crystalwren49 Galaxy

"¿Quien fue el bastardo que se robó tu estúpida sonrisa?" Eijiro Kirishima. Todos lo conocían por ser aquel alumno de la clase 1-A que siempre estaba sonriendo a pesar de las circunstancias. Pero esa noche... esa noche no era así. • No se permiten copias o adaptaciones • Los personajes no me pertenecen. Créditos a Kohei Horikoshi por su obra My Hero Academia/Boku No Hero Academia.


Короткий рассказ Всех возростов.

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Короткий рассказ
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Parte Única

Cuando uno hablaba sobre Eijiro Kirishima, automáticamente uno podía visualizar su hermosa sonrisa escapandose por sus labios. Aquella sonrisa que era capaz de iluminar hasta el más oscuro y turbio día.


Todos lo sabían y todos lo admiraban por ello. No todos podían ser como él. No todos podían tener la autoestima tan alta a pesar de las situaciones.


La calma estaba presente, pero sabían que no por mucho. Luego de las grandiosas preparaciones para el Festival Cultural (que fue todo un éxito), los aspirantes a héroes sabían que pronto tendrían algún otro villano a quien enfrentarse.


Pero aún así, Kirishima estaba ahí.


- ¡No se preocupen, podemos enfrentarnos a todo! - exclamó el pelirrojo - Somos la clase 1-A. ¡Somos lo mejor de la U.A.!


Y con esas simples palabras, todos estaban dispuestos a seguirle el paso con esperanzas y alegría.


Bueno, casi todos.


Bakugo observaba desde lo lejos a su amigo mientras intentaba taparse los oídos y concentrarse en sus pensamientos. ¿Por qué el chico tenía que ser tan ruidoso?


- ¡Blasty, tu también lo harás genial!


El rubio cenizo gruño por ser llamado de esa forma. Escuchó a las amigas de Uraraka riéndose de su expresión. Quería romperlo todo. ¿Acaso no podían dejarlo en paz por un minuto?


Esa misma noche, luego de la cena que Sato y Momo prepararon, Bakugo, como era costumbre, fue el primero en irse a dormir. Quería por fin descansar de los gritos de Midoriya y Kaminari, quienes habían estado bromeando todo el día sobre lo sucedido en el Festival Cultural. Sus oídos sangrarian si seguía escuchandolos un poco más.


- ¡Kacchan!


Por supuesto, tenía que ser él.


- ¿Qué quieres, Deku? Déjame dormir, pedazo de bastardo - gritó Bakugo.


- Eh, es que... - Midoriya no sabía como expresarse - Kirishima...


- ¿Qué con ese?


- Kirishima... no está.


Bakugo fruncio el ceño confundido.


- ¿Cómo que no está? No intentes jugar conmigo, Deku.


- ¡N-no juego contigo! ¿Acaso lo viste en la cena?


Bakugo se detuvo a pensar un momento. Estaba tan irritado con los gritos y conversaciones absurdas de sus compañeros que no había notado que Kirishima no había estado en la cena.


- Tsk. ¿A donde se fue?


- No lo sé.


El rubio cenizo rodó los ojos.


- Y supongo que yo debo encontrarlo, ¿no es asi?


- ¡Genial! ¡Gracias, Kacchan!


- ¿¡Qué!? ¡Pero yo no dije que iba a hacerlo, imbécil! ¡Vuelve aquí!


Pero Midoriya ya se había ido.


Con un suspiro Bakugo se vio obligado a buscar a Kirishima. Le resultaba extraño. Normalmente él estaba reunido con el resto de la clase y se devoraba rápidamente la comida. ¿Qué le habría pasado?


Buscó por todos los pisos e ingresó sin pedir permiso en las habitaciones, pero no lo encontró. Comenzó a preguntarse. ¿A donde se habría ido?


No se esperó acabar finalmente en la terraza del Heights Alliance.


- Ahí estas, maldito bastardo.


Kirishima se encontraba de espaldas a Bakugo, sentado, abrazando sus piernas. La noche fría caía sobre ellos abrazandolos con un manto de estrellas.


- Ya, vuelve abajo. Todos están preocupados por ti.


El rubio iba a irse, cuando noto que Kirishima no le había respondido. ¿Se habría percatado de su presencia?


- ¿Kirishima?


Un sollozo lo quito de sus casillas.


Se acercó un poco más y pudo distinguir a Kirishima ocultando su rostro entre sus piernas, sollozando como si no quisiera que lo vieran hacerlo.


- No... no me veas, Blasty... llorar no es de hombres - la voz rota de Kirishima activó algo en el héroe explosivo.


Bakugo se vio obligado a acercarse a su lado, pero se mantuvo de pie, mirándolo desde arriba.


- ¿Qué fue lo que pasó? - preguntó.


- Nada... No es nada. Sólo olvida esto e ignorame.


Eso no estaba bien, pensó Bakugo.


- ¿Y quien eres tu para pensar que podría hacer eso? No pienso bajar. Ni mucho menos cuando todos están tan irritantes hoy - Bakugo se sentó a su lado.


Kirishima seguía llorando. Bakugo no podía ver su rostro pero cada lágrima que veía caer al suelo le partía el corazón.


Porque si. Bakugo sí tenía corazón.


- Ya, deja de llorar - refunfuño. Pero el pelirrojo no podía - Ey, Kirishima. Mirame.


A duras penas Kirishima obedeció, mostrando a la luz de la luna y las estrellas un rostro rojizo, lleno de lágrimas y ojos humedecidos. No. Ese no era el Kirishima que Bakugo conocía. Algo debía estar muy mal.


- ¿Quien fue el bastardo que se robó tu estúpida sonrisa?


Kirishima hizo un esfuerzo para dejar de llorar. Bakugo podía sentir lo triste que estaba. La nula presencia de su sonrisa delataba ello.


- No... no tienes que preocuparte, Blasty...


- Respondeme.


El pelirrojo suspiró.


- No fue nadie, creo... - Kirishima se enjugo las lágrimas con una mano - Es que... sólo estuve pensando cosas.


- Pues no me dejes con la intriga. Habla.


Kirishima apartó la mirada avergonzado y apretó los dientes.


- Tu sabes que siempre estoy sonriendo, ¿verdad? - él se sobo los mocos - Yo sólo intento de que los demás no se sientan mal con toda esta situación... estamos en una guerra de la que no podemos escapar. Es nuestro destino ser héroes pero... a veces tan sólo quisiera sonreír sabiendo que todo está bien.


Bakugo no comentó nada. Lo observó atentamente y espero a que continuara.


- Un héroe debe ayudar a los otros, y eso es lo que hago. Quiero ayudar a todos con mi sonrisa... intentando que se sientan mejor, subirles la autoestima... pero no puedo hacerlo porque... - observó a su amigo con los ojos llorosos - Blasty, t-tengo miedo.


Aquellas palabras hicieron que Bakugo abriera los ojos como platos.


- Tengo miedo de que perdamos, que finalmente hayamos muerto sin hacer nada... No quiero morir. Y se que esto no es de hombres, no es de hombres sentir miedo, y por eso debo ser tan imbécil...


- Kirishima - Bakugo observó al mencionado.


Un breve silencio preocupó al pelirrojo.


- Llora, si quieres.


Kirishima apretó los dientes y se dejó caer encima de Bakugo con un llanto que rompió el corazón de piedra del rubio cenizo. Sintió su camisa mojandose con las lágrimas de su amigo, como se aferraba a él, como temblaba. Podía sentir su miedo, su desesperación.


¿Y todo eso lo ocultaba detrás de una estúpida sonrisa?


- Lo siento, Bakugo... lo siento... - dijo Kirishima con un hilo de voz.


- No te sientas mal, maldita sea. Somos humanos, y no por ser hombres no debemos llorar o sentir miedo. Yo también a veces tengo miedo, ¿sabes?


Kirishima se fue calmando conforme Bakugo acariciaba su cabello y tranquilizaba su rugiente voz.


- ¿De qué tienes miedo...? - preguntó Kirishima.


- De perderte, idiota.


Kirishima alzó la vista para ver a su amigo.


- ¿Qué cosa...?


- No volveré a repetirlo.


Kirishima no lo necesitaba. Lo había oído bien.


- ¿De verdad soy así de importante para ti?


- Pues claro que si, pelopincho. ¿Por qué otro motivo estaría aquí contigo? - se atrevió a pasar una mano por la mejilla de Kirishima, limpiando sus lágrimas - Te prometo que los mataré a todos. Mataré a todos los que borren esa estúpida sonrisa de tu rostro.


El pelirrojo no sabía que decir. Estaba sumido en un mar de emociones en el cual apenas lograba pensar con claridad.


Fue por ello que actuó sin pensar y besó abruptamente la comisura de los labios de Bakugo. El rubio estaba shockeado, intentando hacer oídos sordos a los latidos de su corazón, pero no podía negar que la sensación de tener los labios de Kirishima junto a los suyos era realmente placentera.


Porque muy en el fondo, Bakugo sabía que no podía vivir sin la sonrisa de Kirishima. Por eso quería protegerla a toda costa.


El chico de ojos llorosos se separó sin decir una palabra, claramente confundido por el repentino acto que había hecho. Iba a disculparse, pero cuando sintió las manos de Bakugo sobre las suyas...


Observo sus manos, con algunos rasguños y lastimaduras por haber estado golpeando las paredes de su habitación gritando insultos cuando tenía ataques de ira. Kirishima era siempre el que se atrevía a entrar en su tormenta y calmarlo con una sonrisa, una sonrisa que en fondo ocultaba un miedo que sólo Kirishima conocía.


Hasta ese momento, porque ahora Bakugo también lo conocía, y estaba dispuesto a compartir su miedo para que no tuviese que cargar con él por su cuenta, para que pudiera seguir sonriendo.


- El mundo te necesita. El mundo necesita de más rayos de luz, y tu eres uno de ellos - Bakugo juntó su frente con la de su amigo lentamente - No dejaré que nadie te lastime, no dejaré que nadie apague tu sonrisa otra vez. Eres mi luz, Kirishima. Eres mi única luz en la oscuridad.


Sin darse cuenta ambos estaban compartiendo un tierno beso mientras la luna los iluminaba y se acariciaban las manos mutuamente. No necesitaban palabras para expresar lo que sentían, por que con la presencia del otro era más que suficiente.


Kirishima se dejó caer en el pecho de Bakugo mientras volvía a sonreír. Tenerlo consigo era una de las razones por las que aún seguía sonriendo.


Él tampoco pensaba dejar que nadie lo lastimara jamás.

22 января 2021 г. 20:21 1 Отчет Добавить Подписаться
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Barbara Barbara
La wea linda, me encantoooo💕💕🛐🛐
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