cataylasi Carola Cotito

Christine puede ser como la bestia de ese cuento de terror, y al mismo tiempo, ser esa madre amorosa que aparece en los programas infantiles. Ella es una eterna confusión, un rompecabezas que cambia de posición a cada minuto, imposible de armar, e imposible de entender. ¿Es un monstruo? ¿Una salvadora? ¿Qué es? Una vida por otra vida. Un corazón por otro. Una venganza necesaria. Y un hombre de sonrisa adorable y ojos cálidos que arruina toda su perfecta ecuación. ¿Qué es Parfait? Bueno... tienes que morir un poco para averiguarlo. Después de todo, tocar el cielo con las alas rotas puede llegar a ser doloroso. Oh, duele demasiado. Y ellos lo saben a la perfección. Todos los derechos reservados ©


Романтика Романтическое ожидание 18+.

#amor #mafia #drama #suspenso #familia #dolor #depresión #mentiras
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PRÓLOGO

Elevó el arma, con las manos temblorosas y el sudor recorriendo su frente. Su padre veía desde las sombras, con una expresión neutral en el rostro, de aquellas que podía helar la sangre de una manada de leones hambrientos. Sus hermanos estaban casi inconscientes, llenos de moretones que todavía no habían podido cicatrizar, algunos manando sangre a borbotones. Intentó concentrarse. Disparó. La bala viajó más rápido de lo que sus sentidos pudieron advertir. Sin embargo, sus ojos viajaron hacia la perfecta circunferencia que había dejado el proyectil, apreciando la gran distancia que había entre éste y el hombre atado en la silla.

─ Errado, como siempre. ─ habló su padre, con un tono de voz gutural. ─ ¿Cuándo aprenderás a medir la distancia entre ti y tu objetivo? Si no me equivoco, fue ayer la lección de tiro ¿cierto?

─ S...Sí, padre.

─ Entonces... ¿Por qué estás fallando? ¿Lo haces a propósito?

─ Yo...

No supo qué responder. Agachó la cabeza, sintiéndose una persona sin agallas suficientes como para enorgullecer a su propio padre. Se suponía que ése era su momento para brillar, el momento para demostrar que no era inútil después de todo. Pero... algo detenía sus movimientos, una sensación desagradable en la boca de su estómago desviaba el arma. Tenía una puntería perfecta, lo sabía porque había practicado sin descanso. Ahora... todo su cuerpo estaba petrificado, incapaz de realizar alguna acción.

─ Escucha bien. ─ dijo, suavizando su voz de pronto y quitándole el arma de las manos. ─ La vida se reduce a una simple regla: Comer o ser comido. Hasta los animales más salvajes lo saben y ponen en práctica. ─ apuntó hacia el hombre, frunciendo el ceño. ─ Tú eres quien decide qué bando vas a tomar, si serás víctima o verdugo. ─ disparó, y dio un salto de susto cuando en la frente del hombre había un agujero perfecto, de donde emanaba sangre sin parar. Tuvo ganas de vomitar en ese preciso momento. ─ Lo único por encima de esta norma es la familia, ¿Entendiste? No hay nada más importante que la familia. Tú serás quien heredará La Confederación, y serás quien guíe a tus hermanos. ¿Sabes porqué te elegí? ─ negó con la cabeza. ─ Porque posees esto. ─ se golpeó la cabeza con el dedo índice, esbozando una sonrisa. ─ Christopher es muy fuerte e impulsivo, pero le falta estrategia a la hora de pelear, es por eso que terminó así, luchando por respirar. Emmanuel es demasiado blando e ingenuo, lleno de sentimientos que no le permiten razonar como es debido. En cambio tú, posees inteligencia para evaluar distintas opciones, y no solo usar los puños. Gracias a eso, pudiste engañar al hombre y después atarlo. Sin ti, tus hermanos hubieran muerto

─ Pero padre... ─ murmuró, bajando la cabeza nuevamente. ─ No creo que sea capaz de... asesinar... No tengo el valor. Nunca lo tendré.

Su padre obligó a su rostro a alzarse.

─ Un hombre amenaza con asesinar a tus hermanos. Está a punto de hacerlo. Tiene el cañón de la pistola en su sien, listo para disparar en cualquier momento. No puedes llamar a la policía, porque, como es habitual, tardarían demasiado en llegar, y tienes un arma escondida en tus jeans. No puedes evaluar opciones, ni analizar situaciones hipotéticas, como siempre lo haces. Tus variables se reducen a dos: Matar o que tus hermanos y tú mueran ¿Qué harías al respecto?

─ Yo... dispararía. ─ respondió casi sin dudar

─ Entonces has elegido seguir tus instintos, por salvaguardar la seguridad de tus hermanos. ¿Lo comprendes? Cuando tienes que usar el arma solo tienes tres opciones: Matar, ser asesinado, o sancionar bajo tu criterio.

─ ¿Sancionar bajo mi criterio?

Soltó una risa pequeña, y sintió una ola de relajación cuando vio que sus facciones se suavizaron conforme la carcajada aumentaba.

─ Lo aprenderás dentro de unos años, cuando sepas la estructura interna de la Confederación, y todas sus reglas. ─ alzó de nuevo su barbilla. ─ Y recuerda siempre dos cosas: La primera, jamás bajes la cabeza ante nadie, tú no has nacido para hacer esa acción, y la segunda; las armas son en situaciones críticas, por lo que no siempre tendrás que estar alerta acerca de eso. Eres muy inteligente, y sé que siempre encontrarás una forma de evitar complicaciones. Sin embargo, cuando tu vida, o la vida de tus hermanos, o la existencia de La Confederación se vea amenazada, prométeme que no dudarás en apretar el gatillo. Promételo.

─ Lo... Lo prometo, padre.

Él desordenó su cabello de una manera infantil, sin dejar demostrar una media sonrisa en su serio rostro.

─ Llevemos a tus tontos hermano a la sala de recuperación. No sé por qué dejé que se encargaran de esto sin ti. Solo saben lanzar puñetazos sin sentido cuando no estás con él. ─ ambos lo tomaron en brazos, escuchando cómo gemía de dolor. ─ Es un alivio que no tenga que dejar a cargo La Confederación a unos jóvenes como ellos, sino sería un completo caos.

Miró a su padre, jurando desde ese entonces ser su orgullo, y llegar a liderar La Confederación tan bien como él. Lo lograría, no le cabía la menor duda.

«Te haré sentir orgulloso, padre. Protegeré a nuestra familia, y volveré La Confederación más gloriosa y próspera como nunca antes habías ni habrás visto. Lo prometo. »

9 марта 2021 г. 14:42 0 Отчет Добавить Подписаться
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