noah-greywood Noah Greywood

En "La Mano de Dios", el profesor Daniel Lancaster llega a Ebonshire para investigar pesadillas y visiones que atormentan al pueblo. Descubre la existencia del Culto de la Mano de Dios, un grupo antiguo que adora a una deidad cósmica. Junto a Elizabeth, viuda de un erudito obsesionado con el culto, enfrentarán horrores indescriptibles y revelarán oscuros secretos para salvar a Ebonshire del abismo del terror.


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Llegada a Ebonshire

Era un frío y sombrío día de octubre cuando Daniel Lancaster llegó a Ebonshire. El pueblo costero, ubicado en la misteriosa región de Nueva Inglaterra, era conocido por sus enigmáticas leyendas y su antigua biblioteca, donde se conservaban manuscritos cuyo origen se perdía en la oscuridad de los tiempos. El joven profesor de historia y experto en estudios arqueológicos había viajado desde la ciudad con la esperanza de desentrañar los extraños sucesos que habían estado ocurriendo en Ebonshire en los últimos meses.

El cielo estaba cubierto de nubes plomizas, y una fina llovizna empapaba las calles empedradas del pueblo. Los edificios de Ebonshire, construidos con piedra y madera, parecían haber sido erigidos hace siglos, y sus fachadas desgastadas por el tiempo daban testimonio de incontables secretos y memorias olvidadas. Los lugareños, envueltos en capas y bufandas, caminaban apresuradamente por las calles, evitando las miradas de los extraños.

Daniel se instaló en la posada local, una vieja casona de aspecto sombrío llamada “El Cuervo Dorado”. La dueña, una anciana de cabello canoso y arrugas profundas en el rostro, le entregó la llave de su habitación con una mirada de preocupación en sus ojos. “Tenga cuidado, señor Lancaster”, le advirtió en voz baja. “Ebonshire no es un lugar para los curiosos.”

Después de dejar su equipaje en la habitación y recuperarse del agotador viaje, Daniel salió a recorrer el pueblo en busca de información sobre las leyendas y mitos locales. Comenzó por visitar la taberna, un establecimiento lúgubre donde los pescadores se reunían después de sus largas jornadas en el mar. Allí, entabló amistad con un anciano llamado Henry, quien, después de unos cuantos tragos de ron, comenzó a hablar sobre las pesadillas y visiones que asediaban a los habitantes del pueblo en las últimas semanas.

“Son sueños horribles, señor Lancaster”, susurró Henry, con la voz temblorosa y el rostro pálido. “Visiones de monstruosidades indescriptibles y abismos insondables, como si algo maligno y primordial estuviera tratando de abrirse camino hacia nuestro mundo.”

Intrigado por las palabras del anciano, Daniel decidió continuar su búsqueda en la biblioteca del pueblo, un edificio de piedra y madera con altos estantes repletos de libros y pergaminos cubiertos de polvo. Mientras recorría los pasillos, buscando textos sobre las leyendas de Ebonshire, una mujer de cabello oscuro y ojos tristes captó su atención. Su rostro pálido y su expresión melancólica le daban un aire de misterio y belleza.

“Perdóneme”, dijo Daniel, acercándose a ella con cautela. “Me llamo Daniel Lancaster, y estoy investigando las leyendas locales. ¿Podría ayudarme a encontrar libros o documentos relacionados con las visiones y pesadillas que han estado afectando a los habitantes de Ebonshire?”

La mujer lo observó con sus penetrantes ojos azules, y un leve temblor recorrió su cuerpo. “Soy Elizabeth”, respondió con voz suave, “y quizás pueda ayudarlo. Hay un libro que podría estar relacionado con lo que busca, pero está en mi casa, la mansión Blackwood. Si me acompaña, puedo mostrárselo”.

Agradecido por la oferta, Daniel aceptó de inmediato. Juntos, abandonaron la biblioteca y caminaron por las húmedas calles de Ebonshire hasta llegar a un sendero que se adentraba en un espeso bosque de robles y pinos. Mientras avanzaban por el camino, Elizabeth comenzó a contarle su historia.

“Mi esposo, Lord Blackwood, era un erudito y coleccionista de libros raros y antiguos”, explicó con tristeza en su voz. “Estaba obsesionado con la idea de descubrir los secretos del universo y trascender los límites del conocimiento humano. Su búsqueda lo llevó a interesarse en un antiguo culto que solía existir en Ebonshire, el Culto de la Mano de Dios. Según los rumores, este culto adoraba a una deidad ancestral de origen cósmico, cuya mano divina moldeaba la realidad según su antojo.”

Daniel escuchaba con atención cada palabra, mientras el viento siseaba entre las ramas de los árboles y la llovizna persistente empapaba sus ropas. “¿Cree que las visiones y pesadillas que afectan al pueblo están relacionadas con este culto?”, preguntó, intrigado por la conexión entre el culto y los extraños sucesos en Ebonshire.

Elizabeth asintió lentamente, sus ojos reflejando una profunda preocupación. “Mi esposo encontró un antiguo manuscrito que, según él, contenía información sobre el culto y sus rituales. Pasó días y noches estudiándolo, hasta que una noche desapareció sin dejar rastro. Desde entonces, las pesadillas y visiones comenzaron a afectar a los habitantes de Ebonshire, como si el manuscrito hubiera despertado algo oscuro y maligno.”

Finalmente, llegaron a la mansión Blackwood, una imponente construcción de piedra y madera que se alzaba en medio del bosque, como un monumento a los secretos y horrores del pasado. Daniel sintió un escalofrío recorrer su espalda al cruzar el umbral de la mansión, pero estaba decidido a desentrañar el misterio que envolvía a Ebonshire y el Culto de la Mano de Dios.

25 марта 2023 г. 23:59 2 Отчет Добавить Подписаться
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Eduard Daniel Șerban Eduard Daniel Șerban
Me gustó este capítulo. Sinceramente me gusta el estilo oscuro.
~

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