Lo que creí sería una maravilla, se ha convertido en una pesadilla desde que regresamos de Hawái. Chris entendió su nuevo papel a interpretar, se ha mantenido alejado de mí dentro de la casa y resguardando las apariencias de manera sensata frente a las cámaras que nos persiguen cuando ponemos un pie fuera. Sé que soy lo único que quiere tocar, lo único con lo que quiere estar y la única razón por la que tomó tanto tiempo libre en la gira.
Han pasado dos semanas desde año nuevo. Lo único que ha hecho desde entonces es no despegarse del móvil, llamadas y llamadas a Larry y Jennifer. Incluso Iain regresó días antes de lo planeado. En cuanto tocamos tierra en Estados Unidos, el jefe de seguridad ya esperaba por nosotros en casa con una conversación que los mantuvo resguardados en el estudio de Chris por horas. Al verse ignorado por su vida personal su única opción de invertir el tiempo ‘libre’ ha sido con asuntos profesionales en lugar de perseguirme y tratar de hablar conmigo todo el tiempo. Bien, esto indica que está pensando en Seb, nadie más que en él para continuar de la mejor manera posible.
—Hoy tienes consulta ¿no es así? —pregunta cuándo me ve salir del vestidor. Sí, hoy tengo una nueva consulta, el sexto mes ha llegado. Debo asegurarme que todo está mejor que en esta casa.
—Kay no tarda en llegar. Ella me llevará. —alisto mi bolso y bajo las escaleras.
—Alex no puedes excluirme. He dicho que lo siento hasta el cansancio pero tú misma lo dijiste, esto no es sobre nosotros nada más y me estás dejando fuera de la vida de mi hijo.
—‘Lo siento’ es la frase que más ocupas ¿no te parece? Seguro tienes muchas cosas que hacer como los últimos días.
Intento que el coraje y dolor dentro de mí no nublen mi razón y detenga los pensamientos de no creerlo merecedor de la personita que llevo dentro, pero es realmente difícil no poder gritar lo mucho que me desilusionó, que me lastimó.
—No es justo lo que haces.
—Mejor no hables de justicia. Entiende, no te quiero cerca. Y sé que pase lo que pase tú siempre serás el padre de este bebé, por eso no tienes que preocuparte.
Una llamada entrante a su móvil pone fin a la disputa.
—Sí Larry voy para allá. —Se limita a contestar.
—Lo ves, ni aunque quisieras podrías ir. Siempre tu trabajo es más importante.
—Cómo puedes decir eso cuando dejé la gira por tres meses, cuando quiero estar contigo todo el tiempo y lo único que haces es alejarme. Si no quieres que hoy te acompañe lo entiendo. Entiendo perfecto la situación en la que nos puse, sigo trabajando en ello, pero no te atrevas a decir que mi trabajo es más importante que ustedes. Sabes que no es cierto. Sólo estoy respetando tus limites.
Son sus últimas palabras antes de desaparecer por la puerta principal. Está furioso, yo estoy dolida. ¿Cuánto tiempo más tendrá que ser así? Puedo dejar mi orgullo a un lado pero no será suficiente para aliviar el dolor que llevo dentro. Es tan irreal, creí que después de todo lo que hemos atravesado juntos no había lugar para este tipo de situaciones, para que una tristeza tomara las riendas de la dulce espera de nuestro hijo.
Por mis lágrimas Kay sabe que las cosas siguen igual o peor cuando subo a su auto. No lo puedo ver. Es horrible vivir de esta forma. Apenas nos dirigimos la palabra y cuándo es así es para pelear. No se imagina cómo me siento. Es un hecho que no puedo seguir así. No es sano para mí ni para el bebé. O decido olvidar lo sucedido o termino con todo esto. Seb podría verlo cuantas veces quisiera. ¿Es eso lo que realmente quiero? Que toda nuestra historia termine por una sola noche, por un error que no se ha cansado de repetir que él mismo no propició. No existen las personas perfectas, no existe la relación perfecta. Me hirió tanto y no sé la razón. Estamos parados bajo una tormenta que parece no cesar.
El diagnóstico para el sexto mes manifestó los enojos, corajes, peleas y discusiones con Chris. Tengo que tranquilizarme por el bien de los tres.
Silye Filan
