zg Zaida Guerra

Sinopsis Para la hermosa Christina Torres todo le está yendo muy bien, un buen trabajo en una de las mejores empresa de su padre, moda, lujos, todo lo que cualquier mujer desearía tener. Pero pronto su vida se verá en riesgo al verse amenazada por enemigos del único hombre que a amado, haciéndolos reencontrarse después de tanto tiempo y a la vez hacerlos caer nuevamente el uno al otro. Porque como diría el refrán: Donde hubo fuego, cenizas quedan.


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#romance #erotismo #policia #reencuentro #deseo #misterio
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Capítulo 1

¿Disculpe se encuentra David? –Pregunto a una señora un tanto mayor.

— Lo siento hermosa, aquí no se encuentra ningún David.

Sus palabras hacen desaparecer el mundo bajo mis pies, es imposible él no pudo hacerme esto.

¿Está segura? –Vuelvo a preguntar.

— Si, muy segura. –Reitera.

— Gracias, disculpe las molestias causadas. –Me disculpo al alejarme de esa casa, y todo lo que represento para mí.

Dejándome bien en claro, lo que signifique para él…


Despierto desconcertada y enojada conmigo misma, al permitirme soñar con ese momento habiendo pasado ya 5 años de lo ocurrido. Para él nunca signifique nada, David solo quería de mí una cosa y la consiguió, al mismo tiempo que se largó. Así que basta de seguir permitiendo estos ridículos sueños, jamás pienso perdonarle todo lo que me hizo.

De repente el despertador comienza a sonar, sacándome de mis pensamientos.

¡Carajo!

Llegare tarde al trabajo.

Salgo disparada al baño, deseando que el metro no tenga retrasos hoy…

Al salir de mi residencia respiro el aire hermoso de un día más, vivir en Caracas tiene sus malos y buenos momentos. Bueno la situación de ahora nos tiene muy mal, pero a pesar de todo el venezolano no pierde la esperanza de que esto algún día cambiara. Mientras toca encomendarnos a la divina providencia.

Llego al metro y salgo disparada al oír que ya llego, entro rápido o más bien soy empujada por la multitud de persona que como yo, van tarde al trabajo. Busco un espacio libre, al tomarme del barandal mientras el metro arranca. Bueno por lo menos va rápido y viene con aire, no como otras veces prácticamente pareciera que estuviéramos en un sauna.

De repente recuerdo el sueño de esta mañana y por más que no quiera, recuerdos con él viene a mi mente.


¿Se encuentra Gustavo? –Pregunta un hombre, con una voz que aunque es desconocida para mí, provoca cierto desconcierto.

Bueno su falta de modales, es notables.

— Buenas tardes, no se encuentra. –Le respondo en tono frío.

Pero al ver como es, mi frialdad tiembla por un momento.

¡Joder!

Pero qué bello es, alto, entre moreno y blanco, ojos negros, cabello corto liso color negro, delgado pero segura que tiene un cuerpo tonificado. Aunque con una seriedad que sorprende y me excita sin poder explicarlo. Aparto la mirada hacia mi lectura, para que no vea que su belleza me ha sorprendido.

— Disculpa, ¿cómo a qué hora regresa? –Vuelve a preguntar, pero ahora con un tono más suave.

Sonrío por eso.

Pero no pienso volverlo a ver, es lo mejor a que se dé cuenta que logro cierto desconcierto en mí.

— No lo sé, marque a su celular. –Digo en tono neutral.

Aunque no lo vea, sé que me está mirando.

— Gracias. –Agradece al retirarse.

Le hago una señal con la mano y continúo con mi lectura, pero no importa lo que haga ya no tiene mi atención…


Estación Chacaíto. –Oigo a la operadora decir, haciéndome salir de ese recuerdo.

¡Carajo!

Camino antes de que se cierren las puertas.

<<Eso te pasa por estar pensando en lo que no debes estar pensando>> Comenta mi razón.

Es cierto, no sé qué demonios me está pasando esta mañana.

Salgo de la estación y tomo una camioneta que me lleve a las mercedes, necesito llegar antes que mi padre.

No quiero darle la razón de que debo comprarme un auto y dejar de usar el metro, que empiece a comportarme como una Torres, así como mis hermanos. Pues en ese tema él tiene mucho las de perder, no pienso comportarme como una ricachona, por complacerlo. Mi padre es un hombre de negocios, es dueño de varias empresas del país, como las aseguradoras, ciertos bancos, supermercados, restaurantes, centros comerciales y muchas otras empresas. Pero aun así, me gusta como soy y no pienso cambiar ni porque tenga todo el poder del mundo. Esa parte de mí se la debo a mi madre, ella nos ha sabido educar muy bien y eso se lo agradezco aún que mis hermanos no lo valoren.

Las mercedes, los que se quedan. –Oigo al conducto.

Le pago y me bajo.

Camino una cuadra lo más rápido y no tardó en llegar.

María dime que no ha llegado. –Pido.

Ella sonríe y eso me deja ver que aún no llega.

No, aún no llega. Señorita Torres.

Gracias, y llámame por mi nombre. María.

Le guiño el ojo y me dirijo a mi oficina.

Bueno como mi padre nos hizo estudiar en la mejor universidad como lo es la católica Andrés Bello. Estudie administración de empresa, a eso me dedico y mi padre no me permitió trabajar en ninguna otra empresa que no fueran las nuestras. Acepte pero con la condición de ser independiente y tener mi propio apartamento.

Llego a mi oficina y tomo asiento.

Giro mi silla y como siempre me quedo viendo el hermoso paisaje de Caracas, desde mí piso. Muchos países podrán tener muchos rascacielos, pero al mi parecer los paisajes de Caracas son únicos.

La puerta de mi oficia se abre, me giro y veo a María entrar.

Señorita... –la miro con reprobación al oírla llamarme así–. Christina aquí le traje los papeles que debe revisar, y tiene dos reuniones en la tarde. –Me pone al día con mi itinerario.

Gracias. María.

De nada. Christina.

La veo irse y me pongo manos a la obra, pero antes pongo algo de música. Aunque eso a mi padre no le guste, me gusta la música y eso no lo puede cambiar. Enciendo mi Laptop y busco en el reproductor una que me guste. Elegí una que no debí elegir, pero soy masoquista.

Los acordes de la canción de Fanny Lu Regalame Un Beso” suenan, haciéndome pensar en él.


Soy un alma apasionada todo el tiempo.

No me importa casi nada porque digo lo que siento

Y cuando dio que te quiero te hablo con amor sincero

Que se entere el mundo entero que hoy te quiero para mí.

Tal vez soy complicada, soy peor enamorada y ya me enamore de ti.


Recuerdos del día en que le dedique esa canción vienen a mi mente, haciendo que cada vez lo odie y lo extrañe cada día más. Me vuelvo a levantar y miro por el ventanal, dejándome llevar por la canción.


Regalame un beso, regalame un sueño, regalame el tiempo que te regalo algo mejor.

Yo te doy la luna llena, de mis ojos las estrellas, de mis besos te regalo un mar de amor.

Regalame un beso, regalame un sueño me dame tu frío y lo convierto en mí colar.

Te regalo mis sentidos, la ilusión de mis latidos, si me quieres te regalo lo que soy un mar de amor…


La canción finaliza.

Al mismo tiempo que la puerta de mi oficina se abre, me giro para recibir a María nuevamente pero todo mí mundo se detiene al ver quién es.

Es imposible…

26 августа 2020 г. 20:21 0 Отчет Добавить Подписаться
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