captainleon CharmRing

Lydia Deetz y SU chico gato Percy, van a Hogwarts en el año de la fuga de Sirius Black. Fanfic retelling/crossover de beetlejuice (la pelicula) y Harry Potter...


Фанфикшн Книги Всех возростов.

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De Hawái a Hogwarts

Dedicado a Winona Laura Horowitz

Winona Ryder como Lydia Deetz



Disclaimer y otros: Este es un fanfic sin ánimo de lucro y que no intenta vulnerar los derechos de quienes tengan la propiedad de "Harry Potter", "Bettlejuice" y "Cat", el juego de RPG de John Wick.



UN GATO CONTRA EL PRISIONERO DE AZKABAN

Capítulo 1: De Hawái a Hogwarts


Dumbledore meditaba tras leer la carta que le fuese enviada, en ella le notificaban la muerte de su amigo. Un chamán poderoso que vivía en las islas Hawái. La carta fue enviada por una jovencita de nombre Lydia Deetz, en la cual le hacía llegar su sentido pésame, junto a la carta venía una nota de su amigo en la que le explicaba la situación exacta de cómo había conocido a la muchacha y a su amigo de nombre Percy.

El director sonrió y empezó a escribir una carta.

En la ciudad de San Francisco en el prestigioso American Conservatory Theater de San Francisco, una lechuza trataba de entrar al lugar.

―Lydia, mira encontré un pájaro muy raro ―decía Percy quien estaba muy contento, no así la pobre lechuza que estaba siendo zarandeada por el chico.

―Percy, guarda tu cola y tus orejas, y deja de zarandear a esa lechuza ―le dijo Lydia mirando hacia los lados para ver si no había nadie cerca.

La muchacha vio que la lechuza traía una carta en una de sus patas y con cuidado la retiró y empezó a leerla.

―Colegio Hogwarts de magia y Hechicería, Reino Unido, Escocia...

.

.

En los alrededores de Hogwarts, el cielo estaba nublado y las nubes negras ensombrecían el paisaje dando la apariencia de que fuese muy tarde aunque recién fuese medio día, la figura de una niña cubierta con ropajes negros se veía en la distancia, la chica iba cabalgando sobre lo que parecía ser una pantera.

―Fu, tarde y en mi primer día ―decía Lydia mientras miraba la entrada a los terrenos de Hogwarts con una sonrisa nerviosa.

―Usted debe ser la señorita Lydia Deetz ―dijo un hombre pequeño que sostenía una varita.

―Así es señor...

―Yo soy el profesor Filius Flitwick y enseño encantamientos, podría decirme donde se encuentra el señor Percy.

―Oh disculpe ―se excusó Lydia y se bajó de su montura, la cual se transformó en un Chico Gato, aunque sin ropa, pero luego de que Percy se levantase aparecieron ropas que le cubrieron el cuerpo. El profesor Flitwick estaba impresionado.

―¿Qué fue eso?

―Fue Gran felino y Vestuario ―indicó Lydia con una gentil sonrisa.

―Bueno... será mejor que entremos, no deseo tener que repeler a los dementores ―dijo Flitwick con lo que el profesor levantó las protecciones al castillo para que los tres pudiesen pasar.

.

.

Era ya el momento del almuerzo en el gran comedor, por lo que este estaba abarrotado de estudiantes. Harry se sentía muy mal porque era la comidilla de los de Slyterin y por supuesto de las otras casas incluida la suya propia, debido a su desmayo en el tren. Hermione y Ron discutían debido a las clases de la profesora Trelawney, que según opinión de Hermione eran una completa pérdida de tiempo.

―Oigan, porque Filch, va corriendo tan rápido a la mesa de profesores ―dijo Ginny.

―A saber lo que pasa por la mente de un squib ―le respondió Ron mientras se embutía la boca de comida.

―¡Ron!, no digas eso ―le recriminó Hermione, y Ginny le enseñó la lengua a su hermano.

El celador se acercó a Dumbledore y le susurró algo al oído, con lo que el director le dio instrucciones al hombre y este volvió a salir del comedor a toda prisa.

Dumbledore se levantó y pidió silencio a todos presentes.

―Queridos alumnos, me es grato decirles que tendremos dos nuevos estudiantes en Hogwarts, ambos vienen de Norteamérica y eran los pupilos de mi mejor amigo que por desgracia falleció hace poco tiempo. Les ruego para que todos los aquí presentes ―en ese momento el director le dirigió una breve mirada a Snape y a la mesa de Slyterin― los traten con la mayor consideración y respeto, Filch hazles pasar.

En ese momento entraron al comedor Lydia y Percy.

―Qué demonios usa esa chica, parece un payaso ―dijo Ron, pero en ese momento su hermana le propino un puñetazo en la nuca, mientras Hermione y Harry le reprochaban con la mirada.

Los dos jóvenes se presentaron educados con Dumbledore y le dieron nuevamente sus pésames, luego se presentaron ante el personal docente del colegio. Flitwick llegó en ese momento y traía un taburete y el sombrero seleccionador.

Lydia se sentó en el taburete y Flitwick con ayuda de su varita colocó el sombrero sobre la cabeza de la chica.

―Oh, exacto, preciso pero también creativo, valor sí, y mucho... pero también bondad, lealtad, sentido fuerte de la justicia y el esfuerzo, y oh si, el valor de la piedad...que maravilloso corazón e intelecto... ¡HUFFLEPUFF! ―bramó el sombrero con lo que Lydia se sentó en la mesa de su casa, pero no recibió aplausos ni abrazos por parte de los de su casa debido a su rara vestimenta, sólo los aplausos emotivos de Dumbledore y los otros no tan cálidos de los demás profesores. Los miembros de Griffindor y Ravenclaw estiraron el cuello tratando de ver mejor a Lydia, luego de escuchar las palabras que dijo el sombrero respecto a la chica, mientras que los de Slyterin se mofaban.

―Sabía que esa rara iría a Hufflepuff, ahí van los que sobran.

―Cállate Ron, mira que nos está viendo Dumbledore ―susurró por lo bajo Harry, y su amigo se calló y bajó la vista al ver la mirada severa que le dirigía el director.

―Diablos, ni siquiera con los gemelos Dumbledore dirige esa mirada ―escupió Ginny.

―No conozco a este tipo, no conozco a este tipo ―repetía Hermione aludiendo a Ron y bajando la mirada llena de vergüenza.

Luego tocó el turno a Percy, quien no ocultaba sus orejas y cola.

―Vaya, vaya que tenemos aquí ―dijo el sombrero―. Valor, ambición, astucia cuando se debe, la mente no muy dispuesta, pero sí astucia... creo irías bien en Slyterin.

―¡No, no me mandes allí, mándame con Lydia! ―gritó Percy, sin disimulo alguno y sin importarle que los demás le escuchasen.

―Jovencito, Hogwarts es un lugar donde se cultiva la mente y la magia, no debes fijar tus prioridades de manera errónea...

―¡NO, NO y NO! ―gritó Percy, sacándose el sombrero y aventándolo muy alto.

―Lo que hay que ver, hace mil años los estudiantes me tenían más respeto.

―Bueno, bueno... ―decía divertido Dumbledore, tratando de poner orden al lugar―. Si el joven Percy tanto lo desea puede ir a Hufflepuff con la señorita Lydia.

.

.

Ya en la sala común de Hufflepuff, la profesora Sprout, jefa de su casa, les indicó a los muchachos las normas básicas de Hufflepuff y de Hogwarts, estuvo complacida con el hecho de que Lydia ya se había leído Historia de Hogwarts y todos los otros libros que correspondían al mismo año de Harry y sus amigos.

Los otros chicos no le dirigían la palabra a Lydia, sólo las chicas, que al parecer lo hacían sólo por saber más cosas del Chico Gato.

Ya por caer la tarde los alumnos se dirigían a cuidado de criaturas mágicas con los de Ravenclaw, pero se enteraron de que las clases fueron suspendidas y todos fueron a su sala común excepto Lydia y Percy quienes se dirigieron a la biblioteca ya que Lydia había leído que la biblioteca del colegio era una de las más grandes del mundo mágico.

A la mañana siguiente, los Hufflepuffs tuvieron clases dobles de pociones con los de Ravenclaw. Y para sorpresa de los ravenclaws fue Lydia la única que gano diez puntos para su casa, todo un record con Snape para el primer día de clases.

Le pareció raro el hecho de que los ravenclaws no se ayudaran entre sí en las pociones, pero Lydia supuso que se debía a que Snape no le gustaba que se ayudaran entre alumnos, sin embargo, al salir del aula, los ravenclaws iban cada uno por su cuenta sin dirigirse la palabra, al menos sus compañeros de casa hablaban entre ellos comentando como les fue en sus pociones.

Luego tendrían clases de defensa contra las artes oscuras con el profesor Lupin. Este dio cinco puntos a Lydia por saber que era un boggart.

―Profesor esas criaturas se parecen mucho a los boggins ―dijo Percy.

―Podrías indicarnos Percy que son los boggins ―le pidió el profesor.

―Los boggins son criaturas que son invisibles incluso para los magos, atacan a muggles y magos por igual ya sea en la vida real o en sus sueños, se pegan a su víctima y le causan malestares como la depresión, flojera, rencor y otros, son los gatos quienes defienden a los humanos de esta plaga y si es necesario se introducen en los sueños para combatir a estas criaturas.

―Excelente, diez puntos para Hufflepuff, por ilustrarnos sobre este tema tan poco visto en el mundo de la magia.

―¿En verdad existen los boggins? ―preguntó un chico.

―Sí, ni siquiera los sanadores en San Mungo, pueden librar a un mago de estas criaturas, una vez alguien haya sido atacado por un boggin, se necesita recurrir a un gato para esa labor ―dijo feliz Lupin.

Entonces Lupin hizo que los alumnos se pusieran en fila para enfrentarse al boggart, y al principio todo estuvo bien, pero cuando fue el turno de Percy, el boggart se transformó en un gusano de No Mundo, y todos salieron en tropel fuera del curso presas del pánico, menos los dos chicos, Percy venció al boggart con el hechizo riddikulo . Lupin llamó a la calma y trajo de vuelta a los alumnos. Y concedió diez puntos a Percy.

Luego marchó la clase con normalidad, pero cuando llegó el turno de Lydia, el boggart se transformó en Beetlejuice transformado en su forma de Juicifer. Se repitió la escena anterior y Lupin le dio a Lydia otros diez puntos por vencer al boggart.

Tanto los puntos obtenidos en pociones y defensa contra las artes oscuras, hicieron que se rompiera el hielo y ya todos le dirigieron la palabra a los dos recién llegados.

Ahora eran los dos nuevos quienes eran la comidilla de todo el colegio, algo que alegró a Harry, ya que dejó de ser parte de las burlas de los demás.

―En serio, todos esos puntos con Snape ―le dijo Ron a un sorprendido Neville―, mi hermano Percy me dijo que Snape jamás concedió a alguien tantos puntos en la primera clase.

―Vaya que es lista, incluso me enteré por los de Hufflepuff, que se leyó todos los libros antes de venir a Hogwarts, incluso historia de la magia ―informó Harry.

―Yo hablé con Lupin, quien les concedió a ambos chicos veinte puntos, y que ambos demostraron aplomo al enfrentarse al boggart ―les dijo Hermione.

―¿Es cierto que sus boggarts se transformaron en horribles monstruos? ―preguntó Ginny.

―Sí, es cierto ―corroboró Hermione―, al parecer ambos chicos se enfrentaron a esas criaturas y a otros monstruos horripilantes tiempo atrás. El mismo Lupin me lo dijo, ya que interrogó a los muchachos después de clases.

―Bueno, el Profesor Dumbledore dijo que eran los pupilos de su amigo, seguro que esos dos saben magia muy avanzada ―dijo el hermano de Ron, Percy.

―Sí, tu tocayo si es cosa seria, no como otros Percy que conozco ―le dijo George.

Percy Weasley, se dio vuelta para recriminarlo, pero Fred, le quitó el sombrero y los tres pelirrojos se perdieron por el corredor.

―Me gustaría poder hablar con ella ―dijo Hermione.

―¿Por qué no vas donde ella? ―preguntó Harry.

―No, todos los de Hufflepuff la están rodeando.

―Sí, y es que esta buenísima ―aclaró Ron.

―También está siendo rodeada por las chicas de su casa ―dijo enojada Hermione.

―Pues yo si voy ―dijo Ginny―, ya quiero hablar con ese cat boy...

―Cierra la boca Ginny, se te cae la baba ―le dijo Ron.

―Miren quien habla, estúpido hipócrita. ¿Ya no te parece un payaso? Pedazo de imbécil. ―Y Ginny se alejó hacia la mesa de Hufflepuff.

―¿Crees que siga usando esas ropas góticas debajo del traje del colegio? ―preguntó Harry.

―Si lo sigue haciendo, no es nuestro problema, yo no soy ese tipo de personas que van por ahí juzgando a la gente. ―Le miró severa Hermione.

―Claro cómo eres una mugleborn (nacida de mugles), siempre eres juzgada ―le dijo Ron con nada de tacto.

―Sabes ―le dijo Hermione―, creo que también iré a la mesa de Hufflepuff, aquí apesta a cretino de primera, pedazo de animal inmaduro. ―Le soltó la chica y se dirigió donde la mesa de Hufflepuff a toda prisa.

―Ay, hermano hablas demasiado ―le dijo apesadumbrado Harry.

―No entiendo porque se enoja, al fin y al cabo es cierto no, además a quien llama animal, sólo mira a ese raro con orejas y cola ―dijo Ron levantando los hombros y siguiendo atiborrándose de comida.

Harry a veces se sorprendía de lo idiota que podía ser su amigo pero prefirió quedarse callado, a él también le hubiese gustado ir donde la chica y su amigo.

CONTINUARÁ...

30 апреля 2018 г. 0:10 0 Отчет Добавить Подписаться
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