feylyen Fey

Fencen es una ciudad simbolo de riqueza, poder y estatus que se presenta como un lugar perfecto para cumplir sueños. En esta ciudad sin embargo una sucia enfermedad se oculta tras el glamour y el éxito de las compañías. Number es un hombre misterioso quien es acompañado por siete empleados igualmente extraños. Con el tiempo cada uno espera conocer los motivos que esconde su jefe detrás de las acciones de su pequeña familia. De igual forma todos trabajan diligentemente a través del poder que les otorga Number para cumplir sus propios objetivos. ¿Podrán mantenerse unidos enfrentando el caos y el horror que esconde la bella ciudad?


Anı & Hayat Hikayeleri Sadece 18 yaş üstü için.

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EL caso de Milles

El aire era pesado, húmedo, susurrante como si quisiera alejar a los extraños con un suave suspiro. El olor a esa horrible explosión instantánea era perceptible en el pasillo, hacia solo unos segundos este lugar estaba en paz. Mármol blanco, ostentoso con solo aquello que se podría considerar buen gusto mezclado con vanidad. Por aquel pasillo tan refinado y digno de seres descendientes de la mismísima luz caminaban lentamente dos figuras que a los ojos de los dueños del lugar no eran merecedoras de estar ahí.

Los hoyos en la puerta tallada por algún talentoso artista eran la mayor desgracia acá, a ninguno le gustaba destrozar bienes ajenos y menos que se vieran llenos de afecto por el artista que creó aquellas decoraciones. La figura más alta, en una voz suave pero con mucho ánimo, incapaz de alterarse por la gravedad de la situación le habló a la sombra más baja. " Entonces, ¿Dónde crees que estén pajarito?". Unos ojos oscuros entre marrón y rojo como hojas a las que el otoño se llevaba lentamente reflejaron el rostro del mayor. Por un momento le miraron dudosos y aquella persona más joven murmuró, —Siento numerosas presencias en el siguiente salón. El más alto entonces alejó su mano de la puerta que hace segundos planeaba abrir de manera algo dominante, poco cortés. Juntos dieron unos 15 o 20 pasos extra y llegaron a una puerta aun si era posible, más elegante que la anterior.


— ¡Buenas...tardes! —La figura más alta dijo simultáneamente mientras que de una patada certera rompía el pestillo y la puerta era abierta violentamente. El más joven casi dio un paso hacia atrás a la vez que se exaltaba pero sin cambiar su neutra expresión. Sin perder tiempo el mayor dio el mensaje que había venido a entregar diligentemente. —Sr. Miles, mi jefe muy amablemente le ha pedido ya tres veces que tengan una cita para discutir los asuntos pendientes. Una cita con antelación, como a usted le gustan, y aun así me ha informado que parece ser que ha cancelado...tres veces.


El Sr.Miles era un hombre de blancos cabellos, que no simulaba tener más de 40 años en su blanca e inalterada piel, abrió su boca. En un tono grueso y que se podría esperar de un padre regañando a su primogénito —Si él quiere que nos reunamos será aquí, en mi casa, con mi gente, no con su circo. Los señaló especialmente a ellos, ambos de negros cabellos y ojos marrones con ligeros tonos de un rojo fugaz.


El seguro de una arma sonó desde la mano derecha del intruso más alto en el cuarto. —¡No sabía que yo no era lo suficientemente decente!, volteando a ver al más joven, —¿He sido irrespetuoso, Siete? El muchacho entonces con una mirada calmada y compuesta miró al más alto, luego al Sr. Miles y luego a los hombres que lentamente salían de los cuartos laterales dentro de la oficina conectada en la que estaban de pie. —Para nada Tres, creo que Cuatro te felicitaría. Una pequeña curva apareció en los labios del joven.


Sonriendo a la afirmativa de su compañero y asintiendo como un niño pequeño dijo nuevamente sonriendo —Voy a decirlo de la manera más amable posible. O viene con nosotros, escoltándolo de manera muy formal, podemos incluso traerle algo de tomar. La otra opción es que tendremos que llevárnoslo algo apaleado y quizás con problemas para respirar y nos veremos en la tarea de hablar con su esposa.

La suave sonrisa de Miles desapareció completamente. Ese hombre pelinegro frente a el realmente hablaba extraño, como si tuviera un problema para usar el idioma o algo similar. — No me gusta la idea.

Las balas de las armas Redions 9mm marca de la familia sonaron en el cuarto. Al menos 10 balas impactaron los cuerpos de los números, pero ninguno de los dos estaba tendido en el piso. Con pesadez, y algo de enojo notorio en su antes animado rostro, Tres miró a Miles con indignación para luego reír escandalosamente.

—Supongo que eso es un no —dijo Siete sacudiendo su cabeza, una bala había impactado en el lado derecho de su frente y el dolor aunque era soportable nunca es placentero. Definitivamente no se sentía bien que te dispararan. —Tres —al escuchar su nombre el más alto lo volteó a ver con una bala en uno de sus ojos, tenia un agujero visible y lleno de sangre oscura. —Plan B —comentó el más joven.


Por un momento los intrusos desaparecieron de la vista de los hombres rubios y oji-azules que estaban en el cuarto. Cenizas se vieron en el aire por unos segundos habiéndose desprendido de la piel de aquellos probablemente. Los hombres gritaron espantados al verlos justo al lado del Sr.Miles, con un cañón en su masculino y bello rostro. Tres había aparecido sobre el escritorio que alguna vez separó los dos grupos de gente en el cuarto. Estaba agachado con el arma presionada contra la mejilla del hombre. —Adiós Miles, nos veremos en un rato, al jefe no le gustará eso de que un buen amigo este diseñando armas para matarle a él. Disparó. La bala atravesó el rostro partiendo el pómulo a la mitad y rápidamente otro disparo fue puesto entre sus finas y rubias cejas. Milles cayó al piso, la sangre brotaba a modo de riachuelo.


Siete entonces con mucha calma sacó un pequeño artefacto y lo puso sobre la mesa. Oprimió el botón y un humo similar al incienso salió despedido de este. En pocos segundos los hombres de Milles estaban en el piso incapaces de moverse. Seguidamente y solo porque lo requería el protocolo, Tres se acerco a cada uno y apuñaló sus corazones con su daga personal. —E-El maldito de Number es un cobarde... Mandándolos a ustedes do—. Tres levantó al malherido Milles del cuello de su fina camisa de algodón. Solo entonces pudo apreciar en su horror ese iris marrón tornándose rojo mientras el contacto visual era mantenido. —El cobarde es usted Sr. Miles, era una sola cita y ahora tendremos que buscar a su esposa. En un parpadeo ese tono rojo intenso había desaparecido y la sonrisa volvían al rostro de Tres.


Campante y con mucho animo dio una vuelta por el cuarto viendo lo que habían hecho.

—Bien —suspiró —. Vamos entonces. El alto tomo al hombre como si fuera un animal y lo puso en sus hombros sacándolo del cuarto. Mientras salía de este, Siete volteó a ver el trabajo de hoy. Sin una expresión clara en su rostro miró los cuerpos que pronto se reanimarían como si no hubiera pasado nada, los hoyos en las paredes serian la prueba fehaciente de que algo había ocurrido ahí.

Dejó de ver la habitación dándole la espalda, con tranquilidad cerró la puerta sin hacer mucho ruido más que el clic de la perilla maltratada por la patada de Tres.

29 Kasım 2023 07:08 0 Rapor Yerleştirmek Hikayeyi takip edin
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