él entre las demás, no encontraba la forma de cruzar de su orilla a la suya, como si no hubiera puentes, balsas o arquitectos que le dieran la esperanza de ir a su encuentro. Y, no contento con aquello que la torturaba en la vigilia, Morfeo torturaba sus sueños alentando sus celos, pero aquello que sentía superaba las inseguridades y el deseo de posesión.


Lo veía aún más distante, en los brazos de otra mujer, juntado su boca con su boca ajena, yaciendo desnudo en la cama de ella; lo veía poseyéndola con tal ardor, pasión y ternura que superaba las múltiples formas en que muchas veces le hizo el amor. En sus sueños los veía sin ropas en esa misma cama que atestiguaba su insomnio, desnudos y felices. Se despertaba a gritos, anegada en lágrimas, como en las pesadillas de infancia y no había palabras de consuelo que calmaran sus miedos ni promesas de amor eterno.


Había visto el labial en su camisa, había leído aquella carta y, además, él ya no la tocaba, ni siquiera pellizcaba su nalga en la cocina y no había salto de cama que levantara su hombría. No la deseaba, no la quería. Ella no recordaba desde cuando y por qué. Él quien prometió ser suyo le mentía.


Lloró, como tantas veces, como cada noche y de nuevo él no reaccionó ante sus lágrimas, su cuerpo permaneció frío esperando la calidez de su abrazo y la humedad de sus labios sobre su frente. Era, así lo sentía, como si no pudiera escucharla.

La noche acabó, él al despertarse observó el espacio vacío en el otro lado de la cama, ella ya no estaba, era extraño la forma en que la presencia solo mostraba su plenitud en la ausencia. Todavía olía a rosas, la cama, la casa y los pasillos por los que se cruzaban en el trabajo. Aunque la cama, las sabanas y la casa ya no eran las mismas. Extrañaba su cuerpo dando vueltas en la cama, sus celos, su risa y la calidez entre sus brazos luego de la comunión de cuerpos. Extrañaba poseerla con aquella pasión y aquella ansía que solo lograba despertar ella.


Dormir no proporcionaba descanso, en sus sueños era feliz mientras a él lo agotaba su existencia, como si hubiera mentido mientras hacía sus promesas. No había confort, autentico descanso, el dios de los sueños lo torturaba con recuerdos, no quería visitarlo, y el del amor no hacía el favor de arrancar la flecha bastarda a pesar del tiempo.


Se levantó y dirigió sus pasos a la habitación contigua, se acercó a la cama y observó a la criatura que acunada por los ángeles dormía toda la noche sin interrupciones, la heredera de aquella esencia natural de rosas.


Ella despertó, hermosa incluso en las mañanas, y con sus gestos reclamó un abrazo. Despertaba pasión y amor, pero distintos, asexuales, extensión purificada de lo que oprimía sus noches y mañanas.


—¿mi mamá pudo dormir esta noche?


—mamá duerme desde que tú estás despierta.


—no, no duerme, porque sueña que te pierde.

07 Mart 2021 03:20 1 Rapor Yerleştirmek Hikayeyi takip edin
1
Son

Yazarla tanışın

Yorum yap

İleti!
Pozo Valenzuela Pozo Valenzuela
Muy bonito relato. Gracias por compartirlo. ¡ excelente ! Saludos. 😎
March 15, 2021, 09:46
~