Lemonade Подписаться

Una fría noche de invierno, cuando el cielo se llena de deslumbrantes estrellas, las frías calles se hayan solitarias y el único sonido en el ambiente es el de motores, ruedas de autos, y el retumbar de una multitud de pisadas contra la acera de las más transitadas calles de la ciudad, es con ese escenario que nuestra historia empieza.

Tarik Nabil, un alto y flacucho estudiante de universidad, escondía sus ojos color verde bajo sus marrones cabellos, durante toda la clase, a su alrededor, sus compañeros se preguntaban al verlo

—¿Qué tanto está pensando ese chico?

No ponía atención a ninguna clase, al menos no lo parecía, y aun así, sus notas eran regulares, el típico chico que no resalta mas que por una belleza sin explotar, las chicas, aunque interesadas por él, nunca se le acercaban, pues era bien sabido por todo el salón que quien se le acercaba terminaba ignorado.

Tarik acababa de salir de la universidad, se había quedado atascado en el plantel más de lo común y ya se había hecho tarde Caminando por la ciudad con rumbo a su apartamento, Tarik pensaba en cuan tarde se le había hecho y lo peligroso que seria seguir la ruta normal, para cuando llegase a su edificio de apartamentos los borrachos y criminales ya estarían rondado las afueras

—Y sí… ¿Tomo un atajo?—pensó Tarik Y así lo hizo, tomo un atajo, por un estrecho y muy largo callejón que desembocaba en una transitada avenida, ni una sola luz además de el tenue brillo de la luna penetraba en la profunda oscuridad de aquel callejón , escondió su teléfono celular en su mochila, y se adentró en el callejón.

—Creo que debería regresar… Esto no se ve nada seg—, fue interrumpido por el sonido de unas cajas moviéndose rápidamente a sus espaldas.

—¡Mierda! — maldijo mientras empezaba a correr, algo en su cabeza le decía que aquello no era un gato o algo por el estilo.

—Quédate donde estás— ordeno un musculoso hombre que emergió del bulto de cajas, sin dudas, no era un sujeto amigable.

—Escucha amigo… no tengo nada para darte ¡lo juro!—, respondió el contrario con un nerviosismo notable en su voz.

—¡No quieras engañarme, yo mismo vi como escondiste tu teléfono!—, señaló el mayor.

Rápida y amenazantemente, aquel hombre se acercó al joven, que, tratando de escapar había tropezado con una caja.

—¡No me hagas nada, por favor, te lo daré, te daré todo lo que quieras! —, suplico el menor.

—No… ya es tarde para eso.

Rápidamente el hombre se lanzó encima del joven empuñando un cuchillo, levantó sus brazos y…. retrocedió, retrocedió asustado por lo que frente a el se suscitaba.

Una brillante luz emergía del piso frente a él, y como si de una alucinación se tratase, una hermosa chica de cabellos rubios con dos mechones de un tono rosa igual al de sus ojos, emergió de la luz que el hombre identifico como un pentagrama, un pentagrama de un deslumbrante color dorado con algunas figuras extrañas en el.

La apariencia de la chica, que llevaba una suerte de uniforme escolar retocado, con un inusual lazo cuyo nudo se hallaba escondido tras una joya que asemejaba a la forma de un trébol sobre sus pechos, junto a su altura, hacia ver que su edad no superaba los 23 años.

—Que… ¿¡que es eso!? — chilló el hombre.

—¿Eso? Yo no soy un ´eso´—, respondió calmadamente la chica mientras se acercaba al hombre ante la mirada atónita de el peli café.

—No...no ¡aléjate, aléjate!—suplico el hombre entre sollozos.

Con un ininteligible movimiento la chica arrebato el cuchillo de la mano del hombre y lo lanzo contra la pared haciendo que este quede incrustado en la misma.

—Anda… vete y trata de convencer al mundo de que esto no fue el delirio de un pobre y embriagado hombre— dijo sonriente la chica mientras de su mano emanaba una suerte de esfera de luz que más temprano que tarde lanzo a los pies del hombre causando una mínima explosión.

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El hombre corrió despavorido y tras unos segundos de silencio la chica se volteó a ver a Tarik al que rápidamente le extendió la mano.

—Oye, ¿estás bien?— preguntó la chica.

—Yo... yo… te daré lo que sea, solo, no me hagas nada— dijo el peli café con una voz temblorosa.

—¿Ahh? —, la chica recogió su mano y miro con cara de enojo al chico —yo no… pensaba robarte—, terminó.

El chico se levantó y con un poco de miedo preguntó —Qu… Que… No... ¿Quién eres tú?

—Yo soy Lemonade, tu ángel guardián personal—, respondió.

—¿¡Ángel guardián… personal!?

—Si, pero ahora no hay tiempo para explicarlo a detalle ¿Qué tal si vamos a tu apartamento…?—, hizo una pequeña pausa—, si no me equivoco… ¿Tu nombre es Tarik?

—Cómo…¿Cómo sabes eso?— se sorprendió, realmente los acontecimientos de aquella noche eran altamente increíbles para Tarik, un simple y rutinario estudiante de universidad.

—Alguien podría oírnos y de cualquier forma, es muy difícil de explicar como para hacerlo aquí— respondió Lemonade.

No quería admitirlo, pero las acciones de la chica lo habían convencido de que realmente era un Ángel, y un poco temeroso, acepto llevar a la chica consigo.

Y ambos salieron del estrecho callejón y llegaron a una deslumbrante avenida, pero, ignorando a la gente a su alrededor, Tarik solo pensaba en una cosa.

—¿Es acaso aquella chica de fiar?

Los minutos pasaron como si fuesen horas durante la caminata, Tarik, sumergido en sus pensamientos, no decía absolutamente, y Lemonade observaba con asombro las deslumbrantes luces de la ciudad.

Luego de un rato caminando en silencio, llegaron al edificio de apartamentos.

—Es aquí…— digo Tarik mientras entraba al edificio.

—Whoa… ¡es muy grande!—dijo Lemonade al observar el interior del edificio.

—¿Nunca habías visto un edificio así por dentro?— pregunto Tarik, parecía que por fin mostraba un poco de interés por la chica.

—Si… pero… no tan grandes como estos— respondió mientras miraba el alrededor del edificio y agregó—cuando estuve viva los edificios no eran tan grandes o lujosos.

La gente del lugar giró a ver extrañada a los dos chicos, y comenzaban a murmurar cosas sobre el comentario de Lemonade.

—¿Mientras estuvo viva?— cuestionó una mujer de aspecto lujoso

—¿Qué clase de comentario es ese?—preguntó un hombre al otro lado del living.

Tarik, visiblemente incomodo por la situación, tomo a Lemonade por la mano y la arrastro hasta entrar al elevador ante la mirada confusa de las personas.

—¿Dije algo malo?—preguntó Lemonade con nerviosismo.

—No…bueno…si—hizo una pausa y continuó—mira, no tengo idea de que o quien eres, no entiendo como sabes tanto de mi ni como hiciste esas cosas en el callejón, pero no puedes decir esas cosas, tu…¿realmente eres un ángel?

El silencio reino por un segundo en el elevador hasta que Lemonade respondió la pregunta de Tarik

—Si, lo soy, soy un ángel enviada por los dioses— el tono alegre que anteriormente dominaba sus comentarios cambio a uno serio, al igual que su mirada—me enviaron para cuidar de ti por unas semanas.

—¿Por qué yo? ¿Por qué a mi? ¿Qué puedo tener de interesante o relevante para que me hayan elegido a mi?—preguntó Tarik.

—Nada, fue totalmente aleatorio, los dioses enviaron ángeles a 4 personas aleatorias alrededor del mundo, si el plan va como lo planeado, pronto cada persona tendrá su propio ángel, y yo… bueno, acepte venir para… cumplir una promesa.

Tarik no dijo nada más, no tenia nada que añadir a la conversación y solo se quedo en silencio hasta que el elevador abrió sus puertas.

—Es ahí— dijo Tarik mientras señalaba la puerta de uno de los tantos apartamentos que se lograban ver , la puerta número 023.

Lado a lado, Lemonade y Tarik caminaron hasta la puerta del apartamento, una vez habían llegado, Tarik saco de su mochila las llaves del apartamento que introdujo en la cerradura para abrirla.

—Esto, esta más desordenado de lo que pensé...—señalo Lemonade.

—Aun no me acostumbro a que sepas tanto de mi…

—Que va, solo estoy informada de lo superficial.

Algo en el desordenado living del apartamento de Tarik llamo la atención de Lemonade, un estante con un sinnúmero de libros en el.

—¡Cuantos libros!—exclamó Lemonade mientras despreocupadamente comenzaba a sacar los libros de su lugar para observar sus portadas como si de un niño en una gran juguetería se tratase.

—¡Mas cuidad— antes de que Tarik pudiese terminar su frase, un delgado libro cayo del estante, haciendo que ambos vieran al mismo punto.

Lemonade trato de acomodar rápidamente los libros y se lanzo a recoger el que había caído.

Al observar a detenimiento su portada Lemonade pudo notar algo que llamo su atención en la portada, bajo el titulo (´´Colores´´) pudo leer el nombre de su autor ´´Tarik Nabil´´. Rápidamente Tarik arrebato el libro de las manos de Lemonade.

—¡No leas eso!

—Tu… ¿¡tu lo escribiste!?— preguntó Lemonade recobrando la felicidad en su voz.

—Si… desde… desde muy joven—abrió el libro y finalizo —no soy muy bueno, nadie ha leído mis escritos y… —cerro con rapidez el libro— prefiero que se quede así —dijo para después poner el libro en su lugar.

Lemonade miro con tristeza a Tarik y le dijo—¿puedo leerlo?

—¿Qué?—pregunto Tarik, realmente sentía vergüenza de enseñar aquel escrito y nisiquiera había pensado en la posibilidad de publicarlo y enseñárselo a nadie.

—¡Anda, estoy segura de que me gustara!—afirmó Lemonade.

—No…lo siento— respondió Tarik visiblemente nervioso, y agregó—¿quieres comer alg—hizo una pequeña pausa— ¿los ángeles necesitan comer?

—¡Oye, no hables de mi como si fuese un perro!—reprochó Lemonade mientras hacia una mueca de enojo.

Tarik dio una pequeña carcajada y dijo—lo siento… supongo que eso es un si.

—¡Si!—gritó Lemonade.

Tarik se dirigió a la cocina y comenzó a cocinar una improvisada cena mientras Lemonade observaba con atención sus acciones, al mismo tiempo que sentía curiosidad por aquel libro escrito por el chico.