Sólo por las noches y en algunas ocasiones iba a ese lugar a rezar por mis padres Recuerdo que era un lugar bastante oscuro y cerrado, tapizado con tela roja y blanca, de gris suelo y varias cruces de plata

Sólo por las noches y en algunas ocasiones iba a ese lugar a rezar por mis padres Recuerdo que era un lugar bastante oscuro y cerrado, tapizado con tela roja y blanca, de gris suelo y varias cruces de plata

Sólo por las noches y en algunas ocasiones iba a ese lugar a rezar por mis padres Recuerdo que era un lugar bastante oscuro y cerrado, tapizado con tela roja y blanca, de gris suelo y varias cruces de plata

Recuerdo aquella vez que viajé a París y conocí a aquel chico tan atractivo. Pasamos la noche juntos y sentir su piel junto a la mia, su olor su calor, no había nada en el mundo igual. Pero nos despedimos en París. No lo he vuelto a ver, ni he vuelto a saber de él. Quizas fue como un sueño; un sueño hermoso, pero un sueño al fin y al cabo.

¿Dónde estás, papá? ¿Dónde estabas cuando no tenía con quién hablar? ¿Dónde estabas cuando más quería llorar? ¿Dónde estabas cuando te quería abrazar? La elegiste a ella y no a mí. Me dejaste tirado por ahí. Mi amor por ti crecía, tú te reías y ella me destruía. Ya no soy nada, ya no eres nada y ella te ha dejado sin nada: "Sin nada vengo, sin nada me voy".

¿Dónde estás, papá? ¿Dónde estabas cuando no tenía con quién hablar? ¿Dónde estabas cuando más quería llorar? ¿Dónde estabas cuando te quería abrazar? La elegiste a ella y no a mí. Me dejaste tirado por ahí. Mi amor por ti crecía, tú te reías y ella me destruía. Ya no soy nada, ya no eres nada y ella te ha dejado sin nada: "Sin nada vengo, sin nada me voy".

Mamá no estaba segura... Fijó sus ojos en mí, pero no me dijo nada. Ni un susurro, ni un suspiro. Pero yo la había entendido; "Lo lamento", me dijo. No tenía nada por lo que disculparse, me sentía mal por ella... Porque sabía, por sobre todas las cosas, que también extrañaría el jardín. Sobre todo las rosas rojas, rosadas, amarillas y blancas que no pudimos llevarnos. El jardín era lo único que tenía. Pasaba primaveras enteras cuidando sus flores, y otoños protegiéndolas del frío.

Mamá no estaba segura... Fijó sus ojos en mí, pero no me dijo nada. Ni un susurro, ni un suspiro. Pero yo la había entendido; "Lo lamento", me dijo. No tenía nada por lo que disculparse, me sentía mal por ella... Porque sabía, por sobre todas las cosas, que también extrañaría el jardín. Sobre todo las rosas rojas, rosadas, amarillas y blancas que no pudimos llevarnos. El jardín era lo único que tenía. Pasaba primaveras enteras cuidando sus flores, y otoños protegiéndolas del frío.

Mamá no estaba segura... Fijó sus ojos en mí, pero no me dijo nada. Ni un susurro, ni un suspiro. Pero yo la había entendido; "Lo lamento", me dijo. No tenía nada por lo que disculparse, me sentía mal por ella... Porque sabía, por sobre todas las cosas, que también extrañaría el jardín. Sobre todo las rosas rojas, rosadas, amarillas y blancas que no pudimos llevarnos. El jardín era lo único que tenía. Pasaba primaveras enteras cuidando sus flores, y otoños protegiéndolas del frío.

Mamá no estaba segura... Fijó sus ojos en mí, pero no me dijo nada. Ni un susurro, ni un suspiro. Pero yo la había entendido; "Lo lamento", me dijo. No tenía nada por lo que disculparse, me sentía mal por ella... Porque sabía, por sobre todas las cosas, que también extrañaría el jardín. Sobre todo las rosas rojas, rosadas, amarillas y blancas que no pudimos llevarnos. El jardín era lo único que tenía. Pasaba primaveras enteras cuidando sus flores, y otoños protegiéndolas del frío.

Mamá no estaba segura... Fijó sus ojos en mí, pero no me dijo nada. Ni un susurro, ni un suspiro. Pero yo la había entendido; "Lo lamento", me dijo. No tenía nada por lo que disculparse, me sentía mal por ella... Porque sabía, por sobre todas las cosas, que también extrañaría el jardín. Sobre todo las rosas rojas, rosadas, amarillas y blancas que no pudimos llevarnos. El jardín era lo único que tenía. Pasaba primaveras enteras cuidando sus flores, y otoños protegiéndolas del frío.

Mamá no estaba segura... Fijó sus ojos en mí, pero no me dijo nada. Ni un susurro, ni un suspiro. Pero yo la había entendido; "Lo lamento", me dijo. No tenía nada por lo que disculparse, me sentía mal por ella... Porque sabía, por sobre todas las cosas, que también extrañaría el jardín. Sobre todo las rosas rojas, rosadas, amarillas y blancas que no pudimos llevarnos. El jardín era lo único que tenía. Pasaba primaveras enteras cuidando sus flores, y otoños protegiéndolas del frío.

"Aquella mañana mi sueño fue tan ligero que desperté entre el silencio, pero mi sueño fue de lo mas profundo que de mi recuerdo no se borro hasta ahora."

Tú me sembraste la costumbre de ver las estrellas en las noches donde mi corazón estuviera pasando por una turbulencia. Esta noche sentía la necesidad de ver las estrellas para calmar mi interior, pero también de admirar las constelaciones con tu compañía. Pero tú no estabas aquí.