orfhy_luna Orfhy Milagro

En el mundo Druhá Strana, donde todas las criaturas mitológicas que conoces coexisten, donde la magia funciona de manera diferentes. Este mundo te relatara la vida de muchos seres que han tenido su historia, la han vivido, la han contado y ha corrido por generaciones. ¿Te da curiosidad? ¿Quieres conocerlas? Iniciemos por esta. Ella era Viezdha D'aleko, una Ninfa hermosa con la bondad corriendo por su personalidad, siendo luz para los que la rodeaban. Aunque fueran desconocidos, para ella eran almas hermosas necesitadas de su luz. Ayudó a muchos, cuido de muchos, convivió con muchos. Y al final... La vida no es como todos deseamos, los buenos se van pronto, incluso demasiado antes de lo que queremos. Y los malos se quedan, matando lo bueno de accion en accion. Viezdha fue el resultado de esto. Lo que nadie, ni siquiera ella misma esperaba, era poder regresar al mundo que la vio perecer, cerrar los ojos por siempre y convertirse en polvo. Ahora debe volver para cuidar a esas almas que tanto amo. Esperando encontrar el amor, su destino soñado.


Фентези Историческое фэнтези 13+.

#amor #pasatiempo #destino #otromundo #sobrenatural #fantasia
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Prólogo

Otoño, se asocia a la madurez o al ocaso de la vida. Prepar mente y cuerpo a un periodo que nos vera ver lo hermoso del final de la vida, una nueva visión para aceptar y dejar ir las cosas, pensamientos, sentimientos. Es renacer al dejar caer las hojas de la vida.


Esa mañana de otoño no era distinta a las anteriores, la brisa helada del acercamiento invernal, la nieve y noches frías de invierno. La estación más esperada por las ciudades terrenales, pero menos deseadas por las ciudades marinas, esas donde el agua era tan fría que se sentía como cristales finos atravesando la piel, no era de esperarse que las aguas termales fueran de gran ayuda en esos periodos de cambio.

No era distinto...


A lo lejos, pasando los ríos de Stavitel', las montañas que conectaban Vásen con Pár, las ciudades del tercer y segundo país más importante en el mundo, sus rutas más importantes cruzadas solo por mercaderes y soldados. A pesar de sus altos árboles de pino y las abundantes colinas, nada perdía su belleza exótica y única. Sobre todo el bosque más hermoso de Pár, el bosque del Lamento Nárek, que a pesar de su nombre, por dentro y muy en lo profundo, sus flora y fauna era maravillosa y única.


El distrito de Pár conoce a la perfección sus fronteras, sus habitantes Driadas y Ninfas cuidaban de todo su alrededor, ayudaban y apreciaban su bello hogar. Sobre todo, una ninfa de bellos cabellos verdes como el verano, ojos redondos y grandes de color violeta como la Buganvilla, la piel blanca manchada con diminutas y hermosas pecas cafés dandole mas ternura a su físico. Ella, no solo era hermosa por fuera, por dentro su alma rebosaba de bondad y amor para todo el que la rodeara.

La inocencia es positiva para relacionarnos con personas francas y honestas; pero no con personas con dobles vínculos, o poco transparentes.


Lo que se conocía como ciudad, eran edificios de no más de tres pisos como sitios de entretenimiento juvenil/adolescente, plazas de juegos para infantes y parques de convivencia para todo tipo de criatura y edad. Todo esto siendo transparente con los alrededores rural. Una enorme ciudad combinada con la hermosura del bosque.


—Sprác —La hermosa ninfa caminaba del brazo con su cuidadora por los supermercados— , ¿Puedo ir ahora? ¿Puedo?


— Viezdha, estamos de compras. —Se detuvo frente a las frutas, como manzanas y algunas uvas, las que tanto le encantaban a Viezdha.


—Lo sé —Se acercó al oído de la Dríada y susurro cómplice —, pero hoy es el día.


— ¿Es hoy? — Preguntó asombrada y divertida la mujer de piel verde y hermosos ojos rosas—. Hmm, ¿Tan pronto?


—Es el dia del renacimiento. Debes dejarme ir... —Dijo con vacilación—. Si quieres... —Sprácav era autoritaria con sus decisiones, por eso mismo la ninfa le guardaba gran respeto y admiración. Solo por esa vez, la cuidadora sederia ante los caprichos de su discípula.


—Esta bien. Te dejare ir —La ninfa sonrió en grande muy ilusionada por la aprobación de su cuidadora—. Con la condición que volveras lo antes posible. Si es posible antes del ocaso.


—Si, si, si, si —Salto a sus brazos y beso delicadamente su mejilla—. Volveré, lo prometo Sprácav.

Las promesas pueden cumplirse de maneras inesperadas, todas ellas se pueden romper de distintas formas y colores. Lo importante es cumplirlas y no romperlas.


Más tarde, cuando el sol pasaba del mediodía, los vientos soplaban con más ímpetu y algunos minotauros comenzaban las patrullas con los Licántropos y centauros, el bosque Nárek llamaba a sus cuidadoras naturales para ser partícipes de la época más esperada de la primavera. El renacimiento, no sólo de la vida en su flora, también el festejo de la nueva vida que se formaba en el corazón de ese hermoso hogar.


Viezdha sería partícipe por décimo vez del hermoso renacer y, aunque llevara viendo el acto más veces de las que lograba contar con los dedos de las manos, no se cansaba, es más, encontraba ese día el más especial cada año. Era su día especial, el día del nacimiento, el día de su nacimiento y demas mas hermanas.

Cómo cada año, camino por el sendero al lado de la entrada a la ciudad, sus pasos consecutivos y firmes demoraron una hora, el tiempo suficiente para poder llegar a tiempo y ver como los capullos de campanitas se preparaban. Incluso ya podía ansiar el momento o el día en que se le sea otorgada a ella una discípula a quien cuidar y proteger. Otro de los motivos por los cuales siempre iba todos los años. Aunque ella sea todavía una discípula, deseaba ser cuidadora con todas sus fuerzas.


Como había predicho, su caminata duró el tiempo necesario. Ahora era testigo de cómo las campanitas de medio metro brillaban en las faldas de un enorme árbol gomero, sus enormes ramas se entremezclaban con las de los otros árboles. Los tallos de las campanitas iban desde el suelo hasta la altura de las ramas, algunas de esas enormes flores caían al suelo absorbiendo la energía procedente de las fuerzas de la naturaleza, del bosque y creando el hermoso ser que verían nacer.

—Es hora.


—¡Vean! Comienza a suceder.


—Aquí vienen.


—¡Que emoción!


Muchas otras Ninfas de la ciudad de Pár había llegado también para ser partícipes del momento, algunas de las que eran Driadas No Cuidadoras estaban presentes para poder recibir el regalo de la vida y criarlo, como había hecho Sprácav con Viezdha.

El hermoso momento ocurrió dos minutos después.

Las campanitas brillaron aún más, abriéndose en el acto y haciendo de cuna para reposar al nuevo ser que se creaba de luz y energia magica. Muchas de las Dríadas se acercaron para inspeccionar los capullos abiertos y con la esperanza de ser vistas por una de esas nuevas ninfas bebés. La que abriera sus ojos frente a una Dríada, esa sería su cuidadora por el resto de sus vidas.


Viezdha, llena de curiosidad dio una ligera y rápida mirada a las nuevas hermanas que protegerían el bosque de esa región, ocurre muchas veces que siendo bebes eran enviadas a otras regiones, como lo eran las ciudades de las montañas y el mar, solo para poder cuidar y proteger su naturaleza.

Finalmente, cuando ninguna ninfa quedaba en esas campanitas, esas se secaron y el bosque se apagó, dejando la tranquilidad de nuevo. La ninfa de brillante cabellera verde, dio media vuelta feliz y un poco decepcionada, sentimientos contradictorios para ella. Se dio cuenta que el ocaso comenzaba, así que emprendió el camino de regreso a la ciudad. No deseaba desobedecer a su cuidadora que tanto adoraba.


De camino a su hogar, varios de los pequeños animales que rondaban el bosque la perseguían, ella ajena a la acción de estos posaba sus manos sobre las pequeñas flores que aún no lograban florecer, curaba los troncos de los árboles heridos por Alces, sus pequeños pies enfundados en dos sandalias de campo dejaban un camino de pequeñas flores amarillas del tamaño de una uña.

El aleteo de unas alas la detuvo. Frente a ella, un polluelo de ave intentaba volar con un ala lastimada. Viezdha entristecida se acercó y lo tomó entre sus delicadas manos.

—Hola —El ave asustada intentó volar de nuevo —. Tranquilo — Con un dulce toque de sus dedos al ala, está sano —. Ya esta, ¿Vez? —La pequeña ave inició su vuelo sin dificultad, intentó seguir a la ninfa cuando esta le dio la espalda —. Lo siento pero me debo ir, adiós.


Preocupada por el tono naranja del cielo, Viezdha apresuró el paso, aunque no camino mucho, algunas voces varoniles y demasiado graves comenzaron acercarse al sendero por donde la ninfa caminaba. Asustada, se acercó al tronco de un árbol, tocó la madera y este se abrió dándole un escondite para pasa el peligro.

Las voces se seguían acercando, el pobre corazón de la ninfa se aceleró a niveles de sufrir un miocardio. Su conversación fue más entendible para ella.


—¿Cuando dices que sucede? —Preguntó el primer hombre, entre la corteza del árbol Viezdha reconoció a dos cambiantes, se veían como humanos ordinarios, quizás aparentando ser Licántropos., pero el horrible acento decía lo contrario, sobre todo las vestimentas de vándalos que cargaban.


—El primer dia de la segunda semana después del invierno —Respondió el segundo—. Está anocheciendo, quizás ya pasó. —Concluyó agotado.

—Hemos perdido un buen paquete —Comentó desganado el primer hombre—, es una lastima. Hay que volver. —Ambos asintieron y dieron media vuelta para volver por donde vinieron, solo que el segundo hombre, que tenía pinta de ser un ser sin escrúpulos por las cicatrices en el rostro y brazos, se detuvo a observar las flores diminuta en el suelo.


—¡Espera! —El primer hombre se acercó a donde el otro estaba acuclillado—. ¿Vez esto? —Señaló—. Es magia de ninfa.


—¿Habrá una cerca?


—Posiblemente —Los pasos pasaron frente al tronco donde la ninfa contenía la respiración para no ser escuchada por esos seres de corazón maligno, pero su corazón no cooperaba. Podía escuchar el palpitar en sus oídos sensibles, las lágrimas del miedo se avecinaba, la respiración no podía ser contenida un segundo más con las manos—. ¡Aquí! —El hacha de 400 cm rasgo el tronco con extrema precisión, dejando expuesta a la ninfa.


—Hola ternura.

Lo siguiente que observó fueron esas manos acercándose a su rostro.


Más tarde, con la cuidadora preocupada que caminaba de un lado a otro por la sala de esa casita sencilla, tocaron a la puerta de madera de roble doble con cautela. Sprácav se apresuró en abrir, agitada y con el rostro impregnado en disforia, sus ojos del rosa más pálido estaban encendidos, temblando por la desesperación.


El Centauro bufo en cansancio, bajo el sombrero, a pesar de no identificar el pesar en sus acciones, el rostro humano que poseía a rasgos asiáticos si lo hizo, inclinó la cabeza con lentitud y dijo: —Sprácav. Lo sentimos, ella está...


—¡No! —La cuidador no quería escuchar esas palabras, ella deseaba y rezaba al dios Veles que su amada hija regresara con los guardias sana y salva, pero sus suplicas no fueron escuchadas— ¡AY, mi niña!

Las Driadas, al serles concedida la dicha de ser cuidadoras, estas son como madres para las ninfas, se encariñan tanto con sus discípulas que cuando estas se van del hogar o son emparejadas con su destino, enferman y pierden la vida de a poco. Sin embargo, cuando los casos son como este, ellas mueren de manera casi instantánea.


El dolor de la perdida es como una depresión, las mata de a poco y no importa cuanto se intente salvarlas, ellas no se dejan, ya que su mayor incentivo de vivir a muerto y no desean seguir viviendo, tampoco se sienten merecedoras de la vida si su mayor privilegio ha sido arrebatado de esta vida.


Y como si el destino lo tuviera planeado, la driada Sprácav, murió una semana después de que la noticia se supiera en todo Prá. Ninfas y Dríadas entristecidas por perder dos hermanas se reunieron en el bosque rezando a los dioses por que les dieran una segunda oportunidad para ser felices, para vivir como se lo merecían, porque el destino cruel que les tejieron no era el justo.

18 ноября 2020 г. 20:07 0 Отчет Добавить Подписаться
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