Poltroneros a perpetuidad que nunca quieren dejar su cargo.
Muchos desahucios y demasiados embargos.
Miedosos y flojos de barriga que nunca salen del retrete.
Uno que se creía listo y resultó ser un zoquete.
Falsos alquimistas.
Redentores de andar por casa.
Perdonavidas que fracasan.
Nuevos ricos con mucha tripa.
Gente con mucha jeta que nunca pasa por caja.
Bastantes chorizos.
Punkis con pelos de erizo.
Falsas brujas que no saben hacer hechizos.
Alonsos de autopista.
Estómagos agradecidos.
Estresados equilibristas.
Muchos prepotentes.
Y mucha cirugía estética.
Pechos grandes como tiestos.
Sujetadores pequeños que los aprietan con empeño.
Tíos con los huevos bien puestos.
Y otros serviles que solo hacen lo que les mandan sus dueños.
Vidas travestidas.
Otros siempre con careta.
Personas muy salidas.
Cerebros en clausura.
Calentones de aúpa.
Serpientes que viven de la usura.
Biografías que hacen pupa.
Rebeldes reciclados.
Bastantes memos y algunos tarados.
Muchos chivatos.
Y demasiados infelices que nunca rompieron un plato.
Ratones de oficina.
Gigolos para cincuentonas.
Falsas beatas que se acicalan para andar por casa.
Alpinistas de la vida.
Ingenieros de pacotilla.
Vendedores de pastillas.
Y bastantes tiranos que se les va la mano.
Tías que engatusan con ojos de gata.
Tíos que siempre vuelven a meter la pata.
Billeteros sin billetes.
Inocentes con grilletes.
Imbéciles y sinvergüenzas.
Impresentables y veletas.
Y algún bobo que se arruina por un par de tetas.
Predicadores de falsos sermones.
Vendedores de palabras huecas.
Falsos Mahomas que no vienen de La Meca.
Charlatanes con etiqueta.
Iluminados profetas.
Ineptos y rufianes.
Cuentista y holgazanes.
Pedantes.
Llorones itinerantes.
Envidiosos.
Matones grandes como osos.
Enormes cuernos y no de toros bravos.
Mentes privilegiadas.
Atrevidos malabaristas.
Silenciosos carteristas.
Blancas Nieves y Cenicientas.
Vecinas chismosas como cotorras deslenguadas.
Un consolador desconsolado.
Reincidentes pelmazos.
Algún presuntuoso licenciado.
Vendedores omnipresentes.
Adivinos de la mente.
Muchos contertulios aburridos (de aburrir al personal).
Algunos genios un poco idos.
Bailarines de salón.
Chiflados que corren un Maratón.
Músicos de pandereta.
Duros de oído.
Y otros que no tocan ni la trompeta.
Barrenderos sin escoba.
Payasetes de tuna.
Terroristas de la radio.
Beduinos sin dromedario.
Algún ingenuo estafado.
Una falsa princesa.
Muchas víctimas del desamor.
Corazones rotos.
Heridas sin cicatrizar.
Y mucho atolondrado medio tuerto.
¡Ten cuidado, que no te lleven al huerto!
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