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Carta de presentación

Las presentaciones siempre me parecieron confusas. Se nos demanda un momento de reflexión que, en mi caso, siempre acaba estancándose en el mismo punto: ¿por dónde empiezo? Sé quién soy, pero más importante aún, sé cómo he llegado a ser quién soy. ¿Es eso confuso? No encuentro el sentido en decir: Hola, me llamo Alicia y soy retocadora de fotos. ¿Es eso, un nombre y una profesión, lo que define cómo soy? No lo creo. Es más, afirmo que un nombre puede ser imparcial en cuanto a lo que eres; me llamo Alicia, pero me llaman Alice. Me llamo Alicia, pero ¿cómo sabes si soy mujer? Me llamo Alicia, Alice, o Alexia para los dependientes de Starbucks. Me llaman Alice y tengo un trabajo que me encanta pero que desde luego no me da ingresos suficientes. Retoco fotos por pasión, porque adoro la minuciosidad y el detalle, porque me puedo pasar horas y horas trabajando sin darme cuenta de cuánto rato ha pasado. No tengo horarios, no tengo días de vacaciones ni un sueldo fijo al mes. Cobro por trabajo realizado, aunque, siendo sincera, cobro cuando/si el cliente decide pagar. Y, a pesar de eso, sigo trabajando de lo que me gusta. Sí. No tengo excusa. Y no, no puedo remediarlo.

La necesidad me ha hecho mover el culo de la silla. Sacarme las castañas del fuego. Y aunque sigo sintiendo las quemaduras en mis manos, agradezco la inestabilidad que he elegido tener. Porque sólo así consigo ponerme en una cuerda floja en la que tengo que responder a la gran pregunta, la del siglo: ¿y ahora qué? Pues spoiler alert: no tengo la respuesta.

Sigo buscando, sigo esperando, sigo indagando, sigo enviando currículums aquí y allí sin respuesta alguna. Pero sigo. Y no me rindo a pesar de la urgencia del dinero. No me rindo, a pesar de que hay días cuesta arriba en los que me gustaría fundirme en un abrazo con mi nórdico y dejar de existir como Alice y empezar la existencia como Nórdico. Sigo, porque es supervivencia básica. Pero sigo, porque es la única manera de sobrepasar la barrera de las preguntas sin respuesta y encontrar el limbo en el que no haga falta responder a este tipo de cuestiones.

Y sí, sigo porque estoy segura de que encontraré una manera creativa de reinventarme. Porque soy mucho más que un nombre y una profesión efímera. Soy todo mi pasado y el aprendizaje que me ha proporcionado este; soy un futuro incierto, que me da miedo y vigor al mismo tiempo. Soy una persona empática, dedicada, activa y creativa. Soy alguien que comparte mundo contigo, y que, como tú, está aquí de paso. Soy. Y por ser, estoy agradecida.