sergiopr Sergio Pina

La inocencia de dos pequeñas hermanas, será el ingrediente perfecto para poder salvar un mundo diferente. Encontrarán en él, aquéllas hermosas criaturas que tanto adoran de sus cuentos de dormir. Pero no todo será un camino precioso. Comprenderán la importancia de ser hermanas y todo lo que conlleva.


Фентези Всех возростов.

#estrellas #hermanas #fantasia
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Prólogo

Si de algo estoy segura, es de mirar por la ventana de mi habitación y ver las estrellas más hermosas. Cada noche, me siento en el tejado junto a mi hermana pequeña. Irene tiene un año menos que yo, pero compartimos la misma afición, las estrellas. Es menuda pero puro nervio, ¡como se nota que ha salido a Papá! Yo en cambio, me parezco a Mamá, más calmada, más con los pies en el suelo. Aunque, ya no sé qué decir desde hace unas noches, cuando vimos que una estrella bajó del cielo y se nos acercó. Mis nervios se intensificaron, me puse en plan protectora con la pequeña Irene. Me sorprendió su reacción, es muy suya, muy tímida, pero fue la única que se acercó a la estrella.

—¡Hola! Me llamo Irene y aquella es mi hermana Yaiza. ¿Cómo te llamas?

La estrella respondió con un ligero brillo, intentó comunicarse con nosotras en forma de código morse. No tengo ni idea de ello, pero miré por internet para aprenderlo.

Fueron unos escasos minutos los que duró la pequeña estrella en nuestra ventana, ya que Irene, intentó tocarla con su pequeña mano. Esta, salió disparada de vuelta al cielo estrellado, y mi hermana, se la quedó mirando hasta que no se la pudo distinguir entre el resto de estrellas. Desde esa noche, casi a la misma hora, la pequeña estrella nos visita, aunque no dejó que Irene se acerque demasiado por si acaso. Hemos descubierto, o deducido su nombre, Clerida. Poco a poco nos vamos comunicando con ella, pero una noche, descubrimos algo que nos asustó más de lo habitual. Mejor dicho, descubrimos lo que era en realidad. Creí que se estaba muriendo, puesto que de pronto, su brillo empezó a apagarse. Nos alejamos hasta el otro extremo de la habitación y desde allí, vimos lo que pasó a continuación.

Una pequeña silueta, apareció delante nuestra. Aquél miedo que nos entró, se desvaneció en cuanto pudimos distinguir lo que era.

—¡Una hada!— gritamos las dos al mismo tiempo.

Clerida, extendió sus casi invisibles alas, levantó el vuelo dirigiéndose a lo alto de la cama, donde como tontas, contemplamos a la diminuta hada. Se fue acercando hasta el borde de la cama, donde Irene, por un despiste mío, extendió de nuevo sus dedos. En esta ocasión, si la pudo tocar.

—¡Está cálida!

—¡Irene, para de hacerme cosquillas! —le dijo la pequeña hada.— ¿Qué creías, que estaría congelada por no estar iluminada? —la regañaba de una forma un poco cómica.

—Lo… lo siento. —llegó a alcanzar decir mi hermana.

Acerqué mi cara al hada y decidida, pregunté una duda que me corría por la cabeza desde la primera noche.

—¿Por qué vienes aquí y te dejas ver por nosotras?

La pequeña hada, se sentó como pudo encima de la almohada, y con cara deprimida, nos miró fijamente.


 —Necesito de vuestra ayuda.

30 марта 2018 г. 21:25 1 Отчет Добавить Подписаться
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