Mi garganta está seca, duele cuando el oxígeno atraviesa por ella
Mis manos en forma de puños, se aferran con vehemencia a sábanas revueltas
Sacudo mi cabeza, buscando la manera de salir de esta tormenta
Me encuentro en un limbo infinito que carece de sentido
Mi cuerpo pesa, pero al mismo tiempo se eleva, producto de una gravedad sin ciencia
El miedo me sofoca con prisa, y el pánico se avecina
“Ayuda” trato de gritar, pero solo gemidos logro escuchar
Ríos corren por mi rostro, siento que me ahogo
¿Dónde estás? No quiero estar solo
Tengo frio, el calor huyó sin dar aviso
Mis ojos no quiero abrir, tengo miedo de lo que pueda haber allí
Brazos por detrás me vienen a rescatar
Me abrazan con fuerza, yo no opongo resistencia
Él ha llegado, mi tormento por fin ha terminado
Me situó debajo de él, sintiendo todo su ser
Ahora hay calor, fuego ardiente y abrazador
A besos limpia las heridas que dejo aquella lluvia asesina
Nuestra respiración se sincroniza, en una sola melodía
Quiero más, dame más
Nuestros labios chocan, a grandes mordiscos se devoran
Sus manos, caricias que aniquilan
Su voz, que deseo tan provocador
Nuestros miembros se rozan, entre telas sedosas
Sus manos quitan la ropa, aquella que peleó una batalla aterradora
Piel contra piel, energía sobrenatural desprende
Mi cuerpo se prepara, para recibir dichoso lo que le depara
Fugaz el momento, en el que nuestros cuerpos juegan en secreto
Sus jadeos, no podría vivir sin ellos
Llego a ese lugar llamado intenso deseo
Alcanzo la cima, gritando de alegría
Cae por fin, agotado sobre mí
Sus brazos me rodean, adictos a mi presencia
Él está aquí, no se va a ir
Ya no tengo miedo de ir a dormir.
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