laughobi Veronica Beria

»🏢🔰«​​ ​Compañeros de piso.​ YoonGi necesitaba de una taza de té para poder conciliar el sueño. Tae necesitaba de una buena azúcar en su té para poder dormir. 🐾Prohibida su adaptación sin el permiso previo.🐾


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#bts #v #taehyung #suga #yoongi
Короткий рассказ
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Una taza de té con azúcar.

Dio la décima vuelta en la cama, sin poder conciliar su preciado sueño luego de la pesadilla que lo despertó de golpe. Frustrado, se levantó cuidadosamente de la cama tratando de hacer el mínimo ruido, no quería despertar a su compañero de habitación de su profundo sueño, no después de tanto que le había costado obtenerlo. Se movió con sigilo hacia la puerta, esquivando todo tipo de mueble en la habitación hasta dar con la puerta, la abrió lentamente en silencio y salió, decidió dejarla entreabierta para cuando volviera a la habitación.


Caminó silenciosamente por el pasillo, creyendo ser el único de los miembros que estaba despierto a esas horas de la madrugada: "4:38 a.m" mostraba el reloj de la sala cuando se asomó a ver el lugar, dando un respingo al mismo tiempo que se llevaba una mano al pecho del susto que se llevó al ver un aura negra moviéndose en el sillón.


Apenas notó aquella cabellera color negro se calmó para luego sentir extrañeza. ¿Qué hacía su hyung favorito ahí tirado como saco de papas? Aprovechando que tenía sus ojos tapados con su brazo se acercó hasta ponerse al frente del chico de sonrisa perfecta, planeaba darle un susto pero el asustado -por segunda ocasión- fue él cuando el mayor habló.


—Sé que eres tú, TaeHyungie... —susurró con voz grave.


—¡Hyung, me asustaste! —musitó el rubio en un susurro para no despertar a los demás que se encontraban profundamente dormidos, al verse descubierto decidió sentarse en el suelo, cerca de la cara del mayor con un tierno puchero.


YoonGi al escucharlo tan cerca sonrió complacido al haber reconocido los pasos del menor— Lo siento, no fue mi intención. —se disculpó sonriendo sin mostrar sus dientes, destapándose los ojos para ver a su pequeño con el adorable puchero, con ganas de darle una mordidita.


—¿Cómo qué no? Si está ahí como alma en pena. ¿Qué hace en la sala tan por la madrugada, hyung? —preguntó mientras posaba sus manos en el cojín y su cabeza encima de éstas.

—Yo debería preguntar lo mismo. —alzó una ceja con obviedad. Sonrió agraciado—No podía dormir, así que preferí venir a la sala. —explicó con simpleza mientras encogía los hombros y se removía de manera que quedara de costado en el sillón.

Tae giró leve y adorablemente la cabeza— ¡Oh! Yo tampoco, así que iba a la cocina a hacerme un té.


—¿Una taza de té? —el rubio asintió— ¿Sabes hacerlo? ¿Sabes si quiera cómo calentar el agua? —burló el mayor ante la poca experiencia culinaria de su dongsaeng.


—Puedo intentarlo, vi a Jin hyung haciéndolo, no se ve tan difícil. —se encogió de hombros, seguro de su memoria visual— Pero si no confía en mí, puede ir y ayudarme, ¿Sí? —sugirió.


—Esta bien, solo por que yo también quiero. —se movió en el sillón de manera que quedó sentado.


—Estoy seguro de que le ayudará a dormir. ¿Ya había conciliado el sueño, hyung? —preguntó moviéndose hasta posar su cabeza en la pierna del mayor, usándolo como una almohada.


—Sí un poco, estaba divagando mentalmente, planeaba hacerlo hasta cansarme y poder dormirme sin problemas, en ocasiones me funciona. —explicó mientras posaba una mano encima de la cabellera rubia y daba suaves masajes.


—Hmmm... Hyung, si sigue así me voy a dormir... —musitó en una queja falsa, amaba que el mayor le acariciara el cabello con suavidad, con cariño. Bostezó y se acomodó más en aquella masa de carne.


Se rió ronco y suave— Eres tan lindo, Tae. —susurró casi inaudible, como si lo hubiera pensado. Pero Tae sí lo escuchó, sin embargo no dijo nada y suspiró silenciosamente enamorado— Bien, vamos... —le acarició una vez más antes de darle un golpecito haciendo que el menor despabilara y se volteara a verle reprochando— No me mires así, te ibas a dormir y yo quiero mi té.


—Esta bien. —se levantó lentamente, estiró un poco su cuerpo y se encaminó a la cocina.


YoonGi notó que estaba caminando extraño, con un pequeño tumbao, se levantó detrás de él hasta que ambos estuvieron en el lugar; fue a sentarse en una silla de la isla mientras que el menor se acercaba al horno.


—Recuerdo que Jin Hyung tomaba agua del grifo, me dijo que aunque fuera de allí, al cocinarla se limpiaba de cualquier suciedad que tuviera. —tomó una sartén pequeña pero honda, llenándola de agua hasta mas arriba de la mitad, cuando quiso prender la cocina, se inclinó para ver mejor los números y posición de las hornillas— Hmmm...


—¿Qué sucede mocoso? —habló al ver su gesto de confusión en el rostro.


—No recuerdo que tan alta ponía la llama... —frunció el ceño tratando de recordar. Al mayor le pareció un gesto muy tierno.


—Ponlo a fuego medio, después de todo sólo calentarás el agua. —sugirió el pelinegro.


—¡Eso! Era a fuego medio. —encendió la cocina eléctrica colocándola a fuego medio. Debía esperar un poco, así que removió un poco la despensa buscando las cajas de té— ¿De qué sabor quieres tu té, hyung?


—¿Tienen varios sabores? ¿Por qué tantos? ¿Y por qué ahora quieren tomar tanto té? —se sentía perdido de no saber tantas cosas.


—Es que Kookie tuvo dolor de estómago hace como cuatro meses, se tomó unas pastillas pero no le sirvieron, hasta le dio fiebre, así que Jin hyung le dio un té de lavanda* que le recomendó una chica del staff, puesto que es ideal para calmar la fiebre y dolores estomacales. Le sirvió al poco rato, JungKook hasta estuvo más activo el resto del día. —sonrió al recordar el rostro feliz del mayor— Desde ese momento Jin hyung y yo nos interesamos por los tés, así que tenemos una pequeña variedad.


—Entiendo. —musitó— ¿Todos saben bien? Quisiera probar alguno.


—¿De verdad? —asintió el otro— ¡Sí! Todos saben bien y tiene propiedades curativas, adormecedoras y hasta antioxidantes. ¿Tienes algún dolor o malestar general, hyung?

El mayor asintió luego de pensarlo un momento— Tengo un leve dolor en la espalda desde la práctica de ayer, creo que hice un mal movimiento. Puede que hasta por eso es que no puedo dormir. —meditó en voz alta, acariciando su espalda baja.


—Bueno, entonces el té de azahar* te ayudará. Es ideal para calmar calambres y dolores musculares. —sacó una bolsita de té de dicho sabor.


—¿Tú de que sabor tomarás pequeño mocoso? —preguntó curioso.


—De Valeriana*, ayuda mucho al momento de relajarte para poder dormir, posee propiedades sedativas, así que se debe tener cuidado con la cantidad que se consume. —YoonGi estaba fascinado con la información que recibía, así que decidió seguir cuestionando. Tae sacó también una bolsita de té de dicho sabor.


—¿Y Jin hyung cual toma? —colocó el codo en la mesa y su quijada en la palma de su mano, poniendo completa atención en el menor.


—Él toma té de Anís*, él tuvo unos pequeños problemas estomacales también, por lo que lo toma cada que puede después de una comida pesada. También lo toma cuando tiene ansiedad o para conciliar el sueño. —comentó al momento de guardar de nuevo las cajas en su lugar— Además de que todo Jin hyung siempre necesita relajarse un poco, tener el papel del mayor y cargar con nosotros no debe ser fácil. —sonrió ante los recuerdos de un Jin con instinto materno cuidando de ellos como si de sus hijos se tratara.


—¿Como la vez que se habían escondido justo cuando debíamos salir a comprar ropa porque no querían ir? —recordó una de las tantas travesuras que habían hecho los Maknaes junto con HoSeok solo para fastidiarle un rato la existencia al mayor— ¿Al final como los encontraron?


—A Hobi hyung y JungKookie se le revolvieron las hormonas, empezaron a besarse y yo salí del escondite justo cuando NamJoon hyung pasaba por ahí. —explicó asqueado ante el recuerdo.


—Awwy se traumó el mocoso de la casa. —se levantó a abrazarlo en tono de burla, riéndose en volumen bajo y Tae solo lo intentaba alejar sin mucha fuerza con una sonrisa bailando en sus labios.


Tae al final se rindió y se dejó hacer, siendo abrazado por la cintura, enrollando al mayor por la espalda en un relajante abrazo, YoonGi también había dejado la burla de lado procediendo a acariciar los ya largos cabellos rubios crecientes en su nuca; pasar sus yemas por el cabello de su dongsaeng era una de las cosas que más le relajaban, más si este se dejaba hacer.


—YoonGi hyung, casi esta hirviendo el agua y no quiero hacer ruido, no quiero despertar a los otros. —susurró. La voz ronca en su oído le provocó un escalofrío al mayor, se alejó con pesar y mostró un puchero— Tranquilo, te dejo darme mimos luego del té. —YoonGi sonrió.


—Déjame ayudarte, ¿dónde están las tazas? —buscó entre los cajones de la alacena— Aquí están. —sacó una negra con una patita blanca y una blanca con una patita negra. Ambas regalos de una ARMY.


Tae apagó la cocina, llenando las tazas vacío la pequeña olla— Colocales las bolsitas, hyung. —pidió mientras colocaba la olla en el fregadero, la dejaría enfriar un poco para luego guardarla.


YoonGi colocó las bolsitas en las tazas, la de Azahar en la negra y la de Valeriana en la blanca, para no confundirse— Hmmm... Pequeño ¿a ésto se le agrega azúcar, verdad?


—Sí, hyung.


El mayor intentó alcanzar la azúcar pero no llegaba, estaba muy atrás, Tae al verlo ponerse de puntitas se acercó por detrás, levantando la mano rozó con la contraria, inconscientemente la otra mano la llevó a la cadera de mayor sintiendo como se tensaba ante su toque; YoonGi giró un poco el rostro, notando la posición en la que estaban mientras el menor tenía el rostro levantado buscando el tazón, al dar con él, bajó el rostro, rozando sus narices unos segundos.


Tae miró fijamente los ojos del mayor en esos segundos, el mencionado actuó de manera rápida tomando el tazón de azúcar que ya estaba a su alcance, bajándolo y alejándose para tomar una cucharilla. La diferencia de altura le ponía nervioso. ¿En qué momento TaeHyung se volvió tan alto?


YoonGi carraspeó— ¿T-tú lo tomas con azúcar, mocoso? —preguntó nervioso.


—Sí, hyung, dos cucharadas. —musitó con voz raramente ronca. Lo miraba fijo, y en cierto punto, le intimidaba.


El mayor echó dos cucharadas en su taza y dos en la del menor.


Una vez ambas tazas listas YoonGi tomó su taza y le acercó la suya al menor TaeHyung la tomó rozando unos segundos sus dedos, haciendo que el mayor los alejara disimuladamente. Tae suspiró y relajó su semblante, mirándole con una sonrisa amistosa; YoonGi pudo presenciar en menos de unos segundos como cambió su semblante de serio a tierno en un dos por tres. "Wow..." pensó.


—¿Un brindis? —pregunto juguetón el menor alzando la taza.


—¿Un brindis por qué? —le siguió el juego ya más calmado, yéndose a sentar siendo seguido por el menor sentándose a su lado.


—Por... Mi hyung favorito. —le sonrío mostrando todos sus dientes en una de sus singulares y tiernas sonrisas cuadradas, haciendo que el corazón del mayor diera un vuelco y sonriera dando a mostrar su sonrisa de goma.


—Por... El dongsaeng que más amo. —el pelinegro no lo supo pero el corazón del menor dio el mismo vuelco. Quizás hasta peor.


—¿Qué piensas hacer luego de tomarte el té, TaeTae? —relajó su cuerpo y se rió al darse cuenta de que dijo una especie de trabalenguas.


—Umm... Tratar de dormir quizás. ¿Y tú, hyung? —le miró confundido— ¿De qué se ríe?


—Nada, es que parece un trabalenguas. Té. TaeTae. TaeTae. Té. Té de TaeTae. TaeTae da Té. Es gracioso. —sonrió. Contagiando al menor— Creo que también trataré de dormir... —sus manos estaban tranquilas a los lados de la taza. Se encontraba pensativo.


—Prueba tu té hyung, quiero saber qué piensas. —le motivó entusiasmado.


—Esta bien, pequeño mocoso. —se llevó la taza a los labios, el olor era agradable, así que luego de soplarle un poco dio un pequeño sorbo, cerró los ojos emitiendo un sonido de satisfacción— Está muy bueno. —aprobó con una sonrisa.


—¡Sí! ¡Otro más se une al combo de los tés! —agitó un puño en el aire en señal de victoria haciendo reír al mayor.


—¿Puedo probar el tuyo, TaeTae? —YoonGi notó como una chispa desconocida alumbró los ojos del mencionado, rió al verlo mover la cabeza de lado a lado con ojos ojos cerrados.


—S-sí. Pruebelo. —le dio de probar. Sonriendo grande cuando el mayor le dio el visto positivo también— Puedes tomar cuando quieras, hyung.


—Gracias, cariño. —sonrió al ver al menor sonrojarse tomando su taza para beber también de ella. Estaba seguro de que estaba tan sonrojado como él.


Y así entre temas al azar terminaron sus tazas de té. Notaron como una cabellera castaña y una pelinaranja se asomaban por el marco de la puerta.


—Oh, hola hyung, hola TaeTae. —saludó J-Hope.


—JungKook-ah, HoSeok-ah, ¿qué hacen despiertos a estas horas? —se levantó YoonGi con las tazas y las llevó al fregadero para proceder a lavarlas.


Estaba por preguntar lo mismo. —rió breve— Íbamos al cuarto de Kookie. Fue a buscarme porque no podía dormir, tuvo una pesadilla. —explicaba mientras se acomodaba en el marco de la puerta, el menor posó su mentón en el hombro del mayor, dándole un abrazo de costado.


—Nosotros tampoco podemos dormir, estamos tomando una taza de té por lo mismo. —se recostó en el fregadero.


—¿Una taza de té? —preguntó confundido el maknae.


—Sí. ¿Quieren? —ofreció Tae.


JungKook negó— Prefiero leche caliente para dormir pero gracias, hyung.


—Si quieres caliento un poco para ti, Kookie. —ofreció esta vez YoonGi.


El menor sonrió— Sí hyung, por favor.


—Esta bien, puedes ir a tu habitación, luego te la llevo. ¿O prefieres esperar aquí? —se encaminó a la nevera a sacar la leche líquida, para hacer las cosas mas rápidas.


Miró brevemente al pelinaranja y este asintió— Esperaremos aquí. —entró a la cocina para sentarse en la mesa al lado de Tae, con HoSeok al frente.


TaeHyung posó su mano en los hombros del menor— ¿Qué soñaste Kookie?


JungKook se tensó— Estaba jugando un juego de terror... Era de zombis y eso... —no era del todo mentira, se había quedado jugando hasta tarde, pero ir a buscar a su hyung ya era puro capricho suyo, puesto que él mismo se decía que ya estaba grande para dormir con alguno de sus hyungs pero luego lo veías por ahí rondando las habitaciones de la hyung line a ver a cual podía entrar y quedarse.


—Y para eso fuiste a la habitación de Hobi hyung a perturbarle el sueño. —burló sonriente.


—No, de hecho, yo también estaba despierto. JiMinie ronca mucho, pero no quería despertarle. —Tae asintió riéndose ante aquella verdad. Su contemporáneo cuando se encontraba muy cansado tendía a roncar al dormir.


—Es cierto, el pobre estaba muy cansado, se pasó todo el día de ayer ayudandome con pasos en algunas coreografías. —respondió el pelinegro y levantó una ceja recordando algo— Se suponía que JungKookie era el que me iba a ayudar, pero nunca llegó. —el mencionado se sonrojó.


—Aigoo~ Es que se quedó dormido en el sofá y ya sabe que es casi imposible despertarlo. —respondió el pelinaranja acariciando sus castaños cabellos, decir la verdad a medias no era una mentira, puesto que la verdad absoluta era que el maknae sí había quedado dormido pero el los brazos de HoSeok en su estudio, el mayor que conocía de su tarea le pidió a JiMin que le cubriera la falta, éste aceptó con la condición de que la próxima vez le dejara la habitación libre para estar con su NamJoonie.


—Haré como que les creo para que no se sientan mal, par de mentirosos. —sonrió al ver sus sonrojos delatadores— ¿Quieres un poco Hope-ah? —ofreció.


—Esta bien, gracias hyung; un poco de leche caliente quizás me ayude a dormir.


—Un poco de leche caliente con Kookie querrás decir. —soltó burlón TaeTae.


Al rato de bromear, la Golden line por fin obtuvieron su leche caliente, sonrientes le agradecieron al mayor y luego de unos abrazos se retiraron a la habitación del menor.


HoSeok casi salía de la cocina hasta que su dongsaeng le llamó— ¿Qué pasó, pequeño Tata?


—¿Recuerdas el trato, verdad? —levantó una ceja.


—"Nada de mencionarle a Jin hyung sobre nuestras escapadas a las demás habitaciones o se enterará de quién fue el que manchó su suéter favorito". Ya lo sé. —rodó los ojos y se fue.


YoonGi, quien escuchó todo, miró a Tae quien se había levantado de su asiento— ¿Ustedes dos dañaron el suéter de SeokJin hyung? —levantó una ceja con una sonrisa burlona. Ya había limpiado el utensilio usado y guardado el resto de leche que no se usó.


Suspiró derrotado— Sí, sí, fuimos nosotros. Pero no le digas a Jin hyung, luego nos castigará si se entera. —hizo un puchero.


—Mi silencio no es gratis, pequeño destructor. —respondió juguetón.


—¿Qué debo hacer para comprar su silencio? —se acercó hasta ponerse en frente de su hyung con un puchero y una mirada cachorra.


Posó su mano en su mejilla, volvió a sonreír con una idea en mente— Déjame mimarte. —Tae sonrió mostrando su peculiar sonrisa cuadrada.


—Todo lo que quieras, hyung. —los dedos en su mejilla empezaron a moverse, dándole suaves caricias y sintió la necesidad de apoyarse más en ella, así lo hizo.


A pesar de la diferencia entre sus alturas, la cual era graciosa puesto que tenía que levantar la mirada para poder ver su rostro, de la marcada diferencia entre sus cuerpos, logrando en mínimas ocasiones sentirse intimado ante el grosor del menor, de su voz más grave que la suya propia; YoonGi estaba perfectamente enamorado de su dongsaeng.


Enamorado por aquella hermosa carita de facciones delicadas que tenía su pequeño; sus hermosos ojos color café negro penetrante que lo hipnotizaban fuertemente, también el defectito que tenía en sus párpados lo enamoraba, era algo tan singular, tan él; su naricita perfiladamente respingada pintada con un lunarcito le daba ganas de darle muchos besos esquimales; y sus labios rosa suave le invitaban a los suyos a pesarse en ellos con muchos roces suaves.


TaeTae colocó su mano encima de la contraria dándole caricias con la yema de sus dedos sin dejar se mirarle, él también estaba atrapado entre esos ojos negros con ese toque felino que los caracteriza, esa pequeña naricita respingada similar a la de un gato; y esos belfos cuales pétalos de flor no tan rellenos pero sí marcados en el arco de cupido eran una tentación, una trampa hecha de labios en la cual quería caer y nunca escapar.


YoonGi le dio el impulso de querer besarle, pero no quería hacer algo que asustara a su dongsaeng por más que quisiera. Lo amaba demasiado para dejarlo ir por sus impulsos; quedando pasmado cuando éste posó la otra mano en su cintura, dando un sutil cariño antes de dejarla fija en el lugar, cerró los ojos unos segundos en un largo suspiro. El mayor quiso decir algo pero prefirió esperar por el menor, atento a su próximo movimiento y sin querer llevó su mirada a sus belfos.


Entonces el menor abrió los ojos, encontrándose con la mirada contraria posada en sus labios y levantó una ceja, YoonGi se dio cuenta de que lo habían pillado y sintió temblar así que intentó alejarse, fallando en el intento pues ahora dos suaves manos sujetaban con delicadeza su cintura. Se dio cuenta de que había cerrado los ojos así que los abrió, encontrándose con el rostro ajeno rozando sus narices.


—Hyung... —susurró en sus labios, su aliento con el sutil olor del té estaba embriagando al mayor.


—¿S-sí, TaeTae?... —apenas podía mover los labios sin rozar los contrarios.


—¿... Puedo besarte?


"¿Qué?" Pensó. Se debatió mentalmente un momento, momento en el que el menor dejo ir una mueca de decepción, se sentía indirectamente rechazado; queriendo irse intentó soltarse pero grande fue su sorpresa cuando su hyung le tomó de las mejillas y en puntitas lo jaló en un beso un poco descuidado, era un beso quieto, flojo, reflejaba miedo, inseguridad.


Tae suspiró de gusto, tomando sus caderas nuevamente abrió sus labios para aceptar finalmente el beso que tanto deseó, YoonGi por su parte también abrió sus labios, encajando ambos perfectamente; pasaron a moverse en un roce delicado, íntimo, eran movimientos suaves, precisos, llenos de cariño, pasión, también de felicidad, amor.


No pasaron más allá de ese roce suave entre sus belfos, se saboreaban tan dulcemente, tan cálidamente, que no sintieron necesidad de que se convirtiera en un beso voraz.


Se separaron sin muchas ganas unos minutos después. Ninguno dijo nada, solo se miraron a los ojos con las mejillas sonrojadas, labios ensalivados, suspiros enamorados y ojos destellantes que gritaban un secreto.


Secreto que Tae no se pudo guardar por más tiempo.


—Siento muchísimo amor por ti, YoonGi hyung... —reveló por fin en un susurro sobre sus labios, sus manos se movían dando masajes que subían a su cintura y volvían a bajar a sus caderas.


El mayor sin poder contener su felicidad saltó a sus brazos, dándole un abrazo de koala y besando sus labios cortamente, Tae estaba completamente enternecido con el mas bajito teniendo que sujetarle de las caderas para que no cayese, YoonGi le dio varios picos hasta que se separó con el rostro muy sonrojado y una gran sonrisa decorandole el rostro— Yo a ti también te amo muchísimo, TaeHyungie... —cerró sus ojos y acercó sus labios rozando con los contrarios para luego moverlos lenta y suavemente encima de los suyos.


YoonGi le abrazó por el cuello, enredando sus dedos en los mechones de la nuca; abrió más sus labios y mordió su labio inferior, sacando un leve jadeo ajeno, aprovechando de meter su lengua al ver sus labios abiertos, quien con gusto aceptó su sinhueso y profundizaron el beso, una pequeña danza se daba entre sus lenguas, nadie llevaba el mando, solo eran ellos disfrutandose mutuamente.


La desolada cocina era cómplice de lo que adentro de sus paredes se escondía. Chasquidos y suspiros, lamidas y mordidas, respiraciones profundas y jadeos callados, besos y amor.


Mucho amor.


—T-Tae... —habló YoonGi entre el beso.


—¿Hmm...? —apenas respondió perdido en las sensaciones.


—V-vamos a... Tu h-habitación... —logró pronunciar a penas entre jadeos. Tae se separó levemente dándole una mordidita en su labio inferior y asintiendo ante la idea. Pero debían ser silenciosos, puesto que el líder aún dormitaba, o al menos eso creían.


Tae bajó al mayor de su cuerpo y tomó la hermosa mano de su gatuno hyung, caminando lentamente hasta el marco de la puerta de la cocina asomándose y al no ver a nadie se encaminó rápidamente a su habitación, asombrándose cuando no vio a su hyung de cabellos verdosos en su cama, pero sin pensarlo mucho, pasó y cerró la puerta con seguro para luego pasar sus manos por las mejillas del mayor con una sonrisa coqueta.


YoonGi lo abrazó de la cintura para luego volver a conectar sus labios con lo contrarios; éste le abrazó del cuello. El beso que habían cortado hace momentos atrás era nuevamente retomado, era demasiado apasionado a la par de tierno, puesto que en ocasiones se separaban unos segundos por aire y se daban besos esquimales.


La espalda del mayor chocó contra la pared, siendo alzado y enredando sus piernas en el torso ajeno nuevamente mientras aún era besado con dedicación.


Ninguno decía nada, solo actuaban según sus instintos. Y ese instinto fue el mismo que hizo que el mayor mordiera el labio de su dongsaeng con leve fuerza sin querer.


—¡Au! Hyung, casi me partes el labio. —reclamó queriendo morder el labio ajeno pero fallando puesto que su mayor rodaba la cara hacia la pared, yéndose directo a su cuello puesto que era lo que tenía mas cerca y dejando también una pequeña mordida entre la clavícula y su mentón.


—Ah~ Tae, no me dejes marcas, esta prohibido. —advirtió el mayor, siendo consciente de que éstas no debían exhibirse.


—Lo sé, solo que amo tu piel, es tan blanca y pura, tan tersa y suave. Debería considerarse un pecado. —lamió en varias direcciones, casi como un perrito. Haciendo que el mayor riera roncamente antes de bostezar.


Tae miró con ternura como su mayor bostezaba pasándose las manos en forma de puños encima de sus párpados y por inercia involuntaria él también lo hizo.


—¿Tienes sueño, gatito hyung? —preguntó aún siendo que la respuesta era obvia.


YoonGi asintió con los ojitos cerrados sonriendo cansadamente cuando sintió como su dongsaeng se sentaba en la cama y se acomodaba, dejando que el mayor se acostara con la cabeza encima de su pecho y su piernas abiertas al rededor de su cadera, para finalmente cubrir a ambos con una manta.


Estaban demasiado cómodos el uno con el otro, el calor del mas bajo arropaba al mas alto, mientras que el rubio era la perfecta almohada del pelinegro.


El sueño los vencía a ambos, los tés los calmó muchísimo mientras que las secciones de besos los relajó.


—TaeTae... —susurró, como quien no quiere la cosa.


—Humm... ¿Sí?... —su voz estaba ronca y apagada.


—Me habías dicho que una taza de té me ayudaría a dormir... —levantó la cabeza y la colocó encima de sus manos, mirándole con todas las fuerzas que le permitían estar despierto aún— pero me alegra saber que una taza de Tae era justo lo que necesitaba para poder dormir.


Sonrió adormilado y acariciando los cabellos alborotados de su mayor respondió— A mi me encanta saber que para poder dormir debía ponerle un poco de Suga a mi té.


Y luego de compartir una sonrisa que término en un pequeño beso, cayeron dormidos a pesar de que los tenues rayos del sol se asomaban por la ventana.


Ambos por fin tenía lo que más querían, poder dormir y descansar. Uno disfrutó una sabrosa taza de té que le dejó soñando con lindos angelitos de sonrisas cuadradas, y el otro degustó de la azúcar más deliciosa que le pudo agregado a su té, haciendo que soñara con preciosos gatitos negros.


Y todo empezó por una taza de té con azúcar.

9 октября 2020 г. 17:33 0 Отчет Добавить Подписаться
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Veronica Beria Haters Gonna Hate ❥ '00 Line. Una bebé según Hobi. ❥ Bisexual. Mujer que gusta del estilo del hombre. ❥ JungKookie Biased. Todo Bangtan son mis Wrecker's. ❥ Casada con los Shipps relevantes. Amante de los Shipps irrelevantes.

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