izradafenyn Izra Dafenyn

Primera parte de la trilogía titulada "Un Lugar Llamado Poway" Misión Tiamat: La vida de Ryan Emery estaba a punto de dar un giro de 180 grados, al ser abducido por seres de otro planeta y enterarse de varios secretos que han sucedido en la tierra, su misión será detener a los seres que pretenden destruir nuestro planeta. ¿Podrá lograrlo?


Найучная фантастика Путешествие во времени 13+.

#aliens #annunakis #aventura #muerte #ovnis #planeta #tiempo
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¿Qué demonios quieren de mí?

Ryan Emery había radicado toda su vida en California, específicamente en un lugar llamado Poway, cuando tenía 17 años estudiaba en la High School de aquel condado, por su forma de ser era considerado un cobarde, pero a pesar de esto trabajaba como ayudante general en el “Poway Bernardo Mortuary”, el cementerio de la comunidad. Un chico como cualquier otro en el mundo, sus pasatiempos eran estar con su novia, escuchar pop punk y cuando se encontraba solo, solía caminar cerca del lago Poway y sentarse a la sombra de un árbol que era especial para él.

Su vida transcurría con la cotidianeidad de siempre, no se imaginaba que estaría por enfrentar un cambio en su rutina.

Una tarde mientras se encontraba escuchando música en su habitación, la cual consideraba su segundo lugar seguro, observaba detenidamente cada una de las paredes color turquesa, mismas paredes que estaban decoradas con posters de sus bandas favoritas por todos lados y una pequeña plantita cerca de una ventana que lo dejaba observar la nieve caer en temporada invernal, en aquel lugar destacaban dos posters de Blink 182 que tenía en su techo, una bandera de la misma banda, la cual estaba colocada en su puerta y algunos muñecos funko pop de Spider Man, Barney Stinson, McLovin, Mark Hoppus; quien es su bajista favorito, Travis Barker y Edward Scissorhands. Mientras en su Alexa se reproducía la canción waiting game de la banda Yellowcard, tomó asiento en su cama que estaba cubierta con un cobertor purpura y se puso a observar a través de aquella ventana al árbol que cada mañana lo despertaba golpeando levemente sus ramas contra el vidrio ayudado por el viento, divagando sobre su futuro, "¿Sería bueno abandonar la preparatoria y dedicarme por completo a trabajar en el cementerio?" Esa era una duda que invadía de manera constante su cabeza. Al paso de algunos minutos tomó su toalla y se metió a duchar, aquella tarde vería a la chica que lo volvía loco.

Inexplicablemente, al comenzar a ducharse, una extraña fuerza comenzó a levantarlo del suelo, la incertidumbre de lo que estaba pasando se estaba apoderando de él, cerró los ojos pensando en que todo era un sueño, cuando los abrió la imagen que veía era completamente diferente a la de su baño, aquel era un lugar desconocido, podía sentir mucho frio, las paredes eran metálicas, algunas otras llenas de luces de distintos colores, repentinamente un extraño ser con aspecto humano se acercó a él, parecía alemán, con cabellera larga y dorada, ojos azules, piel extremadamente blanca, su estatura de casi 2 metros, carecía de cejas, no tenía orejas, pero si unos agujeros a los costados muy pequeños, y vestía un extraño traje de látex color negro con el cual lucia su cuerpo atlético, Ryan intentó correr, sin embargo, no tuvo éxito.

— Ten.

Le dijo el extraño ser, dándole una especie de indumentaria.

— ¡No se acerque!

Pronunció temeroso.

— ¿Piensas quedarte desnudo?

Al percatarse de lo que aquel ser había mencionado, tomó rápidamente la indumentaria y sin pensarlo hizo uso de esta.

— Mi nombre es Rimkell, soy el comandante de esta nave.

— ¿Qué demonios quieres de mí?

Preguntó asustado, pero decidido a averiguar el motivo de su captura.

— Tú debes ser Ryan ¿Verdad?

— Insisto, ¿Qué quieres de mí?

— ¡Pero qué joven tan desconfiado! De acuerdo, el motivo por el cual te trajimos hasta aquí es porque mi hija se extravió en tu planeta...

Fue interrumpido por otro ser de aspecto femenino, pero más humano, era igual de alta que el primero, mismas características con respecto al cabello y a los ojos, sin embargo, ella si tenía orejas, cejas, pestañas, usaba el mismo modelo de traje, y nuevamente se podía notar que aquél ser tenía un cuerpo perfecto.

— Rimkell… ¡Dile la verdad!

— ¡Está bien! Ella no se extravió, en realidad huyó de mí porque no quiere ser tratada como mi hija, ella quiere estar piloteando una de las naves de combate y yo no se lo permito...

Una vez más fue interrumpido.

— ¡Lo que queremos pedirte es que nos ayudes a encontrarla! A cambio podremos darte lo que nos pidas.

— ¿Encontrarla en dónde?, ¿Acaso no ven que el planeta es muy pequeño?

Mencionó con sarcasmo.

— ¡Lo sabemos bien! Por lo que con ayuda del rastreador de la nave donde huyó pudimos localizarla en tu lugar de origen, Poway se llama ¿verdad?, como sea, tú fuiste seleccionado entre todos los pobladores de aquel sitio para que nos ayudes.

Dijo Rimkell, convencido de que el chico aceptaría la misión inmediatamente.

— ¿Yo por qué? ¡Yo no puedo ayudarles!

Contestó con miedo, pero esperaba que con eso lo dejaran ir.

— ¡Tú eres el adecuado! Conoces a casi todos los pobladores de tu lugar de origen, eres deportista, y lo más importante de todo, tienes 17 años, la misma edad de mi hija.

Ryan se confundió más con esa corta descripción.

— Y todo eso ¿Qué tiene que ver?, hay más chicos deportistas en Poway y que también tienen 17 años.

— Verás, tu edad es la exacta para que mi hija no tema acercarte a ti si le hablas.

Exclamó Rimkell.

— Y para ahorrarse todo esto, ¿No es más fácil que ustedes vayan a la tierra por ella?

— ¡Imposible! Tenemos prohibido entrar a tu planeta después de cumplir determinado tiempo, ya que tenemos aspecto diferente al de tu raza, sin embargo, nuestra hija tiene un parecido como las chicas de Ki, pero ella no sabe que, si no regresa con nosotros antes de un mes, tomara el aspecto de una anciana de nuestra raza y perderá cualquier tipo de poder que nosotros poseemos, lo cual la haría vulnerable a los ataques de los tuyos, y no queremos empezar una guerra por lo mismo, ¿Entiendes ahora?

De forma amenazadora terminó aquel argumento el primer ser con el que tuvo contacto.

— Usted no ha mencionado su nombre.

— Tienes razón, me llamo Naiyin.

— Ok Naiyin, ¿Entonces yo puedo evitar una guerra entre tu raza y la mía?

— ¡Así es! De ti depende que estalle o no la guerra entre nuestros mundos.

Ella parecía bastante segura

— ¡No quiero ayudarles!

El rostro de los seres se tornó asombrado, pero a la vez molestos.

— ¡Puedes ser el salvador de tu raza, no dejes escapar esta oportunidad!

— ¿Bromeas verdad amigo?, ¿Por qué razón querría yo salvar a la humanidad?

— ¡Conocemos a los de tu especie! Sabemos que siempre quieren ser reconocidos por sus actos heroicos, y esta es tu oportunidad.

— ¿Y salvar a una especie destructiva? ¡No lo creo! Por mi terminen con nosotros, no me interesa salvar a seres egoístas, y que acaban con millones de especies cada año, en especial con los árboles.

Él fingía valentía, deseando que sus argumentos los convencieran o que al menos despertara del sueño donde creía encontrarse y todo esto acabara pronto, los seres presentes lo miraban extrañados, incrédulos de lo que decía; pero entonces vino un golpe fuerte para Ryan.

— ¿Te mencionamos que nuestras armas son demasiado letales? ¡Podrían destruir no sólo a los tuyos, sino al planeta entero!

El chico no esperó aquello, realmente no quería que la especie humana desapareciera, mucho menos todo el planeta; después de mucho meditarlo aceptó ayudarles.

— Denme toda la información sobre su hija, mientras más rápido empiece la búsqueda mejor.

— ¡Sabíamos que podíamos contar contigo! Ahora bien, ella es parecida a mí, su cabello es largo, el mismo color, su piel es clara, ojos azules, labios pequeños en un tono rosado; parece una chica como las de tu planeta, su nombre es Ninhur, pero creemos que lo cambiará para evitar ser localizada, es de carácter explosivo, si la encuentras debes avisarnos antes de intentar platicar con ella o podría huir a otro lugar y nos llevaría más tiempo, ¿Contamos contigo?

Naiyin terminó aquellas palabras y lo miró fijamente.

— ¡Sí, no tengo de otra!

Acto seguido se encontraba nuevamente en su habitación, retiró aquella indumentaria y se acostó a dormir, se sentía muy agotado y sólo quería reponer energía; olvidó por completo la cita con Patricia.

A la mañana siguiente se despertó cómo si nada hubiera ocurrido, pero en su mente estaba presente el recuerdo de la extraña pesadilla que había tenido, se puso un short y se dirigió a la cocina por un poco de cereal, encendió el televisor y lo único que había eran noticias, eligió un canal y sólo prestó atención hasta que el periodista mencionó una noticia que lo impactó demasiado; una extraña luz en el cielo no era algo muy normal. Dejó de comer aquel cereal y corrió hacia su habitación, cuando entró notó con espanto que en el suelo se encontraba tirado aquel traje que Rimkell le había dado, "Pero ¿cómo?, ¿Realmente no estaba soñando?" Pensó con horror.

Decidió tranquilizarse, se apuró para ir al colegio, al llegar buscó a su amigo Lucas, él sabía sobre ovnis y seres de otras galaxias, le comentó lo que había pasado la noche anterior (todo como un sueño) y su respuesta fue algo rara.

— Lo que te pasó, amigo mío, se llama “Viaje”.

— ¿Astral?

— ¡No! Tú estabas muy drogado ayer y cuando fuiste a dormir tu viaje te hizo soñar con una abducción alienígena, en la cual te piden ayuda, pero ¡Vamos! Los aliens no necesitan ayuda, ellos pueden hacer todo por sí mismos.

— ¡A ver! Primero que nada, no estaba drogado, y segundo ¿De verdad crees en lo que me dices?

— ¡Claro!, ¿Por qué crees que hay tantos reptilianos y grises en el planeta?

— ¿Existen esas cosas?

— ¡Sí!, ellos controlan la situación global, controlan nuestras mentes, ¡Ellos no necesitarían ayuda! Así que afortunadamente para ti, sólo fue un sueño, porque si hubieras sufrido una abducción real, ¡Hubieran experimentado contigo!

La campana que anunciaba el inicio de las clases sonó, después de varias horas salió estresado, para ser jueves todo estuvo muy pesado, tal vez sólo era su confusión, ni siquiera a su novia le había puesto atención, lo cual ella reclamó en cuanto tuvo la oportunidad.

— ¿Qué diablos sucede contigo? ¿Acaso crees que soy tu tonta? ¡No voy a dejar que me trates así!

Se trataba de Patricia Rojas, en dos meses cumplirían año y medio juntos, una chica muy linda, de la misma edad, cabello castaño, ojos color café, labios bonitos; no solía usar labial, un bonito cuerpo, pero a pesar de ello, es la chica más temida en el condado; Ryan no lograba comprender como ella se había fijado en un chico tan cobarde cómo él, su padre de sangre mexicana, él es el señor Federico Rojas, mejor conocido como el Sheriff del condado, su madre tenía el cargo de alcaldesa de Poway, de nombre Ruth Cafagna. Patricia era una chica muy consentida y le gustaba tener la atención en todo momento.

— ¡Relájate! No es mi intención, no he tenido un buen día.

Le mencionó pesaroso.

— ¿Qué me relaje? Vengo feliz a platicar con mi novio, porque te recuerdo que eso eres, y sólo me recibes con indiferencia.

Ella bajó la mirada hacía el suelo después de decir eso, y él la abrazó.

— ¡Perdóname!, de verdad no ha sido un buen día para mí, tú no tienes la culpa.

Para recompensar su mala actitud, Ryan la llevó a “Hamburger Factory”, era el restaurante favorito de los dos, un sitio muy bonito, parece una cabaña por fuera y por dentro, las decoraciones de aquel restaurante iban desde antigüedades como una cabeza disecada de venado justo en medio, banderas de Estados Unidos, y una estatua de un apache; el dueño era el señor Ortega, un inmigrante mexicano que había llegado al país para lograr el sueño americano, afortunadamente para la mayoría de los adolescentes lo había logrado, ya que había creado un excelente restaurante, después de su muerte pasó a manos de su hijo Charlie Ortega, padre de Sophie; mejor amiga de Patricia.

Patricia pidió esa tarde una hamburguesa con papas fritas, con mucho picante y pepinillos, acompañada de una malteada de chocolate, Ryan pidió su platillo favorito, una hamburguesa con extra—queso y una tortilla “Ortega”, además de una soda sabor fresa, ese día Sophie no se encontraba en el sitio, por lo cual comieron solos. Patricia reía al verlo comer aquel manjar, al mismo tiempo mostró su preocupación por él.

— ¿Por qué tuviste un mal día, amor?

Al notar su interés le platicó lo sucedido la noche anterior, le contó la verdad sin esperar que le creyera.

— ¿Y piensas buscar a esa chica?

Quedó sorprendido ante esa reacción.

— ¿Crees que debería hacerlo? ¡Espera! ¿Crees que todo haya sido real?

— No estoy segura, pero mi primo Jared hace mucho tiempo me platicó de unos extraños seres alienígenas, y que están entre nosotros.

— ¿Cómo se llaman esos seres?

— No lo sé, deberías ir con él y preguntarle sobre ellos, pero por favor tranquilízate, no me gusta verte así.

— ¡Lo haré! Muchas gracias por el dato, y sí, me pondré en contacto con Jared esta misma noche.

Al terminar de comer la llevó a su casa, cuando regresó a su hogar no había nadie aún; tomó el teléfono y le marcó a Jared.

— Diga.

Contestó rápidamente

— ¡Hola Jared! Soy Ryan.

— ¡Amigo! ¿Cómo estás?

— ¡Bien amigo, muchas gracias! Disculpa, ¿Estás ocupado?

— Poco ¿Por qué?

— Quería consultarte algo sobre extraterrestres, ¿Podrías ayudarme?

— ¿Qué es lo que deseas saber?

— Digamos que me interesa saber algo acerca de los que se parecen a nosotros o habitan la tierra.

— Ese tema es muy extenso, pero te invito a que busques información de los Annunaki y la civilización Sumeria, búscalo y conocerás muchas cosas relacionadas con nosotros, si tienes alguna duda búscame por favor, por el momento te dejo, ¡Cuídate!

— Adiós amigo y muchas gracias.

No perdió tiempo, en cuanto terminó la llamada encendió su MacBook y se puso a investigar sobre aquellos temas alienígenas; la información era extensa y al mismo tiempo no podía confiar tanto de lo que encontraba en internet, aun así, trataba de averiguar lo más que podía. Annunaki y sumerios, sí que tenían muchas relaciones entre sí, inclusive la civilización maya y la egipcia estaban relacionadas.

En cada página de internet en la que accedía para investigar le salía lo mismo, pero no le quedaba claro, hasta que encontró un vídeo en YouTube del usuario Rimbel35, el cuál mencionaba lo siguiente:

“Los Annunaki fueron extraterrestres que llegaron al planeta Tierra hace 445.000 años con un propósito claro: extraer oro. Al parecer, necesitaban este mineral para restaurar la atmósfera de su planeta y protegerse de los rayos ultravioleta. Con el paso del tiempo, los Igigi, la clase de los trabajadores, se amotinaron y decidieron no seguir extrayendo oro, argumentando que eran astronautas, no mineros, por lo que Enki, hijo de Annu, decidió crear una nueva especie para que ésta extrajera este mineral. Extrajo un óvulo de una hembra neandertal, lo fecundó con esperma Annunaki y lo volvió a introducir en la hembra. De esta unión nacieron unos seres con poco raciocinio y muy primitivos. En otras palabras: no eran útiles para el propósito por el que habían sido creados. Decidieron entonces repetir el proceso, pero, en vez de reintroducir el óvulo en la hembra neandertal, lo introdujeron en una hembra Annunaki, y funcionó. De esa unión surgió la especie humana y durante miles de años fueron esclavos de los Annunaki, los cuales acabaron por enseñarles conocimientos para la supervivencia y el desarrollo.

Varios ufólogos postulan que los antiguos mitos sumerios narran esta experiencia real acerca de la intervención extraterrestre. Entre otros, para Zecharia Sitchin la intervención Annunaki explicaría por qué no se ha encontrado al conocido eslabón perdido en la cadena evolutiva humana.”

Después de una larga búsqueda había descubierto que hay más teorías sobre la creación humana, tenía en mente buscar al doctor Sitchin, para que él pudiera darle más información sobre el tema, la información lo llevaba a descubrir otras cosas, pero iba ir paso a paso. Su búsqueda por el ciber espacio fue interrumpida cuando el ordenador empezó a controlarse por sí solo, la pantalla se puso negra y el rostro de Rimkell apareció en ella, Ryan se asustó y quiso salir corriendo; sin embargo, no pudo hacerlo, sus piernas estaban paralizadas, aquel ser lo miró fijamente y empezó a hablar.

— ¿Ya localizaste a mi hija?

— ¡Aun no! No es tan fácil como piensas.

— No quiero que nada malo le pase.

— No me presiones, ya te dije que la voy a encontrar.

— De acuerdo, espero no se te olvide nuestro trato.

Desapareció y el ordenador volvió a funcionar.

Esa noche no pudo dormir, por más que trataba de encontrar algo verdaderamente concreto no lo logró, todo era muy confuso, su búsqueda se basaba en Sumerios, y la raza Annunaki, pero él tenía la intuición de que había algo más, aunque no estaba seguro cómo poder obtener toda esa información; por la mañana recibió una llamada de su novia.

— ¡Hola! ¿Cómo sigues?

— No pude dormir, toda la noche estuve buscando información.

— Necesitas dormir, no voy a dejar que te desgastes con lo que te pasó.

— No te preocupes amor, es sólo que necesito estar preparado por si vuelve a suceder.

— ¡Está bien! Por cierto, hace rato vino mi primo para decirme que te esperaba por la tarde en la biblioteca ¿Podrás ir?

—Sí, hoy tampoco iré al trabajo ¿A qué hora?

— Saliendo del colegio él te estará esperando, enseguida le confirmo.

— ¡De acuerdo!

— Bueno amor, nos vemos en unos minutos, y por favor ya tranquilízate ¡Te quiero!

— ¡Yo también te quiero!

Minutos más tarde al salir de su hogar, notó un auto color negro estacionado frente a la casa de sus vecinos, no hizo mucho caso, hasta que lo volvió a ver frente al colegio; fue raro, no quiso especular nada. Todo transcurrió de manera normal en el colegio, se olvidó de lo que lo tenía preocupado, al salir nuevamente vio el auto negro de la mañana, se acercó para ver de quien se trataba, el auto estaba vacío; volteo a su alrededor para identificar algo fuera de lo normal pero no encontró nada, después de eso Patricia lo acompaño a la biblioteca para darle encuentro a su primo, pero no se quedó con ellos.

— ¿Qué libros tomaremos?

Preguntó nervioso.

— Ninguno, todo lo que necesito lo traigo aquí en mi mochila.

— ¡Muy bien!

Tomaron una mesa y Jared sacó todos sus estudios acerca de aliens y ovnis, le explico todo acerca de lo que sabía de la civilización sumeria y los Annunaki, pero no fue suficiente, él al igual que Ryan basó sus estudios en internet.

Al abandonar la biblioteca, Ryan sentía la necesidad de platicar con alguien; optó por dirigirse al lago.

Cuando llegó había mucha gente pescando, se dirigió a su sitio favorito, el árbol que se encontraba frente al muelle del otro lado del lago, ahí de niño solía sentarse para platicar con aquel árbol, el cual según él, era su abuelito después de morir; por esa razón no quería que destruyeran el planeta. Esa vez la charla fue diferente, poco a poco la gente se fue yendo del lugar dejándolo a solas con aquel árbol, la brisa del lago pegaba en su rostro y el viento jugaba con su cabello, al terminar de platicarle lo que le estaba sucediendo una rama del mismo árbol rozó su cabeza debido al movimiento que hacía por el aire; decidió adjudicarlo a que su abuelito le estaba brindando su apoyo. Ryan no creía en los ángeles ni en cuestiones religiosas, pero estaba seguro de que la esencia de su abuelo estaba dentro de ese árbol; pasaron las horas; el no quiso irse del lugar; se sentía seguro, sin miedo; se quedó dormido.

A la mañana siguiente una chica lo despertó, él nunca la había visto a esa chica pelirroja de ojos color miel y piel apiñonada.

— ¡Despierta, este es un lugar muy incómodo para dormir!

— Sí, ¡Gracias! ¿Tú quién eres?

— Me llamo Tania.

— ¡Mucho gusto! Yo soy Ryan, nunca te había visto por aquí ¿Eres nueva en Poway?

— En realidad vengo de visita, estoy viviendo en casa de unos tíos en el otro condado, pero sólo es por unos días, ellos me comentaron acerca de este lago y quise venir a verlo, ¡Realmente es hermoso!

— ¡Ya lo creo! Es mi sitio favorito en todo el condado.

Platicaron por largo tiempo y posteriormente la invitó a desayunar, ella sólo aceptó acompañarlo, una vez en la Hamburger Factory, Ryan pidió unos Hot Cakes y una malteada de fresa; continuó platicando con esa chica, sentía como si la conociera desde hace años, de pronto se asomó por la ventana y volvió a ver aquel auto negro del día anterior, esa vez desapareció rápidamente del lugar; ella también notó aquel automóvil.

— ¿Los conoces?

— Para nada, pero desde ayer me están siguiendo.

— ¿Estás seguro?

— ¡Sí! Ya van varias veces que los encuentro en los lugares donde estoy.

— ¡Qué raro!

— Lo sé.

Él decidió hacer caso omiso y minutos después regresaron al lago, ella se despidió, pero olvido una libreta que llevaba consigo; al intentar alcanzarla vio algo que lo aterró por unos instantes, ella cambió el color de su cabello, de pelirrojo ahora lo tenía rubio, en ese momento entendió que aquella chica no era normal.

— ¡Ninhur!

Gritó esperando no recibir respuesta, pero ella volteo.

— ¿Conoces mi verdadera identidad?

— ¡Sí! Bueno, tal vez.

— ¡Explícate!

A los pocos segundos notó entre los árboles a dos individuos que los observaban, ella también los había visto, entonces tomó su mano y de la nada aparecieron en una cueva, con un mecanismo que se encontraba en una de las paredes, abrió una extraña puerta y entraron al lugar. Ese sitio parecía un laboratorio, con computadoras, botones y pantallas por todos lados, las cuales mostraban varias partes extrañas del mundo en tiempo real, Ninhur empezó a cuestionarlo.

— ¿Cómo sabes de mí?

— Me mandaron a buscarte, ¡Honestamente no creí hallarte!

— ¿Quién te mando?

— Unos extraños seres, creo que sus nombres son Rimkei y Nalin

— ¿Rimkell y Naiyin?

— ¡Sí! Esos son sus nombres.

— ¿Mis padres no me pueden dejar en paz un tiempo?

Él le contó cómo pasó exactamente todo, y lo que se había puesto a investigar, ella lo escuchó atenta, pero no respondía a nada de lo que le preguntaba, hasta que él notó en su libreta una extraña escritura, parecida a la de las tablillas sumerias que había visto en imágenes.

— ¿Tú eres Annunaki?

— Ya habrá tiempo de explicarte muchas cosas, por el momento debo atender unos asuntos, te pido que no les digas nada a mis padres si te vuelven a contactar, prometo que pronto iré a buscarte y te explicaré lo que quieres saber.

Posteriormente ella retiro la libreta de las manos de Ryan, colocó su palma de la mano derecha en la frente de él y lo envió hasta su habitación. Él no sabía lo que estaba pasando, pero ahora su miedo se había convertido en curiosidad.

5 июня 2022 г. 1:33 0 Отчет Добавить Подписаться
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