Cuando me desperté vi como el sol pasaba por la ventana, era hermoso, jamás había visto algo igual, volteé a ver el reloj, eran las 8:53 am...
─¡8:53! ─grité, mientras me levantaba y tiraba las sábanas al piso, ya era demasiado tarde pero no imposible, tenía que llegar a la escuela. Me cambié, me puse unos pantalones de mezclilla y una playera azul con rayas horizontales grises; bajé las escaleras y me di cuenta de que no me había peinado, pasé mi mano por mi cabello castaño claro y por primera vez no estaba tan enredado, así que me sujeté en una coleta. Me acerqué al espejo para poder ver qué tal estaba y pude ver mis ojos de color café claro con toques rojizos.
─¡Mamá! ¡ya me voy a la escuela! ¡Se me hizo tarde! ─grite mientras corría a la puerta.
─¡Espera!, mínimo come un pan y te vas en la bicicleta ─dijo mi mamá con esa mirada tan dulce, como un niño que le pedía a sus papás que le compre un juguete caro.
─Bueno, está bien ─tomé el pan, lo sentí, era suave, estaba esponjoso y caliente, «recién hecho» pensé. Agarré la bicicleta que estaba en el patio trasero y cuando abrí la puerta me encuentro con una ola de frío, «sorpresa, está nevando», en esta ciudad es muy común que nieve y más ahora que estamos en diciembre. «¿Qué pasó con el hermoso sol de la mañana?» pensé. Volteo al cielo y claro, allí estaba, solo que ahora se encontraba tapado por las nubes de nieve.
No me importó el frío y me fui. Estuve así por unas casas más adelante y me detuve en una casa, era bonita, grande y era de las únicas casas de toda Greca que había visto así.
Greca es la ciudad donde vivo, fue una de las ciudades que más sufrieron durante la guerra, así que era difícil encontrar una casa bonita. Esa era la casa más linda que había visto, de un bonito color amarillo pastel. De repente vi a unos niños que salían de esa casa; en su rostro no pintaban una cara feliz, sino que más bien estaban llorando; los niños eran hermosos, un niño y una niña, ella traía un vestido azul con unas coletas con un listón rojo, su color de pelo era rubio y tenía los ojos de color... «mis lentes» me dije, saque de mi mochila los lentes de nerd que uso, cuadrados, color negro, me los pongo y veo de nuevo a la niña, sus ojos eran grises azulados, «no estaba tan lejos» pensé e hice una sonrisa en modo de saludo, el niño igual rubio, rizado y sus ojos grises azulados con los ojos rojos por la acción de a ver llorado, vestía una playera rojo carmesí y un pantalón negro; me dio tanta ternura y rabia ver a los niños, no me importaba si llegaba tarde al colegio mientras pudiera ayudar a estos niños era feliz, aunque hoy fuese la ceremonia.
Me acerqué con la bicicleta y de la puerta salía una señora, creo que era su mamá, ya que su cabellera era larga y rubia, la mujer era hermosa y me di cuenta de que también lloraba. Cuando me acerque más vi que de la casa salían unos hombres de blanco con una camilla, en ella se podía ver a un hombre de barba, tapado con una sábana a la mitad, los hombres que son paramédicos lo cubrieron por completo y me di cuenta de que aquel hombre era Sebastián, el mejor amigo de toda la vida de mi papá. Sebastián estaba muerto y en ese momento comprendí porque lloraban: acababa de perder a su esposo y papá de sus hijos. Ellos lloraban y trataban de abrazarlo, pero los paramédicos los detenían.
Me acerqué más a la familia de Sebastián y les di un fuerte abrazo.
─Mi papá, era su mejor amigo ─digo, la mujer me miro con extrañeza.
─¿Tu eres la hija de Charlie? ─me pregunto la mujer llorando.
─Sí, mi papá también murió y ahora lo extraño más que nunca, yo tenía su edad ─dije señalando a los niños─. Cuando mi padre murió ─continúe─. Lo extraño ─se me quebró la voz y se me salieron las lágrimas. La mujer me abrazo.
─Yo también extraño a tu padre, ahora mi gran amor murió y mis bebes... ─la mujer comenzó a llorar de nuevo─. Ahora no tendrán a quien abrazar, salvo de mi ─dijo mientras metía a sus hijos hacia la puerta, con la mirada perdida en la ambulancia que ya estaba algo lejos.
─Me llamo Eliza ─conteste por fin.
─Me llamo Alison ─comenzó la mujer aun pérdida en la ambulancia─. Será mejor que entremos y tú de seguro tiene que ir a la escuela, espero verte algún día más ─se despidió mientras cerraba la puerta de madera.
─Adiós señora Alison, espero verla pronto ─susurré y escuché una puerta que abrían, era un chico que iba en el salón al lado del mío en el colegio, como era nuevo ciclo, de seguro nos cambiarían a ambos, no pude evitar notar que también se le hizo tarde. Pero mi atención estaba en algo más, me di cuenta de algo extraño, miré el reloj muy fijamente y vi como cambiaba la hora, se retrasaba. «¿Qué le sucede a este reloj?» me pregunté, cuando volteé a ver de nuevo al chico este apenas iba saliendo y la señora Alison apenas cerraba la puerta de su casa, volteé a todo mundo y donde antes estaba un señor cerca de un poste, ahora apenas iba pasando junto a él.
─Ya tengo que usar más los lentes, ya no veo bien ─pienso en voz alta y me voltea a ver el chico, yo me acerco para decirle: ─Disculpa, ¿sabes qué hora es?
─Son las 8:54 am, ya se me hizo muy tarde para ir a la escuela, ¿tú me podrías llevar?
─¿Las 8:54? ─pregunto confundida y veo como el chico me mira nervioso y apurado.
─¡Sí! Las 8:55 y corriendo, ¿me podrías llevar?, es más, yo manejo y tu súbete atrás ─me trata de convencer y me mira para ver a qué hora respondo.
Algo dentro de mí, estaba confundida, hice como más de dos minutos en salir de mi casa y darle mi pésame a la señora Alison, no podía ser por la hora. «Lo más seguro es que mi reloj tenga mal la hora».
─Está bien, perdona súbete, pero no te robes la bicicleta de mi padre ─le advierto mientras me bajo de ella y noto que sonríe, le devuelvo la sonrisa, se sube y yo me voy en la parte trasera.
En todo el camino no volví más a hablar hasta que llegamos a la escuela.
─Gracias por traerme ─le agradezco.
─No, gracias a ti por dejarme llevarte, me llamo Steven, por cierto─ me dijo mientras me ofrece la mano y me sonríe.
─Eliza, Eliza Parker ─le saludo y doy mi mano, le sonrió─. Espero volver a verte o que cuando menos me vuelvas a traer ─continuó sonriendo, y creo que me sonroje un poco.
─Claro Eliza ─me dice mientras suelta una carcajada─. Hasta luego, me voy ─se despide mientras se aleja.
No pude dejar y olvidar sus ojos eran verdes, pelo negro y vestía una chaqueta de cuero negra y unos pantalones de mezclilla negros; jamás me había dado cuenta lo guapo que era. «¿O tal vez sí?».
Mientras corría hacia el salón, pude escuchar a unos maestros mencionaban el nombre de Estados Unidos y de mi país natal México. Desde hace años no escuchaba hablar acerca del país Estados Unidos ya que, con las dos guerras mundiales pasadas de algunos años, algunos países cambiaron de nombre. Algo tontos, pero que más daba. Yo soy mexicana, pero mi padre era de aquí y cuando se casaron mi madre, que también es mexicana, me tuvo en México para protegerme de la guerra; cuando supimos que mi padre murió en la guerra (yo tenía apenas unos seis años), nos mudamos aquí a W.S. Qué anteriormente era Estados Unidos. No sé qué significa W.S.
Las guerras importantes después de la tercera guerra mundial que ocurrió en el año de 2025, los países de primer mundo quedaron en quiebra. Los países tercermundistas desaparecieron y otros pocos, entre ellos México se levantó después de los años. Después de ese momento pasamos al año 2157 donde se destacó la primera guerra mundial después de años de paz con el nombre de “bioguerra-tecnologica”, que también trajo devastaciones, pero ahora más al ambiente, de ahí el nombre. Durante casi cuarenta años, construyeron capsulas donde el oxígeno era artificial, aunque ya existían era más comun vivir en ciudades pequeñas bajo las capsulas durante estos últimos años. Las personas solo podían tener máximo dos hijos por la sobrepoblación. Llegamos al año 2196 donde se hizo el primer viaje al espacio con todos los habitantes de la tierra. Y tan solo hace diez años hubo una disputa más fuerte que fue entonces una segunda guerra mundial; dejando a todo lo nuevo construido algo de nuevo destruido. Esta última no se bien como la llamaron. En ese mismo año, también estuvo la guerra civil en Greca donde el presidente fue uno de los responsables.
Llegue a mi salón, por suerte aun no llegaba el maestro, mire el reloj y volví a ver la casi misma hora 8:55 am. Escucho unos pasos correr y pude ver a Steven dirigiéndose al próximo salón, voltee al reloj de nuevo y ya eran las 8:59 am, «¿qué pasa con todos los relojes?», pase y me senté a lado de Lucy, una de mis amigas y literalmente mi única amiga.
─Hola Eliza ─saludo.
─¡Lucy! ─le saludo mientras le abría los brazos para que me abrazara ya que ella lloraba, veía como corría su mascada para ojos y el lápiz negro. ─¿Qué te pasa? ─y vi sus ojos miel, «porque soy la única que no tiene ojos de color». La abrase muy fuerte.
─Es el estúpido de Rodrigo ─me explico mientras seguía llorando.
─Lucy ─dije desesperada y con impaciencia, pero con la voz más dulce posible─. Rodrigo es un estúpido que no sabe apreciarte, ya verás que se solucionara todo ─comento mientras le tocaba su sedoso cabello rubio.
─No, no es eso, Rodrigo me engaño con la tipa de a lado, la pelirroja que parece zorra ─maldijo con rabia y mirando hacia la puerta donde ella estaba, junto con el estúpido de Rodrigo.
─Como te dije, Rodrigo no vale la pena, es un tarado, mejor vamos a platicar un rato... ─pero para cuando terminé de hablar ya estaba adentro el profesor Martin Snowing, o como le decimos Snowing ya que no solo se apellida así, también es debido a que tiene una barba blanca y cabello con canas blancas. Me senté en mi pupitre con Lucy enfrente mío.
─Todos ya cumplieron dieciséis años, y está por comenzar su nuevo ciclo y yo ya no seré su maestro, por eso, ahora nos tenemos que salir al salón de ceremonias para su nuevo ciclo, sé que es triste que no se verán ─explica mientras se lleva una taza de café caliente a la boca. «No puedo creer que no se queme, veo el humo que sale» pensé.
─Sí, pero muchos será un placer no verlos ─dice atrás en la última butaca, Rosa la chica más presumida y odiosa del salón, rubia, vestida siempre a la moda, superficial, que siempre se pinta como payaso y con ropa de marca, como es de las únicas de la Greca con tanto dinero. Y también sus odiosas amigas Alice y Susana.
─Si señorita Rosa, pero ya son mayores y ahora es mejor preocupase por donde va a ir o que grupo le tocara ─dijo Snowing mientras sorbía otro poco de la taza de café. Párese que no se quemara─. Pues de eso depende su futuro.
Cuando toco el timbre de 9:15 am, nos salimos de ese salón, en el cual teníamos muchos recuerdos y nos dirigimos al salón de ceremonias. Aunque los recuerdos con mis otros compañeros son pocos en realidad.
─Eliza, y dime ¿no has pensado en un chico en especial? ─me hace platica Lucy mientras me veía con tristeza aun en su rostro.
─No ─mi única respuesta de siempre─. Lucy, no hay ningún chico de este salón que me guste o de otro... Bueno tal vez haya uno… ─le explicaba mientras perdía la mirada en el cielo pensando en Steven, aunque en realidad no estaba segura de nada─. Pero no estoy segura ─continúe, regresando a la tierra. «También apenas hoy le hable, así que no creo que pase nada a futuro con el».
─Y bueno mínimo dime como se llama el no tan seguro, ¿no? ─me anima Lucy haciendo una sonrisa─. O ¿no soy tu amiga? ─me amenaza aun con la sonrisa.
Creo que, si le contesto ahora, no era el mejor momento ya que ella quería que me casara, aunque eso no está en mis planes. Pero para ella casarse era lo más primordial, ya que quería tener una familia como era la suya, unida, y aunque amaba demasiado a Rodrigo y pensaba casarse con él, su sueño se destrozó ahora.
─E-es que, no sé cómo se llama ─la volteó a ver con extrañeza─. Si supiera te lo diría y lo sabes ─le conteste después de llegar a la sala.
Me sentí culpable por mentirle a mi mejor amiga, jamás lo había hecho con ella. Me sentí tan culpable que no me fije en la sala cuando entramos, era hermosa, bastante grande, blanco con azul, demasiados asientos en forma de círculo o triángulos, en el centro estaba el lugar donde todos los maestros se encontraban y los veían todos los alumnos. Los únicos que entran a este lugar además de los profesores son aquellos que entran a sexto año en la escuela. Había escaleras hacia adentro y afuera, era enorme en verdad, nunca imagine que fuera de ese tamaño. Hasta arriba en las esquinas estaban los baños y más a la izquierda una cafetería con comedor enorme para el receso después de la ceremonia, antes de entrar al cuarto donde a conocerán a que grupo pertenecemos.
─Los del grupo ciento veinticinco, síganme ─nos ordenó Snowing─. No se separen ─comento como si aún estuviéramos en un prescolar.
Vimos una etiqueta de ciento veinticinco en unos asientos y nos dieron la libertad de poder sentarnos como quisiéramos. Había más etiquetas: ciento veinticuatro, ciento veintiséis, ciento veintiuno, ciento treinta, creo que de ciento veinte hasta ciento cuarenta ya que siempre hay veinte grupos por cada grado y somos como veinte o veinticinco alumnos en cada grupo. «Somos demasiados y yo solo conozco a los de mi grupo, y aun así realmente no le hablo a todos» pensé. Nunca fui una chica muy social con todos los de mi salón, sin embargo, no significa que no pueda hacer amigos fácilmente, solo necesito conocerlos un poco.
La cantidad de alumnos que hay en esta escuela es muy grande, ya que cada número de grupo es un grupo en total. Con esto quiero decir, que esta escuela es la única en toda Greca y en toda el área más cercana, pues desde la misma guerra fue más fácil solo crear una escuela en lugar de varias, donde en esta misma tengas toda tu preparación necesaria, desde del prescolar hasta tu vida profesional. Y la selección de grupos de este instante es nada más y nada menos, lo que se verá en tu futuro.
El evento estaba a punto de empezar, ya solo faltaba un grupo para que se llenara toda la sala, el ciento veintiséis, donde estaba Steven.
Se oye la puerta y entra el grupo, el maestro de ceremonias de este año es el profesor Augusto Summit, se veía enojado ya que llegaron cinco minutos tarde y a él le enoja que lleguen tarde, aunque sea un minuto tarde a la clase, lo sé porque él me dio historia hace un año, donde no puse atención solo para saber que le cambiaron los nombres de algunos países y lo de las guerras que era bastante interesante.
─Ahora que ya todos están aquí, pues empecemos ─comento Summit algo molesto─. Pero antes los reconocimientos de excelencia académica hasta quinto grado ─esta vez su expresión cambio, ya está sonriente.
─Grupo ciento veinte, pase al frente Stephanie Snowing ─comento Summit con una sonrisa. A juzgar por su apellidó es pariente, no, es hija del maestro Martin Snowing. Era delgada, alta, pelo agarrado rizado, usaba lentes y brackets. Vestía una falda gris hasta la mitad del muslo y una blusa blanca con escote de "V", a pesar de lo inteligente, era bonita y pues tenía lindo cuerpo. Resaltaba mucho sus curvas.
─Y ahora el hombre del grupo ciento veinte, John Kerry ─volvió a decir Summit. Era delgado, con piel pálida, también usaba brackets y lentes negros gruesos, usaba una camisa a cuadros con unos jeans y unos tirantes con moño rojo, esa era la moda de los nerds.
─Grupo ciento veintiuno, Alice Walker y George Walker, los gemelos de ciento veintiuno ─dijo burlón Summit. Los dos tenían pelo rubio y se parecían a los hijos de la señora Alison, esposa de Sebastian, solo en versión joven. Summit ya estaba un poco más relajado por el retraso del grupo de Steven, y después de hacer una plática con los que pasaban al frente por el reconocimiento se veía más contento.
─Grupo ciento veintidós, Homero Boston y Georgina Windy ─dijo Summit, quien ahora no paraba de reírse ya que con cada pareja de cada grupo se burla de algo. Georgina era una chica casual, vestía unos pantalones de mezclilla y una blusa con un escote muy provocativo, por otro lado, estaba Homero, un chico que vestía unos pantalones de mezclilla y una playera de marca y su pelo castaño oscuro, me llamo la atención porque era algo guapo, no parecía un nerd, pero tampoco un chico misterioso como Steven.
Cuando me di cuenta de que en cada grupo hay parejas que se parecen, en el ciento veinte los nerds guapos, ciento veintiuno los gemelos rubios, ciento veintidós chicos casuales pero bastante atractivos solté una pequeña carcajada que Lucy se preguntó por qué lo hacía.
Creo que debí pensar mucho en eso que no me di cuenta de cómo se llamaban la pareja del ciento veintitrés y ahora del ciento veinticuatro.
─... Smith y William Hald, felicidades a los dos ─el mismo Summit se rio de su propio chiste. La chica era una persona tímida nerd, se parecía a la del ciento veinte, «¿cómo se llamaba?» me pregunte.
─Stephanie Snowing ─susurré, pero creo que me escucho Lucy.
─¿Que dices? ─me pregunto Lucy volteándome a ver─. Espera seguimos nosotros ─se giró tan rápido como si viera a un fantasma.
─Grupo ciento veinticinco, Eliza Parker y Joshua Fischer ─nos llamó Summit─. ¿Vamos que esperan Eliza y Joshua? ─lo dijo mientras nos invitaba con la mano a ir.
─¿Qué? ¿yo? ─le pregunto a Lucy sorprendida y también extrañada.
─Si tontita, ve es tu oportunidad ─me animo Lucy con ternura─. Te tocó el mejor grupo, felicidades ─me felicito con tono alegre, pero algo triste.
Cuando bajé las escaleras, Joshua y yo nos vimos sorprendidos «¿nosotros el mejor promedió?» pensé, creo que se preguntó lo mismo Joshua e hizo una aprobación con la cabeza y una pequeña mueca que hizo que algo me pasara en el estómago.
Nos dirigimos al centro y sinceramente no había notado lo atractivo que era ahora Joshua, pelo castaño-rubio, barba, usaba lentes, aunque para ese momento se los quito, sus ojos eran color miel avellana y creo que me sonroje porque sentí un calor en mis mejillas y le sonreí tan dulce, creo más bien que le coquetee.
─... Bueno chicos felicidades de nuevo y tomen sus nuevos lugares ─nos felicitó Summit. No había notado en qué momento se terminó el discurso y no preste atención que dijo por ver a Joshua.
─El grupo ciento veintiséis...
Al escuchar eso gire rápido mí cabeza y esperaba poder escuchar su nombre.
─Y Steven Patison ─dijo Summit.
Y aunque ya no lo creía, él se sentó a solo un asiento de mi cuando termino el discurso corto pero lindo de Summit.
─¿Me cambias de lugar Roberta? ─pregunto una voz más adelante de mí y me parecía conocida─. Hola Eliza ─me saludo la misma voz.
Volteé y Steven estaba ahí, ─Hola Steven ─y le sonreí─. ¿Qué hora es? ─le pregunte como hoy en la mañana.
─Son las 10:38 am, falta como una hora en acabar con todos los grupos ─suspira Steven mientras se recarga a como si se fuera a dormir muchas horas─. Al menos me alegra ver otra cara conocida que no sea Roberta ─me dice mirando hacia el techo. Y yo lo imitó.
─Sabes a mi igual, no solo ver a uno de mi grupo, bueno antiguo, si no a ti ahora también, pero extrañare mucho a mi mejor amiga de toda la vida... Lucy ─le comenté perdida mirando el techo.
─Sabes Eliza yo también tenía un mejor amigo. Es el que está a lado de ti ─me dice como si despertará señalando a Joshua─. Joshua es y siempre será mi mejor amigo… ¿O no Joshua? ─le pregunta y el voltea.
─¿Qué? ─pregunta Joshua con cara de dormido.
─¿Que si eres mi amigo? ─pregunta Steven casi gritando y ya de pie con las manos esperando un abrazo. Sentía que le llamarían la atención por levantarse en un momento tan importante como la ceremonia de grupos.
─Claro… ─murmura─. Steven ─Joshua inseguro posando con un dedo en la boca cerrada─. ¡Claro! ¡Steven! Pero casi no te reconozco, ya han pasado años ─se pone de pie sorprendido─. No te reconocía, enserio perdóname, Steven ─esta vez estaba avergonzado y con un poco de timidez.
─Sí, ya se cambie mucho, ahora estoy más guapo, pero como... ─comenta engreído Steven.
Después no puse atención porque vi el reloj, lo miré fijamente y se adelantaba, veía a Steven y Joshua hablar rápido, pero en silencio, y los grupos. Ya estaba por acabar la ceremonia de división de grupos. A mi opinión se me hace tan tonto crear grupos de los mejores promedios hasta los peores, por habilidades, o por cualquier otra cosa tonta, incluso por color de ojos o cabello. Cada grupo le asignan un nombre grupo “A” (que somos nosotros), grupo “B”, grupo “C”, sucesivamente. Me puse de pie y vi a todos los de mi nuevo grupo, casi todos nerds, y otros grupos guapos, rubios, morenos, rojizos, unos hablando con sus antiguos compañeros de grupo, otros aburridos, otros dormidos, haciendo cualquier cosa obviamente lo hacían muy rápido. Por lo visto Steven y Joshua no vieron que me levante porque continuaron hablando como si nada. Levante las manos.
─¡Basta! ─grite no soportaba ver lo que estaba pasando, me estaba mareando y por fin me siento de nuevo en mi lugar. Estaba un poco confundida por lo que estaba viendo.
─Bueno con esto concluye la presentación de los nuevos grupos de sexto año, ahora suerte y tomen un pequeño receso, vayan con su grupo, y sean amigos ─dijo por último Summit.
─Steven, ¿qué hora es? ─pregunte sorprendida, pero más que eso, estaba confundida. «¿Qué acaba de pasar?» me pregunte.
─Son las 11:54 am ─contesto Steven.
─Te quedaste dormida después de que nos pusimos hablar ─me dijo Joshua con una sonrisa.
─No puede ser ─comenté sorprendida y confundida─, mejor vámonos a la cafetería ─me levanté del asiento estirando brazos y piernas. Acaba de ignorar lo que pasaba, «lo más seguro es que lo soñé».
Nos dirigimos a la cafetería y no hablamos mucho en el transcurso.
─¡Roberta! ─saludo Steven a la chica enfrente de él mientras se sentaba en una silla. La chica pasaba caminando con una charola de comida sujetada con ambas manos
─¿Cuantas veces tengo que decirte que me llamo Cecilia? ─pregunto algo irritada Roberta, o mejor dicho Cecilia, una chica delgada, cabello negro con un mechón rojo en él y ojos castaño claro, vestía ropa negra. A Juzgar por su voz estaba un poco molesta en su expresión.
─Sabes que me gusta decirte así Cecilia, no te enojes ─le respondió Steven mientras se le escapa una risita nerviosa. No sé qué sentí, algo dentro de mí, algo como un malestar, pero solo fue pasajero.
─¿Porque no te sientas con nosotros Cecilia? ─pregunte con una sonrisa.
─Gracias, pero me quería sentar con Emma ─murmura volteando a la mesa donde estaba una chica, era rubia, ojos azules, era bonita y atractiva─. Aunque mejor creo que me sentare con ustedes ─suspira dejando la charola de comida en la mesa y jala una silla para sentarse.
─Saben esta ceremonia es tan aburrida ─comenta Joshua parándose─. Voy por comida, ¿me acompañan? ─nos invita a Steven y a mí.
─Yo si te acompaño ─le respondió Steven mientras se levanta─, ¿y tú Eliza?
─Sí, tengo hambre ─conteste con una sonrisa, ¿y como no tendría hambre?, solo me desayune el pan de mi mamá─. ¿Te quedas aquí Cecilia? ─mi mirada se dirigía a ella.
─Sí, yo cuido la mesa, los espero para comer juntos ─me responde Cecilia mientras sacaba de su mochila unos audífonos.
─Bueno Roberta no tardamos ─se despide Steven en tono burlón.
Cecilia lo voltio a ver con cara de odio y después se ríe. Ya nos dirijamos a la fila, cuando nos dimos cuenta de que era muy larga, bueno no tanto
─¡Mierda, que larga! ─exclamo Steven y yo solo solté una carcajada.
─Ya rey del drama no exageres solo son diez personas ─comenta Joshua riéndose también─, mejor hay que formarnos.
Yo me quedaba callada, estar en medio de dos chicos guapos me daba pena, y más si Joshua me gustaba de niña, cosa que Lucy lo sabía y Steven que es mi vecino de calle. Tal vez nunca fui buena hablando con chicos y ahora estaba en una situación bastante incómoda para mí, aunque en realidad aun no me gustaba alguno exactamente. A Joshua lo conozco desde niña, pero no le hablaba mucho y por otro lado Steven se mudó hace algunos años, pero tampoco le hable jamás. Solo una vez que fui a su casa con mi mamá para darle la bienvenida, pero no fue nada del otro mundo.
─¿Eliza? ─me llamo una voz sacándome de mis pensamientos─, ¡Eliza! ─volteo y la voz que me llamaba era Joshua.
─¿Que te sucede? estas como perdida, no has hablado desde que estamos en la mesa ─cometo Steven─. Tampoco has hablado mucho en este rato.
─Perdón, estoy algo distraída ─respondí agachando la cabeza de vergüenza, y noto un calor en mis mejillas «que no me ponga roja, que no me ponga roja>> roge dentro de mi.
─No es nada, pero desde la ceremonia no nos hablas, cuéntanos algo ─dijo Joshua muy aliviado y risueño.
─Bueno si estoy distraída, no puedo dejar de pensar en… ─pensaba en alguna respuesta pues me di cuenta de que si decía que pensaba en lo lindo que eran, estaba muerta─, en unos niños que vi de venida al colegio ─de nuevo mentí, si me hubiera tocado en otro grupo por mi cualidad no será por decir la verdad.
─¿Los hijos de la señora Alison? ¿con los que te vi en la mañana? ─me pregunta Steven extrañado y con el ceño fruncido.
─Sí ─respondí indiferente agachada aun─. ¿Me viste en la mañana antes de que nos encontramos? ─esta vez pregunte algo sorprendida y volteándolo a ver.
─S-sí, ibas pasando y yo tenía prisa por venir, ya te había visto en la escuela y en la calle, así que tú me hablaste, fue cuando te conocí ─explico Steven algo nervioso, pero con una naturalidad al hablar que lo de estar “nervioso” pareciera solo mi imaginación.
─¿Ustedes son vecinos? ─preguntó Joshua con el ceño fruncido.
─S-sí, yo ya la había reconocido, pero no le hablaba me... ─comenzó a explicar Steven, y al instante de decir lo último no dijo nada más─. Bueno, en fin, mejor hay que avanzar solo faltan cinco personas más ─cambio de tema y se le veía un poco nervioso.
Después de eso no volvimos a hablar mucho, pasaron diez minutos y llegamos a ordenar la comida.
─Me da una ensalada de lechuga, zanahoria, tomates, y cualquier otra verdura, y aparte un filete de pollo asado ─ordeno Steven quien era el primero en la fila. Después Joshua y luego yo.
─Primero las damas ─dijo caballerosamente Joshua dándome el lugar y se pone atrás de mí.
─Gracias ─le agradecí mientras lo miraba con una sonrisa. Sentí tan hermoso en mi estómago y raro─. Me puede dar un coctel de frutas que tenga fresa, moras azules, frambuesa, melón y piña. Con una carne asada por favor ─ordené mientras la señora me daba la charola y me puse frente a Steven. Y esperamos a Joshua.
─Me da un filete de res asado, con una sopa de fría con una ensalada de verduras, por favor ─ordeno Joshua y después de rato le da la charola la mujer.
─Saben chicos somos muy antisociales, ¿porque no hacemos más amigos? ─comento Joshua.
─Solo piénsalo somos cuarenta alumnos en nuestro grupo, estamos acostumbrados a veinte o veinticinco compañeros, ¿crees que podemos ser todos amigos?, no lo creo ─aunque solo lo tenía en mi pensamiento lo dije en voz alta. Me escuché muy pesimista, pero como dije antes, no soy muy sociable con todo mundo.
─Eliza lo dices porque solo pudiste ser amiga de unos cuantos, pero créeme no es tan difícil ─me responde Joshua levantando los hombros. No sé, pero me moleste algo al respecto, pero me quede callada para no crear una disputa con él.
─No exageres Joshua, pero tampoco le hables así a Eliza ─me defendió Steven mientras me miraba con una sonrisa─. Y si Eliza no es tan difícil, solo es un simple hola y ya ─me miro con ternura.
Habíamos llegado a la mesa con Cecilia, la cual estaba con unos audífonos en sus oídos mientras movía la cabeza arriba y abajo.
─Hola Cecilia ─saluda Joshua dejando su charola en la mesa y moviendo la silla para sentarse. Cecilia solo lo mira mientras se quita los audífonos.
─Hola Roberta ─saluda Steven mientras deja la charola y hace lo mismo que Joshua. Cecilia se quita otro audífono de su oído.
─Hola ─salude algo seca, deje la charola y veo que Joshua se levanta de su asiento para ayudarme a sacar la silla de la mesa.
─Quiero componer el error de hace rato, por decirte que solo tenías una amiga, perdona ─dice Joshua mientras me da el lugar.
─Gracias, eres muy lindo ─comente con algo de sarcasmo mientras me sentaba. Vi a Steven y a Cecilia nos veían con cara se odio, o bueno Cecilia a mí y Steven a Joshua. Por un momento pensé que sentía celos. «¿Cecilia quiere a Joshua?» me pregunte. En ese momento volteo a la esquina y veo a Lucy, apartada de todos. ─El estúpido de Rodrigo ─murmuro por muy dentro de mí, pero creo que si me alcanzaron a escuchar.
─¿Que dijiste? ─pregunta Cecilia que estaba a un lado de mí.
─No dije nada, pero pensé que el estúpido de Rodrigo del grupo ciento treinta y cuatro, lastimo a mi mejor amiga y eso no es justo, la dejo por una zorra del grupo de ciento veinticuatro. La pelirroja ─explique mientras alzaba las manos y me levantaba para ir con ella─. Tengo que hablar con ella, por su culpa ella está sola en el otro grupo ─comencé a caminar en dirección hacia ella, pero una mano me detuvo del brazo.
─Eliza si vas con el otro grupo te pueden expulsar ─me advirtió Steven quien era el que me tomaba del brazo.
─Esto es estúpido ─comente indignada─, crear grupos por calificación, por habilidades, y por cosas como esas, porque no ser un grupo mixto, donde haya de todo tipo, eso es discriminación, también es estúpido no poder juntarnos con los de otros grupos a menos que aun este en quinto grado.
─Eliza puedes visitarla después de las clases ─me animo Joshua.
─Ese era... ─me quede callada por unos instantes para pensar más la situación, pero no podía verla así y menos ahora que es una chica libre, bonita, social con todo mundo─. Está bien ─acepte apartando la vista de Lucy.
─¿Era tu única amiga? ─me preguntó Cecilia.
─Sí, siempre lo fue, es mi mejor amiga desde el prescolar ─dije tomando un pedazo de fruta algo triste.
─Pues ahora también me tienes a mí ─comento Cecilia, cuando volteé a verla tenía una sonrisa y le correspondí. Me detuve a verla y era lo bastante bonita detrás de todas sus perforaciones, una en la nariz, otra en el labio y otra más en la ceja.
─También me tienes a mí ─me animo Joshua comiendo un pedazo de carne.
─Y a mí, nosotros te ayudaremos y juntaremos a Lucy, aunque sea de otro grupo, bueno, al menos yo te ayudo ─responde Steven sonriéndome y guiñándome un ojo.
─Claro que yo te ayudo, yo amo romper reglas, aun no sé cómo pase a este grupo ─dice Cecilia soltando una pequeña risa.
─Yo por supuesto que, si te ayudo, podemos ser amigos todos ─comento Joshua muy tierno.
─Gracias a todos de corazón ─mi respuesta más sincera que he dicho con ellos.
Entonces empezamos a comer, no hablamos después de eso. Fue entonces que voltee a la esquina de donde llega nuestro grupo. Veo a un chico lentes, con brackets, su cabello es castaño claro casi rubio, su tez era tan blanca como la nieve.
─Peter, el chico del grupo ciento treinta y dos, está solo ─comente rompiendo el silencio y dirijo la mirada donde está. Todos voltean a verlo.
─¿Y si lo invitamos a venir? ─pregunta insinuando Joshua.
─Yo voy ─se postuló decidida Cecilia poniéndose de pie.
─Yo te acompaño ─me decidí de igual manera y al instante me levanté de la silla.
Cecilia y yo no somos muy amigas, realmente la acabo de conocer, pero no creo que seamos o vayamos a ser las mejores amigas, además yo solo quiero como mi mejor amiga a Lucy. Pero no me cuesta nada intentar ser su amiga. Dejando de lado ese pensamiento sobre si Cecilia o no podría ser mi amiga, al poco tiempo llegamos con Peter.
─Hola Peter ─saluda Cecilia con una sonrisa poniendo los brazos cruzados.
─Hola ─saluda Peter levantando la cabeza para vernos─. ¿Cecilia? ¿Grupo ciento veintiséis? ─se ajustó los lentes.
─Si, por cierto, ella es Eliza ─comento volteándome a ver.
─Hola Eliza ─Peter saludo sin mucho interés viéndome a mí.
─Ya al grano ─Cecilia tenía una imponencia al hablar, así que puso las manos en la mesa con fuerza frente a Peter, la cual se hace hacia atrás un poco asustado─. Venimos a decirte que, ¿si quieres juntarnos con nosotros? o digo para que no estés solo ─el comportamiento de ella cambio por completo de chica ruda a una chica coqueta.
─Son Eliza y Joshua del grupo ciento veinticinco y Steven y tu del grupo ciento veintiséis, ¿cierto? ─pregunto extrañado.
─¿Qué crees? ─pregunto Cecilia aburrida por la conversación─. Sí, entonces adivino, ¿qué?
Murmura un poco pensativo.
─Si ─contestar por fin Peter, levanto su charola y lo dirigimos hacia nuestra mesa. A los pocos minutos ya estábamos de nuevo con los demás chicos.
─H-hola ─Peter saluda sonriente, pero algo nervioso.
─Hola Peter ─saludaron Steven y Joshua en unísono, ambos bastante sonrientes.
─¿Me conocen? ─pregunto Peter sentándose en la silla un poco con el ceño fruncido.
─Claro, el mejor promedio de la generación ─comento Joshua con una sonrisa de por medio.
─Si, fuiste el mejor promedio ¿cómo no conocerte? ─dijo Steven dándole la mano a Peter─. Soy Steven del grupo ciento veintiséis ─se presentó.
─Si te conocía ─comenzó a decir Peter tomándome la mano a Steven y apretándosela─. De hecho, los conozco a todos aquí, solo que yo soy muy tímido y no hablo mucho ─en ese momento le quita la mano a Steven.
─Si ya me di cuenta ─Joshua hablo de nuevo con un poco de sarcasmo─, pero ¿cómo nos conoces? ─sus codos los relajo en la mesa, mostrando una posición de interés al tema.
─Justamente eso te iba a preguntar ─por primera vez dije yo con interés y sonriente.
─No lo sé, a Joshua y a Eliza los conozco porque son del grupo ciento veinticinco y son muy famosos por tener una unión de grupo, y en especial al simpático y sociable Joshua ─comenzó a explicar Peter─, a Eliza, aunque es muy callada y tenga a una sola amiga que se llama Lucy, es muy popular en mi grupo, por su promedio y además por ser bonita. ─Hizo una pequeña pausa, tanto Joshua como yo estábamos medio sorprendidos, aunque a Joshua lo esperaría pues es muy sociable, pero a mí, que yo sea popular en un grupo es un poco raro─. A Steven lo conozco porque es popular con las chicas, decían mucho que era misterioso, guapo y cosas por el estilo ─hizo un gesto de poner los ojos en blanco─, y a Cecilia, ¿quién no la conozca?, la rompe reglas, la que a pesar de eso lleva buenas notas y finge ser ruda para no ser inteligente.
Al término de la explicación de Peter, todos estábamos algo sorprendidos. Pensaba que entendería totalmente si todo mundo conoce a Joshua, pues es social y divertido, aunque también en parte no siempre es con todo mundo. El grupo ciento veinticinco y ciento treinta y dos se odian a muerte, era obvio que Joshua no le hablaba a los de ese grupo. Por otro lado, no conozco a Cecilia ni a Steven, hasta ahora. A Cecilia si la veía muy seguido en la dirección, y a Steven lo reconocí hoy en la mañana cuando salía de mi casa. Y en cierta forma tenía razón, Steven tenía algo de ese típico “chico misterioso” y Cecilia es inteligente pues por eso está aquí. Pero lo que no me creo es como me describió, pues yo suelo ser un poco antisocial con todos a menos que me hablen.
─¿Eres adivino? ─pregunto Cecilia frunciendo el ceño.
─No, no es nada del otro mundo saber cosas así ─respondió despreocupado Peter.
Nos quedamos callados, solo comimos lo que sobraba de la comida sin decir ni una sola palabra, aun no pasaba una hora después de la ceremonia. En un momento tendíamos que ir a la sala de selección, en la cual trata de ver que tan potente eres para el grupo, muchos se van a otro y unos llegan a quedarse, aunque casi nadie se queda en este grupo, o incluso otros se salen de la escuela y se quedan sin empleos. No sé cómo funciona eso exactamente y hoy es esa prueba.
─¿Creen que podamos pasar todos nosotros la prueba y seguir siendo amigos? ─pregunto revolviendo las sobras en el plato de comida.
─Yo creo que sí, digo ahora que nos conocimos algo, no deberíamos dejar de ser amigos ─comento Cecilia─. Aunque la verdad nunca entendí para que es esa prueba.
─Yo sé porque, pero tengo prohibido decirlo ─Joshua hablo con un tono serio, era la primera vez que lo veía de esa manera.
─Ya habla, solo sabremos nosotros y no lo diremos ─dijo Steven con una sonrisa.
─Apenas si los conozco ─le respondió Joshua a Steven con cara de pocos amigos─, aunque quisiera, no se…
─Sí y ¿si hacemos un juramento? ─pregunte emocionada, casi gritándolo, pero al mismo tiempo sentía que era algo estúpido, hacer un juramento cuando apenas nos conocíamos.
─Eliza, eres algo cursi ─Cecilia dejo salir una pequeña carcajada─. Pero yo también quiero saber sobre este tema.
─A mí me parece bien ─dijo Peter.
─No quiero ser el aguafiestas, pero mejor solo hay que prometer que lo que se dice aquí, no sale jamás a nadie ─propuso Steven rascándose la cabeza con un poco de incomodidad.
─Solo quería hacerlo más divertido ─puse los ojos de aburrimiento.
─Aunque sería divertido como dice Eliza ─habla Cecilia con una sonrisa─, pero aun nos conocemos un poco, ¿cómo podemos confiar en el otro?
─Creo que solo hay que confiar en el otro y no decir nada de esto ─mi sonrisa desapareció para convertirse en algo serio.
─Aparte que si alguien dice algo podemos estar en peligro ─comento Joshua con una mueca.
─¿Y si solo lo prometemos normal? ─pregunto Peter inseguro.
─Mejor solo vamos al grano y habla de una vez ─Cecilia dijo imponente, pero tenía una sonrisa sincera.
─Sí, ya fue mucho ─comento sonriendo Joshua─. Bueno, nos hacen la prueba simuladas, nos inyectan un líquido primero, pero hacen todo esto para saber si tienes una cualidad distinta a los demás.
─¿Como que cualidad distinta? ─pregunto Steven frunciendo el ceño.
─Si, por eso se hizo la guerra ─explico Joshua muy serio y con un nudo en la garganta─, porque hay personas que tienen un... ─hizo una pequeña pausa─. Sexto sentido por decirlo de una manera.
─Pero ¿cómo saben eso con la prueba? ─pregunto Peter.
─Te inyectan un suero, y te conecta con la computadora, como los videojuegos nuevos, te lleva a un mundo y ahí ven si tienes algún poder, si lo tienes te quedas en este grupo, si no a otro ─siguió explicando Joshua serio. Todos nos miramos unos a los otros algo confundidos─. Es como una prueba de actitud, donde dependiendo de las acciones que tomes te toca entrar al grupo correspondiente.
─Y si lo tienes alguna habilidad diferente… ─Cecilia hablo con un tono de preocupación, tragando saliva lentamente─. ¿Qué te hacen?, ¿solo te quedas en el grupo y ya?
─En parte, no te dicen si tienes poder o no, tú debes de saberlo por tu cuenta ─Joshua aún seguía serio, pero sentía que esta vez estaba algo preocupado.
─¿Y tienes un poder? ─preguntó Steven algo risueño, lo estaba tomando mucho en broma─. Estas entre amigos.
─No podría decirte eso, la verdad es que ni yo mismo se, pero Peter… ─y volteo a verlo─, si tiene un poder ─dijo Joshua y bebió de su limonada.
─¿Poder yo? ─pregunto Peter confundido.
─Sí, tienes una inteligencia extrema, puedes comunicarte por telepatía. Por eso eres muy inteligente ─comento Joshua con un poco de risa. Sentía que nada de esto que decía era real.
─¿Me lo dices en serio? ¿y tú como sabes? ─le pregunto Peter a Joshua.
─Tú mismo lo dijiste, conozco a toda esta gente sin siquiera hablarles ─le respondió─. De hecho, me sorprende que no supieras que hacen cuando vamos a la prueba.
─Pero… ─comenzó a decir Peter─, no solo lo sé por lo obvio y lo demás no estoy seguro de que sepa hacerlo.
─Valla al menos sabemos que Peter si estará aquí, y no con nosotros ─comento Steven algo triste viendo su jugo.
─Ni tanto Steven, que tal si tenemos poderes y no nos damos cuenta como Joshua ─le dije viéndolo alegre.
─Pero, en este caso no es bueno tener poderes, por eso está prohibido vernos con los de este grupo, son peligrosos, pero Peter si te quedas y ninguno de nosotros no, seguiremos siendo amigos ─Joshua explicaba preocupado y al mismo tiempo feliz.
─¿Como que peligrosos? ─pregunto Cecilia, algo asustada haciendo comillas con los dedos en la palabra «peligrosos».
─Sí, los que tienen un poder, se le conoce así, por lo mismo puede hacer que unos se peleen y haga un desorden, pero siempre están en las sombras y no se conocen ─comento Joshua─. O en casos muy extremos, pueden no contralar esas «habilidades» ─puso énfasis en la última palabra─, y matar a alguien.
─Aún no creo mucho en eso… ─deje la frase sin terminar porque es escucho el timbre para la prueba que ya acababa de explicar Joshua de que trataba. Determinando el grupo que define tu futuro y la prueba que define en que grupo te quedaras definitivamente. Un poco después nos darán nuestro horario de clases y por último nos despediremos de los que pudieron ser nuestros amigos.
Los cinco nos dirigimos a los mismos asientos de la primera ceremonia. Estaba sentada entre Joshua y Steven, era algo inevitable y me sentía nerviosa. No entiendo porque me sentía nerviosa, era como si estuviera en...
─Eliza Parker ─me nombro un profesor que no había visto. Tenía que ir a la habitación, «al menos así sabré si tengo un talento especial» me dije por adentros de mí─. Y Cecilia Jones ─volvió a decir. Tanto Cecilia como yo nos levantamos y nos dirigimos a la habitación, ella entro en una y yo en otra.
─Buena suerte ─me dijo entre dientes.
─Y a ti ─le susurré.
Entre al lugar, era algo pequeña estaba vacía, adelante de mi estaba un chico, varonil y fornido. «Al menos algo bueno saldría de esto» sonreí picara.
─Hola me llamo Zac, esta es la habitación de prueba, te inyectare esto en el brazo y si sientes dolor trata de controlarlo ─me explica mientras se dirige a mí y saca una jeringa de una caja─. Tu tranquila, sentirás algo de sueño, pero esto es un dispositivo que te conectara a la pantalla, yo veré lo que tu harás, ¿lista? ─cuando termina de hablar me inyecta aquel líquido.
Sentí dolor e hice una mueca, después me sentí confundida y todo me daba vueltas en mi cabeza, solo sentí como caí al piso.
Al despertar estaba en una especie de sueño, normalmente yo no tengo sueños y lo que tengo comúnmente son pesadillas, y estas son de las más horrorosas que tengo. Volteé a todas partes y vi a lo lejos una señora, era más bien una anciana, hacia una especie de movimientos con las manos y de ahí salió una ráfaga de aire y luz, que fue directo contra mí y me derribo, sentí dolor al caer al suelo, «pero todo esto es mentira». Me traté de levantar y de nuevo la anciana hizo la misma acción, esta vez puse las manos hacia el frente, tratando que esa energía chocara con mis manos. Tal vez aquella idea pudo ser estúpida en su momento, pues sentía que me iba a chicharrar, pero no fue así; y aquella especie de energía la podía tomar con las manos. No era pesado de hecho era liviano como una pluma, parecía una burbuja brillante. La vieja se carcajeo. Sentía una especie de cosquilleo en las palmas de las manos al tocarlo, sentía como esa energía viajaba por mi mano.
─Valla eres algo lista, pero no puedes luchar contra mi fuerza ─me dijo ella haciendo una sonrisa malvada─. Veamos si tienes algo más ─esto último lo dijo con un tono un tanto amargo que pude saborearlo y me dio asco.
La burbuja de energía se desvaneció al poco tiempo que la anciana hablo.
En eso, me lanza de nuevo esa ráfaga de luz, yo de nuevo con las manos levantadas enfrente de mí y con todas las fuerzas que tenía salió de mi boca; ─¡Basta! ─grité lo más alto posible y la ráfaga se detuvo en ese instante, sentí extraño, podía controlar esa luz, me sentí con poder. Me sentía confiada, por primera vez me sentía superior a todos, pero mi egoísmo y mi confianza hizo que pensara en otra idea, «podía atacarla con su propia fuerza». ─Reversa ─y la luz se hizo hacia atrás y le dio a la vieja. Poco después desperté acostada en un colchón suave y un poco confundida.
─Bien Eliza, te toco en el grupo “A”, en el que estas, te daré tus horarios, espero verte pronto ─se despide Zac con una sonrisa dándome un papel en la mano─. Puedes irte a tu casa o esperar a tus amigos, recuerda no puedes decir nada de esto. Y hablo de lo que hiciste en la prueba ─me dice, por último, me doy media vuelta y abro la puerta, sin decir nada.
Me sentí confundida, fue demasiado rápido lo que acaba de pasar que no podía meditarlo ni un segundo. Solo dormí y en menos de segundos ya estaba de nuevo despierta.
Por un momento me maldecí a mí misma, me toco en el grupo "A", un grupo que explico Joshua es peligroso, ya que tengo un poder, y no se ni siquiera que es. Aunque algo dentro de mí, y por todo lo que había pasado en toda la mañana, me podía dar una idea, pero no era muy segura. Voltee a un lado y vi a Cecilia, camine hacia ella y la salude con alegría.
─¡Eliza!, ven vamos a esperar a los demás y en un momento te digo lo que piensas ─me dijo y nos dirigimos al comedor, fue extraño yo pensaba en preguntarle cómo le fue, y en qué grupo le toco, pero ella me dio una respuesta antes de que siquiera pudiera mencionarlo, o puede leer las mentes o yo soy muy obvia con mis preguntas. Nos sentamos en la misma mesa y no hablamos mucho. Escuché los nombres de Joshua y Steven, me puse nerviosa y Cecilia pudo sentirlo.
─¿Crees que nos toque con ellos? ─me pregunto rompiendo el silencio.
─Tal vez, no lo sé ─hice una pequeña pausa para meditar bien lo que me acaba de preguntar─. Espera, ¿quieres decir que te toco en este grupo? ─la voltee a ver muy detalladamente, ella se veía más bonita por lo reluciente de su sonrisa brillante.
─Te toco en el grupo A, ¿no? ─me miró fijamente al decírmelo. Esa mirada me daba una sensación algo extraña, como incomodidad y miedo.
─Sí, ¿cómo sabias?, ¿soy tan obvia? ─me quede sin palabras.
─No, lo que pasa es que, si tengo un poder, yo misma lo descubrí hace unos años, aunque no estaba segura, pensé que me estaba volviendo loca, pero en la prueba se hizo más evidente. Pude leer la mente de aquella vieja y la derribé con un solo pensamiento, no tan literal como lo expliqué. Yo no sabía qué hacer en el momento, pero al final pude derribarla ─me explico Cecilia con su estado seria, como siempre, pero en ella se podía ver un brillo de orgullo en sus ojos.
─Al menos tú si lo sabes, yo no lo pude descubrir, solo dije dos palabras y la derribe ─estaba algo nerviosa─. Aunque tengo mis ideas, no estoy segura de que “poderes” tenga ─hice comillas con las manos en la palabra «poderes».
─Pues con el tiempo lo sabrás, estoy segura de eso ─me animo Cecilia con una sonrisa sincera.
─¿Ahora también ves el futuro? ─pregunté confundida, pero le devolví la sonrisa.
Cecilia se carcajeo.
─Por supuesto que no ─me respondió aun risueña─, al menos Peter si estará con nosotras, pero Joshua y Steven aun es un misterio
─¿Te puedo preguntar algo Cecilia? bueno ya que solo estamos tú y yo, solas ─la vi muy tiernamente.
─¿Eres lesbiana? ─me pregunta frunciendo el ceño.
─No, pero quiero preguntarte algo sobre «chicos» ─puse énfasis en la última palabra.
─Tu pregúntame.
─¿Te gusta Joshua o Steven? ─pregunté y temí a que me golpeará, pero de hecho se sonrió.
─¿También lees el pensamiento? ─me pregunto y soltó una risa nerviosa.
─No, te digo que aún no se mi poder ─le respondí y solté también una risa─. Pero dime, ¿te gusta uno de los dos?
─Pues en realidad me gustaba un poco antes Joshua, me parecía atractivo, pero nada interesante. Aunque en realidad me gusta alguien más. ¿Te molesta que me haya gustado alguna vez?
─No claro que no, ¿por qué me importaría? ─no dije nada más, aunque pensé en decirle que a mí atraía un poco Steven.
─Bueno el que me gusta más es Peter ─me siguió diciendo y esta vez su sonrisa es más obvia─. Ya sé que dirás no es guapo, pero me gusta desde mucho tiempo ─tenía la mirada perdida en el techo, no pude controlar la sonrisa.
─Cada uno tiene sus gustos, la verdad no es feo, pero no es mi tipo ─dije y solté una pequeña carcajada y ella se rio conmigo. Hace mucho que no sonreía con otra persona que no fuera Lucy, ojalá ella tuviese un poder y estar con ella en todo momento. No he olvidado para nada a mi mejor amiga.
─Sabes te juzgué antes, no te enojes, pero creí que eras una de esas chicas que no se divierten, perdón por pensar de esa manera ─me sonrió, quiero pensar que se está haciendo una de mis amigas.
─No te preocupes, yo creí que eras ruda y te gustaba golpear gente.
─Creo que tiene un poco de razón de cómo me describió Peter hace un rato. Pero es que ya no quería volver a ser una nerd ─su sonrisa desapareció de inmediato al decir la última oración.
─Cecilia, no te pongas mal, ahora eres lo que eres ─hice una pausa para tomarla por su mano─, y además si lo fuiste una nerd antes, entonces Peter y tu harían una hermosa pareja.
Ella me ve con cara de pocos amigos, pero al final sonríe de nuevo.
─Gracias, y tal vez piense en esa opción, pero más adelante ─hizo una pausa─. Bueno y tu algún día tengas esa opción con Joshua o Steven.
Mi cara tenía una expresión de sorpresa, pero era evidente. Claro sabe leer mentes, «¿porque no lo pensé antes?», ella puede saber lo que pienso antes siquiera pensara en decirlo. «Que boba soy».
─Claro que no lo eres ─en ese momento después de decirme lo último, ella volteo en dirección hacia atrás de mí y se levantó de la silla algo entusiasmada─. ¡Joshua, Peter y Steven!
No quise volear, pero fue más porque no imaginaba que alguno de ellos no quedara en el grupo. Aunque no llevábamos mucho tiempo en conocernos, pues no quería perderlos ahora. Quería conocerlos más.
─Hola Eliza, hola, Cecilia ─nos saludó Steven llegando a la mesa junto con los demás.
─Hola chicas ─de igual manera saludo Joshua igual de sonriente.
─Hola Cecilia y Eliza ─saludo por último Peter sonriendo y sentándose a un costado de Joshua.
─¿Qué tal les fue? ─pregunte con toda la curiosidad del mundo.
─¿Tu cómo crees?, estoy en el grupo “A” ─respondió de inmediato Steven y me sorprendió la respuesta.
─A mi igual, ¿no es genial? ─Joshua estaba igual de contento.
─Yo también quede ─Peter estaba algo nervioso─. Y ¿ustedes?
─Eliza y yo quedamos en el grupo… ─Cecilia contesto por las dos en un tono triste y trágico, dejando a medias la oración─. También en el grupo “A” ─de nuevo ella tenía una alegría impresionante. Su sonrisa destacaba más que cualquier otra persona. Una sonrisa brillante y llena de emoción.
─Entonces que esperamos, ¡abrazo grupal! ─comente muy feliz estirando los brazos hacia los lados. Fue entonces que todos hicieron la misma acción y nos abrazamos. Es divertido de nuevo estar con ellos en grupo. Me sentía aliviada, aunque de nuevo pensaba en que apenas los conocía, algo dentro de mí me decía que esto apenas era el comienzo. Un nuevo comienzo, con nuevos amigos, sin olvidarme de Lucy.
─Oigan si todos estamos en el mismo grupo significa que somos un peligro, así que tenemos que averiguar qué poder podemos tenemos o que pasa con nosotros al menos ─comento Joshua apartándose del abrazo. Y todos lo hicieron lo mismo que él.
─Siempre tienen que arruinar el momento ─dijo Steven poniendo los ojos en blanco.
─Bueno sí, pero lo que dijo Joshua si es algo importante y serio ─salió a la defensiva Peter viendo a Steven.
─Si es importante ─afirmó Cecilia.
─Para eso tenemos mucho tiempo, no es que vallamos hacer una guerra ─dije sarcásticamente.
─Bueno también tiene razón Eliza ─afirma de nuevo Cecilia viéndome.
─Pero es hora de que me vaya a mi casa, mañana nos vemos, salón trecientos veinticuatro, ¿está bien?, adiós ─me despedí e hice un saludo con la mano, me di media vuelta, al instante pensé mejor las cosas y los volví a ver, esta vez los despedí con un beso a todos. Primero fue a Cecilia quien ella misma me sonrió.
─Hasta mañana antisocial ─ella se despide de mí y me abrazo─. Creo que te estas convirtiendo en mi amiga ─me susurra al oído.
─Gracias chica ruda, nos vemos mañana y también eres mi amiga ─le susurro.
─Adiós Eliza, creí que eras diferente ─se despide Joshua abriéndome los brazos. Le sonreí.
─Hasta mañana, yo siempre creí que eras así, a veces me caes mal ─me despedí diciendo algo sarcástico el comentario y lo abrasé. Me cobije en sus brazos, obviamente es más alto que yo, le llego al hombro. Me encanto el perfume que tenía en su playera, muy masculino. Y para no ser tan obvia me aparte de él.
─¡Peter!, quien diría que eras un chico tan genial ─le dije y me sonrió.
─Adiós Eliza ─se despide y lo abrase. Él es un chico tímido pero muy tierno. Y me aparte de él.
─Creo que dejaste lo mejor para el final ─dice Steven muy simpático. Y lo abrase sin decir nada─. Nos vemos mañana a las 8:45 am en la parada de autobús escolar, hasta mañana Eliza ─continuó diciendo, pero no lo solté, su perfume era igual al de Joshua, solo que este era más suave a comparación que tenía Joshua. Él es también más alto que yo.
─Sí, nos vemos mañana ahí ─le susurré al odio y para alcanzarlo me paré con las puntas de los dedos de mis pies y así pude decirle. Pero poco después me aparte de él.
Me di media vuelta y caminé hacia afuera de la sala de ceremonias. Traté de buscar a Lucy, pero no la pude encontrar. Busque por todos los asientos y la mitad de ellos estaban vacíos, muchos de los alumnos están con sus amigos nuevos, y yo no veía a Lucy por ningún lado.
─¡Eliza! ─me grito una voz llamándome, era de mujer la voz y no sonaba como mi madre, ni de Cecilia, no estoy segura, pero creo que es Lucy, así que voltee. Y ahí venia, corriendo feliz hacia mí.
─¡Lucy! ─le grité y corrí hacia ella, aunque solo fueron unas horas me pareció una eternidad no hablar con ella. Llegue a donde ella y la abrase.
─Eliza, ¿crees? ─me dice muy feliz.
─¿Qué pasa? ─pregunto frunciendo el ceño. Me puse nerviosa y con algo de intriga.
─Me toco en el grupo “A” ─salto de emoción.
─¿Qué? ─le volví a preguntar muy extrañada, Lucy tiene un poder y jamás me di cuenta. ¿Cómo pudo pasar?
─Sí, tu estas en el grupo “A”, ¿no?
─Si.
─Entonces estaremos juntas de nuevo.
Yo estaba en shock, no sabía cómo reaccionar. No somos los únicos, lo sé, pero mi mejor amiga. Ni siquiera pensé en nada en ese momento, solo no podía ni imaginarlo. Aunque hace un momento pensé en que sería fantástico que Lucy estuviera en mi salón al tener una habilidad distinta, no sabía cómo reaccionar ahora que en verdad me lo estaba diciendo.
─¡Lucy! ─grito una voz masculina, era su padre. Y se dirige ella─. Vamos ya ─le ordena y es porque su padre se ponía nervioso con tanta gente junta en un solo lugar.
─Está bien papá ─y voltea a verlo─. Adiós Eliza, nos vemos mañana─ se despide dándome un último abrazo.
─Adiós ─aún seguía en shock.
Lucy, tiene un poder y puede ser peligroso al igual que el mío si no lo descubro antes. Y seguí caminando hasta llegar a la entrada del instituto. El único pensamiento era: «mi mejor amiga no puede tener poderes, siempre estuve con ella, esto se está volviendo complicado para mí».
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