lotusvowmoon Kimberly García melvelasquez09 𝓜𝓮𝓵 𝓥𝓮𝓵𝓪𝓼𝓺𝓾𝓮𝔃 wonderwhy 𝖘𝖆𝖒 𝖜𝖔𝖑𝖋 asteriabridget Asteria Bridget

Cuatro escritoras se reunieron en la senda de la ficción, jugaron todos sus ases en menos de veinticuatro horas y en una partida limpia de ocho turnos intentaron despedazar a sus oponentes. Historia escrita para el reto "El compañero de Antología" de la Copa de Autores 2020 en Inkspired.


Kısa Hikaye Tüm halka açık.

#theauthorscup #TheAnthologyCompanion
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Relatos de Dalicaia - Kimberly García



"Aun cuando el viento te haya suspirado en el oído, no te fíes de él, es muy amigo de la tierra, y la tierra no tiene preferencias ni contemplaciones."


El cielo de aquel día era muy azul, las nubes no eran capaz de opacar al sol que irradiaba el nuevo mundo.


Parecía estar tirado en el suelo, uno frío y amplio hecho de baldosas de piedra; acomodadas simétricamente con altos muros impenetrables, también de piedras. Estaba muerto. Ade Cissé murió. El sol caía de lleno sobre su rostro.


Nadie lo había visto morir, había tenido una muerte horrible y solitaria. Ade abrió los ojos ante la presencia del sol en su cara, donde antes habían estado lagrimas no eran más que rastros, ahora, Ade irradiaba maldad y venganza.


Se miró a sí mismo, su cuerpo era más pequeño y delgado, Daren, no. Ade, porque ahora él se había convertido en Ade. Dio un vistazo a su alrededor y se fascino con la grande pero haraposa fachada de la mansión. La sala era muy vieja, la cocina y el resto de la instalación no se quedaban atrás.


En aquel tiempo y aquel estado Ade era el tercer hijo del comandante de planificación estratégica para la guerra, Ade nunca fue capaz de llevar el honor a su familia, siempre fue débil, incapaz de heredar un puesto dentro de la sociedad noble, debido a su incapacidad de combate y poco ingenio, era un niño dulce, así fue su vida hasta el día de su muerte.


Fue entonces que Daren decidió tomar esa vida, la vida de dos personas se convirtieron en una, bajo la promesa de venganza a todos los que le habían hecho daño a Ade y felicidad como recompensa para Daren zanjado la Deuda que se tornaba entre estas dos almas tan corrompidas.


Cuando Ade cumplió siete años, lo encerraron en esa fea y sucia mansión, nadie se preocupó por su salud, mucho menos por cómo se sentía. Solo fue abandonado ese fue el presagió de una vida dolorosa, una vida fatídica.


Las familias de aquella época eran consagradas por ser numerosas y la de Ade no era la excepción, la única persona que siempre iba de visita era su primo que siempre se desquitaba con él, aquel día había estado enojado, sus padres lo regañaron porque perdió un torneo de combate frente al príncipe heredero de Yemaniv. Era un honor para los hijos de las familias nobles que se les diera tal oportunidad y aquel muchacho déspota solo lo había empeorado todo con sus torpes movimientos.


Paliza tras paliza era lo que recibía Ade de parte de Yeiden, su primo, creció así, creció con miedo y sin esperanzas, ahora Ade tenía quince años, las últimas primaveras que fue capaz de dar su último suspiro. Daren veía con horror las escenas traspasar su cabeza, tenía mucho por enmendar y mucho por vengar. Podía ver las memorias de la vida que se le otorgo, los cielos estarían de su lado en este mundo y el no desperdiciaría la oportunidad.


Ade suspiró, aún no entendía por qué razón había sido hecho a un lado, en esa vieja casa a su suerte, se sobo la cara con molestia y sintió algo extraño, en sí, había erupciones alrededor de sus mejillas, horribles quemaduras que logro ver cuando acercó su rostro hacia un jarrón con agua para alcanzar a ver su reflejo.


Su rostro parecía un aguacate machucado, aquellas marcas habían cicatrizado, pero aun así no dejaban de sentirse feas al tacto, entonces Daren pudo entender por qué razón Ade había sido rechazado por la familia Cissé.


La respiración de Daren se volvió pesada, no. Quiero decir Ade, ya no era más un asesino había escapado de aquella vida, de aquel destino, los cielos le habían dado un nuevo suspiro uno lleno de vientos celestiales, en un reino lleno de cosas nuevas y de peligros, pero el logaría sobrellevarlo.


El silencio que se plantó a sí mismo amenazaba con asesinarlo. Algo no iba bien, esas cicatrices no podían ser reales ¿verdad?, fue allí cuando Daren empezó a extrañar su antiguo cuerpo. Volvió a mirar a su alrededor encontrándose con, ¿nadie? Definitivamente si, estaba solo. Incluso aún en una casa tan grande ¿de qué servía? La anciana que se encargaba de mantener aquel lugar vivo, hace algún tiempo se fue al otro lado y no había nada que pudiera alejarlo de la inminente soledad.


Volvió la vista hacia el jarrón, pero lo que vio, lo anonado. Su rostro no tenía esas horribles marcas. ¿Abra sido su imaginación? Pensó el chico algo descolocado, paso las manos por su rostro buscando algún rastro de aquellas feas erupciones, pero no encontró huella alguna.


Ade era guapo. Muy guapo, quien quiera que lo haya visto se hubiera enamorado del gusto, entonces pensó para sí mismo, —¿Por qué?— Él no lo entendía. Volvió a probar intentando varias veces, para ver si su rostro horrible regresaba, pero no regresó. Entonces ¿Qué había sucedido? ¿Qué fue lo que cambio?


Su rostro no era ordinario, era el de alguien que merecía un puesto en la nobleza, entonces Daren sentenció: —Ahora seré el rostro que representará a la nación entera.


Daren busco en sus nuevas memorias y se preguntó a sí mismo ¿Por qué con lo guapo que era, tuvo que pasar miserias y humillaciones? A su mente llego un recuerdo que aceleró su corazón era su padre, antes de dejarlo.


"Recuerda siempre, que volveré a ti, cuando llegues a la madures vendré por ti, no le muestres tu verdadero rostro a nadie, sobrevive, resiste y sin importar lo que pasé no olvides estas tres cosas esenciales, el viento es amistoso, la tierra es reservada, el fuego es agresivo y el agua siempre va a su ritmo."


Una voz muy grave y rasposa parecía haber reposado en su mente, reconocía a su padre. Lo extrañaba, aun así, para Daren era muy raro mantener todos esos recuerdos ajenos. Lo que nunca tuvo. Él tenía familia, su padre no estaba muerto, entonces ¿lo había abandonado también?


Incluso si mantenía recuerdos claros, ¿Qué consideraba su padre que era la madurez? ¿Y si el cumplía los sesenta y cinco años y su padre aún no consideraba que él era un hombre maduro? Aquellos recuerdos no funcionaban mucho para Ade porque hasta ahora, el hombre no se había dignado a aparecer.


Entonces pensó en las palabras de su padre una vez más, no se mortificaría pensando cuando lo vería, o como encontrarlo, solo pensó que, si no sobrevivía en ese mundo entonces no tendría la oportunidad de devolverle el favor a Ade por su vida, "volveré a ti" repitió en su mente más como un consuelo que como una verdad.


|| Un mes después ||


Era el día del cumpleaños del anciano de la familia Cissé. El abuelo de Ade. A la gran mansión acudieron generales, el mismo rey de Yemaniv envió al príncipe heredero junto con los príncipes invitados de las otras regiones, ese día todos presentaron un tributo al General Cissé.


"Una belleza oculta, una tormenta a punto de ser desatada, la tierra se vuelve húmeda y quizás ¿el mundo volverá a llenarse de angustia?"


Yeiden el nieto favorito de la familia Cissé, siempre caminaba altivo, orondo y como si cada día se prepara para ser coronado como el nuevo Rey de Yemaniv. Había sido el causante de la muerte de Ade.


El día en que fue el cumpleaños del abuelo Cissé, Ade no había asistido. Ahora que Daren tenía en control, no se permitiría jamás bajar la cabeza ante quienes lo despreciaron. En el interior de su solitaria casa encontraba maneras de entretenerse, en el último mes había cambiado sus flácidos brazos por unos con unos músculos un poco más notables, se había preocupado para estar en forma, y hoy, a pesar de ser el cumpleaños del abuelo Ade ni si quiera fue invitado, tampoco le importaba.


Aquella celebración fue muy bien favorecida por el rey de Yemaniv, estaba llena de vida, fuerza y, sobre todo, familias nobles.


Ade salió aquel día con intenciones de ejercitarse, esta vez él quería dar la vuelta a la mansión mientras trotaba, con aquel pequeño mes, Ade había sido capaz de mejorar mucho, resistía correr más tiempo y se había vuelto más rápido, aquel análisis en sí mismo se detuvo cuando se encontró con el Yeiden y su sequito. Aquel sequito parecía salido de un circo, sus ropajes eran tan coloridos que no distinguías cuál era el león y cuáles eran los monos, y por su puesto Yeiden domaba el circo.


De repente aquella molesta voz se hizo presente. —Veo que decidiste salir de tu cueva, pequeño monstruo, ¿Acaso la diosa luna te regalo una nueva transformación?— Bufó de manera arrogante y presuntuosa.


Los ojos de Ade, se dilataron su asesino estaba frente a él. Una mujer que iba dentro del sequito señalo amargamente. —¿No te da vergüenza salir así y mostrar tu feo rostro? Si yo no fuera una mujer agradable, ya me habría dado infarto de ver tu fea cara.— Escupió con maldad.


Todo el séquito se reía con maldad en sus almas, Ade era capaz de verlo en sus corazones. Se mantuvo quieto observando sin gracia sus burlas, el sirviente especial de Yeiden se acercó con ánimos de intimidarlo, pero Ade cerró sus ojos lentamente y aquel muchacho retrocedió. Había visto la misma mirada que Daren mostraba siempre en su vida de asesino, vacía y oscura, como si una grieta te transportaba al infierno, nadie podía ser capaz de mirarlo y esta vez no fue la excepción.


Pero Yeiden no quería agachar su cabeza ante Ade, busco la ayuda de su fiel espada y paso el filo por el suelo rocoso, intentando una vez más intimidar a su pequeño primo, entonces lo oscuro de sus ojos tomo poder en este extraño mundo, como si todos sus sentimientos salieran de él, esa energía malvada que sus ojos reprimían se materializo en ondas, unas que era capaces de intimidar hasta el mismo diablo. Y entonces lo entendía.


En aquella época los poderes ancestrales eran innumerables, pudo reconocer dentro de el, su Qi. "El agua va a su propio ritmo" recordó, entonces supo que Ade siempre había tenido talento, uno que nadie se había dedicado a ayudarle a desarrollar. Pero entonces Yeiden seguía pensando que su oponente era su débil primo, y entonces no se detuvo, camino hacia Ade con intenciones de matar.


"Si ves que la tierra te hecha una mano, aprovéchala, no siempre está de buena samaritana."


Yeiden siseo su espada, odiaba la mirada de Ade en su rostro, —¡¿Por qué me miras así?! ¡No me desafíes pequeña sabandija!— Pero Ade no se inmuto, su mirada era más tranquila como de pena, hacía lo bruto que era su primo, dejo salir un suspiro cuando vio que Yeiden tenía la intención de cortarle el rostro, —¡Enséñele una lección señor!— animaba un mono del sequito. —Señor, dele su merecido.— añadió otro.


—¡Te atreves si quiera a alzar tu mirada contra mí! ¡No eres más que una horrible creación del dios del viento!—, ante aquellas palabras la tierra tembló y el viento rugió. Eso fue lo que a pocos les importo. —Solo mira tú horrible rostro, y solo para que no digas que no soy bueno, hoy te enseñaré como son las normas, en mi mando.— Yeiden, blandio su espada sin más, acorto la distancia entre él y Ade.


Entonces, lo que aconteció dejo a los presentes boquiabiertos, Ade pudo ser capaz de detener el torpe movimiento de la espada de Yeiden, uniendo sus manos a modo de oración, Yeiden forcejeo tratando de safar el filo de la hoja de la espada siendo en vano, tras aquel desesperado forcejeo la hoja termino rompiéndose, Ade o más bien Dante había aprendido artes marciales, no había un asesino que no dominará ese arte.


Al acumular energía espiritual en tus manos obtenías poder y aquella fuerza, en que cuerpo que tenía no estaba desarrollada, pero probablemente era lo único que necesitaba para cambiar el rumbo de su nueva historia.


Ade, acurruco una posición defensiva y con el pedazo de hoja que quedaba en sus manos corto el cinturón de armas de Yeiden, tomando en sus manos, la otra espada que tenía planeada usar contra él.


Ade recordó otra vez, siempre era golpeado, sin cesar y sin piedad, siempre sentenciado a soportarlo y no hacer nada, no decir nada, pero esta vez sería diferente. Los presentes gritaron —¡Ah!— con fuerzas, estaban expectantes a saber el próximo paso de Yeiden, este último gruño ante la desesperación, —¿qué has hecho? ¿acaso eres una mal...— se vio interrumpido por el ataque feroz de Ade, agito su espada de manera efectiva y se lanzó de frente, con un amplio y aterrador ataque parecido a un león atacando a su presa, sacando las garras, mostro el filo de su espada, su movimiento fue muy agraciado como una gacela en la selva, como si tuviera años de práctica en esgrima.


Yeiden retrocedió sin éxito, la espada no lo toco, pero de ella broto una fuerza que lo mando a volar, deteniéndose en el muro de rocas que rodeaba el patio de la casa de Ade.


Ade lo miró sin sensación alguna, sin piedad y rechisto —¿Normas? Deja que te enseñe hoy, algunas de las mías.— Agarró el mango de la espada de manera dócil, aflojo y la dejo caer, Yeiden lo miro con rabia y miedo. Entonces, Ade tomo un pedazo de palo del suelo y lo empalo, los presentes miraban con terror, como Ade golpeaba a su primo, devolviéndole cada maldita lagrima de él broto cuando lo maltrataban. "Ya no más", pensó para sí mismo.


Yeíden gritaba de dolor, y se retorcía en el suelo, el hijo de mayordomo fue el único que se dignó a hacer algo por su señor, pero el día de hoy cualquiera que se acercara a Ade, no correría con buena suerte.


"El Dios del Agua es el único que es capaz de darte grandes cosas, las mismas cosas que le tires al océano, él, te las devolverá."


—¡¿Qué crees que estás haciendo?!— Enuncio el sirviente. Pero lo que recibió fue un palazo que probablemente le había roto algunos huesos. Entonces Ade, se dio su lugar,—¿¡A quién crees que le estas gritando!? ¿¡Qué clase de escoria se da el lujo de gritarme!?— sentenció Ade fastidiado.


Los presentes se alteraron y luego de aquello empezaron a gritar de terror. Ade volteo a ver a los causantes de semejantes gritos, y todos ellos cerraron sus bocas ante la mirada impenetrable de Ade, tenían miedo, pero no podían correr, sus piernas temblaban, ellos no se atreverían.


Aquel muchacho al que alguna vez habían humillado, se veía imponente, ¿Cuándo fue que había cambiado? Nadie lo sabe, porque lo dejaron morir solo. Entonces Ade suspiro con una sonrisa amarga al saber lo que todos ellos estarían pensando. Tomo acción de tirano y enunció con desprecio. —Si están en mi casa, se siguen mis normas, mientras estén en mi espacio, ¡Soy yo el que manda aquí!


Entonces Ade, decidió destruir la vida de quien lo asesino, rompió sus huesos a palazos, nunca más seria el orgullo de la familia Cissé, ya no podría asistir a torneos ni practicar artes marciales.


Yeiden se desmayó del dolor, ya no emitía sonido alguno. —¡Lárguense de mi casa!— Sentenció Ade. Aquellos quienes temblaban despertaron del terror y corrieron como almas en pena con los dos heridos.


Entonces Ade, relajó su mirada, fue capaz de respirar tranquilamente, volviendo a ser el mismo, el chico dulce que reflejaba su rostro.


La casa volvió a ser solitaria, y emitió su silencio habitual.


"Incluso si sentencias serás sentenciado, pero si tomas una vida serás aniquilado. Aprende que el juicio de estas dos ideas, no es igual."



Escrito por: Kimberly García

05 Aralık 2020 02:34 10 Rapor Yerleştirmek 18
Sonraki bölümü okuyun Los protectores del bosque - Mel Velásquez

Yorum yap

İleti!
Betty Johnnes Betty Johnnes
Me encanta!!
December 05, 2020, 18:02

Esteban Martens Esteban Martens
Poderoso relato
December 05, 2020, 17:52

Kathe Moreno Kathe Moreno
La parte donde rompe a palazos los huesos de otro me dejó muda... Wow
December 05, 2020, 16:55

  • Kimberly García Kimberly García
    Me alegra que te gustaran. Cada persona obtiene lo que se merece. December 05, 2020, 18:55
Lucy Ortega Lucy Ortega
Las frases son sublimes
December 05, 2020, 14:02

  • Kimberly García Kimberly García
    Es bueno saber que el impacto que causaron sea así como lo esperaba. December 05, 2020, 18:57
Amalia Brant Amalia Brant
Muy bueno! Me encanta como escribes, tan fluido y emocional
December 05, 2020, 13:15

~

Okumaktan zevk alıyor musun?

Hey! Hala var 7 bu hikayede kalan bölümler.
Okumaya devam etmek için lütfen kaydolun veya giriş yapın. Bedava!