dbenavides Daniel Benavides

Dasha y Jerik son hermanos gemelos, fueron abandonados en un orfanato de Países Bajos y después de unos años Jerik fue adoptado por una pareja extranjera. Dasha hará lo imposible por volver a ver a su hermano, pero durante su búsqueda descubrirá que su hermano junto a otros 30 niños fueron sometidos a crueles experimentos para crear un superhumano y todos murieron durante el proceso. Dasha junto a sus amigos deciden enfrentarse a las 10 potencias mundiales involucradas en el experimento con el fin de evitar que otros niños pasen por el sufrimiento que pasó Jerik.


Экшн Всех возростов.

#acción #cienciaficcion #aventura
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Capítulo 1: "Preludio"

Los seres humanos somos criaturas impresionantes que van evolucionando día tras día de manera mental y física, sin embargo, a pesar de que los humanos poseemos un intelecto superior a las de otras especies del planeta decidimos matarnos unos a otros.

Las guerras por la posesión de un país son el escenario más grande de la aniquilación por nuestra propia mano y los humanos ¿estamos satisfechos con ese escenario?, la respuesta es no, los seres humanos buscamos llegar a la perfección, buscamos conseguir el poder absoluto y por eso las potencias mundiales usan todos sus recursos disponibles para crear a un soldado dominante, un soldado que sea capaz de dirigir a otros humanos, unos lo consideran un superhumano, pero todos lo conocen el humano perfecto.

En Países Bajos, en el lugar más alejado de L’Écluse se encuentra una pequeña iglesia con un orfanato con el mismo nombre, allí habitan más de 50 niños, niñas y adolescentes que no tienen a nadie en mundo; aquellos que han llegado a este lugar han podido conseguir un hogar y una familia.

En el orfanato tenían la educación básica, un techo, una buena alimentación, un amplio patio de juegos y muy cerca de allí vivía un soldado ruso retirado que les enseñaba a los niños el arte de la defensa y supervivencia como todo un soldado.

En una fría noche de diciembre del 2008 tocaron a la puerta del orfanato y al abrirla se encontraban un par de gemelos recién nacidos, estaban envueltos por una manta que los protegía de nieve, por su aspecto los niños apenas habían nacido hace un par de días; los nombres de estos pequeños eran Jerik y Dasha de ascendencia rusa, era lo único que se pudo encontrar en una nota que estaba pegada en la manta.

Con la llegada de los gemelos las cosas en el lugar se volvieron más animadas y cuando apenas cumplieron dos años fueron los que más se interesaron en las enseñanzas de aquel soldado al que todos llamaban el señor Alek.

Cuatro años después de la llegada de los gemelos varios niños empezaron a ser adoptados, pero así como se iba uno, otro niño aparecía el día siguiente en la puerta del orfanato.

Una tarde la madre superiora habló de un asunto muy grave con el señor Alek.

—Señor Alek la Abadesa de la capital quiere desmantelar esta iglesia. —dijo la madre superiora Aoi

—No lo harán —dijo el señor Alek.

—Como puede estar tan seguro que no lo van a hacer.

—Usted es talentosa y fue nombrada madre superiora a su corta edad, si la abadesa desmantela la iglesia usted volverá a la capital y con el talento que posee es muy probable que el título de abadesa se le sea otorgado en un par de años. Lo que quiero decir es que la abadesa solo trata de asustarla porque ella tiene miedo de usted.

—No haga ese tipo de bromas, como es que la abadesa va a tener miedo de una simple monja —dijo la madre Aoi.

—No es una broma es la verdad, pero si no puedo quitarle sus preocupaciones con eso no sé qué más hacer; así que por hoy me retiro, tengo que darle una clase especial ese par de hermanos —dijo el señor Alek y se marchó.

Esta fue la conversación más corta y poco satisfactoria que la madre Aoi había tenido a lo largo de su vida.

Los días pasaban de manera normal, llenos de paz y alegría para todos en el orfanato hasta que llegó una carta del vaticano.

—Hermanas, señor Alek, los reuní a todos aquí por un asunto muy importante. Ayer en la tarde nos llegó una carta del vaticano y nos pide que abramos el programa de adopción al público en tres días —dijo la madre Aoi.

Los murmullos llenos de pánico no se hicieron esperar en sala.

—Madre superiora, es cierto que la adopción está abierta todos los días del año, pero el programa de adopción siempre se realiza en primavera, no podemos hacerlo a mediados de otoño —dijo una hermana intranquila.

—Lo sé, pero es una orden directa del vaticano por lo que debemos hacerlo y preparar todo lo necesario —el rostro de la madre superiora se notaba preocupada.

—Madre Aoi yo me encargaré de los pequeños, ustedes encárguense de prepararlo todo, hasta luego —dijo el señor Alek y se marchó.

Todos se marcharon detrás del señor Alek, pero una de las hermanas se quedó sentada frente a la madre superiora.

—Madre superiora si me lo permite tengo dudas sobre los gemelos que llegaron hace 4 años.

—Dígame hermana.

—No está bien que el señor Alek le enseñe como usar armas, está bien que le enseñe artes marciales y eso, pero a usar armas, eso es realmente inaudito.

—A mí no me importa, esos niños son muy curiosos y quisieron aprender todo sobre el uso de armas y como sobrevivir en un bosque y claro que al principio no estuve de acuerdo, pero hay algo que me dice que los gemelos tendrán un destino que destruirá sus espíritus y posiblemente necesiten saber cómo sobrevivir a ello; por eso dejemos el tema de lado y si tiene algo más que decirme hágalo.

—No madre, no volveré a hablar de eso.

El evento se realizó con demasiada prisa, pero todo estaba preparado para el día siguiente.

Ya en los cuartos los niños empezaron a hablar entre ellos.

—Chicos, mañana vendrán varios adultos, ¿están nerviosos? —preguntó Finn.

Finn es un niño de 5 años, tiene el cabello rubio y los ojos verdes, es originario de Holanda, es muy tímido con las personas que no conocen, pero es considerado un genio para su corta edad.

—Creo que ya me acostumbré a que vengan cada año, aunque quisiera saber ¿Por qué vienen otra vez?, no lo crees hermanito —dijo Dasha emocionada.

—Ya lo creo hermana —dijo Jerik.

Dasha y Jerik, los gemelos tienen cuatro años, son originarios de Rusia, tienen el cabello oscuro y los ojos claros y son muy entusiastas y alegres, son considerados como los niños más curiosos en las artes marciales.

—Hey chicos creo que ustedes serán adoptados como un paquete.

—No lo sé, aunque sería genial no separarme de mi hermano —dijo Dasha.

—Y tú que piensas Jerik.

—Creo que mi hermano se durmió.

—Entonces hay que dormir.

Al día siguiente varias parejas llegaron para el evento de adopción.

Había una cláusula del orfanato para cada evento de adopción que se realizaban, los gemelos eran un paquete, si querían adoptar a uno debían adoptar a los dos o el papeleo no se llevará a cabo.

El evento se llevó con normalidad, varias parejas y familias llegaron y fueron adoptados alrededor de 10 niños, los gemelos y Finn no estuvieron dentro del grupo de adopción y el evento había terminado, pero una pareja extranjera llegó antes que las puertas se cerrarán.

—Disculpen estamos aquí por el evento —dijo la mujer.

—Lo sentimos el evento acaba de terminar, pero la posibilidad de poder adoptar es de todo el año, sin embargo, por el evento las puertas del orfanato se cerrarán por tres días por lo que les agradecería que regresen en tres días —dijo la madre Aoi.

La pareja no dijo nada más solo les entregaron una carta y cuando la madre superiora la leyó su rostro se puso pálido, no podía creer lo que decía la carta.

—No puedo hacer eso —murmuró la madre Aoi.

—Es una orden del vaticano y de la capital así que por favor llévenos con los pequeños —dijo el hombre.

La madre superiora apretó los puños y los dientes y los acompañó mientras que las hermanas que se encontraban cerca no podían creer que la madre superiora cediera ante una pareja que llegaba tarde a un evento.

La madre superiora reunió a los gemelos que se encontraban jugando con Finn.

—Ellos son Dasha y Jerik, son los niños que querían ver —dijo la madre Aoi.

El rostro de la madre mostraba lo frustrada que estaba en ese momento.

—Gracias por mostrarnos a los niños, nos quedaremos con Jerik —dijo la mujer.

Los niños no sabían lo que pasaban hasta que la mujer tomó del brazo a Jerik y se lo llevó.

—¿Dónde se llevan a mi hermano? —pregunto Dasha asustada.

No huno respuesta a su pregunta y Dasha intentó correr tras su hermano, pero fue detenida por una de las hermanas lo que la hizo llorar con fuerza porque es era la primera vez que se separaba de su hermano y no sabía dónde se lo llevaban.

Esa noche Dasha se encerró en su cuarto y no paró de llorar. Las hermanas también vieron como el pequeño Jerik trató de huir de esa pareja mientras lloraba y preguntaba por su hermana.

Esto necesitaba ser explicado así que todas las hermanas se dirigieron donde la hermana superiora para exigirle saber ¿Por qué había hecho eso?

—Madre Aoi, usted puso la cláusula cuando los gemelos llegaron, no puede separarlos y más aún cuando el evento terminó —dijo una hermana.

—Es cierto, y peor hacerlo sin darles ninguna explicación eso es despiadado —dijo otra hermana.

—No tuve opción —dijo la madre superiora y empezó a llorar.

La carta que había recibido la madre por parte de la pareja fue devastadora para todos, el vaticano y la abadesa exigían que uno de los gemelos debía ser entregados a la pareja porque habían contribuido generosamente a la iglesia.

La iglesia fue sobornada y era extraño que hicieran todo eso solo por un niño, pero era devastador haber separado a dos hermanos que estaban realmente unidos.


21 ноября 2022 г. 16:09 7 Отчет Добавить Подписаться
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Прочтите следующую главу Capítulo 2: "Querido hermano"

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Orii Mauri Orii Mauri
Hasta ahora va bien
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