jjeonkim 𝑲𝒉𝒂𝒐𝒔 👑

Jungkook era virgen aún a sus veintitrés años y a pesar de ser un romántico de la vida y soñar con una primera vez perfecta, se dejó convencer por sus amigos y acabó en un bar de adultos, donde el hombre más sensual del mundo lo esperaba. Kookv, Contenido sexual explícito, romance. Jungkook top Taehyung bottom, TS. Etc. Mención pequeña del Chemin [Shipp de Exo]. Smutt, Fluf. Escrita : 10— 3— 2017 Terminada: 4— 4— 2018. Resubida Ink: 10-11-2022 NO PERMITO COPIAS, ADAPTACIONES, DERIVADOS, PDFS DE NINGUNA DE MIS OBRAS. EVITE SER REPORTADO. OBRA REGISTRADA BAJO LA POLÍTICA PRIVADA DE SAFE CREATIVE.


#97 in Фанфикшн #81 in Группы / Singers 18+.

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Parte I

Ya era la quinta vez que se preguntaba qué demonios hacía en ese lugar. Las luces tenues de colores iluminaban varias mesas y un escenario donde varios hombres y mujeres ligeros de ropa se movían de manera sensual. Jungkook tragó saliva e hizo amago de girarse y salir de allí cuanto antes, pero la mano de su mejor amigo Kim JongDae se lo impidió.


—¿A dónde vas, Jungkook? —su amigo lo miraba seriamente, pero tenía una pequeña sonrisa burlona en los labios.


—Me lo he pensado mejor y esto no es buena idea —volvió a intentar darse la vuelta, pero nuevamente se lo impidió.


—Ahora que estamos aquí no hay marcha atrás —secundó su otro amigo, Kim NamJoon.


Jungkook tenía ganas de pegarle una patada en los huevos a los dos. No sabía cómo se había dejado convencer para que lo arrastraran a un sitio como aquel, un prostíbulo. Aunque JongDae le había dicho que allí preferían llamarlo un bar de adultos.


Jungkook a sus veintitrés años aún era virgen y sus amigos tuvieron la fabulosa idea de que ya era hora de que se convirtiera en un hombre de verdad y metiera el pene en algún culo. Porque sí, Jungkook era gay.


Había rechazado un montón de veces las diversas propuestas de sus amigos de acompañarlo hasta allí o incluso de llevarle un chico de compañía a su casa. Jungkook era un romántico y quería que su primera vez fuera especial, con una persona que amara de verdad y quizás ese era el motivo por el que aún no se había acostado con ninguna de sus parejas anteriores. Buscaba demasiado el momento perfecto.


Cuando JongDae le había propuesto por lo que sería la veinteava vez de ir al Lucky One, Jungkook se lo pensó. La verdad era que estaba harto de las burlas de sus amigos y de actuar como el virgen que era ante los chicos y chicas que se acercaban a él con la clara intención de tener un revolcón, cuando salía por las noches. Y es que por alguna razón que no lograba entender, se ponía muy nervioso y acababa cagándola siempre.


NamJoon se abrió paso, guiándolo hasta la barra que se situaba a la derecha del local. Tanto él como JongDae eran clientes regulares del lugar y Jungkook no sabía cómo tomarse ese hecho.


Se sentó en medio de los dos y dejó que pidieran por él. Iba a necesitar alcohol para hacer lo que estaba a punto de hacer, porque estaba claro que sin el ligero embotamiento que le producía el alcohol no iba a atreverse a hacerlo.


Después de la segunda copa de vodka con limón bien cargado, JongDae se levantó y tiró de él para que hiciera lo mismo. Le hizo un gesto para que lo siguiera y Jungkook lo siguió empezando a ponerse nervioso. Echó un vistazo al escenario donde un chico bailaba alrededor de una barra, simplemente en ropa interior. Inclinándose para recoger de vez en cuando algún que otro billete cada vez que hacia algún movimiento descaradamente sexual.


Tragó saliva y clavó los ojos en la nuca de su amigo mientras este lo guiaba hacia un pasillo que quedaba detrás de una puerta con un corazón. Siguieron caminando hasta que un muchacho moreno salió de unas de las habitaciones que había a ambos lados del corredor y le sonreía amplio a JongDae.


—¡Minnie! —exclamó su amigo, abriendo los brazos y corriendo a estrechar al hombre, que se dejó hacer con mucho gusto. Jungkook miró boquiabierto como ambos se besaban delante de sus narices y sitió algo en su interior porque JongDae parecía tener mucha confianza con aquel chico que tenía la clarísima pinta de trabajar allí y él no estaba al tanto de eso.


JongDae se acercó a él, con un brazo alrededor de la cintura del hombre al que había llamado "Minnie". Ambos con una sonrisa en el rostro.


—Min, este es mi amigo Jungkook —hizo un ademán hacia él—, del que te hablé.


—¿El virgen? —Jungkook frunció el ceño porque no era nada agradable que aquella persona lo conociera por eso y mucho menos la forma incrédula en la que lo preguntó.


—Sep.


El tal Min lo recorrió de arriba a abajo con mirada analítica y escrutadora, con unos ojos muy serios y Jungkook tembló ligeramente porque se estaba sintiendo muy expuesto.


—Será perfecto para V —dijo al acabar.


—Sí, yo también lo creo —coincidió JongDae y Jungkook volvió a sentirse molesto porque estaban hablado de él como si no estuviera ahí delante.


—Te llevaré con él —anunció el chico haciéndole un gesto con la mano pidiéndole que lo siguiera, pero antes de comenzar a andar, se volvió hacia JongDae—. Nos vemos después.


—Claro, bebé —Jungkook hizo una mueca de desagrado por el mote empalagoso que utilizó su amigo y simplemente levantó una mano a modo de despedida para después seguir al muchacho.


el pelinegro siguió al tal Min nervioso, notaba que sus manos habían empezado a sudar y se las intentaba frotar con disimulo contra la tela de sus vaqueros.


—V no suele hacer este tipo de trabajos —empezó el muchacho mientras subían por unas escaleras—, pero no creo que se niegue —lo miró por encima del hombro—. Eres claramente su tipo.


Llegaron delante de una puerta de madera roja con una letra V dorada, decorándola. Jungkook pensó que ese V tendría que ser alguien con bastante reputación para tener una habitación para él solo. Bueno, esperaba que fuera un hombre porque si no saldría corriendo de ahí. Jungkook tenía muy claro que no quería tener nada que ver con tetas y vaginas.


Min petó a la puerta y esperó hasta que le dieran una confirmación para pasar. Cuando la recibió, la abrió y entró con un Jungkook muy nervioso detrás.


La habitación, al igual que el resto del local, estaba pobremente iluminada. Una simple lámpara en una mesa al fondo otorgaba la luz suficiente para ver sin problemas. Las paredes estaban pintadas de un color rojo vino que se fundía en negro en los lugares donde la luz no llegaba bien. El suelo era de madera oscura, decorado con una gran alfombra ahí dónde había una gran cama con dosel y sabanas rojas, en el centro de la habitación.


En el lado izquierdo había una cómoda, también de madera, y justo a su lado una butaca con respaldo alto y forrada en cuero -también rojo- que les daba la espalda.


—V —llamó Min—un cliente —Jungkook pudo escuchar el crujir del cuero ante la persona levantándose—. Es el amigo de JongDae.


Y finalmente el chico se levantó. Al principio todo lo que pudo ver Jungkook fue una cabellera de color azabache, pero cuando este se volteó sintió que se quedaba sin habla y se le secaba la garganta.


Aquel chico era la persona más hermosa que había visto en sus veintitrés años de vida y no pudo evitar que se le abriera un poco la boca mientras escaneaba al hombre de arriba a abajo.


Su pelo castaño caía sobre su frente y parecía muy suave. Combinaba perfectamente con su piel blanca como la leche y esos labios rojizos y brillantes que tenían pinta de ser una de las mayores delicias del mundo. Pero lo que más llamó la atención a Jungkook de su rostro fueron sus ojos. Tenía unos ojos pequeños, enmarcados por delineador negro que junto con las lentillas color gris, profundizaban su mirada.


Jungkook siguió bajando por su cuerpo, tragando saliva a medida que sentía cierto calor apoderarse de él. Llevaba una camisa de color negro, con los tres primeros botones desabrochados, dejando ver una porción de pecho y clavículas. Sus pantalones eran otra cosa que dejó sin aliento a Jungkook porque juraba que esa tela de cuero se pegaba demasiado bien a las caderas y muslos bien torneados del chico.


Cuando acabó, volvió su vista al rostro del muchacho todavía un poco aturdido por tanta belleza. Este tenía una sonrisa suficiente en la cara y Jungkook se sonrojó porque sabía que había sido muy obvio.


El chico apodado V, caminó hacia ellos, más bien hacia él, con una gracia felina demasiado sensual. Cuando estuvo a pocos centímetros del pelinegro, posó una mano en su hombro.


—¿Qué tenemos aquí, ah? —preguntó con una voz aterciopelada y dulce como la miel, mientras deslizaba la mano que tenía en su hombro abajo hasta su pecho, enviando miles de escalofríos por la columna de Jungkook.


Este estaba mudo. La mirada penetrante del chico lo estaba jodiendo a muchos niveles y lo único que podía hacer era quedarse ahí quieto.


—Bueno, os dejos solos —Jungkook se había olvidado por completo del muchacho que lo acompañó hasta allí—. Suerte —dijo dándole una palmada en el hombro a Jungkook antes de deslizarse fuera de la habitación, cerrando la puerta.


Jungkook tragó saliva al escuchar la puerta cerrarse suavemente detrás de él y tuvo la sensación de que había sido encerrado en la jaula de un depredador. V se echó un poco hacia atrás, aún sin despegar sus ojos de los suyos y le sonrió.


—Así que eres virgen —y Jungkook debería haberse molestado como siempre hacía cada vez que le hablaban del tema, pero esta vez no pudo hacerlo porque estaba demasiado concentrado en no derretirse a causa de la voz del tipo que sonó como un jodido ronroneo.


Al ver que Jungkook no contestaba, lo cogió de la mano y tiró de él hacia la silla, cosa que produjo que otros miles de escalofríos recorrieran a Jungkook.


—¿Te comió la lengua el gato o qué? —se burló ante la falta de respuesta por parte de Jungkook. Lo dejó delante de la butaca, pero no lo obligó a sentarse—. ¿Cómo te llamas? —preguntó.


Jungkook en ese momento pareció despertar de la ensoñación en la que estaba metido y abrió la boca para contestar.


—Jung-Jungkook.


V se rió un poco ante su tartamudeo y Jungkook se sintió enrojecer de nuevo. No podían culparlo, ese hombre tenía un aura a su alrededor que olía a sensualidad y el pelinegro también estaba nervioso porque se movía con la gracia de un depredador que acecha a su presa.


—Hmmm, Jungkook —apoyó ambas manos sobre su pecho y se inclinó ligeramente hacia él, dándose cuenta de que le sacaba mínimo media cabeza—. Yo me llamo Taehyung.


Sinceramente Jungkook agradeció que el hombre le dijera su nombre, porque no se sentía muy cómodo solo sabiendo un simple mote.


Sintió un presión en su pecho y cayó hacia abajo sobre la butaca porque había sido empujado por Taehyung. Este sonrió de lado y Jungkook sintió que su miembro se empezaba a endurecer porque esa sonrisa había sido demasiado caliente.


Taehyung volvió a poner las manos sobre sus hombros y esta vez se inclinó hasta quedar al lado de su oído. Jungkook tembló al sentir su cálido aliento sobre su piel.


—Y bien, Jungkook —arrastró un poco la última sílaba de su nombre en un suave ronroneo—. Dime lo que quieres.


El pelinegro se estremeció con el corazón latiéndole a mil y pensando que no iba a ser capaz de aguantar nada más si ya se sentía explotar con unos simples toques y su voz.


—No sé —fue lo único que pudo contestar y no mentía porque su cabeza no podía pensar en nada coherente en ese momento.


Taehyung se incorporó y clavó sus ojos en los suyos. Se relamió los labios y sonrió al ver como Jungkook seguía su lengua con la mirada.


—Entonces podemos hacer lo que yo quiera, ¿no? —Jungkook solo pudo asentir embobado, aún mirando esos labios ahora más brillantes por culpa de la saliva.


Taehyung acercó su rostro al suyo y Jungkook contuvo la respiración, escuchando el martilleo de su corazón en los oídos. El castaño sacó su lengua y lamió la mandíbula del pelinegro despacio. Luego se movió pasando su lengua sobre los labios de Jungkook y lo besó. Lo besó lento y esperó a que Jungkook le correspondiera antes de dar pequeños toques con la lengua para pedir permiso para entrar. el pelinegro dudoso abrió la boca y dejó que Taehyung se colara en ella. Jadeó sobre sus labios cuando sintió la lengua del castaño rozar la suya y enfrascarse en una danza que se hacía cada vez más intensa.


Taehyung se apartó de él con un chasquido y Jungkook boqueó cogiendo aire. Aquel había sido el beso más intenso que le habían dado en su vida. El castaño se separó y dio unos cuantos pasos hacia atrás. el pelinegro lo observó atento y un tanto expectante por lo que haría a continuación.


El castaño se llevó las manos a los botones de la camisa y los empezó a desabrochar uno a uno con una lentitud tortuosa, mientras sus ojos no paraban de calentar la sangre de Jungkook. Poco a poco más piel blanquecina quedaba a la vista, tentando a Jungkook.


La camisa se deslizó sobre sus hombros y cayó al suelo. el pelinegro admiró con ojos brillantes la perfección que tenía delante suya y con las yemas de los dedos picándole por tocar la piel del otro. El abdomen ligeramente marcado y esa tersa piel que parecía tan suave como la seda.


Las manos de Taehyung se deslizaron hacia abajo, acariciándose el pecho en el camino y moviendo ligeramente las caderas al son de una canción que no se escuchaba. Se desabrochó el pantalón y lo dejó caer abajo por sus piernas. Jungkook no supo cómo aquella acción pareció tan majestuosa a pesar de que los pantalones eran endemoniadamente apretados.


Una vez que las piernas de Taehyung quedaron desnudas Jungkook no pudo despegar la vista de los suculentos muslos que tenía delante. Ahora ahí estaba el castaño, sonriéndole con picardía y Jungkook tragó grueso mirando la entrepierna, que se entreveía gracias a la trasparencia de los bóxer de Taehyung, esperando a que estos desaparecieran igual que las otras prendas.


El castaño se dio la vuelta, quedando de espaldas a Jungkook y se bajó los calzoncillos despacio, inclinándose hacia delante y proporcionándole al alto una perfecta vista de su blanco trasero. Jungkook esperaba que se diera la vuelta, pero en cambio lo que hizo Taehyung cuando los bóxer cayeron al suelo fue llevarse ambas manos a las redondas mejillas y masajearlas.


Jungkook miró con atención como Taehyung se acariciaba y se amasaba los glúteos de una manera demasiado erótica como para ser legal. Para ese momento el pelinegro ya tenía una erección demasiado dolorosa aprisionada debajo de sus vaqueros.


Taehyung siguió moviendo las manos sobre su culo, dándose incluso una palmada enrojeciendo un poco la piel y separando las nalgas dejándole ver su rosada entrada. Jungkook jadeó deseando que esas manos fueran las suyas. El castaño se giró, decidiendo que ya era suficiente y se deslizó hacia él. el pelinegro no sabía que le calentaba más, si la sonrisa de Taehyung o su pene firmemente erecto.


Se quedó quieto mientras Taehyung ponía sus manos sobre él y empezaba a quitarle la ropa. Siempre lento, jugando con él. De vez en cuando el castaño se humedecía los labios y se inclinaba para lamer la piel expuesta que quedaba a medida que la ropa desaparecía.


Cuando estuvo completamente desnudo, Taehyung se sentó a horcajadas sobre él y se acercó a su rostro para darle un beso mucho más húmedo, apasionado y caliente que el anterior. Se apegó más a él hasta que ambos miembros se rozaron y Jungkook gimió porque aquello se sentía demasiado bien. El castaño comenzó a mover las caderas sobre su miembro mientras atacaba sin piedad la boca de Jungkook, robándole el aliento. Este tuvo que echar la cabeza hacia atrás para poder respirar y Taehyung aprovechó para besar, lamer y morder su cuello, chupando allí donde se marcaba el pulso, dejando una marca.


Entre todas esas caricias, las manos del castaño cogieron las suyas y las posaron sobre sus muslos. Jungkook pudo sentir la suave piel bajo sus dedos, al igual que sintió la aterciopelada voz de Taehyung susurrarle al oído.


—Tócame —y Jungkook nunca estuvo más feliz de seguir una orden, aunque no sabía muy bien cómo hacerlo, así que simplemente deslizó sus manos de arriba a abajo sobre los muslos del castaño, llegando hasta su culo y apretándolo sintiendo su firmeza y deleitándose con ella.


Taehyung volvió a besarlo con la misma urgencia que antes, pero esta vez llevó una mano abajo y con un dedo perfiló el contorno del pene de Jungkook, que dio una ligera sacudida ante el contacto. El travieso dedo subió y frotó la hendidura que ya expulsaba preseminal, esparciéndolo. Jungkook gimió y el sonido se alargó cuando Taehyung rodeó por completo su polla con la mano. Al principio fue lento, bombeando con delicadeza haciendo al alto expulsar suspiros de placer. Sin embargo, aquel ritmo no duró mucho y se volvió más rápido y brusco.


Jungkook estaba que deliraba, sobre todo cuando Taehyung torcía la muñeca o pasaba el pulgar por el glande. Se había convertido en un desastre de gemidos roncos bajo la ansiosa boca de Taehyung sobre su piel y los movimientos expertos de su mano.


Pero el punto cúspide fue cuando el castaño juntó ambos miembros, frotándolos juntos y se unió a la orquesta de suspiros y gemidos de Jungkook. Aquello fue demasiado para él que se tensó y se vino en la mano de Taehyung gimiendo su nombre muy fuerte, experimentando el primer orgasmo de la noche.


El castaño se incorporó y miró primero hacia abajo y luego hacia él. Tenía una sonrisa de completa satisfacción dibujada en su rostro y el pelinegro pudo sentir un tirón en su pene porque aquel hombre era muy caliente y cualquier movimiento lo encendía demasiado.


A pesar de tener una erección, Taehyung pareció ignorar ese hecho y tiró de Jungkook, obligándolo a levantarse y luego lo empujó a la cama.


—En el centro —ordenó con un gesto, indicándole al pelinegro que se colocara en el centro de la espaciosa cama.


Una vez que estuvo bien posicionado, Taehyung se movió, abriéndole las piernas y poniéndose entre ellas. Colocó las elegantes manos sobre el tonificado pecho de Jungkook y lo besó, pero fue un simple roce de labios, porque pronto su boca empezó a descender.


Los suaves labios recorrieron la piel de Jungkook hacia el sur, acompañados de manos que acariciaban y arañaban a intervalos iguales. Llegó a sus pezones y se metió uno en la boca, estimulándolo con la lengua y luego mordiendo ligeramente. Cuando acabó con uno, se dirigió al otro, dándole el mismo trato. Después continuó con su camino, pasando la húmeda lengua entre los abdominales marcados, lamiendo parte del semen que lo había ensuciado.


Al llegar abajo, ignoró su pene -de nuevo duro- y besó sus muslos. Los recorrió en su totalidad, pasando los labios por el interior, acercándose peligrosamente a su erección pero sin llegar a tocarla.


Jungkook solo podía observar con ojos prendidos en lujuria, importándole ya bien poco que él era un romántico y que se suponía que su primera vez sería con el amor de su vida.


Taehyung paró sobre su polla, respirando sobre ella y estremeciendo a Jungkook. Sus ojos lo miraron intensamente, el gris de las lentillas no pudiendo ocultar el fuego del deseo en ellos.


La rosada lengua asomó de entre sus labios rojizos e hinchados y dio una pequeña lamida a la cabeza. Jungkook jadeó y aquello provocó que Taehyung lo mirara con una sonrisa traviesa que delató sus intenciones.


Lamió toda la longitud de su miembro. Al llegar a la base se desplazó un poco más abajo para chupar los testículos y luego volvió a subir, lamiendo con parsimonia mientras su mano derecha sujetaba el pene recto. Al llegar de nuevo al glande, lo lamió en círculos y pasó la lengua por la hendidura, probando el preseminal que volvía a salir.


Jungkook sintió que no iba a durar mucho más y Taehyung ni siquiera se había metido su erección en la boca. Lo miró a los ojos mientras Taehyung rodeaba su miembro con los labios y empezaba a descender. el pelinegro decidió que si seguía viendo eso, se correría de inmediato, así que echó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos, un ronco gemido siguiendo la acción.


Taehyung sonrió con su polla en la boca y siguió chupando, moviendo la cabeza de arriba a abajo y utilizando la lengua cuando podía. A Jungkook le mataba cada vez que sentía la dureza de sus dientes raspar suavemente la piel. Comenzó a ir más rápido, girando la cabeza mientras bombeaba con su boca, incluso añadiendo una mano para intensificar el placer.


—Mmm, joder —maldijo en un gemido alto. De verdad maldecía lo experto de los movimientos de Taehyung que lo estaban llevando al cielo poco a poco.


Y ese poco a poco resultó llegar poco tiempo después cuando Taehyung chupó muy fuerte y Jungkook no pudo aguantar más y explotó dentro de la boca del castaño. Este sin reflejo alguno se incorporó y se aseguró de que lo miraba antes de tragar. Jungkook siseó ante la vista.


Ya eran dos veces las que se había corrido el pelinegro y Taehyung seguía con la misma erección desde el principio. Jungkook se sintió algo culpable, pero su mente aún seguía viajando por el mundo del placer post-orgásmico como para darle demasiada importancia.


—Sabes bien —confesó Taehyung mientras se relamía los labios y hacía sonrojar a Jungkook—. Pero ya me cansé de los juegos previos —se inclinó hasta que sus labios se rozaron—. Es hora de hacer lo que has venido a hacer —ronroneó.


Le sonrió y aquella fue la sonrisa más erótica y sensual de todo el jodido mundo, Jungkook podía jurar. Todo ese chico parecía haber sido sacado de las fantasías de cualquier hombre: desde la cara de facciones delicadas y mirada intensa, hasta ese cuerpo lo suficientemente tonificado y marcado, con las curvas en los lugares adecuados.


Estiró un brazo sobre Jungkook, alcanzando un bote de lubricante que había en una mesita de noche al lado de la cama. Se sentó a horcajadas sobre él y abrió el bote. Se echó un poco del líquido viscoso sobre los dedos y se los llevó a su entrada, esparciéndolo. Luego volvió a echarse más y Jungkook pudo ver el momento justo en el que se introdujo un dedo. Lo supo por como Taehyung cerró los ojos y siseó. A pesar de que no podía ver exactamente como se estaba preparando, pudo sentir como empezaba a sacar y meter el dedo.


El segundo llegó con un pequeño jadeo y Jungkook ya se sentía hervir de nuevo, su pene volviéndose a endurecer. Taehyung lo miró, vio que estaba excitado y con picardía cogió su mano derecha y embadurnó sus dedos con el lubricante, dirigiéndolos luego a su entrada. Jungkook tragó saliva nervioso porque nunca había hecho eso y no estaba seguro de si lo haría bien.


Metió temeroso el dedo índice, introduciéndolo poco a poco. Aquello debió de impacientar a Taehyung porque este tomó su mano y lo obligó a meterlo de golpe, sacándole un pequeño gritito. Jungkook agradeció que a pesar de que los dedos eran los suyos, fuera el castaño el que guiara los movimientos.


—Más —pidió—. Méteme más.


Y así lo hizo el pelinegro, viendo a Taehyung cerrar los ojos y gemir mientras se movía para hacer más profundas las embestidas de sus dedos. Después de unos intensos minutos, Taehyung le retiró los dedos. Jungkook dejó caer su mano a un lado, mirando con ojos hambrientos como el castaño tomaba su pene y se posicionaba sobre él. Sintió la punta rozar su entrada y contuvo el aliento. Taehyung fue bajando, sintiendo el miembro de Jungkook expandir sus estrechas paredes.


—Ah... Mmmm —gimió cuando estuvo dentro por completo.


Comenzó a mecerse de atrás a adelante, posando las manos en el pecho de Jungkook para sujetarse. El movimiento era suave y sensual y en opinión de Jungkook, muy íntimo. Ambos se estaban mirando y Jungkook no debería de estar sintiendo una extraña conexión con ese chico porque él simplemente era un chico de compañía al que le pagaría después por haber tenido sexo con él. Sin embargo, notaba algo en las caricias que le daba y en esos ojos que lo miraban con una intensidad profunda.


Después de unos minutos de ese vaivén erótico, en el que rotaba sus caderas y hacía soltar gemidos graves a Jungkook, Taehyung colocó las plantas de los pies sobre la cama y empezó a moverse de arriba a abajo sobre el duro pene. A partir de ese momento, las cosas se tornaron más bruscas y rápidas. El sudor empapó su frente, pegando mechones de cabello a ella, al igual que en Jungkook.


el pelinegro en un arranque de algo que no supo identificar, agarró al castaño de las caderas y lo volteó, invirtiendo posiciones, quedando esta vez él arriba y Taehyung debajo. Arremetió con fuerza en el interior del castaño, sintiendo sus paredes aprisionar su miembro de manera deliciosa y exquisita. Aquella acción debió de complacer a Taehyung porque ahora sus gemidos eran mucho más altos y agudos. Sus manos agarraron los hombros del pelinegro, clavando incluso las uñas ante el placer abrumador que las embestidas de Jungkook le proporcionaban y este se dedicó a devolverle todos los besos y marcas que había dejado sobre su cuerpo, pero con una intensidad doble, mientras seguía penetrándolo con fuerza.


Era brusco, duro, rápido y húmedo, todo lo contrario a como Jungkook se imaginó su primera vez y sin embargo, en ese instante le pareció perfecto. En un momento determinado, lo sacó todo y se volvió a introducir de una sola estocada, provocando que Taehyung arqueara la espalda y le arañara los brazos al golpear su punto dulce.


—Ahhh, Dios —se mordió el labio, tentando a Jungkook que se inclinó a besarlo después de repetir el movimiento anterior tres veces más.


El pelinegro sintió un calor conocido reunirse en su vientre bajo, al igual que la tensión de sus músculos, pero quería que Taehyung se viniera primero porque él ya lo había hecho dos veces, mientras que el castaño ninguna. Con una mano rodeó el miembro de Taehyung y empezó a bombear al ritmo de sus embestidas, lo que causaba que Taehyung volviera a arquear la espalda en un gesto para contener el absoluto placer.


—Jungkook... Ah —intentó hablar entre tanto jadeo y suspiro—. Estoy cerca.


Ante eso el pelinegro aceleró, animado por sus palabras y lo bien que sonaba su nombre salir de sus labios. Sus estocadas se volvieron arrítmicas y pudo sentir como fue que Taehyung se tensó y se vino en su mano con un gemido fuerte y largo. La presión que ejercieron sus paredes, ya de por sí estrechas, sobre su pene, llevaron a Jungkook al paraíso y se corrió fuertemente en el interior del castaño.


Se movió unas cuantas veces más antes de sacar su miembro con un chasquido que sonó muy obsceno en sus oídos y se derrumbó a un lado del cuerpo sudoroso de Taehyung. Estuvieron un rato en silencio, disfrutando de los ramalazos del impresionante orgasmo que ambos tuvieron. Jungkook se sentía flotar en una nube y la parte de su mente que aún parecía funcionar se maldijo por haber esperado veintitrés años para disfrutar aquello.


—Wow —fue lo único que salió de su boca después del silencio que duró minutos. Taehyung se rió a su lado.


—¿Te gustó? —preguntó encarándolo, quedando de lado y apoyando la cabeza en una mano.


—Fue increíble —dijo mirando todavía al techo—. No sé por qué me he estado perdiendo esto por tanto tiempo —Taehyung volvió a reír como si lo que había dicho hubiera sido gracioso.


—¿Sabes? —empezó, adoptando una posición igual a la de Jungkook—. Yo en realidad no suelo hacer esto de acostarme con la gente, menos con vírgenes —el pelinegro giró la cabeza mirándolo con atención—. Es decir, puede parecer mi trabajo, pero en realidad yo soy más de los que bailan en el escenario y eso. No digo que nunca lo haya hecho, pero no suelo hacerlo.


Jungkook volteó el cuerpo para poder observarlo mejor, con ojos curiosos y una pregunta burbujeando en su boca, queriendo salir.


—Entonces, ¿por qué lo hiciste conmigo? —Taehyung lo miró y el pelinegro se sorprendió porque la intensidad de su mirada seguía ahí.


—No estoy seguro —se encogió de hombros—. Supongo que me llamaste la atención. Tiene algo que ver el hecho de que seas totalmente mi tipo y sinceramente la idea de ser el primero de alguien es muy excitante —sonrió amplio. Era una sonrisa totalmente diferente a las anteriores que le había ofrecido a Jungkook y provocó que el corazón de este se saltara un latido.


Jungkook no supo qué responder a eso, por lo que simplemente se volvió a tumbar. El silencio se instaló de nuevo entre ellos, pero era tranquilo y relajante. Lo único que se oía era el sonido de sus respiraciones ya acompasadas. el pelinegro se incorporó después de un rato. Ahora que ya se habían acostado no había ningún punto en seguir allí más de lo necesario, a pesar de que se encontraba muy a gusto.


—Bueno, pues, em, ¿gracias? —dijo mirando a Taehyung, quien seguía tirado en la cama y viéndose hermoso—. ¿Cuánto te debo? —se acercó al borde de la cama con intención de alcanzar la sudadera donde estaba su cartera, pero una mano rodeando su muñeca se lo impidió.


—Te haré un descuento.


—¿Ah? —Jungkook lo miró confuso.


—Incluso te lo dejaré gratis —añadió Taehyung.


—¿Por qué?


—Solo con una condición —el castaño ignoró la anterior pregunta.


—¿Cuál? —preguntó dudoso Jungkook.


—Que vengas más veces.


Taehyung lo estaba mirando de una manera que Jungkook no sabía cómo calificar. Pensó en rechazar el trato porque sinceramente no tenía la intención de venir seguido a acostarse con un chico de compañía, pero algo en su interior le instó a aceptar. Ese algo que por algún motivo hacía que se sintiera bien con Taehyung y que tuviera ganas de conocerlo más. Y ya no solo a nivel físico, sino como persona.


—Está bien —respondió y Taehyung sonrió como un niño al que le anunciaron que iban a regalarle el juguete que quería.


Jungkook intentó de nuevo levantarse, pero esta vez no fue solo una mano la que se lo impidió, sino todo el cuerpo de Taehyung que lo lanzó de nuevo sobre la cama. El castaño se abrazó a él, pasándole una pierna y brazo por encima y apoyando la cabeza sobre su hombro.


Una persona normal habría pensado que aquella posición era una muy íntima para alguien con un trabajo como el de Taehyung y su cliente, sin embargo Jungkook la encontró cómoda y reconfortante.


—Quédate un poco más —y no se lo tenía que pedir dos veces.


—¿Debería sentirme especial por esto? —preguntó después de unos minutos.


—Sep —y la respuesta directa provocó que se sonrojara porque no se lo esperaba. Taehyung se dio cuenta de eso y se acercó y le dio un pico sobre lo labios. Se apartó riendo suavemente.


El castaño estiró la cabeza para poder ver la hora que señalaba el reloj que había en la mesita de noche.


—Creo que te debería devolver a JongDae —dijo frunciendo el ceño y sonando no muy convencido—. Llevamos más de hora y media aquí dentro.


Jungkook giró la cabeza para confirmar lo dicho por Taehyung y a regañadientes se levantó y alcanzó su ropa. Se vistió bajo la atenta mirada del castaño que estaba sentado en la cama. Cuando el pelinegro estuvo vestido de nuevo miró a Taehyung preguntándole mudamente si iba a hacer lo mismo. El castaño como respuesta se puso la ropa interior y una bata de seda negra que había sobre la cómoda. Jungkook alzó una ceja.


—¿Qué?


—¿Vas a salir así?


—Sí —dijo caminando hacia la puerta—. Me da pereza vestirme.


Jungkook siguió a Taehyung, deshaciendo el camino que había hecho con Min. Pararon delante de otra puerta y lo observó dar ligeros golpes con los nudillos.


—¿MinSeok? —llamó—. Deja al sonrisa de gato ese, su amigo está esperando.


Jungkook pudo oír un quejido quedo, debido a que la puerta estaba cerrada, pero no tardó en abrirse dejando ver al chico que lo había acompañado hasta Taehyung (que ahora sabía que se llamaba MinSeok) con el pelo despeinado.


—¿Terminasteis? —Taehyung asintió—. Cariño —se volvió hacia la persona que estaba dentro de la habitación, que supuestamente era JongDae—. Tu amigo ya no virgen te espera.


Al segundo la cabeza de su mejor amigo asomó por la puerta con una sonrisa gatuna no muy agradable para Jungkook.


—Jungkook, tío, me alegro por ti —le dio unas palmaditas en el hombro, importándole poco estar medio desnudo—. Ya eres un hombre.


Jungkook bufó molesto.


—¿Nos vamos?


—Sí, un momento —desapareció en la habitación junto con MinSeok y volvió al minuto vestido y el otro chico al igual que Taehyung con una bata negra.


Caminaron hacia la puerta que daba a la parte del bar y escenario, deteniéndose delante antes de salir. JongDae y MinSeok se despidieron con un beso y Jungkook arrugó la nariz. Prefirió mirar a Taehyung que estaba ahí parado delante de él con una suave sonrisa sobre sus labios. Parecía otra persona, como si todo lo sensual y erótico se hubiera quedado en la habitación y en su lugar hubiera quedado un tierno y dulce chico.


—Toma —le ofreció una tarjeta con el logo del Lucky One impreso y un número—. Para que me llames, aunque te estaré esperando por aquí —Jungkook asintió.


—Claro, no dudes en que vendré —dijo y se giró para seguir a su amigo, pero Taehyung fue más rápido y lo tomó de la nuca y se puso de puntillas para darle suave beso.


—Adiós —se apartó y Jungkook jura que había visto al chico sonrojarse.


Se despidió de Taehyung y salió con JongDae en busca de NamJoon, preguntándose cómo demonios Taehyung podía actuar tan dulce y tímido cuando hace unos minutos parecía un depredador hambriento y lujurioso.


—Así que... Estuvo bien —dijo JongDae a su lado.


—Sí.


—Pero muy bien.


—Sí, la verdad no me lo esperaba.


—Pero realmente bien —Jungkook se giró para encarar a su amigo que tenía una sonrisa burlona en el rostro.


—¿Qué quieres, JongDae?


—Vas a volver —y no era una pregunta.


—Sí.


—Y te dio su número.


—Sí.


—Interesante.


—No tanto. Como tú y MinSeok —se encogió de hombros—. Por cierto, no me dijiste nunca que te veías con un chico de compañía.


—No es un chico de compañía —contradijo JongDae—. Al menos ya no.


—¿Estáis liados? —preguntó incrédulo.


—Algo así.


—Y puedes vivir con el hecho de que la gente vea su cuerpo desnudo.


—Ya te he dicho que ya no hace eso. Se limita a bailar y a veces sirve copas.


Encontraron a NamJoon en un rincón con un chico rubio de facciones delicadas. Este se despidió del rubio con un beso y Jungkook se preguntó si sus amigos estaban liados todos con chicos de compañía. No sabía cómo sentirse, tampoco sabía cómo hacerlo ante el hecho que no le importaría estar de igual manera con Taehyung, aunque si eso llegara a pasar se aseguraría de que el castaño encontrase otro trabajo porque no estaba cómodo sabiendo que había un mogollón de pervertidos por ahí viendo su cuerpo moverse sobre el escenario.


—Entonces, ya eres un hombre.


—Cállate NamJoon.



















N/A:


No sé qué es esto >///< Pero quería aclarar una cosa solo por si acaso. A pesar de que el Taehyung de este fic es supuestamente un prostituto, yo no me lo imagino así ni nada eso. Yo respeto y quiero mucho a mi bebé. Simplemente se me ocurrió así, una idea en el que Jungkook era un inexperto en el tema del sexo y Taehyung todo lo contrario.


10 ноября 2022 г. 22:24 12 Отчет Добавить Подписаться
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ML Monica Lagos
Gracias por tu historia, es muy interesante esa versión de ellos.
Aduison Losj Aduison Losj
Eme encantó 😋
Mar Diaz Mar Diaz
Con quien andaba Namu 😏
AP Annie P.R.
El dijo que bailaba, y que raramente se iba con clientes. Que sea stripper o ballerin no significa prostituto.

~

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