Todavía no habían refinado el lenguaje, pero se comunicaban. Noches enteras, entre balbuceos, señalaban al que usaba huesos y sangre de los animales para marcar las paredes, como poseído. Un día, lo vieron mimetizarse con la roca para terminar plasmándose en ella. Desde entonces, le reservaron una parte del fuego encendida debajo de su imagen y sumaron una nueva palabra cuando una niña dibujó con una rama un extraño garabato que más tarde llamaríamos letras. Fueron sólo cuatro: «Arte».
31 October 27, 2020, 11:50 18Ziyaretçilerimize Reklamlar göstererek Inkspired’ı ücretsiz tutabiliriz. Lütfen AdBlocker’ı beyaz listeye ekleyerek veya devre dışı bırakarak bizi destekleyin.
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