Ya no quiero tener las heridas abiertas en mi cuerpo cada vez que mi mente repite tu nombre y deseo tanto dejar de ver nuestras fotografías con tristeza al recordar todo el amor que no supimos manejar. Agridulce agonía que permanece y me resuena con cada paso que doy al avanzar en mi camino. En mis sueños me tomas de la mano y dices no soltarme jamás, pero soy solo yo, poniendo un rostro y un cuerpo a una idea que aun no soy capaz de sepultar en el campo de las inexistentes memorias que quise crear contigo.
Se agotó el tiempo, la paciencia, empezaste a escucharme cada vez menos, tus manos junto a las mías dejaron de soltar chispas y fuego para pasar a una estrecha distancia forsoza, tus ojos perdieron su brillo al mirarme, los cuerpos dejaron de conectar y tus dedos dejaron de acariciar mi piel como si fuese terciopelo siendo para ti la textura más insipida que habrías tenido alguna vez entre las manos.
No es necesario que dijeras nada, yo ya lo sabía, y espere por tanto tiempo con la infima esperanza de que algo cambiara en ti, pero no tenía sentido alguno. Podría decir que lloré lo suficiente como para regar las plantas durante todo el caluroso verano que estaba por venir.
Спасибо за чтение!
Мы можем поддерживать Inkspired бесплатно, показывая рекламу нашим посетителям.. Пожалуйста, поддержите нас, добавив в белый список или отключив AdBlocker.
После этого перезагрузите веб-сайт, чтобы продолжить использовать Inkspired в обычном режиме.