Lamentos (oneshot) Hikayeyi takip edin

—¿Liah que te sucede? —pregunta una chica rubia a su amiga —estas como perdida desde que salimos de tu casa, si no quieres estar aquí nos vamos a otro lugar.

—No es eso Fran... —Liah da un suspiro —¿No te aburre todos los fines de semana lo mismo?

—¿A qué te refieres? —Fran mira para ambos lados —¿no te das cuenta los manjares que hay a nuestro alrededor?

—Sí, los mismos hijos de papá de siempre... —Liah da un sorbo de su trago —estoy aburrida de que te digan "oh que linda eres ¿quieres bailar?", "¿sabes que mi padre es empresario y gana millones?" o "solo quiero que tengamos sexo, puedo pagarte lo que quieras".

—A mí no me molesta realmente, por eso vengo a las Discos, por entretención... —responde Fran a la pelirroja.

—Sabes quédate tú... yo me aburrí de esto —Liah se levanta y sale del lugar con dirección a su auto para irse a su casa.

Liah era de familia adinerada, siempre tuvo los mejores autos, colegios de ricos, lo que ella quisiera; por lo que no le importan esos "idiotas" de los que se le acercaban sacando el dinero de sus familias para llegar al sexo. Enciende el auto y sale a la calle, mira la hora eran las 00:56 aún temprano para llegar a su casa, la odiaba, sus padres peleaban mucho y la restringen, ella tenía que ser una "señorita" en casa, se sentía oprimida estaba perdiendo el sentido a todo.

Camino a su casa toma un camino distinto para hacer la hora y no llegar tan temprano a su hogar, encontrándose con un lugar que se llamaba "Barhala" y tenía un letrero que decía "hoy música en vivo", decidió detener su auto y entrar a aquel lugar, no le importaba estar sola, solo no quería llegar a su casa, posiblemente su padre estaría ebrio y su madre en su habitación drogándose. Se puso su chaqueta de mezclilla y camina para la entrada del local, y su primera impresión fue que la música era totalmente distinta, no era reguetón o algo que se podía bailar, pero esa música le inyectaba algo en la sangre que hacía que se sintiera viva, sin pensarlo dos veces entro y hubo un momento de silencio...

—¡Bienvenidos al Barhala donde los valientes festejan y disfrutan de los placeres del rock, con ustedes Rock Zone! —dice un joven en un escenario y baja.

Las luces se encienden y suena una batería, era un sonido fuerte y era acompañado del bajo, un joven toma el micrófono y da un grito, todos en el lugar se volvían locos y se comenzaban a empujar y saltar lo que a Liah le pareció entretenido, una vez terminó el grito suena la guitarra con un riff que hace que Liah se fijará en quien tocaba, el chico usaba un short con colores militares y una polera negra con una calavera que decía "Misfist", tenía el pelo largo negro, la polera no tenía mangas como si hubiesen sido arrancadas, y en su cintura tenía amarrada una camisa cuadrille negra, Liah quedó impactada con el chico, tanto por la pasión que tenía al tocar, como por sus facciones, cada vez que lo miraba sentía latir fuertemente su corazón.

La noche siguió y el grupo terminó de tocar, muchos se fueron a la barra para pedir unas cervezas, ella no acostumbrada a beber eso, siempre pedía tragos preparados o cócteles, pero se animó a pedir una cerveza para ver si tenía suerte y podía ver al chico de la guitarra, quería hablarle, lo encontraba fascinante.

Pasó la noche y eran las 04:00 am el bar estaba por cerrar y el chico no aparecía, con decepción salió del lugar y camina hacia su auto, allí había 4 chicos que al parecer estaban ebrios y al verla llegar la quedan mirando sin moverse del lugar, Liah dudo en seguir avanzando, pero uno de ellos ya caminaba hacia ella.

—¿Estás sola preciosa? —dice e invasivamente le toma de la cintura y trata de besarla.

—Sal idiota —Liah empuja el chico y cuando se separa un poco le da una bofetada.

—Conmigo no perra —el chico cierra el puño y le lanza un golpe a Liah, ella solo cierra los ojos y se tapa la cara instintivamente y solo escucha un golpe, abre un ojo y ve al chico ebrio en el suelo y a su lado el guitarrista con el puño extendido.

—¿Tu eres...? —Liah no alcanzo a terminar la frase, pero es tomada de la mano por el chico y de un tirón se vio corriendo a su lado de la mano.

Luego de correr por unos minutos llegan a una placilla del lugar la cual tenía algunas bancas y unos columpios, además de poca iluminación.

—¿Estas bien? —pregunta el chico jadeando por el cansancio de la fuga —hace años no corría así —le sonríe.

—Sí... —Liah estaba nerviosa y emocionada —E... estoy bien... gra... gracias —se notaba el nerviosismo de la chica —tocas muy bien —no sabía que decir, el chico parecía ser distinto a todos los chicos de "clase alta" que conocía.

—Genial, me alegra que te guste mi música —el chico le da una sonrisa a Liah y esta siente que se derrite —por cierto, mi nombre es Max, no deberías andar sola, menos en un lugar como ese.

—No estaba sola, solo mi amiga se me perdió, parece que se fue antes —le mintió, no quería que supiese que estaba allí por él y por no querer llegar a su casa.

—¿Si quieres te puedo acompañar a tu casa? —Max se estira como relajando su cuerpo, era algo despreocupado.

—No te preocupes yo puedo ir so... —es interrumpida.

—Sola no te dejare —Max le da la mano —vamos por ultimo para acercarte.

Con una sonrisa sincera Liah acepta y caminan por mucho rato, la conversa fue fluida durante todo el camino, se contaron mucho de cada uno los sueños y esperanzas, miedos y errores hasta llegar a una casa enorme.

—Guau... esto parece un palacio —Max se asombra al ver la casa de Liah, esta estaba avergonzada, por hacerle caminar teniendo el auto estacionado fuera del bar.

—Odio esta casa... —le dice Liah sin mirar a Max a la cara.

—¿Por qué la odias? —pregunta Max

—Odio todo esto... —Liah se sorprendió al ver que Max le importara un pepino que ella tuviese dinero.

—Ya para que no lo odies... dame tu móvil —la chica lo saca y se lo pasa, este le anota su número —háblame cuando estés aburrida —le da una sonrisa, ya eran las 06:35 am —me tengo que ir rápido ya que trabajo en unas horas más.

Liah se sintió más avergonzada aun al saber que le quitó a Max horas en las que podía descansar.

—Perdona que te haya quitado mucho tiempo —nuevamente con la cabeza baja.

—Te dije que no era problema —le toma la cara con las manos y la mira a los ojos regalándole una sonrisa —llegaste bien y eso me deja tranquilo —le da un beso en la mejilla —recuerda hablarme —le regala una nueva sonrisa y se aleja regresando por el camino para ir en dirección a su casa.

Durante la semana hablaban por las noches muchas horas, lo que hacían en el día, planificando qué harían cuando se verían de nuevo, y cada día ambos deseaban estar juntos, cada vez que había un problema en la casa de Liah, Max era la cura para su corazón, algunos fines de semana la Liah iba a verlo tocar a distintos bares y antros de la ciudad, y luego se hacía costumbre caminar de la mano hacia la casa de ella, hasta que un día quedaría marcado para ambos, luego del concierto estando fuera de la casa de Liah Max le toma de las mejillas y le roba un beso, desde esa noche se hicieron novios, Liah se escapaba de su casa en la semana para poder estar con Max y juntar sus cuerpos desnudos en el acto del amor, en ese momento eran uno solo, en los cuales podían verse indefensos el uno al otro, eran momentos maravillosos para Liah y Max, hasta que llegó ese fatídico fin de semana que marcaría la vida de ambos...

—¿Estás segura? —Max pregunta a Liah antes de subir al escenario.

—Sí, segura —la chica aprieta las manos con nerviosismo.

—Sé que puedes, piensa que cantas solo para mí —Max le besa y suben ambos al escenario.

La tocata salió perfecta, Liah era la nueva vocalista de la banda, y como cada noche caminaban de la mano juntos hacia la casa de ella, estando fuera se despiden con un beso, pero son sorprendidos por el padre de Liah.

—¿Pero qué Mierda haces Liah? —pregunta el padre enfadado —¿Así que por esto salías todos los fines de semana? —apunta de forma despectiva a Max.

—No le hables así Padre, él es mi novio —Liah le levantó la voz a su padre.

—No te crié para que te vayas con cualquier picante y pobre que encuentres en la calle — mira enojado a Max quien se encontraba algo confundido al ver que realmente el padre de la chica era prácticamente un nazi (o así lo vio él).

—Padre escúchame yo... —es detenida por el padre.

—¿Lo amas? —le pregunta con prepotencia —No seas estúpida Liah él está contigo por nuestro dinero... no quiero que lo veas más...

—Espere señor —dice Max para encarar al padre de Liah.

—Mira roto de mierda — le responde enojado —si te veo cerca de mi hija nuevamente... tienes que saber que tengo contactos con la policía y no me costaría nada dejarte preso —toma de la mano a Liah —ahora te vienes conmigo castigada.

Pasaban los días, pasaban las semanas, Liah no podía salir de la casa, y su padre no le dejaba hablar por el móvil, por su parte Max todos los días se sentaba en la plaza donde se presentó con ella, ambos sentían que si no estaba juntos morirían. Esa noche suena el móvil de Max era un texto.

"¿Me amas?"

"Con todo mi corazón"

"No puedo vivir sin ti Max"

"Y yo sin ti Liah"

"¿Cuánto estás dispuesto a dar?"

"Lo que sea necesario para estar junto a ti"

"Ven mañana a mi casa como a las 15:00 estaré sola"

"Está bien"

Al otro día faltando para las 15:00 Max se acerca a la reja de la casa, y allí estaba parada Liah, la chica llorando salta sobre los brazos de Max, tenía algunas ojeras se notaba que no había podido dormir bien y había llorado mucho, se dan un beso como si el mundo se fuese a acabar y entran a la mansión directo a la habitación de la chica, Liah pone algo de música punk.

Pasan las horas y siendo las 21:00 horas se escucha un grito en la casa de Liah, era la madre es esta la ver los fríos cuerpos de Liah y Max abrazados en su cama y frascos de pastillas esparcidos por la habitación... en la mesa de ella había una nota que decía "si no puedo estar junto a ti en la vida, estaremos juntos en la muerte...