-Tengo frio….demasiado frio.
Esta fría lluvia que congela mi cuerpo, no puedo soportarla. Cada gota penetra mi cuerpo hasta llegar a mi alma, golpeando mi interior. Estas gotas de lluvia que se llevan mis lágrimas, no puedo diferenciarlas.
-¿Por qué me duele tanto…que no estés aquí?
Corro buscando tu silueta, pero no logro encontrarla. Me aferro a tu imagen y continúo corriendo lo más rápido que puedo hasta llegar a ti y gritarte bajo esta incesante lluvia.
-Me gustas!!
Me gustas tanto que no puedo soportarlo. No caminar a tu lado y aun así mantener el recuerdo de tu sonrisa es insoportable. Recordar esas palabras que animaron mi corazón a salir de ese caparazón. Si hubiera sabido que enamorarme traería consigo este dolor, jamás me hubiera enamorado, pero la sensación de tus labios no desaparece ni con esta lluvia.
-Quisiera sentirla una vez más.
Como en un sueño finalmente te encuentro y mi rostro se ilumina bajo ese poste de luz. Me ofreces tu mano y me cubres con tu sombrilla, y sin embargo mis ojos cubiertos de lágrimas nublan mi vista sin dejarme ver tu rostro, pero imagino tu sonrisa y te reconozco, me abalanzo sobre ti y escucho tu voz sorprendida, siento tu cálido abrazo y me acerco a tus labios.
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