Guiados por el sonido del disparo, el resto del grupo llegó hasta donde se encontraba Paula. Una vez calmados los ánimos, y fiándose del misterioso hombre, le contaron por qué habían llegado hasta esa zona de la selva, y cómo huyeron del ataque en el poblado. - Creo que solo querían defenderse, ahora sufren mucho acoso a cuenta de la historia del Árbol de la Resurrección -. Y mirando a Paula dijo - Tu padre me dió esta chaqueta tras encontrar el Árbol; yo soy su hermano, me llamo Antonio.

Casi siempre hago lo mismo cuando suena la campana del recreo. Voy al parque, a sentarme en mi banco favorito, y así olvidarme del mundo a mi alrededor unos instantes. A veces veo a los que están sentados viendo la vida pasar, como yo, y me preguntó "¿qué pensarán en este mismo momento?" ¡PAM! Impacto directo a mi brazo. -Per... perdona... ¿nos pasas el balón, por favor? Y en ese momento, supe cuál sería el tema para mi redacción de clase: La paz es una ilusión de la mente

Esta fue la historia revelada por Eduardo: la savia del árbol ofrece conocimiento infinito a quien la toma, pero al precio de abandonar la vida presente para comenzar una nueva; por eso era un árbol de la resurrección. Eduardo hizo prometer al grupo que no revelarían este secreto. 7 años más tarde, Paula le leía un cuento a su hijo antes de dormir: - Mamá ¿ese árbol de la historia existe? - Bueno, hay cuentos que se basan en la realidad, pero ya mañana seguimos leyendo. Buenas noches, Eduardo.

Antonio les guío hacia la cabaña en la que había estado viviendo en el Amazonas durante más de 10 años. -Yo fui el culpable de que Eduardo no volviera con vosotros. Si él llegó a conocer los secretos del Árbol fue por mí... -Si lo que dices es cierto, ¿por qué nunca nos habló de ti? -le interrumpió uno de los expedicionarios. -Porque entonces le hubierais impedido llegar a mí. Ahora entrad. Cuando Antonio abrió la puerta, Paula tuvo que reprimir un grito de sorpresa. Su padre estaba vivo.

- ¡Sal de donde estés! Acabo de salvarte la vida, pero no lo haré otra vez -gritó el hombre. Paula comprendió lo que quiso decir cuando se dió cuenta de que detrás de ella huía un jaguar en dirección contraria, espantado por el disparo. - ¿Entiendes mi idioma? -preguntó el hombre acercándose a ella y sin bajar el rifle. - Sí, hablo español... - ¿Por qué me estabas siguiendo? - Llevas... llevas la chaqueta de mi padre... El hombre bajó el arma y murmuró: "Tú eres la hija de Eduardo..."

Paula no se lo pensó dos veces. No había tiempo para encontrarse con el resto del grupo, era una cuestión de ahora o nunca, así que tratando de ser lo más silenciosa posible, empezó a seguir al hombre. Sin embargo, no debió ser especialmente sigilosa; de forma repentina, el extraño agarró su rifle para apuntar a lo que fuera que estaba detrás de él. El sonido del disparo y el grito de Paula rompieron el silencio de la selva.

Con no pocas dificultades, el grupo había logrado escapar del inesperado ataque de la tribu, solo que la huida les había obligado a separarse. Mientras Paula recuperaba el aliento, creyó oír unas pisadas que se acercaban a ella. Por precaución, decidió esconderse tras un árbol, y cuando el desconocido llegó a su altura, no pudo creer lo que vio: el hombre, de pelo rubio y armado con una escopeta, llevaba puesta la chaqueta de su padre.

Llegar al poblado de la tribu Nahua fue fácil gracias a los amplios conocimientos de los amigos de su padre, quienes estuvieron con él en esa última expedición. Pero algo extraño pasaba en el ambiente. El poblado se veía deshabitado, diferente a cómo lo habían encontrando la última vez. Mientras inspeccionaban el lugar, esperando encontrar a alguien, el silbido de una lanza clavándose en el suelo rompió el silencio. Tras esa primera lanza, vinieron muchas más.

Paula ya tenía lista la maleta que la acompañaría al viaje de su vida. Hacía 7 años que su padre había desaparecido en una expedición al Amazonas, queriendo saber más acerca del legendario Árbol de la Resurrección. Quizá no encontró lo que buscaba; quizá sí lo hizo. A las 10 de la noche, junto con amigos de su padre, Paula embarcó en un avión rumbo a Perú

Sus peores temores se confirmaron cuando, al pulsar frenéticamente el botón de bajada del ascensor, las puertas ni siquiera se cerraban, y los pasos a la carrera que se oían por el pasillo se iban acercando cada vez más

Aquel día, todas las cadenas de televisión hablaron de lo mismo: tragedia en la exposición de globos aerostáticos. Una persona quedó atrapada dentro del cesto de uno de ellos, y el globo solo subía sin parar, alejándose cada vez más del suelo, y subía, subía, subía... (Basado en el relato del mismo nombre)

__ Te odié como nunca odié a nadie cuando supe que me habías engañado, pero el hecho de verte así, hace que piense mucho más en nuestros hijos, en nuestra familia. Yo te perdono, pero solo si despiertas. Despierta, y volveré contigo; me da igual lo que haya pasado antes...__ Y tomando la mano de su mujer, en coma tras un accidente, José tuvo la esperanza de que ella le hubiese escuchado.

Kiran y Arya habían nacido en un país donde los matrimonios concertados no solo eran una realidad, sino también una obligación. Se enamoraron cuando ambos tenían 13 años; el problema es que no pertenecían a la misma casta. - Kiran, estoy tan feliz de poder estar así contigo... - Yo también, Arya; después de tantos años, por fin podremos estar juntos sin que nadie nos lo impida. Y así, 60 años después de enamorarse por primera vez, Kiran y Arya tuvieron su primera cita.