Siempre he tenido interés por el trabajo que realiza mi padre, pero irónicamente hasta la fecha sigo sin saber a qué se dedica… aunque a decir verdad ya me da igual, solo sé que trabaja como loco todos los días y su único día de “descanso” viene a la casa a seguir trabajando; se encierra en su oficina prácticamente todo el día, el único momento que compartimos con él en familia, es cuando mi madre nos llama a todos a comer. Crecí viendo como mis compañeros de colegio disfrutaban de la compañía de sus dos padres; eso siempre me deprimía pero al final me acostumbre, ahora solo tengo este pensamiento “no me importa en lo que pierda su tiempo, desde que traiga consigo dinero y nunca falte nada en la casa, no necesito saber qué hace”.
Pero justo ahora me estoy mudando junto con mi madre y mis dos hermanas menores a un pequeño pueblo, que a decir verdad ni sabía que existía… es tan remoto que no creo que pueda encontrarse en los mapas. Todo esto por orden de mi padre, que de un momento a otro le dijo mi madre que hiciéramos esto. Como siempre, no sé por qué ni las razones que tuvo mi padre para hacer esto, pero de lo que puedo estar seguro es que no es por algo bueno…dejar nuestras comodidades en la ciudad ¿por un sitio como este?, definitivamente algo sucedió.
Una vez Akainer y su familia llegaron a su nueva casa; una antigua, grande pero no tan moderna, bajaron sus pertenencias del camión y procedieron a organizar su nuevo hogar. Al día siguiente la madre de Akainer lo llama — ¡Hijo ven a desayunar!, se te hará tarde para el colegio.
— En seguida voy — contesto con muy pocos ánimos.
Una vez que el baja, sus dos hermanas menores los saludan con una sonrisa, a lo que él fríamente solo responde — Hola Ari, hola Nemary— ellas lo miran un poco triste y Ari le pregunta algo brava — ¿Qué te pasa Akainer?, ¿estas triste? — Nemary quien es la hermana intermedia y es algo más seria que Ari (la integrante menor de la familia) con una sonrisa fingida le pregunta — hermanito ¿Qué hiciste en toda la noche? Se te ve cansado — él la mira, deja de comer y se levanta — no hice nada; tampoco estoy cansado. Ya me voy al colegio.
Él toma su bolsa y sale, su mama lo ve y le grita — ¡espera a tus hermanas!, no conocen el camino— Akainer sigue caminando y susurra — yo tampoco…
Sus dos hermanas se alistan rápidamente y se despiden de su madre y alcanzan a su hermano y los tres se dirigen al colegio. Llegan fácilmente y los tres quedan sorprendidos al ver la estructura y estudiantes de su nuevo colegio, sus techos sin pintura al igual que sus paredes, las ventanas rotas, mesas y demás materiales oxidados y desgastados. Sus compañeros no portaban uniforme y la ropa que portaban a simple vista se denota de baja calidad e incluso algunas prendas tenían agujeros.
Como cada hermano está en diferente grado, se separan y se dirigen a buscar su salón. Akainer camina por los pasillos y mira con cierto asombro a su alrededor, aunque el colegio es pequeño aun no podía encontrar su salón, algo molesto se toma la cabeza — como odio esto… tendré que buscar a algún directivo— en ese momento alguien toca su hombro por detrás, Akainer da la vuelta rápido y se sorprende al ver a una chica muy hermosa de cabello morado largo que le llegaba hasta los muslos. Él se sonroja un poco pero antes que pueda decir alguna palabra ella le pregunta — ¿eres nuevo? — el retoma la compostura — así es y no encuentro mi salón… me pregunto si… ¿me puedes ayudar a encontrarlo?
Pasaron unos segundos y no decía nada hasta que giro su cabeza y le respondió — claro, ¿cuál es tu curso?, el rápido contesta — 11… pero no sé en cual. Ella lo voltea a ver y se ríe tiernamente — aquí solo hay un curso de 11, no estás en la ciudad amigo— él se sonrojo un tanto — ¿enserio? — Ella lo toma de la mano, él se sonroja e intenta soltarse, pero ella no lo permitió, tomados de la mano ella lo llevo al salón y antes de entrar ella lo suelta de la mano — aquí es tu salón— él se agarra la mano y le agradece con algo de vergüenza y para sorpresa de él, ella también entra al salón.
— ¿entonces ella también está en mi curso?... bueno al menos ya tengo a un conocido, si es que se puede llamar así.
El entra, se disculpa con el profesor por llegar tarde, se presenta ante sus nuevos compañeros y busca un lugar donde sentarse. Solo había un lugar desocupado, así que Akainer se dirige hacia allí, pero una muchacha lo ve con disgusto y le habla fríamente— ese puesto es de Hana que no pudo venir hoy, ya que está enferma— el algo confundido pero indiferente le responde — ¿y qué pasa?, no importa quien estaba en este puesto ayer o hace algunas horas, si ya no hay nadie lo puedo tomar…— ella lo mira de una forma desafiante y poco amistosa— es de ella, solo por hoy podrás estar ahí, mañana conseguirás tu propio lugar— los demás compañeros se ríen y murmuran, menos la chica que acompaño a Akainer.
El maestro sigue la clase sin darle importancia lo sucedido. Akainer se sienta y con cierto enojo trata de prestar atención a la clase. De esta manera transcurre el tiempo y las clases acaban. Akainer sale del salón, cuando ya estaba en el patio esperando a sus hermanas, tres compañeros de clase se acercan lo miran detenidamente y de forma intimidatoria uno de ellos lo empuja en el hombro, Akainer se molesta y furioso les habla — ¿Qué quieren? — ellos se ríen, y de nuevo el mismo sujeto con un tono ofensivo replica — con que un chico de ciudad, al parecer de familia rica… buena ropa, buen bolso, cuadernos... pero ¿sabes? Aquí no estás en tu ciudad y no importa si eres de una buena familia, no hay privilegios para los de tu clase — Akainer ya casi no podía contenerse — ¿Qué pasa con eso?... ¿he hecho algo malo para decirme eso?.. No quiero perder mi tiempo con personas que ni siquiera conozco— iba a avanzar y otro de ellos se para al frente de Akainer— es interesante y divertido jugar con un niño rico, por cierto me gusta esa chaqueta… ¿me quedara bien? —señalando la chaqueta que Akainer llevaba puesta, él baja la cabeza y enojado le grita — ¡púdrete! — ellos se enojan y se disponían a golpearlo pero en ese momento llegan las hermanas de Akainer y sin saber lo que pasaba saludan a su hermano.
Uno de los compañeros que lo intimidaban algo sorprendido pero con cierta risa le dice— oh tienes hermanas, muy lindas por cierto, bueno nos marchamos, ¡te cuidas amigo!
Ari no entiende que pasaba — hermano ¿quiénes eran? — Él se trata de tranquilizar — solo unos compañeros algo molestos, vamos a casa— Nemary claramente entendió rápido la situación, su hermano estaba siendo molestado por sus compañeros, pero prefiero guardar silencio. Los tres se fueron caminando hacia su casa.
Al llegar, Ari toca la puerta y su madre abre y se saludan cariñosamente — hola cariño ¿Cómo les fue a los tres en su nuevo colegio? ¿Llegaron rápido?, Nemary responde a la vez que se sentaba en una silla— si mami, me fue bien— a mí también— respondió Ari. Akainer sin ninguna emoción aparente responde — si todo estuvo bien y si llegamos rápido, el colegio está muy cerca de nuestra casa — sube las escaleras y entra a su habitación.
Ya en la noche, cuando la familia de Akainer estaba cenando suena el teléfono, la madre se levanta y contesta con cierta prisa — ¿Quién es?... ¡amor!— los tres hermanos miran a su madre rápidamente, Akainer aun con más sorpresa, ella dejar ver su rostro con una aparente tristeza — está bien… cuídate por favor — Ari se acerca a su madre y la hala de la camiseta — ¿es papá? — Akainer aun con furia con su padre por el cambio de vivienda y por supuesto de vida pregunta sarcásticamente — ¿y que dijo y mi querido padre? — Su madre parece no importarle el tono de tal pregunta — dijo que compro un carro para nosotros y llegara mañana… además consignara una suma de dinero a la cuenta bancaria para nuestro mantenimiento — Nemary baja la mirada y entrelaza sus manos y en tono bajo le pregunta — entonces él… ¿no piensa vivir con nosotros?
Akainer se pone en pie y cierra su mano derecha — ya no importa…nunca le ha interesado compartir con nosotros, además desde que nos envíe dinero es más que suficiente... es lo único “bueno” que podría hacer por nosotros — sus hermanas miran a su madre como esperando que ella lo reprendiera por hablar así de su padre, pero para sorpresa de ellas, ella no dice nada, solo deja caer una lagrima de su rostro.
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