juangonzalez Juan González

Su corazón roto escribe una larga carta, a la persona que el creía era el amor de su vida.


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#engaño #desamor #carta #relato #sentimientos
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Jaque mate


Martes, he terminado de hablar contigo, solo saber que ya no estás, mi mundo se abre bajo mis pies. Quiero escribir esto para mí y para ti, aun notando en mí cuerpo que jamás me llamarás, no me buscarás, esto es un final a tu manera de ser, poco a poco y suavemente. Pero si supieras que hacerlo así me hace mucho más daño, me hace tener esperanza.

¿Cómo me siento? Perdido, derrotado, hundido, han sido ciento dos días de VIDA. No lo hemos hecho bien, hemos debido tener paciencia y calma, hemos debido pensar más y sentir menos. Pero los amores verdaderos son así y al menos por mi parte te quiero de verdad. Sin lógica, sin un porqué. Mi amor, la persona que me ha hecho sentir feliz y completo me ha dejado. Soy consciente que cada uno amamos de formas diferentes, que no se puede obligar a otros a querer como nosotros queremos. Has cambiado para siempre mi vida. Pero no puedo evitar desear con todo mi cuerpo y mi mente equivocarme, vuelve por favor!

Haz nuestra esa frase: “Si dejas a un pájaro cautivo, libre y vuelve a ti, es que te pertenecía. De otro modo lo estabas obligando”.

Miércoles, hoy es un día terrible, ya no puedo dejar de seguir engañándome y decirme que también me quieres. Voy creyendo que lo has organizado todo para no tener que verme de la forma más cobarde posible. Hoy he empaquetado todos los regalos que me enviaste, la camiseta, el libro, tu juguete sexual, tengo a medio hacer tu pulsera. Ya nunca la terminaré. Rechazo los intentos de Carmen de tocarme, sigue sin preguntar pero lo sabe, me ve. Somos dos extraños que solo hablamos de la logística familiar. Antes eras capaz de hablar conmigo más de una hora y ayer solo pudiste cinco minutos y sabias que era la despedida. Te lo he dado absolutamente TODO de mí, no me guardé nada y has jugado conmigo. No creo ni cuando me pusieron los cuernos y me engañaron a los veinte años haberme sentido tan hundido y destrozado. Es imposible explicar el daño tremendo, la soledad, el odio que tengo hacía mí mismo.

Jueves, me sigo despertando cada mañana a las cinco y veinticinco. Sigues siendo mi último y primer pensamiento. Estoy entrando en una profundísima tristeza. Me he perdido a mí mismo, me he enamorado de ti hasta lo más profundo. Me duele no saber de ti, qué estarás haciendo, lo que comes, lo que lloras, lo que sientes. Y al mismo tiempo me digo que debo superar esto, qué me he enamorado de una persona irreal, alguien que no existe. Porque mi niña no me hubiese dejado solo, no me trataría así jamás. No te conozco.

Al menos tú si podrás decir que una persona real de carne y hueso quiso a la versión de ti, que le mostraste. Se enamoró de la versión de ti que le quisiste dar hasta darlo todo de sí mismo.

Y todavía me hace más daño saber esto, porque me hace mirarme al espejo y ver lo patético de mi existencia. ¿Cómo pude darte tanto, cómo pude estar tan ciego, cómo me has dejado entregarme así, si no sentías lo mismo?. Qué clase de persona le hace esto, a otro ser humano?. Confiaba en ti al doscientos por ciento. Lo he dado todo por ti. Dicen que se aprende más de los errores que de los aciertos. Concédeme al menos la posibilidad de aprender del mayor error de mi existencia. Al final si serás un punto de inflexión, tendrás el honor de conseguir que yo me vuelva desconfiado, irónico y filtre, filtre, filtre. Ya no diré lo que pienso, pensaré mucho lo que digo.

Viernes, sigo durmiendo mal, te sueño, te busco, me despierto a las cinco. Me he duchado con el gel y la crema de cerezo japonés que compré para ti, he estrenado la ropa interior que me enviaste, necesito sentirme bien por dentro aunque solo sea eso. Por fuera luzco apaleado y triste.

A las ocho y media estoy en el aeropuerto recogiendo a mi amigo Sergio, lo sabía todo. Toda la mañana con el, oyendo como me hace ver que no puedo seguir culpándome por haberme enamorado. El me hace ver que para ti, no fue lo mismo. Qué te has enganchado a una relación virtual que nunca fue real para ti. ¿Ante mi pregunta de cómo puedes no escribirme? -me contesta- siempre es más fácil para el que toma la decisión, estoy aquí, la olvidarás te lo prometo.

Luego viaje a la sierra, con Sergio y mis hijos, me despido de Carmen que va a Valencia con amigas, de manera fría. Terrible viaje, tremenda caravana. Estoy agotado física y emocionalmente. Hablo con un amigo por teléfono y me duermo queriéndote y sintiéndome mal por hacerlo, pero al mismo tiempo no quiero olvidarte, no quiero dejarte marchar.

Sábado, me despierto a las cinco y veinte ya es rutina en mí. Pienso en ti, todo el tiempo pienso qué estarás haciendo, si ya has terminado de arreglar tu piso de la costa. Si duermes con el, si me has negado hasta la saciedad. Me pregunto ¿qué tal el trabajo, tu operación, tus entrenos, tu estudio, habrás renunciado? me torturo. Un estupendo día de esquí, una temperatura digna de la costa, podemos esquiar en camiseta, muchísima gente. Por la tarde, deberes y peleas con mis hijos, me pierdo. Ya no sé ser su padre amoroso, te echo tantísimo de menos que me duele físicamente. Y me siento tonto por estar así y saber que no es lo mismo para ti. Que nunca fue igual, lo sabía, mi cuerpo me lo decía, cuando te decía yo te quiero más, lo sabía. Si al menos pudiese odiarte, sentirme engañado. A ratos veo una luz de esperanza, siento que eres real, que no me he enamorado de una ilusión, Sergio vuelve a ponerme los pies en la tierra. Yo lucho internamente diciéndome que el no te conoce, que no puede ser que no fuese lo mismo para ti. Pero al final la realidad se impone. Cenamos con unos amigos y los niños, pienso en Carmen en Valencia con amigas, hablo con ella. Me duermo tranquilo, pero te pienso.

Domingo, me siento solo en mi dolor, aunque estoy contento, voy aceptando que no me quieres, que nunca seremos nada. Me creo fuerte. Dejo a Sergio en el aeropuerto y recojo a Carmen, volvemos a casa y de nuevo a mi rutina. No te borré, no pude hacerlo, te mentí. Entro en tu perfil a verte y es la foto de el la que me encuentro. Y el mundo se derrumba, la realidad me golpea cruelmente. Ya no hay Costa Rica, ya me has sacado de ti definitivamente. Y esa simple visión, esa tontería me hunde. Encerrado en el baño me siento asqueado mientras me ducho. Te escribo y lo borro. Sé que te molestará que lo haga, te sobro. Ojalá algún día pueda dejar de sufrir, ojalá pueda no doler, ojalá consiga ser indiferente a ti. Pero te quiero tanto que todavía no puedo dejarte marchar. Estás demasiado dentro de mí, ¿cómo he podido creer que eras mi alma gemela? Eso no existe, porque si existiese sería lo mismo para ambos y no lo es. Finalmente Carmen viene a la cama y me derrumbo. Hablo con ella “Me siento solo, no sé cuándo ni cómo pero te he perdido. Sé que sabes que algo pasa, ¿porque no hablas conmigo?”. No habla, no dormimos ninguno. Vueltas en la cama.

Lunes, hemos hablado, los dos a oscuras. Dice que yo no la he perdido, ella sigue queriéndome igual. Pero sabe que ella si me ha perdido. Claro que notaba que hace semanas que no le toco, que le he obligado a ir a Valencia, ella no quería, prefería esquiar. Le digo que porque no ha luchado por mí, cuando veía que yo hablaba con otra persona, porque se quedaba en la tele, mientras yo hablaba por el móvil con otra persona? Es el principio de poner palabras, al menos ahora ya no tengo que fingir sonrisa en casa. Nos hemos despedido antes de trabajar con un abrazo y llorando. Me hace daño verla así, me hace daño abrazarla y no poder hacerlo con todo mi ser, pero es que yo TE QUIERO. Para mí, si fue real. Ahora en lugar de trabajar, me vacío en este documento y me digo a mi mismo: Tienes que superarlo, no te quiere, ha elegido, acéptalo. Tú vas recuperando tu rutina y yo sigo en ruinas. A mí me duele no escribirte, no saber de ti, estoy muriendo en vida. Soy ese error en tu vida, el motivo de tu dolor y sin embargo tú eres mi luz, mi alegría, mi ilusión. Yo no quiero verte en sueños, yo te quiero para mí. Y no poder renunciar a ti, me mata. Te quiero tanto amor mío. Tanto.

La tarde es horrible, me derrumbo en el coche mientras voy de camino a casa. Un momento de tocar fondo. Tan imposible es para ti, darnos una oportunidad juntos?. Claro que lo es, porque realmente no me amas. No lo has hecho jamás. Pesa mucho más lo que pierdes que lo que podrías ganar. Luego por la noche en casa, intento escribirte y descubro que me has bloqueado. Realmente quieres eliminarme por completo de tu vida. Ya no hay vuelta atrás, no me quieres, no piensas volver a ponerte en contacto conmigo. El sabe de dónde vienen los regalos que te envíe, lo ha leído y hay que hacerme desaparecer. Tirar esa funda de móvil, regalar la gorra o quemarla, no terminar jamás el libro de Juan Salvador Gaviota, casi mejor tirarlo a la basura. Romper la carta, esa que ya nunca te leeré en persona. Borrar, borrar, borrarme de ti, de tu vida.

Martes, una horrible noche en vela, pensando, porqué, PORQUÉ? A estas alturas ya habrás eliminado toda nuestra conversación, todas mis fotos, ya no soy real para ti, ya solo soy un pensamiento esporádico y me duele tanto no ser suficiente para ti. Al final fueron ciertas mis palabras, cuando te decía que eras extraordinaria y yo un afortunado por tener tu tiempo. Jamás me sentí suficiente para ti y resultó ser cierto. Cuando has tenido que elegir, no has tenido duda. ¿Dónde quedo ese mensaje donde me decías, que formaba parte de ti, que te daba la vida leerme por la mañana, que te enamoraba que te dijese lo que te quería, fueron todo palabras vacías? Tanto jugar sin pensar, tanto dolor absurdo. Tanta palabra escrita sin sentirlo, tanto creer que eras el amor de mi vida y tú sabiendo en tu interior que no lo estabas dando todo, manteniendo cómo dices la cabeza fría, ese es el dato que debí leer entre líneas.

Cuándo amas, no hay cabeza fría. Hay sentimientos, locura, pasión y amor a raudales. Te has encargado de mantener todo bien atado y en secreto. Qué nadie sepa del terrible error que supuso conocerme y tontear conmigo. Finalmente en casa ya puedo estar sin taparme delante de Carmen, le cuento mis sentimientos, le digo que no la quiero como antes, que me enamoré de otra persona, de ti. Le cuento el motivo de aquel viaje que programe para mi y el porqué de su anulación, que tú no me quieres. Le hiero, le rompo su burbuja de matrimonio perfecto. Nuestros hijos nos ven llorar. Ella sigue siendo mi mujer y tengo que descubrir si todavía la quiero como para continuar juntos. Pero primero debo olvidarte. Ahora estamos en igualdad de condiciones. Y sin embargo no tenemos nada que ver. Tú quieres recuperar la vida que tenías antes de mí, soy el error del que arrepentirse, soy el que te ha jodido tu “perfecta vida”. Has creído que si era una relación por teléfono, con no coger el teléfono, se acababa todo, (Joder! hasta estaba buscándote un buen trabajo). La putada es que te han pillado. Casi me siento afortunado porque gracias a el, no he sido tuyo. Te has tirado al tonto enamorado y has tenido tus dos vidas. El único problema es que mientras tú jugabas, yo te amaba. El pasado mes me escribiste: “ yo soy un desastre pero te quiero. Yo debería expresar más pero te quiero. Yo, ya no puedo vivir sin ti. Sin desearte buenos días a las cinco y treinta de la mañana ”.

Y sin embargo vives voluntariamente sin mí. Me duele tanto, tanto. Y decido luchar por mi vida. Dejo el móvil, te elimino del todo, te bloqueo, te bloqueo incluso las llamadas, las pocas fotos que tenía.

JAQUE MATE, TÚ GANAS.



19 Haziran 2020 17:36 0 Rapor Yerleştirmek Hikayeyi takip edin
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