Era un día como cualquier otro, estaban Javier y Juan en la oficina, se encontraban en el tiempo de descanso, cada uno estaba en su escritorio con sus respectivas cosas.
Juan no dejaba de pensar en algo que había leído en Internet y le había quedado en la mente, quedó en silencio tratando de encontrar alguna respuesta o intentar entender la situación en la que pensaba. Por su parte Javier estaba más relajado, viendo un capítulo de su serie en la computadora y no prestaba mucha atención a su al rededor.
En un momento Juan tiene la idea de preguntarle a su amigo sobre el tema en el cual pensaba. Él era el típico joven que siente mucha curiosidad por todo, alguien a quien le gusta saber que piensan los demás e informarse sobre los temas, aunque no sea de opinar tanto, en cambio Javier era una persona más grande, con mucha experiencia, que había pasado por muchas cosas en la vida y logró salir adelante a pesar de todo eso.
Juan le tenía mucho respeto y aprecio, todos los días aprendía de él, quería saber sobre sus pensamientos, su forma de ver la vida y afrontar los problemas.
Entonces decide sacarse la duda y pregunta:
- Javier, para vos... ¿El suicidio es un acto egoísta o no?
+ ¿A qué se debe tu pregunta Juan? Responde...
Juan quedó callado por un momento, con la mirada atenta de Javier, quien había pausado su capítulo. Lo mira y dice:
- Es que hace un rato había leído la pregunta en Internet y me quedó retumbando en la mente, yo pienso que no es un acto de egoísmo. Pero me gustaría saber que pensas vos acerca del tema.
+ Mira Juan, para mi pasa más por un acto de cobardía que de egoísmo. Ojo, así lo veo yo al menos desde mi punto de vista.
- ¿Por qué cobardía? preguntó Juan... Hay que tener las agallas suficientes como para acabar con tu vida.
Esta vez Juan se sentó en dirección a Javier para darle toda su atención a su respuesta:
+ Si, está más que claro que hay que tener coraje para jalar del gatillo o tirarte con una cuerda en tu cuello. ¿Pero qué tan mal tenes que estar como para tomar la decisión de quitarte la vida? le preguntó a Juan...
- Bueno, a veces es difícil terminar de saber los sucesos que lo llevaron a eso, pero pueden ser varios. respondió a su pregunta.
+ Te voy a contar algo Juan que pasó hace bastante tiempo y todavía no logro entender. Yo tenía un amigo que lo tenía todo, el vago era rubio, de ojos claros, fachero, tenía plata, una casa enorme, una novia que lo quería muchísimo y sus padres siempre lo apoyaban en todo, no le faltaba nada. Pero yo no lo notaba feliz, siempre le preguntaba a la mamá si él estaba bien, si le pasaba algo y ella me contestaba que no tenía nada, que solía ser así. De repente el tipo decidió ahorcarse sin dejar ninguna carta ni nada. Sufría de depresión y nadie lo había notado. Continuó con la voz un poco más cortante… cuando me enteré me sentí muy culpable, yo que era su amigo más cercano no pude hacer nada para ayudarlo y no había notado por lo que estaba pasando.
Javier quedó en silencio por un momento y luego dijo:
+ Mira que yo caí muy bajo, estuve prácticamente en la ruina, pero en ningún momento se me pasó por la cabeza suicidarme. Creo que esa es la salida más fácil y por eso digo que es un acto de cobardía, porque estás tomando el camino fácil en vez de afrontar tus problemas y salir adelante.
Juan quedó muy sorprendido con lo que había escuchado y le dice:
- Quizás habría sufrido por algo que fue más fuerte que él y no encontró una resolución.
+ Siempre hay una solución, dijo Javier… lo material en esta vida va y viene, nunca hay que aferrarse a eso. Yo ahora puedo decir que tengo una vida estable, no digo que me sobre, pero puedo darme ciertos lujos. Y si un día lo pierdo todo y quedo sin nada volveré a empezar desde cero, no será la primera ni la última vez que lo haga.
- Claro, pero no todos tienen ese pensamiento, también creo que pasa por eso. Son débiles de mente y no logran encontrar otro remedio que terminar con su vida y sus problemas. Yo la verdad no me animaría a pegarme un tiro o tirarme desde una gran altura.
La hora pasó y la conversación tomo más importancia de la que ambos creían. Juan había quedado reflexionando sobre lo que Javier le dijo y ya no estaba tan convencido con su respuesta, había encontrado otro punto de vista y quedó pensando en si sería un acto de cobardía o egoísmo…
- Yo creo que es un tema muy complejo y delicado a la vez. Dijo Juan.
+ A ver, yo opino desde mi punto de vista y desde mi ignorancia. Desconozco de los motivos que tendrán las personas para llegar hasta ese punto, yo al menos no tomaría esa escapatoria. Contestó…
- Si, obviamente cada uno tendrá sus razones y casi nunca se termina de conocerlas. Yo conocí una chica que se tiró desde un puente al río y sobrevivió, todos quedamos muy sorprendidos cuando nos enteramos de eso, porque la mina no era alguien que estuviera triste, todo lo contrario, era alguien que siempre estaba de buen humor y jodía con todos, pero claramente tenía sus problemas y nunca quiso contar los motivos por el cual hizo eso.
+ La verdad que tuvo mucha suerte si logró sobrevivir.
- Y casi que un milagro te diría, aunque tuvo varias fracturas. Ella misma dijo que la vida le había dado otra oportunidad y que todavía le quedaba algo por cumplir en este mundo.
Al final del día Juan no puedo encontrar respuesta a su pregunta, al contrario, tuvo una nueva duda. A veces las personas que demuestran ser las más felices son quienes sufren más cuando cae la noche y se encuentran solas en su cuarto, tratando de buscar alguna salida a sus problemas, preguntándose por que les toca pasar por esa horrible situación o como tratar de que la escuchen y la ayuden sin ser ignoradas y tratadas como locas. Nosotros también solemos ignorar muchas señales de esas personas, dándole poca importancia a sus problemas creyendo que son tonterías pero que en realidad afectan demasiado a quienes lo sufren.
Cuando escuchas más y juzgas menos te das cuenta de cómo son realmente las personas y por lo que está pasando realmente, que su vida no es todo color rosa como aparenta en general. Y con escuchar solamente ayudas mucho a la otra persona, aunque no lo parezca, que sienta que tiene alguien que le presta atención sin juzgar sus problemas ni minimizarlos, no se sienten tan solos como creen estarlo, logran ver que hay una esperanza y que son importantes para alguien.
Es un tema muy delicado y no siempre tenemos la solución para todo, pero con prestarle un poco de atención y escucharlo ya estamos ayudando más de lo que creemos. Lo que para nosotros puede ser una pérdida de tiempo para ellos es un salvavidas en medio del mar.
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