Me he despertado temprano, pero me siento apagado
No tengo fuerzas para mover mi cuerpo, que yace inerte a su lado
Él se despierta, saludándome con un beso en la cabeza
Pero puedo jurar por su mirada, que ya sabe lo que me pasa
Él suspira, pero aun así me dedica una sonrisa
Seguro soy yo, que trato de imaginar cosas que realmente no son
Se va a la cocina, y al poco rato regresa con una bandeja de comida
Mi estómago la rechaza, pero él insiste en dar batalla
Unos cuantos bocados he probado, creo que él ha ganado
Me acerca las pastillas, mis viejas enemigas
Me acuesto en la cama, y él me arropa con las sábanas
Cierro mis ojos, y comienzan a brotar esos pensamientos de odio
Pensamientos que me dicen que no valgo, ni siquiera un centavo
Sentimiento de tristeza que se impregna en mis venas
Sensación de miedo que me congela la carne y los huesos
Las alarmas se activan, porque las lágrimas se avecinan
Me sumerjo en ese dolor, que se expande lentamente en mi interior
Sus palabras se escuchan muy lejos, como si se estuviera yendo
Aléjate de mí, no soy bueno para ti
Sus manos atrapan las mías, y las entrelaza como si fueran de arcilla
Me desmayo en el tormento, esperando salir de este infierno
Al abrir mis ojos otra vez, noto que el sol se ha ido a esconder
Una tenue luz ilumina el rostro de ese chico hermoso
Se ha quedado a mi lado, como había prometido hace rato
Tal vez no lo merezca, pero que dichosa es su presencia
Trataré de luchar contra este dolor, para que él sepa lo fuerte que soy
Tal vez él no lo sepa, pero él hace que mi vida sea perfecta
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