Un secreto bien guardado, es aquel del que no has hablado, tampoco lo escribes en algún diario, por el peligro de ser encontrado. Y aunque la consciencia pese tanto, pasará al olvido en cualquier rato, pero volverá, dispuesto a seguir torturando, en el círculo del cual jamás, podrás escapar.

El mundo tiene tanta doble moral, que a todos nos ha tocado ser hipócritas.

Siendo devorada por la monotonía, mis versos con rima intentan darle aires de vida a mi pobre rutina.

Vives entre mis memorias, como un paseo aleatorio, donde existieron historias, de ilusiones palpantes, que solo para mí, fueron relevantes.

He observado muchas flores, que olvidan buenas direcciones, y se destiñen sus colores, por efímeras ilusiones.

Las personas y las rosas: coloridas, pero con espinas en todas las esquinas.

Y aunque mis palabras no lleguen lejos, ni siquiera en forma de versos, valdrá la pena escribirlas por el sentimiento, de no dejar adentro todo lo que siento.

Un escrito inesperado, puede generar lesiones, y en ocasiones sanarlas, para volverlas lecciones.

A tu soledad le tengo envidia, porque ella está contigo todos los días, y solamente en mis pensamientos me atrevo a hacerte compañía.

La vida pasa, sin considerar nada, abriendo puertas o cerrando heridas, baila con nosotros, coqueta y divertida, pero de la misma forma, lastima sin medidas.

A una estrella le conté de ti, Se apagó sin saber la parte en donde te perdí, Todo por no decir que yo quería estar ahí, Contigo, hasta el fin.

Al mar le hablé de ti y las olas crecientes me consolaron, con susurros salados.

Y le ha cantado al amor, recordando al fallido. Volvió a revivirlo, en la amarga soledad, de las letras y sonidos.

Viajaré tanto, hasta que tu ausencia me pierda el rastro.

Eres feliz, encantando a la distancia, quisiera volverme el autor de tus suspiros. Pero, al verme ¿Me amarías en abundancia? ¿O me rechazarías con arrogancia?

No creo tener un problema, con la poesía popular y moderna, ya no hay rimas que sean emblemas, por eso escribo las mías de forma alterna, y en los pocos versos que he concebido, creo haber capturado, lo que se ha perdido.

Estar solo no debería ser un martirio, a menos que no disfrutes conocerte.

Nunca cambiaré los recuerdos que me regalaste, aunque ya nada sea como antes.

Y nos hemos desgastado en las manos de un amor, que nunca entendió de desvelos y sacrificios.

Fugaz fue el momento, pero el recuerdo se volvió eterno.

Y continué nuestra historia de amor en tantos escritos, porque sólo en ellos, existía aquel final feliz perfecto.

Creo firmemente en la gente que sabe sonreír bajo la lluvia, sea ésta de gotas finas o gordas.

Cuando creí tocar el cielo, abrí el paso hacia un secreto y eterno infierno.

Aprendí a respirar entre las heridas, usando letras, papel y tinta.

La vida está para siempre sumar, aprender cuando restar, multiplicar con responsabilidad y dividir con sabiduría.

La vida regida por los números, es un viaje lento, donde podríamos llegar a desconocernos.

El mejor placer que puedo provocarle a tu mente, es que no importa a dónde vaya, tú siempre estarás presente.

El perdón sin olvido, son astillas que enseñan a no lanzarse nuevamente al vacío.

Entonces de repente, abracé mi desnudez, aprendiendo a cuidarla, quererla y defenderla.

La conexión carnal que hacen dos cuerpos cuando se aman, siempre superará lo banal del deseo.

Te lo juro por mi gran soledad, que estaré contigo sólo para amarte de más.

No busques encajar, en aquellos rompecabezas que hacen perder la identidad.

He contemplado oscuridad, en miradas donde estoy segura, una vez hubo luz.

Son muy bonitos los recuerdos, aunque algunos duelen de vez en cuando.

El silencio nos come vivos, si no sabemos hacer suficiente ruido.

Entonces aparecieron aquellos pensamientos lunares, que saben alejan el aburrimiento de la noche.

Tuve la oportunidad de tener dulces compañías, pero la soledad fue más adictiva.

Tú y yo somos lo que se escribe en nuestras mentes, cuando entrelazamos los dedos.

Ya no basta con creer en la belleza de las palabras, convertidas en promesas.

Las memorias con facilidad, pueden volverse placer o tormento.

Somos un enigmático laberinto entre pensamientos, palabras y deseos.

Naufragaste en tu propia mente, nuevamente por buscar lo que has perdido.

Nadie está extento de cambiar, sea para bien o para mal.

Jamás quise dejarte atrás, hasta que tuve que elergirte a ti, sin pensar en mi.

Eres el remedio, para esa mala soledad que me dejan los infortunios.

Ya no es sano tenerte, ni en el rincón más bonito de mi mente.

Aún sigo esperando a ese lucero, que va a iluminar mi sendero.

Si la vida me regala la oportunidad de conocerte, sabré automáticamente que me gasté toda mi suerte.

Atrapo mi romanticismo en letras y en papel, por si se me olvida saber quererte.

Todos escondemos un poco de fantasía, hasta que nos eligen, y se llevan la pena que la tenía cautiva.

Sonreírle a mi propio reflejo, es un desafío de tiempo completo.

No he sentido dolor al recordarte, pero sí, al verte.

Nuestra esencia es un tesoro, que sólo pueden descubrir las personas correctas.

Encuentro más placer en mi soledad, que en momentos destinados a ser casuales.

No esperemos nada de nadie, para que no lloremos hasta muy tarde.