david-lara1566830404 David Lara

Unas instalaciones científicas se han visto azotadas por un accidente. Un nuevo virus armamentístico. Eden Labs, la compañía a la que pertenecen las instalaciones ante el peligro que supone que se filtre el virus o cualquier información sobre lo sucedido decide enviar a un equipo de limpieza a la zona.


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Un día cualquiera

Murray estaba en la sala de descanso. Se sentía cansado y somnoliento, la jornada estaba siendo bastante ordinaria pero hacia días que dormía regular y no comía bien. El café de maquina que había sacado le ayudaría a recargarse un poco. Estaba malo pero podría despertar a un elefante. Puede que fuera una exageración de su mente pero el se entendía a si mismo. Mientras se tomaba su café estaba sentado en una de las mesas leyendo un poco la prensa del día. El diario Times era algo sensacionalista pero lo mejor era el suplemento semanal que solía acompañarlo.


No ponía nada especial. Ni siquiera le dio por rellenar o intentar realizar los sudokus. Estaba aburrido, pero como científico que era tenia una mente inquieta. Trabajar en Eden Labs, una de las mayores compañías del país no era moco de pavo. El sueldo era excelente y la compañía tenia los medios suficientes para poner a disposición del trabajador todo tipo de ventajas. Transportes, material de trabajo, incluso obsequios. Las clausulas de confidencialidad firmadas eran algo excesivas pero ahora no le parecían para tanto. La gente corriente no tenia porque saber todo lo que se realizaba en los laboratorios. Eden Labs era una compañía científica y farmacéutica, aunque hace años que extraoficialmente era únicamente una división científica de Pharmahealhty, otra gran compañía que la adquirió hace tiempo.


No estaba solo en la sala, otros dos compañeros estaban sentados a pocos metros de el, charlando de temas ajenos al trabajo. James Hardy y Karen Lark. Esos dos parecían algo mas que amigos, pasaban bastante tiempo juntos y se llevaban demasiado bien. A Murray le cabreaba un poco que Karen se fijara en Hardy. "No entiendo que puede verle, si solo es un engreído y un prepotente".


Los miro de reojo alguna vez mientras disimulaba leyendo el diario. Los dos asistían al doctor Baker en el laboratorio subterráneo. Las instalaciones donde trabajaban eran el complejo Arcadia. Un complejo en las afueras de Mount City en el estado de Pensilvania. Estaba rodeado por un frondoso bosque y cerca también una zona donde había un camping para hacer acampadas. Muchos excursionistas hacían senderismo por las montañas Diggon que estaban cerca. El lugar era tranquilo y podría decirse que estaba algo apartado pero a su vez estaba bien comunicado con un par de carreteras y tenia ademas un helipuerto donde regularmente les traían suministros. No todos los trabajadores hacían vida en las instalaciones, muchos si lo deseaban podían vivir en la ciudad o en un pueblo cercano que se llamaba Berverly pero por cuestiones de comodidad y el no perder tiempo buscando alojamiento, muchos aceptaban vivir en Arcadia, puesto que una parte del complejo estaba dedicado a una zona con apartamentos personales que la compañía ponía a disposición del trabajador.


El prefería eso, era un tipo algo reservado y prefería la soledad. Allí tenia mas o menos todo lo que le hacia falta, al menos eso creía la mayor parte del tiempo. Desde que trabajaba en Arcadia se sentía mas realizado y mas valorado. Últimamente si que estaban haciendo muchas mas horas, estaban perfeccionando una especie de suero. Una sustancia para mejorar los sentidos del soldado americano. Nada de eso era oficial claro, tampoco el conocía todos los detalles puesto que era información clasificada y solo los científicos jefe conocían todo el proyecto. El solo asistía a ciertas pruebas con sujetos que aceptaban gustosos ser conejillos de indias. Normalmente vagabundos, inmigrantes ilegales y gente desfavorecida. Gente que no tenia nada ni a nadie.


A cambio les pagan un buen dinero, un dinero fácil por ponerse una inyección que encima les da mejores sentidos, Bueno en eso están trabajando. Pero es dinero fácil, no creo que puedan quejarse. Lo que el de momento solo había observado es que los efectos secundarios eran ciertas migrañas y fiebres. Pero ningún sujeto que el supiera apareció posteriormente para quejarse. Termino de leer el diario, se levanto dejándolo en la mesa. Les echo otra mirada a James y Karen, allí seguían charlando en total complicidad. Se sintió un poco asqueado. Malditos patanes, parece que no sepan que la compañía prohíbe relaciones sentimentales entre el personal.


Salio de la sala dejando atrás a la parejita de tortolitos. El pasillo que llevaba al ascensor tenia forma de L y estaba pintado con un color grisáceo. Las baldosas eran de un color blanquecino. Al girar se encontró a Parker, un empleado de limpieza, allí estaba el fregona en mano dándole brillo al suelo mientras escuchaba música con unos auriculares grandes. Estaba escuchando una música que a el le parecía desagradable, el reguetón. Le parecía algo ordinario y vulgar, aunque ahora en pleno siglo XXI se había puesto de moda entre la gente adinerada. Sin decirle nada sobre lo que el encontraba un pésimo gusto musical le saludo haciéndole un gesto con la cabeza. Toco el botón de llamada del ascensor en cuanto llego hasta el. El ascensor estaba abajo, en el subterraneo B-3, el nivel mas bajo del complejo. Tardo un poco en llegar, puesto que el estaba en el segundo piso de la zona superior. En cuanto llego se subió y toco el botón de bajada. Las puertas eran metálicas y gruesas, el ascensor era grande y espacioso. Mientras bajaba una melodía monótona empezó a sonar. A algún gracioso le debió parecer buena idea lo de hacer sonar ese tipo de melodías tan años cincuenta en un ascensor moderno. Bueno, al menos era mejor que lo que escuchaba el idiota de Parker.


El ascensor bajo, tardando un tiempo similar al que tardo en subir, realmente lo que le tocaba ahora era ver la evolución de un sujeto de prueba. Así se lo había ordenado el doctor Baker. Y lo que decía ese tipo iba a misa. Era el líder del proyecto, un hombre que ya superaba los cincuenta, pero con un aspecto serio, sombrío pero muy arreglado y con una excelente forma física para su edad. El tío al que tenia que supervisar era un afroamericano, un tal Davies, era un carpintero al que su mujer había abandonado para marcharse con otro. Al menos eso decía el. La cuestión es que la compañía reviso sus datos y si efectivamente era un carpintero, tenia un negocio pequeño dedicado a ello en Beverly.


Hacia unas horas que se le había suministrado el suero, llevaba en Arcadia desde primera hora de la mañana. Le estaría esperando en la sala de pruebas numero doce. En cuanto salio del ascensor encontró el ambiente mas concurrido. Los científicos , médicos e investigadores yendo de un sitio para otro con sus batas blancas. El personal de mantenimiento comprobando la ventilación, e incluso el de seguridad le daban variedad al lugar. Pese a ser la planta que estaba a mas metros bajo tierra era probablemente el lugar con mas personal asignado. Por suerte el no tenia que bajar mucho, lo consideraba algo claustrofóbico si lo pensaba pero el únicamente tenia que analizar el comportamiento de algunos sujetos, darles las gracias con una sonrisa y acompañarles al ascensor. Arriba ya se encargarían de pagarles la pasta. La verdad es que el perfil de los sujetos era siempre similar, si bien no era un desfavorecido social era alguien que lo estaba pasando mal por alguna razón. Supongo que si su vida iba a mejorar económicamente y sus sentidos se iban a ver aumentados era una buena publicidad para la compañía si un día se hacia publico. O no, quizás era para curarse en salud por los posibles efectos secundarios y evitar demandas. Pero de momento a ningún cobaya le habían surgido aletas o su piel se había puesto de ningún verde reptiliano, eso si que daría rienda suelta a los conspiranoicos que creían en la teoría de la tierra hueca pensó sonriente.


Llego a la sala de pruebas, era la que estaba al final del pasillo. Le pregunto a Joe, el de seguridad que estaba frente a la puerta si el sujeto había dado algún problema. A lo que Joe respondió que no. Que todo estaba tranquilo y sin novedad alguna. Murray le dijo que ya podía marcharse de nuevo a su puesto habitual y entro en la habitación. La sala era como una especie de consulta, al menos tenia ese aspecto. Un escritorio, un ordenador. una zona para cambiarse y una camilla. Dejo unos papeles en la mesa pero noto algo extraño en el suelo, había pisado algo.


¿Pero que cojones?, esto es...sangre...¿de quien?....


- Señor Davies, ¿esta por ahí?¿se encuentra usted bien? - no obtuvo respuesta alguna por parte de Davies. Si ya le resultaba extraño tener sangre esparcida por el suelo ahora de repente la persona que hace una media hora había dejado tranquila y relajada en la sala no parecía encontrarse allí. "Pero no puede ser, Joe le habría visto salir". Fue hacia la camilla, una cortina de azul turquesa era lo único que se le interponía así que la aparto despacio, no quería admitirselo a si mismo, pero estaba asustado. El paciente, Davies estaba tumbado en la camilla, al parecer totalmente inconsciente. Tenia los ojos cerrados, no hacia ruido alguno, llevaba puesta la misma ropa con la que vino. Unos tejanos algo desgastados y una camisa de cuadros rojos y negros. Se acerco a el y le toco la frente, estaba frió,muy frió. Era extraño, cuando se marcho hace un rato el hombre parecía tener un aspecto algo febril, pero seguramente era uno de los efectos del suero que le habían inyectado. Se supone que estaban trabajando para remediar eso aquí abajo.


Para colmo parecía haber escupido sangre, en sus labios había restos de ella y su camisa estaba manchada. ¿Seria otro efecto secundario?. Esta vez si que se iban a comer una buena demanda. No estaba seguro pero el tal Davies que en si ya le pareció un tipo algo debilucho y muy delgado ahora mismo parecía muy ....inerte. Lo que mas le alarmo de repente fue comprobar su pulso.


- ¡¡¡No late!!! ¡¡Su corazón no late!! , ¿acaso le ha dado algún tipo de infarto?. Murray se puso totalmente neurótico, empezó a maldecir a todo aquel que le pasaba por la mente, Concretamente a todo el equipo científico, incluso a Baker.


En que narices piensa esta gente se preguntaba, ahora si que nos la vamos a cargar. Solo se largo media hora y el paciente ahora estaba tieso en la camilla. Le echarían la culpa a el por no mantenerlo vigilado, joder seguro que perdería su empleo. Comprobó de nuevo su pulso, como queriendo asegurarse de la situación en la que se encontraba pero Davies no reaccionaba, estaba muerto, lleno de sangre. "El suero, ese suero debe ser muy potente o simplemente han fracasado, eso es deben haberse equivocado en algo, ¿porque no nos dejan a los auxiliares examinarlo y estudiarlo también?".


Atemorizado, nervioso y con sudores fríos se sentó en su escritorio. Del enfado y la rabia que sentía aparto de mala manera papeles y otros objetos que tenia en su mesa. Vaya día, y eso que de momento era estaba siendo un día como otro cualquiera. De repente sintió unas ganas inmensas de irse, de poder marcharse a dormir y que mañana todo fuera como si nada hubiera pasado. Sobretodo la parte de tener a un fiambre en la camilla. Pensó en llamar a Joe para pedirle ayuda pero realmente seria imposible ocultar que Davies estaba muerto. Tendría que avisar al doctor McCkinley, el supervisor y luego este iría con la funesta noticia al doctor Baker.


Estaba tan absorto en sus pensamientos, en sus miedos y en lo que podría pasar a continuación que Murray no se percato de lo que estaba pasando a pocos metros de el. Davies silenciosamente abrió sus ojos y se incorporo. Pero sus ojos ahora estaban totalmente vacíos, sin vida, sus gestos eran extrañamente animalísticos, movía su cabeza de un lado a otro, como si sintiera curiosidad por su entorno, como si este no le fuera familiar. Empezó a olfatear, como cualquier animal con un sistema olfativo mas desarrollado, como un felino. Le vino un olor que le llamaba la atención, un olor que le gustaba y le parecía agradable, sentía una necesidad extrema de alimentarse, de cazar a una presa. Se acabo de incorporar, poniéndose en pie y con unos pasos algo torpes se encamino hacia la procedencia de ese olor. Murray no se percataba de lo que se le acercaba. Decidió que le examinaría una vez mas y luego escribiría un informe para intentar ser convincente, usaría la lógica y luego si hacia falta untaría un poco a Joe para que no mencionara nada de su pequeña escapada.


Pero cuando el buen Murray se levanto y se giro lo siguiente que vio y noto fue a Davies, o lo que hasta hace unas horas era Davies. No le dio tiempo de reaccionar. Ni siquiera de gritar. Davies como un cazador, un depredador se abalanzo sobre su presa, mordió su cuello y de un mordisco arranco carne, tejidos, un rió de sangre impregno sus fauces, la mesa y la silla. El suelo aun mas. Murray entre espasmos y aun con una cara que parecía no comprender lo que estaba sucediendo murió desangrado en poco tiempo. Al final no podría escribir ningún informe, ni intentar ligar con Karen, ahora solo era comida.



Hacia tres días que no tenían respuesta. Las comunicaciones con Arcadia parecían haberse cortado por completo. Se intento contactar por teléfono y radio. No se obtuvo respuesta. Incluso algunos intentaron contactar con conocidos que trabajaban allí por otras vías como wassap y otros tipos de chat. Era muy anormal, extraño. Los de arriba ya estaban nerviosos, ya movían hilos y preparaban algo. Se supone que Baker tendría que haber dado una videoconferencia ayer para explicar sus avances con el suero en el que estaba trabajando. Al principio se pensó en una posible avería pero era demasiada coincidencia y allí tenían suficientes profesionales para arreglar ese tipo de incidencias en tiempo récord. El alboroto en la sala de reuniones era alto.


Ela Bannon estaba preparada, formaba parte de el cuerpo de fuerzas paramilitares de Eden Labs. El ELPF*. Recibió una notificación por email. Debía presentarse a las 12:00 horas en el centro Foster de Mount City. La instalación era un edificio, una gran torre en el centro de la ciudad. En si la ciudad era una ciudad media. Tampoco es que fuera pequeña pero era la típica ciudad americana. Había de todo, restaurantes, cines y lugares de ocio variados, Pero a su vez tenia un aura algo campestre y familiar. Ella vivía de hecho en un barrio residencial que estaba al oeste y algo apartado del centro. Una casa con jardín bastante bonita, equipada y amueblada, todo por cortesía de la compañía. Acaba de salir de la ducha cuando le llego el maldito mensaje.


Un nuevo trabajo, y de manera urgente, eso es lo que ponía, todo terminado con un "se le darán mas detalles en persona". Sentía que esta misión inesperada seria intensa, o al menos eso esperaba. Ahora era parte de una fuerza privada y aunque antes estuvo en las fuerzas armadas la oferta económica y profesional de Eden Labs para integrarse en sus fuerzas de seguridad y contramedidas era demasiado golosa. "Bueno tras haberla cagado y que te expulsaran mejor dicho." Aun recordaba cuando por caprichos del destino en Afganistán ella y unos soldados cayeron en una emboscada, se pensaba que esa zona era segura pero no era así. Se suponía que ella debía hacer un reconocimiento de la zona, había que capturar a un terrorista en un poblado de pastores. Entrar y salir rápidamente sin demasiados problemas. Pero por un error, un despiste se percataron de su presencia, para cuando nos dimos cuenta de eso ya nos estaban disparando. Para colmo el tipo escapo.


Paso unos días horribles, cuando fue oficialmente expulsada por negligencia parece que se obviaron sus excelentes resultados de la academia o su adiestramiento donde fue una cadete ejemplar. Pero no pasaron muchos días cuando un tipo con traje apareció en el bar donde estaba ahogando sus penas con alcohol. La cuestión es que era un representante de Eden Labs, y viendo su negro futuro profesional con un antecedente como el que figuraba en su expediente tendría difícil trabajar de nuevo. Por lo que no se lo pensó demasiado, ademas de un sueldo alto, le ofrecieron casa, un nuevo lugar donde mudarse, acogedor y una nueva vida donde empezar de cero. Ya hacia un par de años de aquello. No es que pensara ejercer toda la vida este oficio, pero aun era joven y pensaba en ganar suficiente dinero en pocos años como para poder vivir tranquila el resto de su vida. Puede que incluso se mudara mas adelante a otro país, tenia familia en Canadá, puede que terminara allí.


Desde que trabajaba para esta gente su trabajo consistió en efectuar acciones contra otras compañías rivales, contramedidas contra el espionaje industrial, algo que queda en las cloacas del sistema. Incluso liberar una vez a un científico secuestrado. El mundo en el nuevo siglo cada vez estaba mas controlado por grandes corporaciones y pese a que muchos conspiranoicos montaban teorías absurdas y nada creíbles que emborronaban a los que si daban una teoría mucho mas racional, la verdad era evidente. "Que demonios, incluso los hay que aun se creen que la tierra es plana". Se vistió rápidamente, no quería llegar tarde, se seco y luego se coloco su ropa interior, tenia toda una maraña de sujetadores, se lamento por ser algo desorganizada pero era lo que había. Luego se coloco sus botas, un pantalón tejano y una camiseta de tirantes oscura algo ajustada. Dejo su cabello suelto, una media melena castaña y lisa al aire libre. Salio de casa, el día era soleado y caluroso pese a que ya estaban a mediados de Septiembre. Un chico que pasaba cerca le silbo a modo de piropo cuando paso cerca y la vio. Ella sonrió puesto que tampoco le pareció algo grosero y el tipo tampoco estaba mal. Se subió a su coche, un ford descapotable rojo y lo puso en marcha. Era hora de trabajar.


En la sala de reuniones del centro Foster, propiedad de Eden Labs el teniente Carter de las ELPF estaba hablando con varios de sus subordinados. Aun faltaban un par de miembros que le habían asignado para la misión pero suponía que no tardarían demasiado, ademas aun tenían unos viente minutos de margen. Estaba inquieto pero no porque alguno de los suyos llegara un minuto tarde. Todavía no sabia exactamente en que consistiría la misión, solo le llamaron hace unas veinticuatro horas diciéndole que tenia que presentarse en Mount City para una urgencia y que para dicha misión tendría a varios de los mejores miembros de las fuerzas militares de la compañía a sus ordenes. Era el encargado de adiestrar y supervisar a los nuevos que entraban a formar parte de la fuerza militar. El vivía en Harrisburg y oficialmente estaba de vacaciones pero le ordenaron posponerlas a cambio de una prima económica importante. Todo en un email, que se leía entre orden, disculpa y peloteo corporativo. Por un lado estaba contento por estar bien valorado y si le habían notificado que le necesitaban es que el tema era bastante gordo. No por algo antes fue un Navy Seal**.


Hartman, uno de sus hombres estaba sentado esperando que alguien se dignara de una vez a venir y contarles los detalles de la operación. Como era algo impaciente le pregunto a su teniente si ya sabia algo.


- Oiga teniente, ¿ aun van hacernos esperar mucho? ¿que narices pasa con los jefazos? , normalmente son rápidos y eficientes.


- Entiendo que estés aburrido Hartman - respondió Carter - pero tranquilo, si nos han llamado de urgencia significa que el tema es delicado. Carter pensaba que quizás se trataría de algún ataque de otra corporación rival o incluso algún gobierno extranjero. Eran tiempos donde la paranoia estaba en la primera orden del día. Hartman hizo una mueca de disgusto ante la respuesta que encontró políticamente correcta.


Los demás ya se iban apelotonando y iban charlando entre ellos. La mayoría de los que le habían asignado, fue lo único extra que le enviaron fueron los expedientes de los soldados que formarían parte de la operación. Serian siete, contándole a el mismo que seria el oficial al mando. Cinco hombres y dos mujeres. De hecho faltaban precisamente un hombre y una mujer. Había revisado los expedientes exhaustivamente. A la mayoría ya los conocía de antes, de haber trabajado anteriormente con ellos. Solo no conocía a la mujer y el hombre que faltaban. Kevin Hartman era el experto en comunicaciones y un buen mecánico. Era prácticamente capaz de arreglar casi cualquier coche o circuito que se le pusiera por delante. También estuvo en la marina y era uno de los veteranos.


Allí también estaban Victoria Jensen o "Vicky" como la llamaban todos. Era una oficial medico y una buena agente de campo con una importante experiencia pese a ser joven y solo tener veintitrés años. Junto a ella estaba sentado Damien Fletcher, un tipo simpático y de cabello rubio que anteriormente estuvo en una compañía militar privada que trabajaba y hacia el trabajo sucio de algunos gobiernos occidentales. Era un tirador de élite tanto con fusiles de asalto como con rifles de francotirador. El ultimo que allí estaba pensando y dando vueltas mientras esperaba era O'Hara. Curtis O'Hara. No solo su nombre, sus facciones y su cabello rojizo delataban su origen irlandés. Era un hombre de apoyo, bueno en el combate cercano con armas cortas como escopetas y subfusiles, También era el encargado de mantener el armamento en buen estado. Anteriormente según su expediente formo parte del cuerpo de Rangers. Los otros dos que faltaban eran Ela Bannon de la que tenia buenas referencias y Kyle Barnes. Este ultimo fue piloto en la fuerza aérea y seria el piloto principal en la misión. Ademas por lo que pudo ver en su expediente también era un buen tirador.


Tenia la sensación de que iba a llegar tarde. Aparco el coche en el parking subterráneo y se apresuro a subir a uno de los ascensores en cuanto llego al vestíbulo del edificio. La reunión tendría lugar en una sala que estaba en el séptimo piso. "Una reunión de altura" pensó mientras el ascensor iba subiendo y parándose porque diversas personas iban subiéndose y bajándose según el piso al que fueran. Estaba algo inquieta, le molestaban los parones del ascensor. Una vez llego al séptimo piso troto ligeramente, en principio el edificio era un lugar donde solo había oficinas ejecutivas, gente bien vestida tecleando delante de ordenadores, muchas llamadas y papeleo. Tuvo que preguntar a un trabajador por donde se llegaba a la sala puesto que nunca había estado en el centro. Al llegar a la puerta casi se tropieza con un hombre. El la miro un instante y luego se disculpo.


- Perdona, es que llevo algo de prisa.


- Disculpas aceptadas caballero - respondió ella jocosamente - la verdad es que yo también tengo que cruzar el umbral de la puerta. El se sorprendió un poco ante la respuesta. Aunque también esbozo una ligera sonrisa. El parecía tenia tener una edad similar a ella, rozando la treintena, llevaba el pelo corto y algo engominado, una barba de un par de días y vestía una camiseta, tejanos a juego con unas deportivas. Entraron en la sala sin perder mucho mas tiempo.


Carter y los demás presentes se giraron en cuento vieron a las dos personas que faltaban entrar por la puerta. Eran los dos únicos que eran nuevos por así decirlo. Todos ya se conocían y habían trabajado juntos en algunas operaciones. Pero los dos nuevos eran nuevas asignaciones a el grupo. Prefirió tantearles en cuanto estuvieron lo bastante cerca.


- Pensaba que iban a escaquearse, pero por lo menos han sido puntuales. Bien hecho, no esta nada mal para ser los nuevos, pero un tanto sobre el limite establecido. Imagino que son Bannon y Barnes. Hartman que siempre tenia que soltar algún que otro comentario enseguida les bautizo con un particular apodo.


- ¡Son la doble B!


- ¡No empieces Kevin! - le exigió Vicky - ya tendrás tiempo de ponerles la cabeza como un tumbo durante el viaje. Los otros rieron algo con el comentario. Hartman continuo unos instantes mas riendo y haciendo algún que otro comentario mas.


- Soy el teniente Frederik Carter, seré el oficial al mando. espero lo mejor de ustedes y total compromiso. Les estrecho la mano a ambos. Quería parecer todo lo formal y profesional que pudiera ser. No les conocía pese a haber leído sus expedientes, pero una cosa es lo que esta escrito y otra la realidad de cada uno. Todos se presentaron entre ellos, estrechando sus manos, dando su nombre, unidad y especialización.


En ese mismo momento un par de hombres y una mujer, con una vestimenta formal entraron en la sala. La mujer era de mediana edad, tenia un aspecto severo y su cabello corto canoso sumado a su expresión fría provocan cierto recelo al mirarla. Pero parecía alguien importante. Les rogó a todos que se sentaran excepto a Carter, al que invito a posarse junto a una pantalla enorme que servia para proyectar imágenes o vídeos mediante un proyector de gran tamaño que estaba justo al otro extremo de la sala. Uno de los hombres que entraron junto a la mujer empezó a manipularlo. La mujer empezó a hablar con una voz que resultaba agradable pero que sonaba severa. A Ela le vino una imagen de Meryl Streep en la película el diablo se viste de prada.


- Soy Sloane Vendrick, directora ejecutiva de Eden Labs. Se que este tipo de proceder y de reuniones no son lo habitual. Se que tampoco es normal reunirse en un lugar como este , pero la situación y la misión que tengo que encomendarles es de vital importancia para nuestra compañía. El proyector empezó a proyectar imágenes. En ellas podían verse varias secciones exteriores de un gran complejo con un edificio central y otros mas pequeños a su alrededor.


- El teniente Carter ya conoce algunos detalles de la misión - continuo - esto que están viendo es nuestro centro de investigación Arcadia. En las inmediaciones de Mount City. Es uno de nuestros complejos mas avanzados y con mas alta tecnología. Cuenta con personal de gran talento y en este mismo momento investigan un nuevo fármaco para mejorar los sentidos y capacidades físicas humanas. Esto no solo sera de ayuda a nuestro país en un posible conflicto, sino que mejora las posibilidades de muchas personas discapacitadas.


Por el momento solo estaba hablando de batallitas de empresa, el típico discurso corporativo. Ela y los demás ya sabían de sobras que Eden Labs tampoco era una compañía que buscara únicamente el bienestar de todos, de hecho seguramente estaban metidos en asuntos sucios y el que tuviera su propia fuerza militar privada ya decía mucho sobre eso. Las clausulas de confidencialidad eran muchas y sobre en lo que trabajaban solo daban una versión oficial con escasos detalles. Pero muy bien adornados eso si. "Supongo que el sueldo y las ventajas que ofrecen sirven para que miremos a otro lado".



Sloane siguió dando detalles. Sin duda ese era el lugar al que tendrían que ir y estaba cerca. En las afueras de la ciudad. " Por lo menos sera una excursión corta". Hablo sobre el director del centro Arcadia, un tal Joseph Baker y su brillante trayectoria en la compañía.


- Llevamos tres días sin saber nada de Baker, ni tenemos comunicación con Arcadia. Tampoco hemos podido contactar con ellos por métodos convencionales. Simplemente el lugar parece aislado e incomunicado. Lo que tememos es que el lugar haya sido atacado. Su misión sera ir y verificar el estado del lugar y el personal. Una vez realizado eso tendrán que averiguar la razón de la perdida de contacto, en caso de encontrar una fuerza hostil deberán informarnos y eliminarla. Por supuesto tendrán refuerzos y si fuera necesario deberán extraer al personal clave.


Carter continuo después de que Sloane le cediera su turno de palabra. El proyector seguía mostrando imágenes del lugar, esta vez del interior, mostraban distintas salas, una zona de apartamentos, gente trabajando. Todo como si fuera un anuncio de teletienda y dos tipos simpáticos de mandíbula cuadriculada quisieran venderte algún trasto inútil o potingue sospechoso con una sonrisa ensayada.


- Al parecer el sistema del lugar esta apagado o inutilizado. Pero la cuestión es que todo el lugar a sido sellado herméticamente. Tendremos que entrar de alguna manera poco ortodoxa. No podemos ir por la puerta principal puesto que no sabemos si hay enemigos armados dentro y tenemos que introducirnos sin ser vistos ni percibidos. El que el sistema este apagado nos ahorra preocuparnos por los sistemas de vigilancia. Entraremos por el techo haciendo rápel, desde la zona este, esto debería llevarnos junto a las ventanas que dan al área de apartamentos.


- ¿ Como iremos hasta las inmediaciones? - pregunto O'Hara - supongo que un helicóptero nos dejara en una zona colindante.


- Tu mismo te has contestado O'Hara. Tenemos preparado un helicóptero, sera pilotado por el señor Barnes aquí presente. Cerca de la zona este del complejo hay una zona boscosa y un claro ideal para poder descender. A partir de ahí nos encaminaremos a las instalaciones. Hartman se encargara de romper la verja y abrirnos paso. La noche se encargara de terminar de ocultarnos. La opción de aterrizar en el helipuerto queda descartada puesto que el helicóptero tendría que aproximarse mucho y podríamos ser detectados si tienen gente vigilando desde fuera.


La sesión informativa se acabo. A las 22:00 partirían hacia el complejo Arcadia. Todos se levantaron y fueron a prepararse. Seria una noche movidita. Aun tenían unas cuantas horas libres para mentalizarse. A la hora convenida un transporte les pasaría a recoger.



*EDLF son las siglas de "Eden Labs Pacification Force". Las siglas son en ingles por mera inmersión y contexto.

** Los Navy Seal son las fuerzas especiales del ejercito de Estados Unidos.




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1 октября 2019 г. 14:26 0 Отчет Добавить Подписаться
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