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En la casa 212

Las ventanas del 212 apenas dejaban entrar la tenue luz de luna. Nubes rojizas teñían el cielo carmesí. Demian, a punto de quedarse dormido ante el televisor, sin ver realmente, El reloj de la pared anunciaba la medianoche. La contestadora parpadeaba mostrando 4 mensajes sin contestar. Sus amigos estaban preocupados por él, pero no tenía ganas de hablar de Leonora. El crujir de la escalera lo despertó de su cabeceo.

Lúgubre pero orgullosa, la vieja casa del 212 permanecía a los nuevos tiempos desde 1970. Decíase que los dueños originales la habían levantado desde cero con sus propias manos, pero casi al terminarla en el 93’ ambos fueron asesinados, presuntamente por celosos herederos. La casa había estado deshabitada hasta que el banco la obtuvo. Así Demian y Leonora la obtuvieron a precio de risa.

Un mes pasara desde que Leonora terminara cayendo desde el segundo piso hacia el asfalto. Él mismo la encontró, con un vestido blanco. Sus manos aún estaban tibias, pero de su rostro no quedaba nada reconocible. Debió prestarle más atención a sus quejas. Siempre había tenido un temperamento inestable, pero sus últimos días fueron los peores. Sus repentinas crisis nerviosas la llevaban lentamente a una inusitada paranoia. Era acosada en sus sueños por una mujer de blanco. Culpaba a la casa. En su último día, antes de ir a trabajar, insistía en haberla visto por la ventana, justo afuera del pórtico, mirándola con un rostro impávido.

Demian redujo el volumen del televisor y agudizó el oído, pero en casas así el rechinar de las tablas sería algo normal…En la soledad la casa se le antojaba siniestro y oscuro, mas no tenía donde más ir.

Demian volvió con la tv. Pero entonces… pasos rápidos y ligeros subían por la escalera de madera. Demian saltó del sofá y miro hacia ellas, pero no vio más que oscuridad. Repentinamente el televisor se apagó. En su largo luto había olvidado la cuenta eléctrica. Esta vez oyó evidentes pisadas justo sobre él, sin dejar lugar a dudas. Armado con una escoba, subió precavidamente los escalones. Las tablas crujían lánguidamente bajo sus pies.

La puerta de la habitación matrimonial yacía semi-abierta. Desde lo de Leonora había evitado entrar al cuarto. Aun podía percibir su olor en la almohada, y eso le producía una angustia tremenda. Lentamente entro, mientras una fría sensación recorría su espalda. Pero volvió a encontrarse con nada más que el vaivén melancólico de las cortinas al viento. La ventana abierta de par en par. Una extraña atracción lo llevo a ella. Y observó. Abajo, justo afuera del pórtico, Leonora, con un vestido blanco, le miraba con un rostro impávido. Una mezcla de horror y embelesamiento lo inundo, y su mente se enturbio. Demian extendió en vano su mano, pero ella negó con la cabeza. Preso del pánico y ansiedad, Demian se encaramo a la ventana… Y finalmente la alcanzó, al chocar contra el pavimento.

Lúgubre pero orgullosa, la vieja casa del 212 permanecía inherente a los nuevos tiempos.

26 de Outubro de 2016 às 05:55 1 Denunciar Insira Seguir história
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Fim

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JAB JAB
Atrapante microrrelato, un saludo.
October 29, 2017, 06:30
~