hiena19s Samantha Urdiales♡

« Minji estaba sola cuando se encontró con él » » p.jimin » One-Shot » Contenido delicado, leer bajo tu propia responsabilidad. » 4854 palabras » 15/02/2019


Suç Sadece 18 yaş üstü için.

#explicito #violencia #feminicidio #feminismo #bts #jimin #fanficton #delicado #asesinato #murder
Kısa Hikaye
5
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Tamamlandı
okuma zamanı
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SOLA

Advertencia: Contenido explícito








No todo tiene un final feliz
Un héroe no va a aparecer a último momento a salvarte

Muchas personas viven con el estúpido pensamiento de que a las personas buenas les pasan cosas buenas, que el bien siempre triunfa sobre el mal
Pero no es así









Minji jamás se había sentido tan mal hasta ese día.
Nunca había tenido una taquicardia tan extrema. La castaña se aterró cuando observó su pecho subir y bajar al ritmo de los latidos del corazón.

No, una arritmia no debía doler, pero si le agregabas pánico, respiración entrecortada y nervios con temblores el resultado no era nada bueno.

Minji retrocedió con pasos aterrados hasta que su espalda chocó con la pared del callejón.
Eran apenas las siete de la noche, pero el barrio vacío con luces averiadas le daba el aspecto de que era pasada la media noche.

Mientras apretó los dientes y buscaba una vía de escape, su compañero de clase se acercaba peligrosamente a ella con zancadas largas mientras lamía sus labios y observaba su cuerpo.

Ella se sentía incómoda y asustada, al grado que sus piernas comenzaron a temblar tanto que se tuvo que sostener de la pared tras ella.

Apenas el chico se acercó, no tardó en posicionar una navaja bajo su barbilla, obligándola a elevar su cabeza y darle acceso a su cuello.

Minji, completamente aterrada suplicó —Jimin p-por favor —Las lágrimas empezaron a correr y trató de pegarse cada vez más a la pared con terror.

Su voz, como era de esperarse, tembló.

Jimin negó, con aires de inocencia en su mirada —Si no te hubieras negado a mi desde un principio esto no estaría pasando Minnie, eres tú quien tiene la culpa —La castaña sintió una punzada justo donde estaba la navaja y sin poder evitarlo soltó un grito ahogado.

No sabía si sentirse aliviada o no cuando Jimin alejó la navaja de su cuello. Tenía máximo dos segundos de ventaja antes de que Jimin hiciera otro movimiento, pero el miedo la traicionó.

Un fuerte golpe en la quijada la hizo caer al piso y gimió del dolor al sentir el sabor metálico en su boca.
Sabía que un puñetazo dolía, pero jamás se esperó que doliera tanto.

Jimin ni siquiera la dejó sobarse la zona golpeada, pues cuando apenas Minji iba a quejarse, el pelinegro la tomó del cabello y lo jaló para ponerla de pie de nuevo.
La castaña sollozó, su cara dolía como un demonio, su cabeza comenzó a molestar y ni hablar del ardor en su cuero cabelludo. Sus piernas no dejaban de temblar y sus brazos no le respondían a causa del pánico.

Jimin sonrió al ver los ojos llorosos y el temblor en el labio inferior de la castaña.

—Levántate la falda.

El mayor posicionó la navaja en su cuello de nuevo, pero esta vez con más fuerza, justo debajo de la mandíbula.

—¿Por qué m-me haces e-esto, Jimin?

El pelinegro presionó con más fuerza la navaja, junto con dos de sus nudillos —Porque... eres mujer, así que obedéceme.

La castaña sabía que tenía una ventaja mínima en tener los brazos libres, pero temía que con un mal movimiento o con un buen reflejo de Jimin, la navaja se enterrara en su garganta.

—P-porfavor —Suplicó de nuevo. El nudo en la garganta y el terror de que no había nadie alrededor le impedían hablar bien —Ji-Jimin.

—Que te levantes la falda —La voz se escuchaba cruda y aterradora, en especial porque salió entre dientes.
Minji ya no sabía qué hacer.

Lentamente comenzó a subir sus brazos, como si en realidad sí fuera a acatar la orden —P-por fa-avor no.

La navaja desapareció de nuevo, pero un fuerte golpe en el estómago le cortó la respiración e hizo que se doblara del dolor. Jimin, al saber que pasaría eso, se alejó unos pasos de ella para que se doblara y son un simple patada sin tanto esfuerzo la tumbó al piso.

Uno, dos, tres puñetazos en las costillas y cuatro en el rostro y Minji ya estaba retorciéndose del dolor, con la cara hinchada y adolorida.

Si la castaña ya estaba aterrada con los golpes, cuando sintió que sus piernas fueron jaladas y Jimin se posicionó arriba de ella de inmediato comenzó a llorar más.

Jimin no se inmutó, las lágrimas y los sollozos no le importaban, y era lo suficientemente alto y fuerte para que los intentos de Minji se zafarse pasaran desapercibidos.

Sin perder tiempo comenzó a romper el vestido de la parte superior.

Minji, tratando de cubrirse, rogó —Dej-jame ir, n-no le diré a n-nadie l-l-lo juro —El pelinegro blanqueó los ojos y con fuerza e irritación llevó una de sus manos a su cuello para sostenerla mientras la otra sacaba sus pechos de la copa del sostén.

Aún estoy a tiempo pensó Minji mientras sentía los dientes de Jimin enterrarse en la piel expuesta de sus senos.

—¡Ayuda! —gritó tan fuerte como pudo, sintiendo una pizca de esperanza —¡Porf–

Cuando sintió su piel de sus pechos ser liberada cerró los ojos con violencia para esperar lo peor. Jimin respondió con otro puñetazo en la mejilla, que dolió más por estar apoyada contra el pavimento.

No me puedo rendir

Minji, aún con pánico y con la cara entumecida, pataleó como pudo y movió los brazos tratando de alejar al pelinegro de encima.

El agarre de su cuello comenzó a ganar intensidad y el aire le comenzó a faltar. Trató y trató pero por más arañazos y golpes que Minji tendía en el brazo del mayor, este parecía no sentir absolutamente nada.

Jimin sonrió y cambió su postura, extendiendo el brazo con el que la asfixiaba, dejando caer su peso, mientras que con su otra mano golpeaba sus pechos, provocando que se moviesen.

Mientras Minji se quedaba sin aire Jimin disfrutaba el tenerla así.

El pelinegro, reduciendo sus impulsos por matarla ahí mismo, tomó algo que estaba tirado en cualquier lugar del callejón sin quitarse de encima.

Minji ya tenía los párpados inflamados y su pómulo se encontraba peor, su ojo derecho estaba tan inflamado que no podía ver, aunque las lágrimas del izquierdo lo impedían de igual manera. Sus mejillas, en especial la izquierda estaba morada y adolorida.

De la nada un grito desgarrador salió de la boca de la castaña, gritó que de inmediato fue tapado violentamente con la mano de Jimin, que se estampó en la cara de la castaña de tal manera que su cabeza rebotó estrepitosamente contra el pavimento.

Minji con un pavor inmenso trató de mirar el causante de su dolor y solo distinguió el color morado de su mano y un desarmador encajado en esta.

Jimin sonrió, le resultaba malditamente caliente la expresión de Minji.

Oh Min Ji, la chica perfecta de la universidad, la inteligente, la popular, la amable, la cariñosa, la chica que lo rechazó amablemente después de la clase de filosofía, la chica que puso de excusa un "eres muy lindo, me siento muy halagada Jimin, pero discúlpame, no puedo corresponder tus sentimientos"

Pero no. A Jimin no le importó lo que ella tenía para decir o lo que sentía por él. Él la quería entre sus piernas.

Y justo ahora la tenía debajo de él.

—Te voy a enseñar lo que es ser mujer —Minji abrió mucho los ojos a pesar del dolor de sus párpados.

Minji quería suplicarle que la dejara en paz. Quería gritar del dolor, quería dejar de sufrir.

La mano del cuello fue retirada, y por ende, la menor tosió y trató de tomar bocanadas de aire con brusquedad.
Jimin la observó con una sonrisa y acarició varios de los hematomas que él mismo había causado.

Así que más te vale estar agradecida conmigo.

Sin quitar la mano izquierda de su rostro, Jimin golpeó con la derecha nuevamente la mano de la menor con tanta fuerza, que el grito que soltó esta vez duro mucho más tiempo que el anterior.
No sólo había encajado más el desarmador en su palma, sino que también dobló sus dedos hacia atrás, quebrándolos sin mucho esfuerzo.

Jimin no tapó su boca esta vez, en cambio masajeó su pene sobre el pantalón al escuchar la garganta de Minji desgarrándose.

La castaña volvió a mirar con dificultad su mano y por el mareo y las lágrimas solo alcanzó a mirar sus dedos ya sin forma.
Lloró y sollozó por el maldito dolor y miedo con el temor de que Jimin la golpeara otra vez.

El mayor se sorprendió, ¿cómo mierda Minji podía seguir consiente?

La mirada que la castaña le daba estaba repleta de terror, su cuerpo no paraba de temblar y ella no hacía otra cosa más que llorar.

Y eso se la ponía tan malditamente dura.

Minji rezó para desmayarse, rezó para que ese momento terminara de una vez, pero eso jamás pasó.
Por el rabillo del ojo observó siluetas en donde empezaba el callejón, justo de donde salía la poca luz que alumbraba el lugar donde estaba. Poca gente que caminaba y pasaba de largo la injusticia que estaba viviendo.

Volvió a gritar, por el dolor y para llamar la atención de cualquiera que pasara.
No estaba segura si era su imaginación la que creaba las siluetas y las sombras o eran completamente reales, pero aun así no se dio por vencida.

Jimin, con una erección en sus pantalones y con ganas de "empezar lo bueno", regresó a los pechos de Minji y rompió sin problemas el sostén que llevaba.
Aunque quería que fuera ella quien levantara su falda, no tuvo otra opción más que hacerlo él mismo, por lo que subió su falta y blanqueó los ojos al encontrarse con un short negro.

Se paró por segundos del cuerpo débil de Minji y sin previo aviso bajo por sus muslos el short junto con sus bragas.

Minji seguía observando a la entrada hasta que con sorpresa supo distinguir a una persona que la observó. Jimin seguía con la tarea de deslizar y romper las prendas de sus piernas por lo que no se percató que la castaña, extendió su brazo con la mano sin lastimar en dirección a la entrada.

Un hombre parado frente al callejón, de unos treinta años con un niño en brazos la miró con pena y después de unos segundos de mirar la escena, siguió su camino.

Minji sollozó más cuando Jimin recargó su mejilla con la de ella, ambos observando al hombre retirarse.
No supo si sentir asco y rabia por ser ignorada en una situación así o sentir miedo al percatarse de algo:

—Nadie te va a ayudar, Minji.

Y aunque le dolía aceptarlo, Jimin tenía razón.
Nadie se iba a poner en riesgo solo por salvar la vida de una simple desconocida. Nadie la iba a sacar del infierno que estaba pasando. Nadie la iba a mirar.

Y justo ahí, con todo el dolor del mundo, Minji dejó de luchar.

Sabía que no iba a salir ilesa.
No le quedaba otra más que rezar por que Jimin la dejara por lo menos viva.
Rezar por volver a ver a sus padres o a sus amigos.
Rezar por volver a casa.

Jimin se alejó del rostro de Minji y de una vez por todas rasgó su vestido por la mitad, dejándola completamente desnuda.
Él esperaba una reacción de la menor, pero no la obtuvo.
Frunció levemente el ceño cuando se percató Minji dejó de lado su postura a la defensiva que llevaba antes y que ya solo yacía ahí, como si de un cadáver de tratara.

¿Se desmayó? ¿La maté?

Negó para sí mismo cuando observó cómo su pecho subía y bajaba. Además, notó que sus piernas temblaban y lágrimas se deslizaban al costado de su cara aún observando la entrada del callejón.

Jimin sonrió y sin mucho esfuerzo desabotonó su pantalón y bajó su bragueta, sacando su miembro sin muchas dificultades.
Se inclinó al rostro de Minji y lamió su mejilla hasta que llegó a su lóbulo.

—Vivo deseando esto desde que te vi por primera vez en el campus, Minji.

Y de golpe, la embistió con rudeza.

Minji soltó un grito ahogado ante el dolor punzante y horrible.
Era demasiado, no podía dejar de llorar por el maldito dolor constante del desarmador clavado en su palma y sus dedos quebrados, ya había dejado de ver a causa de la hinchazón de los golpes y las lágrimas y ahora le estaban arrebatando su virginidad.

El dolor era insoportable y sólo podía sollozar cada vez más alto, cosa que molestó a Jimin.

—Cállate de una puta vez —Musitó entre dientes con la voz igual de aterradora de antes.
Le levantó la cabeza tomándola fuerte del cabello y con la otra mano tomó una roca grande que estaba a su derecha.

Con un golpe seco y preciso, y sin pensársela mucho, estrelló la roca contra la cabeza de la menor, por la sien, frente a su oreja derecha.

Cuando el llanto cesó, la temblorina paró y un charco de sangre se hizo presente, supo que la había cagado.
Había matado a Oh Min Ji antes de lo esperado.

Esperaba dejarla inconsciente un rato para que cerrara la puta boca de una vez, pero por la adrenalina no midió la fuerza y la terminó por matar.

Hizo un mohín y comenzó a embestir más fuerte, enterrando ambas manos en la cintura del cuerpo ya sin vida de Minji, satisfaciéndose a sí mismo.

Penetró a Minji una y otra vez, observando sus pechos, su cintura y toda piel que él había descubierto.
Desde el momento que la vio entrar al aula con ese vestido beige que llevaba por la exposición formal en la clase que llevaban en común, supo que lo quería rasgar por la mitad para verla sin nada que la cubriera.
Toda la clase de filosofía se la pasó fantaseando con el cuerpo de la castaña, con el vestido de vuelo beige que le quedaba tan bien.
Le fascinó tanto, que terminó masturbándose en el baño, imaginando que su mano era la de Minji.

El movimiento de su cadera no paró hasta unos minutos después, que salió de ella para acercarse a su rostro.

Con ambas manos abrió la boca de la castaña y fue tanta la fuerza que usó que terminó dislocando su mandíbula.
Llevó su pene con prisa a su boca, y tomándola por la cabeza, cerca del golpe que hacía un rato le había hecho, comenzó a moverse.

Al principio lo hizo con cuidado, pero cuando se percató que los dientes no le rozaban a causa de la mandíbula dislocada, tomó velocidad, estirando el cabello de Minji con una mano mientras que con la otra golpeaba repetidas veces su mejilla con fuerza.

Se alivió y molestó al mismo tiempo, ya no escuchaba los sollozos ni la respiración entrecortada de la castaña, lo cual era algo bueno, su cabeza ya estaba empezando a doler a causa de sus estúpidos lloriqueos, pero él realmente quería ver a Minji llorar y suplicar con su pene hasta el fondo de su garganta.

Quería ver como su miembro desaparecía una y otra vez entre sus labios mientras ella se ahogaba y suplicaba por que la dejara.
Quería que Minji le suplicara una y otra vez que la matase de una vez por todas.

Pero no. La cagó. Ya la había matado y no había vuelta atrás.

Sacó su miembro de la boca de la menor. Meter el pene en la boca de una muerta no se sentía tan bien como se esperaba, así que, con frustración e ira, golpeó con su puño la mejilla de Minji, después la otra y siguió sucesivamente hasta que se cansó.

Con las uñas, rasgó piel de sus clavículas y recorrió todo el torso hasta llegar al final de su cadera, antes de iniciar con los muslos. Llevó a sus labios uno de los pezones de Minji y tiró de él con los dientes, sintiendo el sabor de la sangre en su boca. Después de soltarlo, separó las piernas de la castaña de un golpe, haciendo que tronasen.

Ignorando el sonido, Jimin volvió a la vagina y la penetró enseguida.
Le tomó unos segundos moverse, pues cuando observó cómo le quedó el rostro a causa de los golpes no puedo evitar sentirse asqueado.
De una bofetada giró la cabeza de Minji y siguió embistiendo con violencia mirando otra parte de su cuerpo.

Aburrido de ver lo mismo, el pelinegro con su navaja comenzó a hacer cortes en sus pechos, en sus clavículas, en su vientre, en sus brazos, en sus piernas.
Notó que ya se notaban los arañazos en su torso y que ya tenía hematomas en su abdomen y piernas, por lo que cortó en donde la piel estaba sana.

Por momentos, solo cerraba los ojos y se concentraba en el movimiento de sus caderas, pero cuando se sintió cerca, clavó la navaja justo arriba del ombligo, rasgando hasta su pelvis al tiempo que sacaba su pene del interior.

Jimin siguió masturbándose hasta que se vino en sus propios pantalones para evitar problemas. Apenas recobró el aliento se puso de pie y no hizo otra cosa mas que quedarse mirando lo que acababa de hacer sin ninguna clase de remordimiento.

Cualquier persona que haya conocido a Minji en vida, jamás la hubiera relacionado con el cuerpo que estaba debajo de Jimin. Su rostro estaba tan morado que sus ojos ya no se veían, su cabello castaño ya estaba empapado de sangre, tanto seca como reciente. Por inercia, su boca quedó abierta por su mandíbula rota, su cuello tenía hematomas entre amarillos y morados con la perfecta forma de una mano rodeándolo. Sus clavículas, sus pechos, su abdomen estaban tan lastimados, que era difícil encontrar una parte que no estuviera bañada en sangre. Sus extremidades fueron las menos afectadas, ya que solo había hematomas en todo lo largo de estas, y cerca de los hombros y en los muslos habían cortadas.

Jimin metió su pene flácido a sus pantalones y se sentó en el pavimento a observarla.
A observar como la había dejado.

Había terminado de hacer lo más fácil, ahora seguía lo complicado: deshacerse del cuerpo de Minji.

Había escogido acorralar a Minji en ese callejón por una razón: los grandes contenedores de basura verdes que estaban al final, que justo estaban frente a él en esos momentos.
La calle en la que se ubicaban estaba desierta la mayoría del tiempo, por lo que, si su plan salía bien, encontrarían el cadáver de Minji el viernes, cuando el camión de la basura iba y vaciaba los contenedores.

Y todavía faltaban cuatro días para eso.

Claro, a no ser que alguien llamara a la policía antes por el olor putrefacto o si alguien abría el contenedor antes y de pura casualidad viera en cuerpo.

El pelinegro no tenía bolsas de basura ni alguien a quien pedirle ayuda, por lo que no tenía otra opción más que aventarla así al contenedor, junto con sus cosas.

Jimin bufó y se acercó al contenedor de basura más lejano que encontró, lo abrió con dificultad y con rapidez cubrió su nariz por el olor asqueroso que desprendió. Aguantándose las arcadas y con mucha fuerza de voluntad, comenzó a sacar bolsas de basura, siete en total, dos tan grandes como él y las restantes de menor tamaño.

Regresó a Minji, quien ya tenía moscas caminando por su lengua salida y por sus mejillas y párpados.
Con cara de asco, arrastró a Minji por su cabello empapado de sangre hasta el contenedor que había escogido, dejando un camino de sangre del cual se preocuparía después.

Dejó caer la cabeza de la menor y llevó su mano a sus nudillos para darles un pequeño masaje.
Sus manos se encontraban moradas por los golpes que le propinó a Minji, pero no se quejó.

Bufó a ver a la castaña tirada y, con asco tomó el cuerpo ensangrentado entre sus brazos, y de un impulso con ayuda de sus piernas, lanzó a Minji, que prácticamente de un salto cayó al contenedor.
Jimin limpió la sangre de sus manos en su camisa igual de empapada y soltó un suspiro, mirando el contenedor y dejando caer su peso en una pierna.

Tomó la bolsa beige que se le había caído a Minji antes, y con su camisa, evitando tocarlo con las manos, sacó el celular de la bolsa, el cual de un fuerte pisotón rompió. Con desinterés, volvió a meterlo a su bolsa y la lanzó también al contenedor.

Tomó fuerza de voluntad, y de nuevo, aguantando las arcadas, cargó las bolsas de basura y las aventó al contenedor nuevamente, para que así, estas cubrieran el cuerpo de Minji y sea más difícil encontrarla.

Cuando terminó con la séptima bolsa, echó un último vistazo, para cerciorarse que Minji no se distinguiera en algún espacio.
Con asco, comenzó a sacar basura de otros contenedores y comenzó a esparció por todo el pavimento, escondiendo la sangre fresca que iba indicando el camino hacia el ultimo contenedor. Necesito solo cinco, por lo que no tardó mucho en eliminar el rastro.

Observó su camisa con desinterés , y con mucho cuidado de no tocarse la cara, se la retiró y la escondió en su mochila, que había tirado por ahí antes de acorralar a la castaña.

Con los pantalones ensangrentados y con la camisa interior un poco sucia, salió del callejón con una sonrisa de oreja a oreja, dirigiéndose a su auto.

Aún no eran ni las nueve de la noche, y la calle seguía vacía, sin nada que arruinase su plan.

―――

Al día siguiente, miércoles doce de febrero, los señores Oh estaban a primera hora desesperados en la estación de policía, pues su única hija no había llegado a casa después de la escuela.

Se enfurecieron cuando los oficiales les dijeron que no podían hacer nada para ayudar, pues Minji solo podía ser identificada como desaparecida hasta que se cumplieran cuarenta y ocho horas sin saber de ella.

Llamaron una y otra vez a su celular pero solo mandaba directo al buzón de voz. Llamaron al número de sus amigas, pero ninguna sabía nada.

Las compañeras y amigas de la castaña comenzaron a publicar y a pedir ayuda por las calles y por redes sociales para encontrar su paradero, otras personas ayudaban pasando la voz, pero nadie jamás dio informes.

La universidad ayudó, publicando en sus redes oficiales los datos de Oh Min Ji, para que quién la haya visto les informe a las autoridades. Llenaron el campus de folletos con el rostro de Minji, con sus últimas ubicaciones y con teléfonos a los que las personas se podían comunicar.

Pero el miércoles se terminó y cada vez la familia Oh, y las amistades de la castaña se preocupaban más.

Llegó el jueves y seguían sin noticias.
Cuando el reloj marcó las siete de la noche significaba que ya habían pasaron las cuarenta y ocho horas sin rastro de la joven castaña con toda una vida por delante. Para las siete y media, Minji ya estaba en el muro de personas desaparecidas en la estación de policía, junto con muchas mujeres más.

Los señores Oh ya habían publicado una recompensa si es que se le encontraba.

"La queremos ver, esté como esté"

Las personas seguían compartiendo en redes fotos de Minji. La castaña era la protagonista en muchas cadenas de oraciones que personas hacían por ella. Ya sus fotos y un poco de su vida personal estaban en los noticieros.

Sus padres seguían sin poder conciliar el sueño. Por dos días enteros su padre se la pasó en la estación de policía exigiendo respuestas y esperando noticias, mientras que su madre recorría el campus de la universidad buscando algo que le indicara donde podía estar su hija.

Conocían a Minji, y ella jamás se hubiera ido de la nada, jamás de habría escapado, pues era la joven más feliz y cariñosa que alguien hubiera conocido.
Los Oh tenían un mal presentimiento desde el martes que su niña no llegaba, y sabían y perjuraban que algo le había pasado.

Al día siguiente, justo como estaba en los planes de Jimin, los contenedores de basura fueron vaciados, y trajeron con ellos noticias.

— No cesan los feminicidios en el país. De nuevo, malas noticias para todos. El día de hoy, viernes quince de febrero, fue encontrado el cuerpo sin vida de Oh Min Ji, una joven de dieciocho años que el día martes no llegó a casa después de clases. El cuerpo, que fue encontrado en un callejón cerca de su universidad, presentaba hematomas y cortaduras en la gran parte de su cuerpo, especialmente en el rostro, que terminó deformado a golpes y en su mano izquierda, que fue apuñalada con una herramienta y con cuatro de sus cinco dedos rotos. Las autoridades confirmaron que la víctima fue abusada sexualmente y su causa de muerte fue una contusión cerebral, debido a un golpe fuerte en la cabeza hecho con una piedra. Hoy el país se vuelve a vestir de negro, pues Oh Min Ji, así como Song Sun Hyo, Park Ryo Son, Kim Da Hee y muchas jóvenes más, fueron violadas y asesinadas por agresores que siguen libres.

Minji, junto a muchas mujeres de absolutamente todas las edades, fueron arrebatadas de su familia.

A sus agresores no les importó si ellas tenían sueños.
No les importó si ellas tenían metas.
No les importó si ellas tenían aspiraciones.
No les importó si ellas tenían un hogar al cual debían volver.
No les importó si alguien dependía de ellas.
No les importó si ellas dijeron que no.

Solo las vieron como un pedazo de carne del cual podían abusar.










Un shot para nada lindo, ¿verdad?

¿Se te hizo fuerte? Esto no es nada a comparación a lo que le pasó a Magdalena, una mujer alrededor de 28 años, una madre de dos niños, cuyo cuerpo fue encontrado desmembrado en el refrigerador de un depósito de cervezas en Guerrero el pasado 20 de enero del 2019, se dice que quien hizo esta atrocidad fue su exmarido con ayuda de dos hombres más, pero como en la mayoría de este tipo de casos, la investigación fue abandonada.

Y hay miles y miles de casos horribles más. Que nos cuentan, que escuchamos en la televisión y otros que ni siquiera son anunciados.

En México los feminicidios son una cosa seria y hasta algo de todos los días.
Se calcula que cada año se perpetran alrededor de 66 mil feminicidios en el mundo.
En México, se calcularon 30 mil casos de abusos sexuales en el 2018, en donde 12,889 fueron específicamente de violaciones. Pero si somos realistas, ¿cuántos casos serían en total si todas las víctimas rompieran el silencio?

Según el Sistema Nacional de Seguridad Pública, por hora de 3 a 4 mujeres son violadas. Estamos hablando de que al día entre 80 y 90 mujeres son abusadas.
¡En lo que escribí este shot tal vez 18 mujeres fueron violadas y/o asesinadas!

Y ¿sabes qué? En el 61% de los casos, el agresor es alguien conocido por la víctima, desde su propio padre, su familiar, su amigo, o, como en el caso de Minji, un compañero de clase.

Quise escribir este shot para ¿crear conciencia? ¿Ponernos en el lugar de una víctima? Entender que es alarmante que lo que le pasó a Minji le puede pasar a cualquiera de nosotras.

Es horrible no poder caminar en la calle con seguridad, tener que parar el paso para que las personas que estén caminado detrás de mi me rebasen y así descartar la idea de que me están siguiendo. Caminar con algo filoso en la mano por si alguien mañoso quiere pasarse de listo. Siempre estar alerta de quien viene a tu lado y alarmarse si un carro comienza a bajar la velocidad cerca tuyo. Caminar siempre en grupos grandes de personas y de preferencia donde estén hombres para tener un poco más de seguridad. No poder vestirte a tu gusto porque si un hombre te llega a abusar o a acosar y llevabas una falda, vestido o short, la culpa es completamente tuya por ir provocando.


¿Y que es lo que siempre pasa? Las familias le enseñan a sus hijas que deben hacer en casos en dónde son acosadas:

"Si alguien te grita cosas en la calle, solo ignóralos"
"Grita fuego, no violación o que estás siendo violada, hay más probabilidad de que las personas te volteen a ver si mencionas que hay un incendio"
"No uses faldas, no uses blusas de tirantes, no escotes, no vistas de forma provocativa"
"Siempre ve acompañada de un hombre"
"Muévete en grupitos"
"No vayas a ninguna parte sola"
"Nunca descuides tu bebida"
"No tomes alcohol"
"Mándame un mensaje cuando llegues"
"Envíame tu ubicación en tiempo real"
"Si te vas a subir a un uber o a un taxi, mándame las placas"
"No vayas al baño sola"
"Si te sientes incómoda, pídele ayuda a alguien cerca"
"No te salgas del lugar"


Pero analizando con mas profundidad ¿Qué les enseñan a los hombres ?
En mi caso, conozco a hombres que les enseñaron que "a una mujer no se le toca ni con el pétalo de una rosa", un frase bastante común, y bastante ignorada de igual manera.

Pero ¿que se les debería de enseñar? El significado de NO.

Y tú, hombre que de casualidad estas leyendo esto, hay algo que debes de saber, algo que espero de todo corazón que ya sepas: NO ES NO, y si no hay un sí, también es NO.


Aunque esté en tu casa
Aunque esté borracha
Aunque esté sin ropa
Aunque esté inconsciente
Aunque sea tu esposa
Aunque sea tu novia
Aunque sea tu amiga
Aunque antes haya dicho que sí
Aunque le hayas pagado la cena
Aunque ya hayan cogido antes
Aunque estés caliente
Aunque ya hayas pagado el motel
Aunque te la esté chupando
Aunque tu pene esté a un milímetro de su vagina


NO ES NO

"No estoy segura..." ES NO
"Tengo pareja..." ES NO
"No ando de humor..." ES NO
"Me gustas, pero..." ES NO
*silencio* ES NO
"Prefiero estar sola..." ES NO
"Tengo miedo..." ES NO
"Déjame en paz..." ES NO
"Hazte para allá..." ES NO
"No, gracias..." ES NO
"Chinga tu madre..." ES NO
"No estés molestando..." ES NO


La única cosa que significa SÍ es SÍ

-hiena

06 Ekim 2020 23:41 0 Rapor Yerleştirmek Hikayeyi takip edin
1
Son

Yazarla tanışın

Samantha Urdiales♡ ♡ A pesar de que mis actualizaciones son lentas y repentinas, escribo desde que me levanto hasta que me acuesto, casi siempre a mano y en una de mis tantas libretas de forma francesa. ♡ No adaptaciones ni traducciones ♡ Puedes encontrarme en wattpad con este mismo usuario: hiena19s ♥

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