La muerte tocó la puerta del reino de Massasiff sin avisar, un día sin más el rey apareció muerto en su dormitorio. El príncipe Kessán, se convirtió de golpe en el rey Kessán III, heredero de un reino desestabilizado, pobre y gravemente amenazado, su padre Kessán II murió en plena crisis diplomática con el reino de Cesália. La reina Mirra, una auténtica Dama Negra (las mujeres con más influencia del territorio), era hija ilegítima del rey de Cesália y había intentado de todas formas convencer a su marido de terminar con la guerra diplomática.
En Cesália la muerte de Kessán II no pasó inadvertida tampoco.
¿- Así que ese maldito bastardo de Kessán ha muerto, no?
- Así es señor
- Avisa a nuestro "enviado especial" en Massasiff, ella nos quitará de en medio a Kessán hijo y por fin podremos gobernar ese territorio desde las sombras.
- La reina Mirra no aceptará matar a su hijo.
- ¿Quién ha hablado de matar a nadie? Ella es una Dama Negra, podrá convencer a su pueblo de que me nombren Rey Vitalicio. ¿A qué esperas estúpido criado? ¡Manda YA esa carta!
- Mi Reina, le ha llegado una carta del rey de Cesália.
- Sin duda una oferta para recuperar nuestro reino ahora que ha fallecido mi marido, déjemela, la leeré.
- No tendrá usted intención alguna de...
-Oh, no de ninguna manera, solo quiero saber qué dicen en otros partes del mundo, de la muerte del Rey de Massasiff.
- La dejo sola, pues.
Mi amada hija, te quiero felicitar por tu excelente trabajo, pero, todavía no has terminado la faena. Su hijo, el príncipe Kessán pronto subirá al trono y eso me molesta. Tu trabajo será fácil, solo tienes que convencer a tu pueblo de que tú debes ocupar el lugar de tu marido, una vez hayas logrado este objetivo me nombrarás Rey Vitalicio y gozarás de tu máximo y mejor reconocimiento por mi parte.
Tu amado padre:
El rey de Cesália Verdor Nabareth.
- ¡Criado!
- ¡¿Qué ocurre mi Señora!?
- Papiro, tinta y una pluma, ¡Ahora!
-Sí, mi Reina
-Aquí tiene
-Déjenme sola
-Si
- ¿Rey Verdor?
- Adelante.
- Carta de la reina Mirra de Massafiff.
- ¡Vete ya imbécil!
- ¡Si señor!
Mi no tan amado padre, ha habido una grave, confusión, yo no maté a mi esposo como usted cree. Él murió de muerte natural, y en verdad estoy muy dolida por su muerte, ya que yo lo amaba. Como amo a mi hijo, motivo por el cual no voy a ceder a sus chantajes y presiones y me voy a dedicar a impedir que vuestros sueños de conquista y muerte no se cumplan.
Su ex-aliada
La reina de Massasiff Mirra Nabareth.
El grito de rabia del rey resonó por todo el palacio.
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