mireya001 Mireya

¿Crees en la reencarnación? Después de mi muerte creí que todo había acabado, pero alguna fuerza desconocida no quiso que eso ocurriera. En un lugar desconocido desperté, y la primera voz en recibirme fue un collar que nunca había visto, aunque ese es el menor de mis problemas. Estoy en un mundo donde la magia existe, una guerra entre humanos y seres míticos tiene lugar día a día, y como si eso no fuese suficiente, yo encabezo al ser más odiado y temido por ambos bandos. ¿Seré capaz de destruir la maldición de mi nueva vida y la de Titania?


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#humornegro #acción #muerte #erótico #aventura #magia #reencarnación
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Prólogo

—¡Lydia!

Cuando escucho mi nombre ya es tarde, al igual que cuando ves un vídeo en cámara lenta, mis últimos momentos pasaron de una forma atroz cuando estaba a unos centímetros de mí el camión.

No hay sonido alguno que ahora mismo escuche.

Es inevitable.

Lo siguiente que sé es que, en una fracción de segundos, el dolor en mi cuerpo nace y muere, mi visión pasa de contemplar el cielo, a hacerse borrosa y después negra. Los sonidos se apagan y yo no siento el impacto de mi cuerpo contra el suelo. Entonces, algo fascinante sucede, en este pequeño momento mi vida pasa frente a mis ojos de una manera tan detallada.

Veo la primera luz que vi al nacer, como me entregan a mi madre bañada en sudor y con lágrimas recibiéndome en brazos, como fue ese día en que me presentaron a toda la familia, a mis hermanos mayores, a mi padre, mis abuelos, tíos y primos.

Un poco irónica la dinámica familiar, usualmente nos reunimos cuando eran fechas especiales: navidad, año nuevo, cumpleaños, bodas, bautizos o funerales. Gracias a ello es que podíamos ponernos al corriente sobre nuestros asuntos personales, no creo que tuviésemos un pariente favorito en especial, pero al ser la familia de mi madre la más grande, era la que tenía más eventos de este estilo.

Los días de mi crianza estuvieron llenos de amor y educación, sobre todo de esto último se volvió más demandante cuando entre a la primaria, donde conocí a una niña que sería mi mejor amiga de toda la vida, Sandra, siempre era alegre y la acompañaba a cualquier lugar, estuvimos juntas en la primaria y secundaria, pasamos muchos momentos juntas: clases, fiestas, salidas al parque y ni hablemos de los días de practica del equipo de voleibol.

Por un lado, a mi padre le encantaba la idea que practicara un deporte, pero mi madre prefería que le diera prioridad a los estudios, conforme pasaron unos cuantos años tenía equilibrados ambos ámbitos. Mis hermanos por su parte estaban cruzando grados más altos que los míos, especialmente mi hermano mayor era el que me solía explicar las partes teóricas y mi hermana era la que me daba apoyo moral.

Y todo hubiese sido perfecto… pero…

En el último año de secundaria, mi padre murió.

Mi madre y hermanos lloraban inconsolablemente mientras el funeral terminaba, mi madre especialmente no dejaba de reclamarle en el ataúd por haberla dejado sola, de preferir el cigarro pese a las órdenes del Doctor, yo por mi parte aún llore por dos días después del funeral, amigos y familiares estuvieron con nosotros en nuestro pesar.

A partir de este punto nos volvimos más cercanos a mis abuelos maternos, sin mi padre mi madre tenía que buscar otra manera para recaudar dinero, y ellos al tener una sastrería le facilitaba a mi madre para seguir al pendiente de nosotros, yo me ofrecí para trabajar también con ellos, en parte porque quería ayudar a mamá y otra para dejar de pensar en papá. La compañía de los abuelos era muy agradable, sobre todo mi abuelo quien siempre encontraba un momento para hacerme reír o enseñarme algo nuevo.

Conforme pasaba los días mi hermana mayor por tres años, empezó a salir con un chico que tenía una afición a la astronomía y la historia, parecía un buen sujeto. Mi hermano por otro lado al ser el primogénito se encontraba estudiando una licenciatura en químicas, no era sorpresa, siempre hemos sabido que era el cerebrito de la familia. Yo por mi lado, me encontraba en el bachillerato, aún tenía dos semestres para pensar a que quería dedicarme, pero no tenía claro a que debía inclinarme.

¿Medicina? ¿Sociales? ¿Ciencias? ¿Existe algo que esté relacionado a bordar y hacer memes? ¿Y si le pregunto a Sandra alguna sugerencia? Dijo que la universidad a la que aplicaría tenía una enorme variedad de licenciaturas e ingenierías. Aunque mi hermano también podría asesorarme.

Mi mente estaba hecha un desastre faltando solo dos meses para la graduación y uno para iniciar con el proceso de admisión a donde quisiera entrar, cuando otra noticia nos tomó por sorpresa a todos.

Kenia estaba embarazada.

Mi madre al principio se volvió histérica, pero después de conversar con el novio de Kenia y escuchar que se haría responsable, mi madre se fue tranquilizando, sin embargo el chico aún no tenía trabajo por lo que pedía un poco de tiempo en lo que encontraba un empleo estable para la casa donde vivirán, mi madre se encargó de cuidar a Kenia, por lo que me solicito si podía doblar turnos en la sastrería para estar más al pendiente de ella, al menos hasta el primer mes. Mientras tanto mi hermano estaba por finalizar su carrera y tenía que pagar trámites para la terminación de esta, y aparte estaba el asunto del proceso de su título. Me tocó ver a mi madre angustiada con estos gastos en la casa, la verdad me estaba preocupando, tenía una idea de que podía hacer, pero sabía que esto a la larga me afectaría.

Le propuse que me tomara un año sabático, no entraría a estudiar aún una profesión hasta que los gastos disminuyeran. No le agrado mis palabras en ese instante, pero al final la convencí al escuchar que ni yo sabía a qué quería dedicarme.

En el transcurso del año, conocimos a mi sobrino Leonardo, Kenia vivía en su casa con su nueva familia, mi hermano Ricardo por su parte ya estaba trabajando y contaba con su título.

Mi madre ya no iba tan seguido a la sastrería, se la pasaba más en casa de Kenia con Leonardo y en las noches preparaba la cena para Ricardo después del trabajo, yo busque otro trabajo parcial en las mañanas en un restaurante como camarera, esto con el fin de tener un poco más de dinero y ahorrar para mi carrera.

Ya no era tan necesario que yo trabajara, Ricardo ganaba buen sueldo por lo que la mayoría de los gastos los pagaba el, yo solo me encargaba de dar dinero para la despensa quincenal y pagar la luz, eso si no teníamos alguna deuda que mamá adquiriera con algún cobrador por un suplemento alimenticio, o las mascarillas y cremas de la señora que le vende por catálogo.

Quería a mi familia, Ricardo en ocasiones me hablaba un poco de su trabajo y cuando notaba que no entendía un concepto que el mencionara, me explicaba en qué consistía. Kenia por su lado me contaba de como estuvo su día con Leonardo con cada novedad que hiciese mi sobrino, además nos solía invitar los fines de semana para una comida en las tardes, donde siempre había una charla intensa entre el que es mi cuñado y mi hermano, mi mamá se notaba más feliz, mis abuelos eran un amor conmigo. Pero algo me estaba molestando, y fue Sandra la que expresó mis pensamientos.

—¿Y qué hay de ti Lydia?

—¿Eh?

—Si, digo, entiendo que tu hermana es feliz, tu hermano se dedica a lo que le gusta y tu madre ya supero la muerte de tu padre y su situación económica, pero ¿Qué hay de ti?

—Mmm...

—Oye no me malentiendas, eres mi amiga y te quiero mucho, y precisamente por eso te lo digo. Si tú me dijeras que quieres dedicarte a algo como la moda hay lugares que ofrecen cursos y planes de estudios de corte y confección, pero si no decides pronto que quieres hacer de tu vida serás la única de tu familia que pasara en segundo plano, incluso los personajes secundarios de cualquier obra tienen más desarrollo de sus vidas que tú.

—Si vas a compararme con personajes ficticios, lamento informarte que no lograras mucho de mi parte señora escritora.

Me sonríe de vuelta.

—Lo que trato de decirte es que también es justo que estés haciendo algo que te guste. ¿Tu madre te ha preguntado cuando vas a hacer algún examen de admisión?

—...No.

—¿Has gastado, aunque sea un 10% del dinero que ganas en tus dos trabajos en algo que te guste, que no sea comida chatarra?

—...No.

—¿Sales al menos a divertirte, aunque sea una vez al mes?

—Pues...

—La casa de tu hermana y abuelos no cuenta.

Cerré la boca.

Después de esa charla, comencé a ser un poco más observadora en mi alrededor. Mi madre efectivamente ya no se miraba tan decaída, habían pasado dos años desde la muerte de mi padre y la verdad vivíamos mejor que antes, mi hermano comenzó a salir con una chica del trabajo y mi madre se unió a un grupo de bailoterapia donde se hizo amiga de un pequeño grupo de señoras de la colonia. Últimamente notaba que solo me hablaba para los pagos y la cena, pero a diferencia de con mi hermano no me preguntaba cómo me había ido en el día.

Trataba de quitarme esos pensamientos de la cabeza, pero inevitablemente notaba que tenía más interés o atención en mis hermanos que conmigo.

Me sorprendí cuando mi abuelo saco el mismo tema que Sandra respecto a mi madre, me contaba que en cuanto decidiera que quería estudiar se lo dijera y sería el primero en apoyarme si era necesario.

—La verdad no quiero confrontarla, tal vez me estoy haciendo muchas ideas en la cabeza.

—Cuando creas que debes hablar con ella de tus sentimientos, hazlo, Lydia.

Mientras él se encargaba de arreglar un par de pantalones, yo estaba haciendo unos ajustes a un vestido, y por alguna razón se me ocurrió preguntarle algo a mi abuelo.

—Abuelo, ¿Tu siempre te dedicaste a esto?

El río alto en cuanto escucho mi cuestión.

—Para nada, fue idea de tu abuela, en un inicio ella era la única trabajando aquí.

—Entonces ¿Cómo fue que tu...

—Me despidieron de mi antiguo trabajo.

—Oh...

—Es lo que pasa cuando el trabajo se te sale de las manos y los contactos pueden influenciar en tu vida.

—¿Qué trabajo es ese?

—Perito en criminalística.

—... ¿Qué?

—Se trata de una persona que tiene conocimientos especializados en un oficio y que en un juicio dan su punto de vista de una evidencia y hechos investigados, en apoyo a una de las partes, ya sea el imputado o el acusado.

—Algo así como... ¿Un detective?

—Algo así, salvo que a este detective le pagan más y no ve solo casos de infidelidades o buscar hijos ilegítimos.

No sé si sería porque mi abuelo era una persona interesante a mi parecer o solo mi curiosidad estaba presente, quería saber más de ello. Era increíble lo que escuchaba, desde un robo hasta un asesinato, en ocasiones daba una interpretación de un crimen a favor para la víctima como el acusado. Al final me enteré de que lo despidieron después de que su jefe, fuera despedido por haber cometido un fraude y gracias a ello su equipo también fue despedido por posible complicidad. Tomando esa charla como base, inconscientemente le preguntaba mi abuelo a menudo sobre su antigua profesión.

Los días siguen corriendo y se vuelven meses. Otro año ha pasado, ahora cuento con 21 años de edad, después del relato de mi abuelo me dedique en cuerpo y alma a investigar más a fondo sobre su antiguo trabajo, y gracias a ello tengo un sueño, quiero ser Perito Forense, pero para ello debo primero hacer una licenciatura en criminología, me he estado informando acerca de una universidad que ofrece un plan de estudios, dura cuatro años la formación pero se ve interesante y está encaminado a lo que quiero. Además, mis ahorros ya habían dado frutos para ser finalmente usados.

En los últimos seis meses platique con mi familia de ello, mis abuelos me dieron ánimos y me apoyaban, mi hermana me miraba como si me hubiese salido otra cabeza, mi hermano solo parecía sorprendido y mi madre... bueno, creo que no le agrado la idea de ver a su hija en un ambiente que ella describió como "peligroso" y "fuera de lugar para una niña como yo".

Ese día discutimos, al punto donde no quise ir a dormir a la casa y les pedí a mis abuelos quedarme por esa noche, mi madre duro un par de semanas sin contactarme hasta que luego de 14 días vino conmigo a hablar, tuvimos una larga charla, nos reconciliamos y me dijo que me apoyaría.

Llegó el día del examen de admisión, recuerdo haber estado nerviosa y el día de los resultados era peor, creí que se me saldría el corazón por la boca, pero cuando vi el resultado mis lagrimas cayeron. Había aprobado.

Un mes después de los resultados, me puse mi mejor ropa y mi mochila con útiles listos, no soy tan distinta de las demás chicas mexicanas, mi altura es bastante promedio y mi piel morena hace contraste con mi cabello y ojos café obscuro, me había cortado el cabello hasta los hombros y opté por hacerme unos rizos. Quería sentirme bien, y que se me viera. Sandra dijo que si quería podía acompañarme para dejarme en la entrada de la facultad, aparentemente la Facultad de Letras Hispanas que es la suya, está cerca de la mía. Cuando bajamos del metro, caminamos directo a las facultades.

Me doy cuenta de que el campus es enorme e incluso hay espacio para que autos y camiones pasen, de estos especialmente salen muchas personas. ¿Sera así todos los días?

Un semáforo rojo se vuelve verde, Sandra y yo nos detenemos. Ella recibe un mensaje y se dedica a contestar mientras miro con ilusión el campus, en cuestión de unos segundos el semáforo se vuelve rojo. No hay ningún vehículo, por lo que doy un paso al frente y antes de que le diga a Sandra que debemos de cruzar, ella ya está gritando mi nombre.

Yo, aún ignorando mi situación giro mi rostro a 90 grados solo para ver un enorme camión a unos centímetros de mí.

Todo enmudece.

29 августа 2020 г. 0:00 5 Отчет Добавить Подписаться
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Прочтите следующую главу Capítulo 1: ¿Dónde estoy?

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Francisco Rivera Francisco Rivera
Chica narradora con buen ritmo y descripciones de contexto haciendo notar un desarrollo sostenido de la historia. Agradable realidad y, deseando mayores lecturas de esta creación, donde se revela aspectos de vida propia y de situaciones de vida. Un saludo cordial desde Veracruz, México. Sigo leyendo... Me agrada.
Aleia Daus Aleia Daus
¡Buen inicio! Vigila con los acentos "cuando entrÉ a la primaria" etc. Qué chulii!! More more!
Nelson Carvajal Nelson Carvajal
Me atrapaste, me encanta la historia. Tienes mucho talento.
~

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