Mi Querida Estación Подписаться

El otoño está próximo a morir, resucitando un año más tarde, deja a su paso alegrías, tristezas y melancolía.

Algunas personas mueren al mismo tiempo que tú mi querida estación, pero mueren en el alma; ellas mueren para siempre. 

Taciturno voy pisando las hojas de los árboles que tiraste con tus caricias de viento, voy recordando la enigmática sensación de amor, esa que está y que se va cuando quiere.

Una vez más soplas y juegas con mi pelo enmarañado, el mismo que está dispuesto a ceder a tu capricho.

¡Oh, mi querido otoño! Son pocos los días que te quedan a mi lado, pero estaré esperando a tu regreso; si es que no me voy primero.

Tu muerte es lo que es, y tú la llamas sueño, juguemos una vez más; que en mi cama ya me espera el invierno.

Está noche la soledad nos envuelve con su lamento, 

El triste camino indica qué otoño a muerto,

Pesadumbre acecha mi nombre, 

Él tal vez duerme; pero no responde. 

Paso a refugiarme en el invierno,

Helado amante sin consuelo, 

Tiritan mis manos de frío veneno,

Se humillan por un poco de fuego.

Frío amante pido te detengas, 

Si no sientes nada aléjate ya,

Son mis sueños los qué ahora congelas,

Pido un poco de humilde piedad.

El amor de mi vida yace sobre mi cama,

esperaré con paciencia su despertar, 

Frío amante congela tus celos, 

Tal vez mañana te pueda a ti amar.